sábado, 29 de febrero de 2020

GABO QUERIDO....NADA MÁS JUSTO


Se cumplió un deseo de Gabo: la donación de la casa donde escribió Cien años de soledad
Gabriel García Márquez y Luis Coudurier, propietario del inmueble, tenían un pacto
La vivienda de La Loma, en México, fomentará la creación literaria
CIUDAD DE MÉXICO.- La famosa casa de La Loma, en el sur de la Ciudad de México, donde Gabriel García Márquez residió entre 1965 y 1967, entregado a la angustiosa tarea de escribir Cien años de soledad, acaba de ser donada por la propietaria del inmueble a la Fundación de Letras Mexicanas, que tendrá como destino impulsar proyectos de creación literaria bajo la orientación tutelar del escritor Juan Villoro


Así, se concreta la promesa que el dueño original de la vivienda, don Luis Coudurier, hizo al premio Nobel 15 años atrás, en uno de los últimos encuentros entre el escritor, fallecido en 2014, y su accidental benefactor.
Se trata de la casa ubicada en Calle de la Loma 19, en la colonia Lomas de San Ángel Inn, sur de la Ciudad de México. 
En ese terreno, de 280 m2, Gabo dedicó 18 meses a trabajar en su novela, en largas horas que alternaba entre la incertidumbre por la escritura y la angustia por los meses de renta impagos que acumulaba, que se transformaron en un total de nueve.

Fue la esposa del escritor, Mercedes Barcha, quien llamó un día a Coudurier para explicarle que su marido estaba sumido en la escritura de un libro y que no podían pagarle en lo inmediato, pero que cubrirían la deuda al terminar la obra. Para ello, la esposa de Gabo se ofreció a firmar un documento legal que garantizara su promesa de pago. Coudurier le respondió: "Con su palabra me basta". Fue el primer alivio que García Márquez tuvo para continuar la novela por la que obtuvo el Premio Nobel de Literatura, en 1982. La anécdota fue recordada esta semana por su hija, Laura Coudurier, al firmar el contrato de donación del inmueble a la Fundación de Letras Mexicanas.
Para 1965, García Márquez había renunciado a sus empleos como editor de las revistas Sucesos y La Familia y como redactor publicitario para dedicarse a la escritura de la que sería la gran obra maestra de la literatura de su país y de habla hispana. Lo hizo en un estudio de 4 x 3 metros, mientras sus hijos Rodrigo, de seis años, y Gonzalo, de tres, revoloteaban por ahí al cuidado de su madre. "Tuvieron en ella un buen jardín para jugar mientras no fueron a la escuela", contó alguna vez el autor al recordar la casa.

"Son tres habitaciones en la planta alta. En las dos más pequeñas dormían Rodrigo y Gonzalo, y la principal era de Gabriel y Mercedes", dijo  Geney Beltrán, coordinador del programa cultural de la Casa Estudio, que comenzará a funcionar en los próximos meses.
Publicada en 1967 en el sello Sudamericana, de Buenos Aires, la novela tuvo una tirada de 8000 ejemplares en su primera edición, que se agotó en 15 días. "El adelanto de 500 dólares, que el escritor colombiano recibió como parte de pago, sirvió para cancelar la renta que le debía a don Luis Coudurier, y por suerte también le sobró", contó Geney Beltrán. La obra recibió el Prix du Meilleur Livre Étranger en Francia en 1969 y el Premio Rómulo Gallegos, de Venezuela, en 1972.

La bibliografía completa de “Gabo”
- "La Hojarasca" (1955) es la primera novela de García Márquez, donde apareció por primera vez el ficticio pueblo de Macondo, que se inmortalizó en "Cien años de soledad"; y "Un día después del sábado" cuentos sobre la inexplicable muerte de los pájaros en un recóndito pueblo.

- "Los funerales de la Mamá Grande" (1962) reúne ocho cuentos, entre otros "La viuda de Montiel" y "Rosas Artificiales"; y "La mala hora", del mismo año, es un inolvidable apólogo sobre la violencia colectiva.

- "Cien años de soledad" (1967) narra la historia de la familia Buendía durante siete generaciones en el ficticio Macondo y es considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal.

- "Isabel viendo llover en Macondo" (1968), emblemático monólogo de realismo mágico, y "La novela en América Latina: Diálogo" (1968) reflexiones con Mario Vargas Llosa.

- "Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre" (1970) es el título completo de la obra.

- "La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada" (1972) es una novela corta que relata la historia de Eréndira, una joven criada por su abuela desde la muerte de su padre, que al llegar a la adolescencia la prostituye para mantener su antiguo nivel de vida.

-Los cuentos "Ojos de perro azul" y "El negro que hizo esperar a los ángeles" (1972); "Cuando era feliz e indocumentado" (1973), crónicas, artículos y reportajes; "Chile, el golpe y los gringos" (1974).

- "El otoño del patriarca" (1975) es una novela considerada una fábula sobre la soledad del poder, que se desarrolla en un país ficticio a orillas del Mar Caribe gobernado por un anciano dictador que recrea el prototipo de las dictaduras latinoamericanas del siglo XX.

- "Todos los cuentos de Gabriel García Márquez: 1947-1972" (1972); "Crónicas y reportajes (1976); "Operación Carlota" (1977), crónica sobre la misión militar de Cuba en Angola; mientras que en 1978 publicó "Periodismo militante", las crónicas "De viaje por los países socialistas" y "La tigra".

- "Crónica de una muerte anunciada" (1981), una de las novelas más populares del autor, narra la historia del casamiento de Bayardo San Román y Ángela Vicario, y cómo el primero pretende asesinar a Santiago Nasar luego de celebrar la boda y descubrir que su mujer no es virgen, considerando culpable a aquel joven; y del mismo año "Obra periodística".

"Viva Sandino" (1982), texto sobre el frente sandinista nicaraguense; la magistral crónica "El asalto: el operativo con el que el FSLN se lanzó al mundo"; y "El olor de la Guayaba" (1983), conversaciones con el periodista colombiano Plinio Apuleyo Mendoza.

- "El amor en los tiempos del cólera" (1985) es una extensa novela que relata el triángulo amoroso entre Juvenal Urbino, Fermina Daza y Florentino Ariza, quien está dispuesto a esperar por el amor de su amada casi toda una vida.

- "La aventura de Miguel Littin clandestino en Chile" (1986) entrevista al director de cine tras 12 años de exilio; y "Diatriba de amor contra un hombre sentado", monólogo sobre una esposa en la antesala de sus bodas de plata.

- "El general en su laberinto" (1989) es una novela histórica que recrea los últimos días de Simón Bolívar, y el viaje que lo llevó de Bogotá a la costa caribeña de Colombia para intentar abandonar América y exiliarse en Europa.

- "Notas de prensa 1961-1984" (1990).

- "Doce cuentos peregrinos" (1992) reúne una docena de cuentos escritos a lo largo de 18 años, entre ellos, "Buen viaje, señor presidente", "La santa", "El avión de la bella durmiente" y "Sólo vine a hablar por teléfono".

- "Del amor y otros demonios" (1994) relata la historia de una pequeña niña llamada Sierva María, quien luego de ser mordida por un perro rabioso, sospechan que se contagió esa enfermedad y está poseída, por lo que deciden encerrarla en un convento.

