Juicio en San Isidro: “No sé a qué velocidad iba”, dijo el conductor de la lancha que embistió y mató al hijo de Storani
Pablo Torres Lacal comenzó a ser juzgado por el triple homicidio con dolo eventual de Manuel Storani, su madre María de los Ángeles Bruzzone, y Francisco Gotti, quienes fallecieron el 31 de marzo de 2016 en el Delta bonaerense
Matías Bianchi
Pablo Torres Lacal tomó la palabra y habló ante los jueces Alberto Ortolani, Sebastián Urquijo y Gonzalo Aquino, quienes hoy comenzaron a juzgarlo por triple homicidio con dolo eventual. Se trata del conductor de la lancha que el 31 de marzo de 2016 embistió una embarcación en el Delta, a la altura de Tigre. Como consecuencia del impacto murieron Manuel Storani, el hijo menor del exministro y exdiputado nacional Federico Storani, y su madre, María de los Ángeles Bruzzone, y Francisco Gotti. “No sé a qué velocidad iba”, sostuvo el acusado.
Antes de afirmar que no sabía a qué velocidad conducía la lancha la última noche de marzo de 2016, aunque dijo que “iba normal, tranquilo, a entre 2000 y 2500 vueltas”, Torres Lacal, de 55 años, agradeció al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de San Isidro la posibilidad de que se escuchara su voz.
“Es alejado que se me acuse de no valorar la vida. No recuerdo qué pasó después que me golpeé. Al séptimo día recuperé la conciencia. Lloré mucho. Pido disculpas a los presentes. A mí se me murió un amigo [Gotti viajaba en su embarcación]”, afirmó mientras el público, amigos y familiares de Storani, escuchaban con atención sus palabras.
Al iniciar el debate, el representante del Ministerio Público, Juan Diego Callegari, sostuvo: “Este hombre [por Torres Lacal mostró un desprecio absoluto por la vida. Tuvo una conducta homicida. Es una vergüenza que estemos haciendo este juicio siete años después [de los hechos]”.
El abogado de Torres Lacal, Maximiliano Rusconi, sostuvo que respetaban el dolor. En ese momento, Constanza Storani, hermana de la víctima, tosió de forma irónica. “Una sentencia injusta empeora las cosas. El dolo no existió. Torres Lacal pudo haber muerto. Va a quedar claro la necesidad de absolver a Torres Lacal”.
Tras la audiencia, Federico Storani dijo “Remover cuestiones dolorosas es difícil. Va echando claridad. La posición del acusado es confusa. No hay coherencia, no guarda concordancia el relato. Es como un eclipse que se va corriendo y la luz va asomando. Quién embiste es responsable y él la partió [a la lancha donde viajaban Manuel y Bruzzone] por la mitad. [Torres Lacal] No estuvo ni una hora detenido. Manipularon la sangre, por eso a él no le dio nada y al amigo el resultado le arrojó una muy alta intoxicación”.
Antes de iniciar el juicio, Storani había afirmado: “Que la Justicia sancione de manera ejemplar a quienes actúan con desaprensión y desprecio a la vida y terminan ocasionando muertes de personas muy jóvenes que podrían haber sido muy útiles a la sociedad. Y a nosotros nos desgarró, partió la vida”.
Sobre la falta de pedidos de disculpas de Torres Lacal, el dirigente político sostuvo: “Cualquiera consigue mi teléfono y él nunca me llamó”.
En la audiencia, Torres Lacal había dicho que le pareció ofensivo llamar a Storani, que quiso acercarse y que le escribió por Facebook.
“No quise hacerle daño a nadie”, afirmó el acusado.
El accidente
Todo sucedió pasadas las 23 del 31 de marzo de 2016 en el canal Vinculación, a unos 200 metros del río Luján, cuando Manuel Storani, Bruzzone y su pareja, Lucas Sorrentini, junto con otras tres personas, volvían de cenar en un restaurante del Delta y fueron embestidos por una lancha Fishing 551, bautizada Shark II, que había salido a las 23.20 a navegar desde la Guardería Náutica Sarthou, en San Fernando.
La lancha Mad II, una Bermuda Caribbean azul, prácticamente fue partida al medio y sus ocupantes terminaron en las aguas del canal Vinculación. Fueron rescatados por personas que viajaban en otra embarcación.
Como consecuencia del choque, murieron Francisco Gotti, que viajaba en la lancha conducida por Torres Lacal; Bruzzone mientras era trasladada al centro de salud de la zona, y Manuel, cuyo cuerpo fue encontrado en el Río Luján tres días después.
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Un comisario fue acribillado por una banda de motochorros
Gustavo Romero, de 43 años, esperaba a que su mujer saliera del trabajo cuando los delincuentes intentaron asaltarlo
Un comisario bonaerense fue asesinado de cuatro tiros por delincuentes que intentaron robarle la moto cuando esperaba a que su pareja saliera de trabajar en una farmacia de Banfield, y por el crimen fue arrestado un sospechosos que le confesó a su pareja que se había “mandado una macana”, informaron fuentes policiales y judiciales.
