Castores
Hace más de 50 años, en nuestra Patagonia, una especie no nativa empezó a invadir nuestros espacios. Una plaga imposible de controlar y generadora de daños invaluables. Los castores, estos animales traídos desde otro punto del mundo con la idea de progreso, resultaron de cierta manera inútiles para el desarrollo de la actividad económica. Sin un depredador astuto y hambriento, se sintieron cómodos y comenzaron a apropiarse de lugares sin el consentimiento de sus dueños y con negociaciones casi nulas e irrisorias. Sitio que el castor toma, lo destruye, y su huella se hace visible al poco tiempo. Su hábitat empieza a inundarse y los árboles añosos empiezan a caer, producto de la feroz actividad de estos roedores

El panorama es desolador. Así es como la inserción del castor en la Argentina se asemeja a la idea de populismo que el país tomó como propia hace varias décadas, de la mano de sombríos referentes y sin progreso alguno.
Tomando tierras ajenas y exterminando lo que toca. Construyendo madrigueras que se anegan de resentimiento, miseria e ignorancia. Es así como sintiéndose confortable en su hábitat y sabiendo que no hay grandes depredadores a la vista, aniquila cada árbol que se le cruza por delante; asegurando su vida y la de su familia, e importándole poco y nada lo que los rodea.
Lucas Sosa
Lucas Sosa
CARTA DE LECTORES
DIARIO LA NACIÓN
1-9-21
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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