- "Noticia de un secuestro" (1996) libro de no ficción que aborda el narcoterrorismo colombiano, donde el autor detalla el secuestro y los días de cautiverio de un grupo de colombianos víctimas de Pablo Escobar, el jefe del Cartel de Medellín, en 1990.

- "La bendita manía de contar" (1998) es un libro que recoge uno de los talleres de guión cinematográfico dirigidos por García Márquez en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba), donde el escritor desgrana los secretos del arte de contar.

- "Vivir para contarla" (2002) es el primer tomo de las memorias del autor -que planeaba publicar en tres partes-, en el que relata cómo fue su vida en el periodo comprendido entre su nacimiento y su partida como corresponsal a Europa, en 1955, donde además explica cómo y por qué decidió ser escritor y periodista.

- "Memoria de mis putas tristes" (2004) es una novela que cuenta la historia del primer amor de un anciano de 90 años, Mustio Collado, que revive gracias a la platónica relación con una adolescente, donde se refleja la preocupación del autor por la vejez, la decadencia y el miedo a la muerte.

- "Yo no vengo a decir un discurso" (2010) reúne 22 textos que recorren toda su vida, desde el que escribió a los 17 años para despedir a sus compañeros de graduación en el Liceo de Zipaquirá en 1944, hasta el que leyó ante las Academias de la Lengua y los reyes de España al cumplir 80, en 2007.

- La biblografía se completa con "Cómo se cuenta un cuento" y "Me alquilo para soñar" (1995); "Por un país al alcance de los niños" (1996); "Por la libre: obra periodística 1974-1995" (1999); "Todos los cuentos" (2012), compilación de 41 relatos.

Traducida a 35 idiomas, entre ellos alemán, checo, francés, húngaro, inglés, italiano y japonés, la novela representó para Gabo un mar de angustias y alegrías al mismo tiempo, como reveló en una carta a su amigo el mexicano Carlos Fuentes. "Jamás he trabajado en soledad comparable, no siento más punto de referencia que, quizá, Rabelais; sufro como un condenado poniendo a raya la retórica, buscando tanto las leyes como los límites de lo arbitrario, sorprendiendo a la poesía cuando la poesía se distrae, peleándome con las palabras. A veces me asalta el pánico de no haber dicho nada a lo largo de quinientas páginas; a veces, quisiera seguir escribiendo el libro el resto de mi vida, en cien volúmenes, para no tener más vida que esta...".

Confinado en el silencio de aquel estudio situado al oriente del Anillo Periférico, la principal y más caótica circunvalación que rodea el Valle de México y atraviesa sus principales vialidades, García Márquez dio vida al fascinante universo de Macondo y la familia Buendía, cuya magia acompañó al autor hasta los 80 años. En 2007, la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzó un millón de ejemplares de la edición conmemorativa de Cien años de soledad para celebrar la edad del escritor y los 50 millones de lectores de la obra, una cifra que el propio García Márquez reconoció que "ni en el más delirante de mis sueños" habría pensado alcanzar.

G. A. 

LA PÁGINA DE JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ,


LEÍDO POR JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ
De terror
El trágico caso de Rufina Cambaceres, la joven que fue sepultada viva
Era una de las adolescentes más hermosas de su tiempo. Se enamoró de Hipólito Yrigoyen. Pero se enteró de un secreto terrible sobre él y no lo pudo resistir. Lo que siguió fue un espanto.

Tumba de Rufina Cambaceres.



Luciano Lamberti
He aquí todos los elementos para una buena historia gótica que hubiera hecho las delicias de las hermanas Brontë. La protagonizan tres historias de amor y desengaño, una mala praxis médica y el viejo cuidador de un cementerio. Pero vamos por orden. Primero, la familia.
Los Cambaceres eran de una aristocracia venida a menos en la sociedad argentina del siglo XIX. Cultos, inteligentes, adinerados y con una pésima fama. En 1876, Eugenio Cambaceres había tenido un romance con una tal Emma Wizjiak, soprano del Teatro Colón, casada. Fueron descubiertos por el marido de la cantante lírica en uno de los palcos del teatro. Éste desafió a Eugenio a un duelo, pero después terminó yéndose del país (y dejando la mujer acá).
Hasta ese momento, Cambaceres tenía lo que se conoce como un futuro prometedor en la política. La vergüenza social lo alejó de ese ámbito (así como, si somos justos, las denuncias que realizó sobre los fraudes en su propio partido).
Se dedicó, entonces, a la literatura, con suerte desigual, pero una de sus novelas, Sin rumbo, influenciada por Emile Zola y el naturalismo, sigue andando por las librerías de usado y quizás alguna profesora de Lengua lo dé en clases.
Lo cierto es que Cambaceres registró como pocos los problemas que estaban generando las olas inmigratorias en el país, así como los defectos congénitos de la burguesía argentina, cosa que no le sería perdonada jamás. Encima, años después, sumó un tercer escándalo a su vida, al enamorarse de Luisa Bacichi.

La bóveda de Rufina Cambaceres es una de las más famosas de La Recoleta.
Bacichi había nacido en 1855, y era bailarina, lo que para la época significaba ser más o menos una prostituta encubierta. De origen italiano, vino a Buenos Aires con una compañía de baile y se quedó por el amor que lo unía con Cambaceres.
Para la sociedad porteña, fue el tiro de gracia que acabaría hundiendo a Eugenio en el peor de los descréditos. Se casaron en 1887 y en 1888 tuvieron una hija. Le pusieron el mismo nombre que su bisabuela: Rufina. Eugenio murió poco después.
Una amiga le reveló lo que todo el mundo sabía menos Rufina: que Yrigoyen era el amante secreto de su madre.
La decepción
Rufina se crió en un ambiente aristocrático, haciendo las cosas que las jóvenes hacían en esa época: tareas de bordado, paseos con amigas, cuchicheos y sueños románticos. Como en un cuento de hadas, su belleza pronto empezó a competir con la de la madre, cuyo espejo le dijo un día que la más bonita no era ella, sino su hija.
Muerto Eugenio, la familia mantenía un cierto grado de conducta social: hacían fiestas íntimas, ágapes. Uno de los más fervientes asistentes era un joven alto, inteligente, elegante, de voz gruesa. Se llamaba Hipólito Yrigoyen, era abogado y años después sería uno de los presidentes argentinos más importantes, el primero de la Unión Cívica Radical, que ganó con la nueva Ley Saénz Peña, que consideraba al voto secreto y obligatorio (pero eso sí: para los varones).
Rufina era menor cuando lo conoció y se enamoró de él, que ya pisaba los 50, pero en esa época esa diferencia era aceptable, incluso aconsejable. Se produjo entre ellos, entonces, uno de esos romances platónicos hecho de pequeños gestos significativos, abonado por una lentitud exasperante.
Una noche, él la invitó al Colón para escuchar a la orquesta sinfónica. Se aproximaba la tragedia: ninguno de ellos lo sabía, aunque tal vez Rufina, que tenía diecinueve años, algo sospechaba en su corazón.