El hecho ocurrió anteanoche a las 20.55, cuando el comisario Gustavo Romero, de 43 años, que revistaba en la delegación La Plata de la División Crimen Organizado, aguardaba vestido de civil y en su moto Kawasaki blanca a que su esposa saliera de trabajar de un local ubicado en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Vieytes, de Lomas de Zamora.
En esas circunstancias, varios delincuentes armados que se desplazaban a bordo de cuatro motos intentaron robarle la suya; el comisario se resistió con su arma reglamentaria y se desató un tiroteo.
La secuencia, de solo 25 segundos, fue registrada por una cámara de seguridad de la zona; en las imágenes se ve cómo cinco delincuentes regresan sobre el policía y, sin concretar el robo de la moto, se dan rápidamente a la fuga tras el ataque, que comandó uno de ellos.
En el tiroteo, el comisario recibió cuatro disparos –dos en el tórax, uno en la espalda y el restante en la cabeza–, y fue trasladado al Hospital Gandulfo, donde falleció.
La víctima era hermano del inspector de la Policía Federal Argentina (PFA) Diego Romero, de 35 años, que también fue asesinado a balazos en un enfrentamiento con delincuentes ocurrido el 16 de diciembre de 2012 en Lanús.
Fuentes policiales señalaron que intervinieron en el lugar del hecho agentes de la comisaría 2ª de Banfield, quienes encontraron al menos seis vainas servidas en la vía pública, aunque no el arma del comisario, que, según se sospecha, fue robada por los asaltantes.
Voceros judiciales indicaron a la agencia Télam que un joven identificado como Gustavo Alejandro Martins, de 25 años, alias el Gordo Ale, fue aprehendido por el hecho cuando se trasladaba en un Citroën C3 junto a su suegro por la vecina localidad de Villa Transradio.
El sospechoso fue localizado tras una serie de allanamientos de urgencia realizados por la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Lomas de Zamora.
“Me mandé una macana, maté al policía, si no lo mataba me mataba a mí”, fue lo que le confesó Martins a su pareja, según detallaron los voceros consultados. El sospechoso será indagado hoy por los fiscales Gerardo Loureyro y Lorenzo Latorre, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora
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El próximo lunes se dará a conocer el veredicto por el crimen de Blaquier
La fiscalía y la querella pidieron que los dos adolescentes que llegaron a juicio sean condenados por homicidio calificado
Gabriel Di Nicola
Captura de videoEl momento en el que los dos sospechosos escapan, en sendas motos, tras el crimen
Cuando la operadora del 911 atendió, de fondo escuchó que una mujer exclamaba: “¡Ay, por favor, dame algo! ¡Por favor!”; un instante después, el hombre que había llamado pidió auxilio: “Hay un asalto con un tiro, le pegaron a una persona que está tirada. Fue un intento de robo. Está tirado en la Panamericana. Tiene una herida en el pecho. Necesitamos una ambulancia urgente”.
Cinco minutos antes de las 19 del 29 de octubre de 2022, los testigos del homicidio del empresario Andrés Blaquier, acribillado de un tiro en el pecho por ladrones que le robaron la moto, hicieron esa llamada estremecedora al número de emergencias policiales.
No pasó un año de eso, pero el proceso avanzó y el lunes próximo se conocerá el veredicto del juicio a los dos adolescentes acusados como autores del crimen. Ayer terminó la etapa de los alegatos. Y, como anticipó la Fiscalía y la familia de la víctima pidieron que ambos sospechosos sean condenados.
Como los imputados son menores de edad, los jueces del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de San Isidro Alejandro Flori, Silvia Chomiez y Patricia Klentak solo decidirán si son inocentes o culpables del hecho que se les atribuye. Una vez que la sentencia quede firme se realizará un juicio de cesura, en el que se determinará la pena que se les aplicará, que no podrá ser la máxima de la escala penal del delito por el que se los encuentre responsables.
Para la fiscal Paula Romeo los dos adolescentes son responsables de robo agravado por el uso de arma de fuego y por resultar lesiones graves, en concurso real con homicidio criminis causae (matar para lograr la impunidad), y por haberse cometido con arma de fuego.
La fiscal Romeo afirmó que los dos imputados tuvieron un “codominio funcional” de lo ocurrido y pidió que cuando cumplan la mayoría de edad sean alojados en una unidad penal.
Entre las pruebas que Romeo repasó en su alegato destacó los videos de las cámaras de video que mostraron todo el recorrido de los imputados desde el lugar del asalto hasta un hospital de Garín donde uno de ellos buscó atención por lesiones compatibles con una caída de la moto, el cotejo de los videos con imágenes de los rostros de los adolescentes y los dichos de sus novias, que los comprometieron, detallaron los voceros.
