Ensayos reunidos, de Abelardo Castillo
Un autor argentino, en sus ensayos
Eduardo Lamarche
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Abelardo Castillo (1935-2017), por si hace falta recordarlo, fue un cuentista central (Las otras puertas, El espejo que tiembla), dramaturgo (Israfel) y, a partir de El que tiene sed (1985), novelista, como también prueban Crónica de un iniciado y El evangelio según Van Hutten. Sus diarios, que se publicaron en dos tomos recientes, lo revelaron también como minucioso cronista.
Ensayos reunidos resguarda bajo una misma tapa los dos libros de ese género que publicó: Los trabajos y los días (1989) y Desconsideraciones (2010). Quizá llame la atención que un autor tan bien plantado haya dejado en comparación (o al menos seleccionado) una cantidad escueta de páginas como ensayista. Sobre todo si se considera –se trate de un artículo extenso o una simple reseña– lo dúctil, firme, reconocible del tono.
El volumen, en todo caso, que incluye trabajos de distintas épocas y a menudo ocasionales, refleja los intereses de Castillo, con su prosa punzante. Ahí está la fascinación por Roberto Arlt (antes de que hubiera una biografía confiable), los misterios de por qué a Hermann Hesse hay que leerlo a cierta edad, los recuerdos de Cortázar (con el que no se tuteaba) o las reflexiones sobre Hemingway y Sartre, mitos como Gardel, el rescate de Rafael Barrett o un extenso texto sobre Horacio Quiroga. También la pasión por el ajedrez. En el prólogo, Claudio Zeiger –que recuerda que Castillo era un gran lector de filosofía– lanza la hipótesis de que en estos ensayos el escritor es más personal –más personal, no más autobiográfico– que en su narrativa. Tiene, sin duda, la cercanía de un diálogo tácito con el lector.
Ensayos reunidos
Por Abelardo Castillo
Seix Barral
360 páginas, $ 6000
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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