Hipólito Yrigoyen fue dos veces presidente de Argentina
Lo que sigue es parte de la leyenda. Hay versiones, reversiones y perversiones, como en toda leyenda, pero hoy la podemos imaginar así.
Rufina estaba ilusionada con la invitación de Yrigoyen. Pensaba que esa noche, después del Colón, consumarían el amor que hasta el momento había permanecido en el plano de la sugerencia.
Una amiga fue a visitarla esa mañana y hablaron del tema. La amiga, de la que no sabemos el nombre, estaba rara. Tenía que decirle algo, algo que consumía por entero el espacio de su corazón, pero no se animaba.
Al final decidió que era hora. Le dijo que quería evitarle una humillación peor de la que ya estaba sufriendo. Y le confesó lo que sabía, lo que todo el mundo sabía, excepto ella: que Yrigoyen era el amante secreto de su madre, Luisa.
Rufina se demudó. Le dijo a su amiga que no se sentía bien, que tenía que descansar un segundo en su cuarto, que la dejara sola. Subió la escaleras y ya no volvió a bajar.
Dos horas después, la mucama de la familia la encontró en su cama. Por la posición del cuerpo, antinatural, no parecía dormida. Intentó despertarla: le habló, la tomó del hombro, la sacudió. Rufina no se incorporaba. Una hora después, el médico de la familia acudió a la casa. De solo verla, de solo tocar la frialdad de su piel ya entendió lo que pasaba. La auscultó, sin embargo, para asegurarse, y no le encontró el pulso. Oyó lo que le decían y entendió: a pesar de su corta edad, Rufina había muerto de un síncope. Literalmente, se le había roto el corazón.
Si esto fuera una historia de amor terminaría en este punto. Sería un buen final romántico. Pero es una historia gótica, como escribí más arriba, y esto es solo el comienzo.
Arañazos en un cajón
Esa misma noche enterraron a Rufina en el panteón de la familia Cambaceres. Como era costumbre en la época, lo hicieron con las joyas que le habían pertenecido en vida. Su madre, desconsolada, se echó sobre su cuerpo antes de que clavaran la tapa del cajón. Gritaba que no estaba muerta, que no podía estar muerta. Entre los parientes y amigos tuvieron que sostenerla de los brazos, llevársela, tranquilizarla.
Aquí es donde entra en escena el viejo cuidador del cementerio de la Recoleta. La función del cuidador era, en esa época, la de un guardia de seguridad. Dado que los burgueses enterrados allí lo hacían con sus joyas, había un gran peligro de saqueadores, que aprovechaban esas primeras noches, donde los cuerpos todavía no despedían un olor insoportable, para robárselas.
El cuidador hacía recorridas nocturnas con un farol a kerosén colgándole de la mano. Y a la madrugada siguiente, mientras recorría la zona del panteón de la familia Cambaceres, oyó los ruidos. Ruidos profundos y graves.
​El cuerpo de Rufina tenía la cara, el cuello, el pecho, arañados. Bajo sus uñas, restos de la madera del cajón.
El cuidador retrocedió y casi se cae. Salió corriendo, entonces, a dar el aviso a la familia. Temía lo peor: que hubieran entrado ladrones al panteón, que se hubieran llevado las joyas de la pobre Rufina, muerta en la flor de la edad.

Detalle de la bóveda de Rufina Cambaceres.
A la mañana siguiente, Luisa y un amigo acudieron al cementerio. Acompañados por el cuidador, abrieron la vieja puerta chirriante del panteón. Lo primero que descubrieron fue que el cajón estaba movido.
Los hombres entraron, lo abrieron con palancas. Lo segundo que descubrieron fue que la tapa del cajón estaba arañada del lado de adentro, y que el cuerpo de Rufina se había dado vuelta: yacía boca abajo. Lo tercero que descubrieron fue que las joyas seguían ahí; lo cuarto, los arañazos. Rufina tenía la cara, el cuello, el pecho, arañados. Bajo sus uñas, restos de la madera del cajón. Entonces empezaron a entender.
Rufina se había despertado en algún momento de esa noche. A oscuras, oyendo el sonido de su respiración, todavía calmo, con rachas del recuerdo de esa mañana, la revelación espantosa de su amiga, su posterior desvanecimiento.
Rufina extendió las manos, tocó la felpa interior de su propio ataúd. Gritó hasta desgarrarse la voz. Golpeó el cajón una y otra vez. A lo que sigue no es aconsejable, siquiera, imaginarlo. Lo cierto es que murió, volvió a morir, esa noche, de asfixia.
La culpa
La catalepsia, el fenómeno por el cual un cuerpo reproduce todos los síntomas de la muerte, era bastante común a principios del siglo pasado. Pensemos en la fiebre amarilla, en la velocidad con que los muertos se enterraban, en la cantidad de casos, verídicos o no, que conocemos, de oídas.
Era tan común que el mismo cementerio de la Recoleta, a metros de donde está enterrada Rufina, un hombre se hizo instalar un sistema de campanas para avisar desde el cajón si seguía vivo. Lo cierto, también, es que a partir del caso que hoy nos ocupa, se instituyó la ley según la cual se deben velar por veinticuatro horas los cuerpos antes de ser enterrados, transformando esos velorios en acontecimientos sociales.
La estatua de mármol blanco de Rufina todavía está en una de las esquinas del cementerio de Recoleta, y cualquiera puede visitarla. La muestra de pie, con una mano en el picaporte del panteón, saliendo, al fin, libre. Es un monumento a la culpa que sentía su madre.

CONOCIENDO A LYNA....


Quién es Lyna, la youtuber que se convirtió en bestseller
Evelyn Vallejos, conocida como Lyna, tiene casi diez millones de suscriptores en sus canales de YouTube y, nuevamente este mes, encabeza el ranking de libros vendidos
Conocida en las redes sociales como Lyna, Evelyn Vallejos es una youtuber y gamer argentina de 25 años que causa furor entre los chicos de diez años. Entre sus tres canales suma la nada despreciable suma de 10 millones de suscriptores y, desde que dio el salto de YouTube al libro, en 2018, es también una best seller con su serie de libros infantiles Una familia anormal. Con esta saga lleva ya vendidos cien mil ejemplares y además, su tercer libro ( Y unas vacaciones muy extrañas), lanzado este mes, lleva tres semanas a la cabeza del ranking general en cadenas de librerías.

Ya en mayo de 2019 Lyna y El misterio de la hechicera habían sorprendido a propios y ajenos en la industria cuando se posicionó como el segundo libro más vendido en la última edición de la Feria del Libro Mientras que el primero de la serie ( Una familia anormal. En busca del tesoro de Minuca), de octubre de 2018, se había anotado ya entre los más vendidos de ese año.
Lyna estudió periodismo en la Universidad de la Matanza; está casada con Dani, con quien tiene dos mascotas, un gato y un hurón. Es representante de los Sims 4 en Latinoamérica y de la empresa EA Game Changer. Toda una influencer.



Llegó al mundo de YouTube hace cinco años cuando no sabía nada YouTube; en verdad, ya jugaba a los Sims, su juego favorito, cuando decidió grabarse jugando. Su primer video obtuvo solo cien visualizaciones. El gran crecimiento lo tuvo cuando comenzó a jugar Roblox: "De repente ese juego empezó a llamar mucho la atención y ese fue mi boom: haber descubierto un juego poco jugado hasta entonces", contó Lyna

Su canal de YouTube Lyna, creado en septiembre de 2014, tiene 5,4 millones de suscriptores y está orientado al gaming: allí Lyna juega, crea historias y las muestra a su audiencia infantil. Usa principalmente Minecraft y Roblox, "dos juegos que te permiten crear historias y hacer desafíos". A diario, sube nuevos videos (llegan a ser doce por semana) y dos livestreamings. "Ser gamer es que te gusten y disfrutes los videojuegos. No necesariamente tenés que grabar y mostrarlo al mundo; alcanza con estar en tu casa jugando, que te divierta y apasione", se define..
En Lyna Vlogs, creado en noviembre de 2015, con 2,7 millones de suscriptores, Lyna comparte su vida real, cuenta historias y anécdotas. Y en su tercer canal, Lyna Vallejos, creado en noviembre de 2017, con 1,39 millones de suscriptores, se dedica principalmente a compartir sus viajes.

