LADISLAO JOSÉ BIRO
EL INVENTOR DEL BOLÍGRAFO
Desde 1990, cada 29 de septiembre se festeja en la Argentina el Día del Inventor en homenaje del nacimiento en esa fecha de 1899 de Ladislao José Biró.
Periodista e inventor incansable que llegó a patentar 32 inventos entre los que se destacan una máquina para lavar ropa, un perfumero, un sistema de cambios automático en los automóviles y un vehículo electromagnético, pero no cabe duda de que su invento más importante, y que le ha dado fama mundial, ha sido el bolígrafo.
Bíró nació en una familia judía húngara en Budapest, después de dejar la escuela, comenzó a trabajar como periodista en Hungría, mientras trabajaba como periodista, estaba molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma fuente (que era para diestros y él era zurdo) cuando se le atascaba en medio de un reportaje. Entonces, junto con su hermano Gyorgy, que era químico, logró una tinta muy útil para la escritura a mano, pero que no podía utilizarse con la pluma pues se trababa al escribir, tuvo la idea observando a unos niños jugar en la calle con bolitas que al atravesar un charco salían trazando una línea de agua en el piso seco con lo que se dio cuenta de que las puntas de las plumas deberían ser esféricas. Biro presentó el descubrimiento de la birome en 1931 en la Feria Internacional de Budapest y, finalmente, lo patentó en 1938. El ascenso del nazismo al poder en Alemania y el estallido de la Segunda Guerra Mundial impidieron poner en marcha la producción industrial del invento. Pero un encuentro casual con el expresidente de Argentina, Agustín Pedro Justo, resolvería todos los problemas del inventor. El político argentino no solo animó a Biro a desarrollar su invento en Argentina, sino que además consiguió los visados para que tanto él como su hermano y su socio y amigo Juan Jorge Meyne de origen también judío, pudieran abandonar Europa.
En el mes de mayo de 1940 emigraron hacia Argentina, en ese año formaron la compañía Biro Meyne Biro y en un garaje con 40 operarios y un bajo presupuesto mejoró su invento, patentado el 10 de junio de 1943 en Buenos Aires. Lanzaron el producto al mercado bajo el nombre comercial de Birome (acrónimo con las sílabas iniciales de Biro y Meyne). La firma lanzó al mercado un nuevo prototipo a un precio muy bajo: la esferográfica .El invento era tan barato que los argentinos, acostumbrados a gastar grandes sumas de dinero en plumas y en tinta, no se lo tomaron en serio, y al principio solo fue empleado por los niños en la escuela.
Con el tiempo, el hecho de que el bolígrafo de Ladislao José Biro secase la tinta en el acto, no la malgastase, que era muy fácil y barata de rellenar y que su tinta fuera indeleble le hicieron ganar popularidad. Poco antes de morir, vendió licencias sobre su patente a Eversharp Faber, en EE.UU., y a Marcel Bich fundador de Bic, en Francia. El invento se reveló muy útil: tenía una tinta de secado rápido, servía para escribir en papel carbón, no se veía afectado por los cambios de temperatura y de presión, y podía ser utilizado en los aviones.
Al momento de su muerte, las licencias habían llevado millones a las arcas argentinas y su invento, aunque fabricado por otras marcas y no Birome, había sustituido a la pluma en las clases medias, bajas y en el sistema de enseñanza americano. Con el tiempo, el invento de Ladislao José Biro se ha convertido en parte invisible e indispensable de la vida diaria de miles de millones de personas en todo el mundo.




No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.