lunes, 19 de agosto de 2024

ARGENTINA.... UN BRILLANTE FUTURO TURÍSTICO Y GRUPO OULIPO


Las estrategias para convertir al país en un gran destino turístico
“El turismo está cambiando y la Argentina tiene muchas posiilidades“, dice la especialista Daniela Otero, presidenta interina del Comité Mundial de Ética de ONU Turismo
Ana D'Onofrio
El producto Argentina ofrece una multivariedad de áreas naturales únicas, paisajes increíbles de lagos y montañas, playas de Buenos Aires hasta el sur, esquí, rutas de senderismo y ciclismo, la ruta del vino y restaurantes gourmet..Secretaría de Turismo de Salta
PALMA DE MALLORCA.- La saturación turística es uno de los grandes temas de este verano europeo, aunque la preocupación llega hasta Asia. Miles de personas se manifestaron en las calles de Barcelona, Alicante y Palma de Mallorca. Canarias desfiló con carteles que decían “Turista, ¡respeta mi tierra”. Venecia, Málaga, Ámsterdam, Dubrovnik y Berlín toman medidas, y hasta Kenia se planta para evitar aglomeraciones en el Masai Mara, que afectan las migraciones de animales, especialmente el guepardo. Bután lleva los controles a tal extremo que, para visitarlo, hay que pagar una tasa diaria de cien dólares por persona.
El ensayista islandés Egill Bjarnason, autor de Cómo Islandia cambió el mundo, dijo en La Vanguardia hace unos días: “Islandia tenía poco turismo hasta que llegó Instagram con sus selfies”. Y no le falta razón, ya que no es el único que hace hincapié en el tremendo efecto viralizador de esa red social en la promoción de lugares.
“El modelo está haciendo agua, porque socialmente no es sustentable. La llamada turismofobia no es tan así, pero a veces se buscan términos muy marketineros para instalar cuestiones necesarias de debatir. Muchas comunidades sienten que el turismo les hace perder calidad de vida. Por eso, hoy sustentabilidad significa no solo cuidar lo ambiental, un paradigma que ya está muy instalado por suerte, sino mantener también la calidad de vida de los locales. Esto es algo del orden de la sustentabilidad social”.
Quien habla es la licenciada Daniela Otero (58), presidenta interina del Comité Mundial de Ética de ONU Turismo desde hace casi tres años. Ex CEO de Skål International, la mayor organización mundial que reúne a todos los sectores de la industria de viajes y turismo, es una especialista con gran trayectoria que dejó la Argentina hace más de veinte años y actualmente reside en la Costa del Sol. En un diálogo telefónico con la nacion, no solo se explayó sobre este fenómeno que ocupa las primeras planas europeas, sino que analizó el potencial turístico de la Argentina y el Cono Sur.
Cuevas de hielo en Islandia
–Miro la tele y leo la prensa, y digo ‘¡Qué bien nos vendría en la Argentina un poco de esta saturación de la que Europa tanto se queja!’
–Conozco bastante mi país porque de joven trabajé mucho allí, y tengo claro que en la Argentina no se vive hoy esta realidad porque no hay, como en tantos países europeos, tasas de PBI marcadamente relacionadas con el turismo. Pero que no ocurra hoy no significa que no vaya a ocurrir. Por eso el país debe estar preparado para enfrentar esos retos.
–Dentro del Cono Sur latinoamericano, ¿cómo nos situamos?
–En un lugar destacadísimo. Argentina es uno de los países latinoamericanos que más turistas extranjeros recibe y el que más visitas concentró en 2023 en esa zona. Como decimos nosotros, es un destino de largo alcance. Tenés que tomar un avión, viajar más de seis horas y estar una determinada cantidad de días para amortizar todo lo que cuesta este periplo. Pero hay una gran oportunidad en este momento porque el panorama turístico está cambiando. Mientras que los destinos clásicos siguen siendo muy atractivos, una nueva tendencia está ganando fuerza, el turismo en destinos emergentes y Latinoamérica. Ahí hay una gran posibilidad. La gente conoce el producto Argentina y sabe que ofrece una multivariedad no exenta de sofisticación y exotismo, áreas naturales únicas, paisajes increíbles de lagos y montañas, playas desde Buenos Aires hasta el sur, esquí, rutas de senderismo y ciclismo, la ruta del vino, restaurantes gourmet y ni que hablar de la vida cultural de Buenos Aires y el tango en particular.
Daniela Otero, presidenta interina del Comité Mundial de Ética de ONU Turismo
–¿De qué hablamos cuando decimos turismo de destinos emergentes?
–Hablamos de la diversificación de la oferta turística, es decir, ir a lugares que no son convencionales; reducción de la presión sobre destinos saturados; desarrollo económico de nuevas regiones; preservación de culturas y tradiciones locales; oportunidad de negocios para operadores turísticos innovadores; fomentar el turismo sostenible y responsable; creación de experiencias únicas y memorables para los viajeros. En estos puntos tienen que poner el foco los países emergentes, entre los cuales están todos los del Cono Sur. Esto sería beneficioso para las economías locales, los viajeros, y contribuiría a un desarrollo turístico más equilibrado a nivel global.
–Las realidades paralelas que se viven en otros continentes: saturación turística e incesante aumento de viajeros.
–Sí, me gustaría ponerlo en contexto. Se sabe que el turismo es una de las industrias de más rápido crecimiento en el mundo, por lo tanto, es un factor clave en el desarrollo económico de los países. Pero a nivel global están apareciendo cuestiones éticas que exigen un enfoque más responsable del desarrollo de esta industria.
–Ética y turismo, ¿cómo se vinculan?
–Ética aplicada al turismo es el impacto que tienen nuestras acciones cuando viajamos. Se requiere una manera responsable y respetuosa de viajar, con una actitud que deje un impacto positivo en el lugar que visitamos. En lo económico, en lo ambiental y en lo social. Reducir el impacto negativo en el medio ambiente, promoviendo el crecimiento económico y la conservación cultural. Viajar informado sobre el lugar al que voy a ir. Si conozco sus necesidades, cuido su patrimonio. Eso es ética del turismo. Creo que el ejemplo tiene que venir de los viajeros, ellos tienen que ser los verdaderos agentes de cambio, ser empáticos, conscientes y conectados con el lugar al que visitan.
Trekking sobre el glaciar Viedma, en Santa Cruz, una de las opciones que podría promocionarse
–¿Es sencillo llevarlo a la práctica?
–Es complejo, pero no imposible. Algunos destinos ya han comenzado a trabajar en campañas de concientización.
–Deme ejemplos de acciones o campañas…
–Dos ejemplos dentro de España: País Vasco, por ejemplo, ha creado una campaña que utiliza el eslogan “No seas un turista, sé uno más”. Simple pero potente, en busca de un turista respetuoso que elija experiencias locales y singulares en línea con el Código Ético de ONU Turismo. No son los únicos. En la Costa del Sol ya usan nuevas tecnologías, que dan muchísima información, para medir cuánto de lo ingresado por turismo se destina a la educación y sanidad pública, y cuánto se reinvierte en los famosos Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS, a los que está adscripta incluso la Argentina. No es menor que la gente sepa que lo que ingresa por ese turista, le vuelve en servicios.