En cuanto a sus otras redes sociales, su Instagram, @lynavallejos, tiene 620.000 seguidores; su Twitter, @SrtaLyna, más de 205.000; y su Facebook, LynaYouTube, más de 137.000. De estas tres redes, la que más usa es Twitter. "Siempre pienso que las redes sociales son muy importantes para conectar con la audiencia y ver qué piensan. Está bueno tener el feedback de la gente", comentó Lyna.


Del Youtube al bestseller
El salto de YouTube al libro se dio hace dos años, cuando el grupo editorial Penguin Random House (a través de su sello Altea) la contactó con la propuesta de hacer un libro. "La idea me fascinó desde el principio, porque siempre me gustó escribir -recordó Lyna-. Para mí era un gran desafío escribir literatura infantil, algo que nunca había hecho más allá de los certámenes literarios de la secundaria". Para el título de la saga de libros para chicos, dirigida al mismo público del canal de youtube Lyna , se inspiró en el espectáculo teatral con el que se había presentado en Buenos Aires, Mar del Plata y Uruguay. Sobre Una familia anormal, dice: "Todos tenemos un grado de anormalidad en nosotros y está bien. Decidimos reflejarlo en los roles de los personajes: niños que se comportan a veces como adultos y otras como niños; adultos que ocupan el rol de niño y otras veces de adultos".


Como ella, los personajes de la saga (su hermana Melina, la Abuela Rita, Dani y el Señor Pato) van y vienen entre los videos y el papel. Algunos de ellos, se mantienen fieles a quienes representan: es el caso de Melina, Dani y ella misma. "La idea es mostrarlos en el libro tal cual como se muestran en YouTube y como son en la realidad", explica.
Para Lyna el tema de la identidades una constante: busca que cada palabra o respuesta sea la que ella diría o daría en la vida real. Pero hay otros personajes que son ficticios, como la abuela Rita, quien solo hasta cierto punto está inspirada en la abuela real de Lyna y Melina. En la saga también aparecen el Señor Pato (en la vida real es un peluche) y el panadero.
Portada del libro "Una familia anormal. Y unas vacaciones muy extrañas", de Lyna Vallejos. Febrero 2020.
Más allá de YouTube, del show en vivo y de los libros, Lyna tiene un sitio web en el que vende su propio merchandising y una app, Lyna World, lanzada este año, orientada a que los usuarios puedan crear historias y personajes para compartirlo en la comunidad de la app.
Aunque parezca una producción solitaria, detrás de la pantalla hay un equipo trabajando compuesto principalmente por su familia, su marido Daniel, su hermana Melina y su cuñado Augusto. Cuenta también con otros colaboradores para la edición del video, el diseño de las miniaturas -imágenes de los personajes que acompañan a los juegos-, la generación y distribución del merchandising. Trabaja con el desarrollador, para la aplicación y con la editorial, para los libros. Además, tiene un equipo de producción teatral para cuando hace los shows.


¿Un fenómeno similar?
El caso de Lyna no es el primero (ni seguramente el último) en pasar de YouTube al libro. En esa arena, un pionero fue el chileno Germán Garamendia, todavía imbatible. Ya en 2016, cuando contaba con 27,5 millones de seguidores en su canal HolaSoyGerman, y tenía otros 12 millones en JuegaGerman (su canal de juegos), visitó Buenos Aires para la Feria del Libro con su debut editorial Chupa el Perro. La Rural tuvo que habilitar una entrada de público especial y contratar seguridad extra para contener a sus fans. En solo una semana vendió 30.000 ejemplares.

L. V. G.

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HISTORIAS DE NUESTRA PATRIA,


La decisiva batalla de Cepeda

Cepeda fue "la batalla de un minuto y la definición de un siglo", según la fórmula acuñada por el historiador D.L. Molinari. Sin embargo, más allá de la hipérbole utilizada, el sentido certero que se buscaba transmitir tenía que ver con la virtual insignificancia de la acción bélica, analizada en términos estrictamente militares, en contraste con las enormes consecuencias político-institucionales del hecho en sí, ocurrido el 1º de febrero de 1820 en la cañada del arroyo Cepeda -cerca de los pagos de Pergamino- que le dio nombre. Décadas más tarde, en 1859, dos ejércitos argentinos volverían a enfrentarse allí.

Ahora bien, como combate, la primera batalla de Cepeda no consistió más que en una furiosa carga de la caballería federal -las tropas del Ejército Aliado de Estanislao López y Francisco Ramírez- que originó una desbandada de sus similares nacionales bajo la dirección del general José Rondeau, a la sazón último director de Estado de las Provincias Unidas. En cambio, la infantería del ejército directorial, compuesto casi exclusivamente por batallones porteños, ofreció alguna resistencia para luego emprender el retiro al mando del general Balcarce, quien salvó la artillería y, dirigiéndose al pueblo de San Nicolás, embarcó las tropas de regreso a Buenos Aires. Como se dijo, la batalla de Cepeda no merecería figurar entre los grandes acontecimientos bélicos de nuestra historia salvo por las consecuencia institucionales que allí se originaron.

En primer lugar, la llegada a los primeros planos de la vida política de nuestro país de los líderes populares del Litoral, tales los casos del caudillo y gobernador de Santa Fe, E. López, y del jefe supremo de Entre Ríos, Francisco "Pancho" Ramírez, quienes -emancipados de la tutela de Artigas, vencido por el segundo de los nombrados meses después- impusieron, con distinta suerte, algunas de sus ideas centrales. Así, por ejemplo, no se discutió más, después de Cepeda, la forma de gobierno que debía adoptarse en el ámbito rioplatense, sepultando las aspiraciones monárquicas que, con diversas dosis de pragmatismo, habían buscado llevar adelante los miembros del Directorio.
De la mano de esa irrupción de los caudillos -que con el tiempo se multiplicarían en las distintas provincias- vino la desaparición de las autoridades nacionales, con la renuncia del director Rondeau y la disolución del Soberano Congreso, aquel cuerpo que se había instalado en 1816 en Tucumán para declarar formalmente la independencia, trasladándose luego a Buenos Aires y que llegó sancionar en 1819 una carta constitucional para nuestro país.
Empero, si tuviésemos que escoger entre todas las consecuencias derivadas de esa batalla, sin dudas, la opción recaería sobre el surgimiento de la provincia de Buenos Aires. En efecto, hasta ese momento Buenos Aires tenía una organización política, jurídica y administrativa de tipo polivalente, en parte heredada del antiguo régimen virreinal y que poco -o casi nada- habían modificado los gobiernos revolucionarios, la gobernación-intendencia diseñada a fines del siglo XVIII que había ido sufriendo deserciones y amputaciones forzosas, como la propia Santa Fe.

A partir de Cepeda, entonces, y por imposición de los caudillos vencedores, quienes lo pusieron como condición para negociar un tratado de paz, los porteños fueron obligados a organizarse como entidad de derecho público dotada de autonomía. De esta forma nació la provincia de Buenos Aires en su calidad de tal, con sus primigenias instituciones políticas y gubernamentales: la Junta de Representantes, compuesta de diputados de la ciudad y, luego, también de la campaña, y el Poder Ejecutivo, con su primer gobernador, don Manuel de Sarratea, elegido por aquellos.