El abogado Ramiro Salaber, que representa a la familia de la víctima, también pidió la condena para los dos adolescentes acusados. El letrado mantuvo la calificación que sostuvo cuando requirió la elevación a juicio de la causa: homicidio triplemente agravado por ser criminis causae, por alevosía y por uso de arma de fuego, en concurso real con robo doblemente agravado por uso de arma de fuego y por provocar lesiones graves (las heridas que sufrió la esposa del empresario, Magdalena De Elordy, al caer de la moto).
Al cierre del debate, los dos sospechosos tuvieron la oportunidad de decir sus últimas palabras antes del fallo: eligieron el silencio.
Los defensores oficiales María Paz Rodríguez Senese y Santiago Moisés solicitaron las absoluciones, al plantear las nulidades de una serie de allanamientos de urgencia y, subsidiariamente, una condena por homicidio en ocasión de robo. También sostuvieron que quien conducía la moto de los sospechosos tuvo una participación secundaria y no debería ser considerado “coautor”.
Durante las audiencias del juicio fueron exhibidas las filmaciones de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Pilar y de un bingo, imágenes que fueron claves para identificar a los sospechosos y reconstruir el crimen.
“La expectativa que tenemos es que los declaren culpables. Existen pruebas suficientes que demuestran su culpabilidad”, había dicho el abogado Salaber antes de empezar el juicio. El lunes próximo se conocerá la palabra final de los jueces
Cuando la operadora del 911 atendió, de fondo escuchó que una mujer exclamaba: “¡Ay, por favor, dame algo! ¡Por favor!”; un instante después, el hombre que había llamado pidió auxilio: “Hay un asalto con un tiro, le pegaron a una persona que está tirada. Fue un intento de robo. Está tirado en la Panamericana. Tiene una herida en el pecho. Necesitamos una ambulancia urgente”.
Cinco minutos antes de las 19 del 29 de octubre de 2022, los testigos del homicidio del empresario Andrés Blaquier, acribillado de un tiro en el pecho por ladrones que le robaron la moto, hicieron esa llamada estremecedora al número de emergencias policiales.
No pasó un año de eso, pero el proceso avanzó y el lunes próximo se conocerá el veredicto del juicio a los dos adolescentes acusados como autores del crimen. Ayer terminó la etapa de los alegatos. Y, como anticipó la Fiscalía y la familia de la víctima pidieron que ambos sospechosos sean condenados.
Como los imputados son menores de edad, los jueces del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de San Isidro Alejandro Flori, Silvia Chomiez y Patricia Klentak solo decidirán si son inocentes o culpables del hecho que se les atribuye. Una vez que la sentencia quede firme se realizará un juicio de cesura, en el que se determinará la pena que se les aplicará, que no podrá ser la máxima de la escala penal del delito por el que se los encuentre responsables.
Para la fiscal Paula Romeo los dos adolescentes son responsables de robo agravado por el uso de arma de fuego y por resultar lesiones graves, en concurso real con homicidio criminis causae (matar para lograr la impunidad), y por haberse cometido con arma de fuego.
La fiscal Romeo afirmó que los dos imputados tuvieron un “codominio funcional” de lo ocurrido y pidió que cuando cumplan la mayoría de edad sean alojados en una unidad penal.
Entre las pruebas que Romeo repasó en su alegato destacó los videos de las cámaras de video que mostraron todo el recorrido de los imputados desde el lugar del asalto hasta un hospital de Garín donde uno de ellos buscó atención por lesiones compatibles con una caída de la moto, el cotejo de los videos con imágenes de los rostros de los adolescentes y los dichos de sus novias, que los comprometieron, detallaron los voceros.
El abogado Ramiro Salaber, que representa a la familia de la víctima, también pidió la condena para los dos adolescentes acusados. El letrado mantuvo la calificación que sostuvo cuando requirió la elevación a juicio de la causa: homicidio triplemente agravado por ser criminis causae, por alevosía y por uso de arma de fuego, en concurso real con robo doblemente agravado por uso de arma de fuego y por provocar lesiones graves (las heridas que sufrió la esposa del empresario, Magdalena De Elordy, al caer de la moto).
Al cierre del debate, los dos sospechosos tuvieron la oportunidad de decir sus últimas palabras antes del fallo: eligieron el silencio.
Los defensores oficiales María Paz Rodríguez Senese y Santiago Moisés solicitaron las absoluciones, al plantear las nulidades de una serie de allanamientos de urgencia y, subsidiariamente, una condena por homicidio en ocasión de robo. También sostuvieron que quien conducía la moto de los sospechosos tuvo una participación secundaria y no debería ser considerado “coautor”.
Durante las audiencias del juicio fueron exhibidas las filmaciones de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Pilar y de un bingo, imágenes que fueron claves para identificar a los sospechosos y reconstruir el crimen.
“La expectativa que tenemos es que los declaren culpables. Existen pruebas suficientes que demuestran su culpabilidad”, había dicho el abogado Salaber antes de empezar el juicio. El lunes próximo se conocerá la palabra final de los jueces
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