miércoles, 17 de marzo de 2021

PENSAR VERDE


Con la vocación de recibir viajeros sin dañar el entorno
Ecohotel Posta de Purmamarca, Océano Patagonia, Calma Nono y Casartero son solo algunos de los muchos emprendimientos del país con gestión sustentable, que utilizan energías renovables, hacen tratamiento de aguas
A. V. 
Jujuy. En el Ecohotel Posta de Purmamarca utilizaron ladrillos de adobe hechos con compost para hacer una ampliación
No había opción para no ser sustentable. El que va a mi hotel sabe que está comprando más que una cama; está comprando un compromiso con la comunidad, el cuidado de la naturaleza. Yo no puedo contaminar esto, no puedo ir contra esto”, reflexiona Lucy Vilte, dueña del Ecohotel Posta de Purmamarca. “Esto” es nada más y nada menos que el imponente paisaje de la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy, donde está el Cerro de los Siete Colores, que se ve en todo su esplendor por las ventanas del hotel.
En la propiedad que administra Vilte desde hace 15 años, el 90 por ciento de los residuos los gestionan ellos. El 50 por ciento va para compost, con el que hicieron ladrillos de adobe para una ampliación del hotel. Cuentan con un sistema de calefacción solar, con cocina solar y calefón solar. También un sistema de reciclado de agua de lavarropas, que se usa para riego, entre muchas otras innovaciones. “Hago la trazabilidad completa para saber de dónde viene cada producto que ingresa al hotel, siempre voy por el camino largo”.
El ecohotel Posta de Purmamarca es uno de los muchos emprendimientos hoteleros, (cada vez hay más en el país y en el mundo), que invierten para un turismo sustentable, que provoque el menor impacto en el medioambiente.
“Todos los hoteles pueden tener una gestión sustentable, siguiendo criterios de eficiencia. No es imprescindible hacer inversiones millonarias o tener paneles solares, como a veces se piensa. Se pueden hacer muchas cosas para ser sustentables, que es perdurar en el tiempo causando el menor impacto en el medio y con los recursos que se tengan”, explica Emiliano Mastelli, coordinador técnico del programa Hoteles más verdes, una ecoetiqueta de certificación de sustentabilidad hotelera desarrollada por la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT).
La certificación analiza categoría y variables, vinculados con la calidad y el uso, como gestión ambiental, responsabilidad social, seguridad, proyectos de mejora continua, entre otras. “Es importante vincular todas las áreas del hotel. La sustentabilidad incluye el trabajo en equipo, el clima laborar. La ecología es importante, pero no es la única variable. Nosotros hacemos el coaching para que los hoteles logren estos objetivos. Es más sencillo de los que se piensa, es un cambio de actitud”.
El hotel Océano Patagonia, que está frente al mar, en Península Valdés, es otro ejemplo de sustentabilidad: fue concebido de cero como un edificio sustentable bioclimáticamente eficiente y costó un 30% más que una construcción convencional. Pero los dueños prefirieron el gasto extra en pos de ahorros futuros y de provocar el mínimo impacto en la zona. Utilizaron geotermia, una energía renovable poco habitual en el país, que se encuentra almacenada bajo la superficie terrestre en forma de calor y un sistema de aguas grises que reutiliza agua de duchas y piletas de cocina y baño para los depósitos de los inodoros.
“Los servicios en la zona son escasos: el agua se toma del mar y se desaliniza en un proceso que es costoso, no hay gas natural y la energía eléctrica suele funcionar mal. La inversión de la geotermia es alta, pero luego el consumo es muy bajo. Costó muchísimo hacer las perforaciones, porque el suelo acá es diferente”, cuenta Marcelo Battilana, dueño del hotel. Una caldera eléctrica para proveer de agua caliente sanitaria y calefacción hubiera consumiría entre 100 a 120 kilowatt. En cambio, el sistema de geotermia gasta 4 kw. Además, instalaron paneles fotovoltaicos y un rack de baterías que funcionan como un grupo electrógeno alimentado por la radiación solar.
Calma Nono, al pie de las Sierras Grandes, en Traslasierra, también fue concebido desde el día uno con un fin sustentable y ecológico. Cuenta con un sistema de energía solar que provee de agua caliente y calefacción y hacen tratamiento de aguas. El agua de ducha, bachas e hidromasaje se recicla para riego, también hacen compost con los desperdicios orgánicos, que luego utilizan como tierra en la huerta del hotel y cultivan verduras y hortalizas que sirven en el restaurante, junto con otros productos de la zona. La piscina se alimenta con agua de recupero de lluvia, que llega por medio de un caño de boca grande desde una pileta que instalaron en el techo del restaurante.
En San Rafael, Mendoza, rodeado de fincas de frutales, olivares y viñedos Casartero se creó con nuevos sistemas constructivos, diferentes a los habituales y amigables con el medio ambiente que incluyen paneles solares para generar agua caliente y calefacción en las habitaciones, tratamiento de aguas y containers marítimos en desuso como habitaciones y desayunador. “Encontramos en los containers una solución, porque contribuimos a la economía circular, la instalación es muy simple, no es invasivo, solo hay que hacer una base”, cuentan Germán y Virna Rodríguez, que hace un año y medio inauguraron la posada ecológica. También implementaron biodigestores para el recupero de las aguas grises, que luego se usan para riego.

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