La firma del Tratado de la Capilla del Pilar (allí estaba instalado el campamento del Ejército Aliado federal), el 23 de febrero de 1820, cristalizó la actuación del flamante gobernador, sentó las bases de una nueva era política con base en el sistema republicano y auspició la forma de Estado federal, inaugurando una tradición de acuerdos, pactos y convenciones que fueron una de las principales columnas en la construcción del futuro edificio institucional argentino.

J. P. G. 

AVANCE FASCINANTE DE LA CIENCIA,

Se embarca hacia Cabo Cañaveral un nuevo satélite argentino, el Saocom 1B
Dejará las instalaciones de Invap hacia San Carlos de Bariloche en un convoy que transportará 42 toneladas de equipamiento; prevén el lanzamiento para el 30 de marzo

De Josefina Peres, jefa de proyecto Saocom, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), puede decirse sin temor a exagerar que lleva la pasión por los satélites en la sangre. “Mi papá, físico de la Conae, integraba el grupo que lanzó los Saocom –cuenta–. Murió en enero de 2005 y en diciembre yo entré a trabajar en la misión”.
Fue nada menos que el amor a los Saocom lo que llevó a esta ingeniera electrónica, porteña de nacimiento, a vivir a Bariloche, donde además encontraría a su pareja, casualmente en la firma rionegrina Invap, contratista principal del proyecto.
En vísperas de la partida de una nueva perla de la familia satelital argentina a Cabo Cañaveral, sus emociones oscilan entre el entusiasmo y la ansiedad: “Tengo el privilegio de haber atravesado una misión de altísimo nivel de punta a punta: desde el comienzo hasta la puesta en órbita. ¡Cómo no sentirme orgullosa!”, exclama.

Ya en plena campaña de lanzamiento, previsto para el 30 de marzo, desde mañana y hasta el sábado a la madrugada, Peres y su equipo supervisarán el embarque del sexto satélite argentino en un Antonov AN124, uno de los cuatro aviones más grandes que existen. El aparato, embalado en su contenedor, es un prodigio de complejidad tecnológica que pesa tres toneladas, pero viaja acompañado por 90 cajas de equipos que suman 42 toneladas en total.

“Al llegar a destino, se instala, se enciende, se hacen todas las pruebas y una vez que esa etapa termina empieza la integración al lanzador. Todo esto dura alrededor de 40 días –explica Peres–. Hay una semana de operaciones conjuntas hasta que se lo traslada a la plataforma y en los últimos días se hace un ensayo coordinado entre el Centro Espacial Teófilo Tabanera (la estación terrena que lo telecomanda), en Córdoba, y los Estados Unidos, en la que se simulan todas las operaciones. El 30 es el primer ‘día verde’ para lanzarlo en función de la trayectoria de la constelación Siasge (integrada también por cinco aparatos de la Agencia Espacial Italiana) y del cronograma del lanzador”.

El segundo Satélite Argentino de Observación con Microondas es hermano mellizo del lanzado en octubre de 2018, el Saocom 1A. Fue desarrollado por la Conae y fabricado principalmente en las instalaciones de Invap, pero también participaron empresas como VENG y otras compañías tecnológicas y organismos del sistema científico, como la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) y el Instituto Nacional del Agua (INA). “Intervinieron aproximadamente 80 empresas e instituciones, 900 personas, durante unos cuatro millones de horas/hombre –subraya Peres–. Idéntico a su hermano mayor, este aparato empezó a construirse en 2015, pero se integró en seis meses desde que llegó la antena. El equipo trabajó muy duro. ¡Chapeau!” .
Visión de microondas
Su principal equipo activo es un radar de apertura sintética (SAR, por sus siglas en inglés) que trabaja en la porción de las microondas del espectro electromagnético, particularmente en la banda L. Su antena, de 35 m2, está compuesta por siete paneles, formados cada uno por un conjunto de 20 miniantenas. Solo ese dispositivo tiene 140 computadoras y kilómetros de cables.

A diferencia de lo que ocurre con las misiones ópticas, este dispositivo le permite obtener mapas de la humedad y la topografía del suelo de noche o de día y aunque esté despejado o nublado.
Con esa información se pueden elaborar índices de sequía, hacer monitoreo de bosques, mapas de pendientes, identificar puntos de acumulación de agua, de humedad en superficie y hasta dos metros de profundidad, todos datos vitales para la producción rural.
Además, también detecta cambios en las estructuras urbanas, riesgo de inundación, de incendio, de invasión de insectos, plagas, alertas de enfermedades endémicas, de erupciones volcánicas, cuantificación de daños por desplazamientos de terreno, problemas de infraestructura y hundimientos.

“El desarrollo de toda la misión fue un desafío muy importante para el país, porque no teníamos conocimientos previos para la construcción y puesta a punto de satélites de este tipo. Dominar la tecnología de observación con radar es un gran avance que nos da independencia y soberanía tecnológica”, afirma en un comunicado del Ministerio de Ciencia Laura Frulla, investigadora principal de la misión.
“Será liberado en una órbita un poquito más baja que la definitiva por un cohete Falcon de la compañía SpaceX –cuenta Peres–. Después hay una etapa que se llama ‘de adquisición de órbita’ hasta que llega a su posición final, a unos 600 km de altura y a 180 grados de distancia del Saocom 1A, lo que nos permitirá una mayor frecuencia de revisita”.

Según el ministro de Ciencia, Roberto Salvarezza, “hay un interés muy grande en retomar a la ciencia como un elemento importante para el desarrollo social y relanzar los proyectos del área satelital, nuclear, biotecnológica...”.
Y concluye: “Recibí al embajador de Italia y me propuso que avanzáramos en la comercialización de las imágenes”.

N. B.

EL ANÁLISIS DE SERGIO BERENSZTEIN,


Menos preocupados por controlar la salud que por dirigir la economía

Sergio Berensztein
Un gobierno hiperestatista que acosa al sector privado y pidió al Congreso facultades extraordinarias apela al "autocontrol" individual para prevenir el contagio del coronavirus
El coronavirus puso en jaque a la economía global y representa un desafío enorme para la comunidad científica: si bien el número de víctimas mortales y de contagios parece desacelerarse, todavía no existen vacunas ni tratamientos efectivos para combatirlo: el National Institute of Allergy and Infectious Diseases norteamericano advierte que está "al borde" de convertirse en una pandemia mundial. Algunos observadores consideran que podría precipitar una corrección en los mercados bursátiles luego del ciclo expansivo de una década. Y hasta creó nuevas categorías delictivas en Hong Kong, donde una banda robó a punta de navaja cientos de rollos de papel higiénico para protegerse de un eventual desabastecimiento como consecuencia del Covid-19. En la Argentina, en cambio, adoptamos una posición entre relajada e irresponsable: no existen controles para los viajeros que llegan de China ni de otros países de Asia, donde comenzó la epidemia.
 Nadie puede sorprenderse ante una nueva muestra de desidia y amateurismo por parte del Estado. Aun así, llama la atención que un gobierno que expresa confianza absoluta en la capacidad del Estado a la hora de regular prácticamente todo haya preferido prescindir de los chequeos más elementales en aeropuertos y otros puntos de entrada, confiando, por el contrario, en el autocontrol de los individuos.
Resulta notable que un país que apuesta a descubrir a quienes ingresan sin declarar un simple teléfono celular u otros productos electrónicos haya preferido ignorar una amenaza tan seria y efectiva. Más aún, en la Argentina existe una simbiosis entre el Estado y el gobierno de turno, razón por la cual carecemos de un sector público profesional, moderno, racional y mínimamente estable. Cada nueva administración implica un profundo recambio de cuadros gerenciales medios y altos a los que, para colmo, nadie educa, pues son parte de los botines con que se recompensan los apoyos políticos o electorales. Por eso no existe un sistema coordinado y lógico de escuelas de gobierno, administración y política pública. En esta nueva encarnación de una concepción intervencionista extrema, en una Argentina sin moneda, con instituciones famélicas y un mercado financiero ínfimo, el gobierno define múltiples valores para el tipo de cambio, la tasa de interés y los precios de los productos de la canasta básica. Pero frente al Covid-19 no se han dispuesto mecanismos de control, aunque sean elementales. Puede que la probabilidad de contagio del Chagas o el dengue sean mayores. ¿Justifica esto ignorar una amenaza tan concreta?

El coronavirus pone entonces de manifiesto las profundas inconsistencias que exhibe el oficialismo en términos de la concepción del Estado. Por un lado, los integrantes del Frente de Todos apelan a un discurso hiperestatista que abarca desde solicitar información a las principales empresas de cada rubro (incluyendo las de servicios públicos) para evaluar los costos y definir qué precio es "justo" (de acuerdo con el cuestionable principio de "todos los precios son políticos"), hasta aplicar una carga tributaria récord, en virtud de una contrarreforma fiscal que en la práctica restablece impuestos distorsivos como Ingresos Brutos. Este acoso al sector privado tiene como resultado obvio un rápido deterioro del clima de negocios y la consiguiente retracción de la inversión. No es la crisis de la deuda lo único que preocupa a la economía real, ni siquiera lo más importante. Con un mal diagnóstico en mano, el Gobierno parece creer que investigando en la AFIP a quienes mudaron al exterior su domicilio fiscal discontinuará esa tendencia. Los que huyen de la voracidad infinita del fisco seguramente sacaron hace mucho sus ahorros y están ahora dispuestos a mudar incluso a sus familias. No sería la primera vez que el Estado promueve un comportamiento contrario al que proclama. "Desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente", canta León Gieco.
¿Cómo explicar que un gobierno con semejante concepción estadocéntrica, a la que le suma las facultades extraordinarias que solicitó al Congreso, defaultee en cuestiones elementales de salud pública? Se trata de una responsabilidad inalienable, uno de los principales bienes públicos junto con la educación, la seguridad, la justicia, la infraestructura física y el cuidado del medio ambiente. Pues bien, en un momento en que la epidemia se presenta como una amenaza global, se apela al autocontrol: se transfiere a los individuos la responsabilidad de tomar medidas precautorias e informar a las autoridades frente al riesgo de haber contraído el coronavirus. Ni los países de tradición más liberal, de respeto pleno a las libertades individuales, presuponen que quienes hayan viajado por Extremo Oriente y tengan síntomas que sugieran que contrajeron el Covid-19 se presentarán voluntariamente a las autoridades sanitarias para ser observados y, eventualmente y de ser necesario, tratados.
Rusia acaba de anunciar que no permitirá el ingreso de ciudadanos chinos a su territorio. Ambos países tienen una excelente relación desde el punto de vista estratégico y geopolítico. Pero la salud pública está en juego y eso requiere medidas extraordinarias. Si se compara semejante medida con el mero hecho de adornar el remozado aeropuerto de Ezeiza con carteles que adviertan sobre el peligro del Covid-19, exhortando a los pasajeros a autoevaluar su estado de salud, la conclusión es contundente: se trata de un acto de irresponsabilidad. La coyuntura exige rigurosidad. La OMS afirmó que gracias a los estrictos límites que impuso China a los movimientos de sus habitantes se logró una dispersión menor del virus. Y hasta se vieron excesos totalitarios de Corea del Norte, donde el gobierno ejecutó a un funcionario por violar la cuarentena.
¿Cuál es la concepción de Estado que caracteriza al oficialismo? Mientras ideológicamente se apela a la solidaridad, se habla de inclusión y de reducción de pobreza, se busca legalizar la venta y hasta la producción de cannabis y se ponen sobre la mesa temas esenciales de salud reproductiva, se deja librada al azar esta cuestión tan alarmante. No se trata de la única contradicción que evidencia la gestión Fernández. Es el mismo gobierno que pretende enviar a la OEA un embajador que considera que el desastre humanitario y la amenaza a la seguridad que representa la catástrofe de Venezuela es similar a la crisis política y social que vive Chile. Más aún, es el mismo presidente que se pasea por Europa e Israel mendigando ayuda para negociar con el FMI para luego cuestionar deliberadamente al organismo. Incluso peor: su vicepresidenta ha puesto en duda -desde un país totalitario como Cuba, donde la única regla es la absoluta arbitrariedad de la nomenclatura que hace seis décadas arruina esa isla y somete a sus habitantes- la supuesta aplicación discrecional del estatuto del FMI.
Si finalmente se constituye, una de las misiones más importantes que debe tener el Consejo Económico y Social es debatir y consensuar un modelo de Estado moderno, inteligente, transparente, eficiente, solidario, con una presión fiscal que no asfixie a sus ciudadanos y con un tamaño adecuado y compatible con las necesidades de desarrollo de la Argentina. Debe ser un modelo basado en el sentido común: con una persona, tan solo una, que cometa un error en su mecanismo de autocontrol en relación con el coronavirus, las externalidades negativas para el país serían incalculables. Los controles pueden fallar. Pero el descontrol es una manifestación incontrastable del fracaso del Estado.

LA OPINIÓN DE CLAUDIO JACQUELIN,


Dos cucharadas de miel y una de limón para el Gobierno

Claudio Jacquelin
Igual que en los contratos, siempre hay que mirar en los comunicados oficiales la letra chica y los párrafos opacados por los títulos y las primeras líneas. El pronunciamiento del FMI sobre la situación de la deuda argentina son dos cucharadas de miel y una de limón (concentrado) para el Gobierno.
El titular y la mayor parte del texto no podrían ser más edulcorados para la gestión de Alberto Fernández. "Deuda no sostenible" y "quita", las expresiones del comunicado más destacadas y difundidas por la Casa Rosada, son las mismas que dominan la nube de palabras que el Presidente y su ministro de Economía, Martín Guzmán, vienen pronunciado desde antes de asumir.
Más valor aún cobran aquellas expresiones si se considera que están dirigidas a los acreedores privados, que reafirman las críticas a la gestión macrista y que, al mismo tiempo, adjudican responsabilidad a los prestamistas. Si no fuera que deben agradecer, desde la Casa Rosada podrían demandar por plagio a los autores del mensaje emitido por el organismo que dirige Kristalina Georgieva.
Es lo que el Gobierno necesitaba y reclamaba. Por eso, lo celebraron en Balcarce 50 y en el Ministerio de Economía. "Nos da la razón en que es insostenible la deuda. Pero aún falta mucho laburo y negociación. De todos modos, no deja de ser un día histórico. Por primera vez, el FMI se pone del lado del deudor", admitió un estrecho colaborador del Presidente sin poder ocultar la euforia, a pesar de haberse obligado a mostrarse mesurado.
En la cartera económica destacan que el documento es consecuente con la buena disposición que encontraron los funcionarios de Guzmán en los miembros de la misión del Fondo. ¿Para qué más?
El comunicado reafirma, también, la sensibilidad que el oficialismo le adjudica a Georgieva. No solo porque manifiesta su coincidencia con la administración de Fernández "con el objetivo de restablecer el crecimiento y reducir la pobreza". Tanto o más importa que diga que "no es económicamente ni políticamente factible" demandar un resultado fiscal capaz, al mismo tiempo, de reducir la deuda y de lograr un crecimiento de la economía de magnitud tal que permita cumplir con los compromisos. ¿Una oda a la expansión y un límite al ajuste? Cuidado con los excesos.
Si se lee el pronunciamiento con rigor y sin embriagarse con el título, no hay riesgo de empalagarse con tanta miel. Podría ser tóxico que no se advirtiera que el organismo considera necesario cortar con tanta dulzura. La diplomacia con la que está redactado el texto no esconde ni disimula una cuota ineludible de acidez. Tal vez, corrosiva para el estómago sensible de la tribuna oficialista.
En primer lugar queda expuesta, por omisión, la ratificación de que el organismo no hará quitas sobre lo que la Argentina le adeuda, a pesar de lo demandado públicamente por Cristina Kirchner y avalado por Fernández. Eso queda para los acreedores privados.
Pero no es todo. Avanzado el texto hay un párrafo que para el Gobierno resulta demasiado explícito y deja al desnudo lo que viene intentando evitar.
"Las reservas y el peso se han estabilizado con el apoyo de los controles de capital y el superávit comercial. La inflación y las expectativas de inflación han bajado en los últimos meses, pero esfuerzos adicionales serán necesarios para reducirlas aún más desde sus altos niveles actuales", concluyó el Fondo.
Esfuerzos adicionales tiene una connotación que guarda una sinonimia no deseada con el vocablo ajuste. Es la palabra maldita que en el Gobierno nadie pronuncia ni quiere escuchar que se le endilgue. El propio Alberto Fernández usó su cuenta de Twitter para denostar interpretaciones que hablaban de ajuste en la reforma del cálculo de actualización de las jubilaciones.
En la Casa Rosada admiten que la renuencia a mostrar un plan económico excede la decisión de no exhibirles las cartas a los acreedores con los que dice estar jugando al póquer. Tampoco quieren inquietar a la tribuna local. Los "esfuerzos" serán inevitables y también llegarán a los propios.
Ahora solo les queda ilusionarse con que sean pocos los que se den cuenta de que el FMI acaba de spoilear una parte importante de la película por estrenar. Es momento de resaltar los dulces gratis.

¡¡¡¡¡ NUEVO PREMIO FUNDACIÓN MEDIFÉ FILBA DE NOVELA !!!!!!


Nace un premio de novela argentina con el modelo del Pulitzer y el Man Booker
Beatriz Sarlo, engranaje esencial de la máquina cultural argentina, será jurado del nuevo Premio Fundación Medifé Filba de Novela
Haciendo honor a su nombre, dos fundaciones (Filba y Medifé) se unieron para "fundar" un nuevo premio literario, ciento por ciento argentino. El propósito de distinguir las mejores novelas de editoriales locales durante un año es una buena noticia, sobre todo para los escritores argentinos o naturalizados argentinos que hayan publicado entre enero y diciembre de 2019: el ganador o la ganadora del Premio Fundación Medifé Filba de Novela se llevará $300.000, mucho más de lo que suele recibir la mayoría de los autores como adelanto, pero menos que las recompensas en dólares que entregan los concursos de los grandes grupos editoriales.
En su primera edición, el jurado estará integrado por la ensayista y crítica literaria Beatriz Sarlo, el escritor y editor Luis Chitarroni y la escritora y periodista Eugenia Almeida. Ellos evaluarán la cosecha 2019 de novelas argentinas. Como en la mayoría de los premios nacionales e internacionales, habrá un prejurado de lectores que seleccionará diez títulos (por supuesto, ni los integrantes del jurado ni los del prejurado podrán participar del concurso).
Una conversación vital sobre libros
"En la Argentina hay escritoras y escritores extraordinarios; queremos que este premio ayude a dar visibilidad a sus mejores obras y colabore con su circulación en el país y en el mundo -se lee en el comunicado oficial del Premio Fundación Medifé Filba, que se dio a conocer esta mañana-. Que respalde a las novelas elegidas y también a las editoriales que apostaron por ellas. Que reconozca el valor de la literatura como fuerza movilizadora de identidad, memoria y reflexión crítica". En concordancia con esa apreciación, el premio no podrá ser declarado vacante.
El plazo para postular las novelas se abrirá el 9 de marzo y concluirá el 15 de abril. Tanto autores como representantes de editoriales podrán presentar libros al concurso. Para que sean leídos en tiempo y forma, se deberá entregar tres ejemplares de novelas en idioma español, con ISBN de editoriales argentinas, publicadas entre el 1° de enero y el 31 de diciembre de 2019. Las bases completas se pueden consultar a partir de hoy en dos páginas web: la de Fundación Filba y la de Fundación Medifé.
Luis Chitarroni, editor, escritor y jurado del Premio Fundación Medifé Filba de Novela
A la manera del premio Man Booker (que cada año reconoce la mejor novela en lengua inglesa), primero se dará a conocer una "lista larga" (la longlist) de diez títulos seleccionados por el prejurado. Eso ocurrirá durante el invierno, a fines de junio. Sarlo, Chitarroni y Almeida leerán esas diez novelas y afinarán lápiz y puntos de vista para preparar una "lista corta" o shortlist de cinco títulos, que se anunciará a mediados de agosto. La ansiedad de los finalistas se prolongará hasta los primeros días de septiembre, cuando se sabrá por fin cuál es el libro ganador.
El premio será entregado a fines de septiembre, en el marco del 12° Festival Internacional de Literatura Filba. Una de las condiciones para concursar es que los cinco finalistas se comprometen a participar de las actividades del Filba de este año. En caso de que el ganador o la ganadora del premio viva fuera de Buenos Aires, la organización se encargará de cubrir los gastos del viaje para que pueda asistir al acto de entrega del premio, incluso si reside en el exterior.
Desde la Fundación Filba se ocupan de fortalecer y ampliar la conversación sobre libros y literatura más allá de la ciudad de Buenos Aires. "Una conversación seria y comprometida a la vez que amable, vital, lo más inclusiva posible -dice Gabriela Adamo, del equipo de la fundación-. Los premios siempre nos parecieron una estrategia de visibilización muy buena. En nuestro caso, queremos hacer visible a un puñado de libros y autores; queremos que se hable de ellos, que los libreros los exhiban más, que los medios los cubran y, por supuesto, tentar a la gente para que los lea". Si bien ninguna de las dos organizaciones que financian el premio es una editorial ni dependen de fondos del Estado, Pablo Braun (presidente de Filba) es dueño de Eterna Cadencia; según se informó, las novelas publicadas por este sello no podrán concursar. " Decidimos seguir el modelo del Booker o el Pulitzer y premiar libros ya publicados -agrega Adamo-. Ya hubo editores que tomaron el riesgo de jugarse por esos libros y transcurrió un tiempo de recepción. En ese momento los buenos libros necesitan más apoyo, una energía extra que los sostenga, mientras los autores están embarcados en proyectos nuevos. Un premio puede tener muchísimos efectos positivos, y a eso apostamos".
La escritora y periodista cordobesa Eugenia Almeida, garantía de perspicacia en el jurado del nuevo premio
¿Por qué a una empresa de salud le interesa la literatura? Daniela Gutiérrez, de Fundación Medifé, responde . "Entendemos salud no como un concepto abstracto ni organicista sino como un concepto concreto, como un buen vivir, salud ampliada hasta incluir la experiencia estética", dice. Para Gutiérrez, la alianza de Medifé con Filba para crear el premio de novela es un modo de reconocer a autores, editoriales y, por supuesto, libros. "Invertir en buena literatura es parte de nuestra misión", concluye.

D. G.

AUTORA Y LECTURAS RECOMENDADAS,


Florencia Bonelli. “Yo no hice una evolución en mi vida, hice una revolución”
Best seller indiscutida, impulsó el boom del género romántico en el país; seis de sus novelas se reeditan en una colección, Librópolis,

Con los auriculares puestos, Florencia Bonelli saluda vía Skype. Está pasando una temporada en Suiza. Sonríe, se muestra entusiasmada por volver a tener contacto con su público, con las lectoras que la convirtieron en una best seller indiscutida en la Argentina, con tres millones de ejemplares vendidos en la última década (Indias blancas, Lo que dicen tus ojos, la trilogía Caballo de Fuego y la más reciente bilogía La historia de La Diana). “Siempre digo que las lectoras son lo mejor que me dieron los libros”, reconoce la escritora cordobesa, de 48 años, que impulsó el género romántico en el país.
En tiempos de redes, hoy resulta frecuente el intercambio de los autores con sus lectores. En este sentido, ella fue una pionera. Por recomendación de su marido, Miguel, colocó en la solapa de Marlene su dirección del mail. “La respuesta fue genial. A esta altura te diría que a muchas ya no las siento solo lectoras, son mis amigas. Lo que más amo es sentarme a escribir, es mi pasión, y agradezco el vínculo que se dio con estas mujeres tan maravillosas”.

–Si algo caracteriza tu universo, justamente, son las Bonellistas, como se hacen llamar.

–Lo que logré lo hice gracias a ellas, son muy fieles. Ya es una tradición reunirnos a tomar el té cada vez que voy a Buenos Aires. Me conmueve lo que me escriben, lo que me cuentan. Tienen entre 14 y 90 años, es increíble. Lo que pasa es que yo escribo de una forma muy simple. Lo que busco es entretener, siempre fue así. 
Para mí la literatura es entretenimiento, lo ha sido siempre, desde chiquita era lo que a mí me gustaba hacer. Siempre digo que escribo como lectora, porque entiendo lo que se busca en este tipo de historias, nunca me preocupó la crítica. Recuerdo cuando presenté Caballo de Fuego. Gaza (la última parte de la trilogía), una mujer, se levantó, desde el fondo de la sala y dijo: “Tengo 92 años y el único miedo que tenía era morirme sin leer Gaza”. ¿Sabés qué pasa? El tema central de mis novelas es el amor, un sentimiento que nos atraviesa a todos, sin edad, y yo busco que cada vez que abran un libro sientan que están frente a una especie de arcón, en el que uno busca un tesoro. 
Para mí es importante que todos lean, que disfruten de lo que puede ofrecer un libro. Por eso me gusta ser parte de esta colección, Librópolis (ver aparte), porque las novelas llegan a todos lados, no solo a las librerías.
–En tiempos de militancia feminista, ¿cambió la forma de narrar el amor y describir a las protagonistas de las historias?

–La mujer es una guerrera, siempre lo fue, es el pilar del tejido social y por eso nos han querido mantener sometidas. Pero, volviendo a tu pregunta, el amor, en todas sus formas, es lo único constante, es lo único que le da sentido a la vida. 
La existencia humana sin amor es intolerable, nosotros nacemos para morir y resulta brutal vivir sin amor, ya sea el de pareja, padres, hijos, amigos. El feminismo también es un movimiento que nace del amor, que te dice que no estás sola, vamos juntas. En mis novelas, los personajes femeninos son fuertes (también hay hombres fuertes), son mujeres de armas tomar.
Creo, además, que la novela romántica ayudó a que se diera una gran liberación, que pudiéramos hablar de deseos, que no nos avergoncemos. Recibo cartas de mujeres que me contaron sus problemas sexuales, algunos traumas por la educación estricta en la que crecieron y que a partir de mis libros empezaron a liberarse, a gozar.

–En un tiempo se ocultaban las tapas de los libros de las novelas románticas porque daba pudor mostrar que se leían.

–Exacto, me pasó: tapaba algunos de los libros que leía porque sus ilustraciones eran muy explícitas o porque no era bien visto ese tipo de lectura. Quizá tu amiga leía estas novelas y vos no lo sabías. Hoy, hay foros, grupos que comparten opiniones en las redes. Conocí a dos chicas que fueron juntas a una de mis firmas, que se conocieron en el tren Roca y se hicieron amigas. Una de ellas estaba leyendo Indias blancas y la otra se acercó para comentarle que le había gustado y así empezaron. Esa es la magia de la lectura, compartir, querer que el otro sienta lo que te pasa.

–Creciste en un ambiente conservador, religioso e hiciste una carrera tradicional como la de Ciencias Económicas, pero un día decidiste romper con todo, transformarte en escritora y explorar el erotismo. ¿Cómo te animaste?

–Yo no hice una evolución en mi vida sino una revolución, en mi personalidad, en mi modo de pensar. Estaba destinada a esto, no hay ninguna duda. Lo veo así. Siempre digo que estudié Ciencias Económicas para conocerlo a Miguel, para ir a su casa y encontrar en la biblioteca de su mamá El árabe, de Edith Hull, el libro que me llenó la cabeza de ideas, de escenas, de diálogos, de historias.
 Fue Miguel el que me dijo que escribiera todo lo que tenía en la cabeza y así empecé. Es cierto, me animé, di un salto al vacío, en esa época tenía un buen trabajo, ganaba bastante bien, pero no lo dudé: la pasión que sentía era arrolladora, no había forma de escaparle.
–¿Cómo encarás la investigación de tus novelas, que atraviesan los siglos y abordan temas fuertes como la trata y la pedofilia?
–Amo investigar; tengo que ponerme tiempos, si no me pasaría años investigando y no escribiría. Considero que las tramas necesitan de un trabajo fuerte de investigación y con cada novela es más profundo. Tiene que ver con mi crecimiento, con mi revolución. Y me pasa de meterme en temas como la trata y la pedofilia, muy duros, que me deprimieron, que me enojaron, que hicieron que perdiera la alegría mientras escribía. ¿Cómo puede ser que seamos una especie tan mala, tan perversa? 
Por un tiempo tuve que alejarme, por eso me llevó tres años terminar Aquí hay dragones. Nadie está exento de que ocurran cosas horrorosas.
–¿Este año habrá novela nueva?
–Tengo una novela lista, rara, atípica; una historia contemporánea, en primera persona, que nació como cuento, pero es una novela contada desde la voz de ella y también de la de él, un tipo machista, argentino. La historia tiene que ver con el autoconocimiento, con las segundas oportunidades y con reconocer a los maestros que te manda el universo.

F. S.