–¿Otros casos?

–Ámsterdam, una zona con una fragilidad similar a la de Venecia. A través de una aplicación miden los tiempos de espera en las principales atracciones turísticas y sugieren a los usuarios otros sitios también interesantes, pero menos saturados. El algoritmo permite, asimismo, personalizar las recomendaciones. Venecia está trabajando en algo parecido. La tecnología es de gran ayuda para “gestionar” estos desafíos de una forma amigable. Otra forma de regulación son los precios.
Bután lleva los controles a tal extremo que, para visitarlo, hay que pagar una tasa diaria de cien dólares por personaTaranná viajes
–¿Los precios?
–Ajuste de precio para diversificar la demanda. Lo están haciendo en Dubai, en el famoso edificio Burj Khalifa. Segmentan la tarifa por visitante y por horario. El problema que tenían era que todo el mundo quería subir a ver la puesta de sol y no daban abasto. Ahora el precio varía según la hora y la demanda. Puesta de sol a un precio equis. Resto del día mitad de precio. En Brujas se prohibieron las fiestas en la calle, el ingreso de autobuses turísticos a determinados sitios y también de patinetas. Recibían ocho millones de visitantes al año. No había más remedio que aplicar algunas restricciones. Los barrios saturados de Berlín, donde además hay muchos estudiantes, limitaron los pisos turísticos en edificios privados, y prohibieron arrastrar las maletas sobre el empedrado porque despertaban a los lugareños. Tomaron ideas haciendo un brainstorming integrando a los propios vecinos del lugar. A veces no todo es económico. Es educar, consensuar medidas y tomar la decisión.
–¿Qué alcance tiene el Código de Ética?
–Bueno, como se sabe, ONU Turismo puede aconsejar, sugerir, pero no es vinculante. No tiene territorialidad. Sí podemos hacer aportes a los distintos estados, ayudar a gestionar, colaborar. Esto está entre nuestras posibilidades. Recuerdo que la Unesco, que es una agencia de la ONU que protege el patrimonio cultural, recomendó proteger los recursos de Galápagos, en Ecuador, y en 2007 lo incluyó en la lista de destinos en peligro. Fue una forma de ayudarlos para que pudiesen gestionar mejor el destino. En estos momentos estamos en un proceso destinado a convertir el Código Mundial de Ética del Turismo en un tratado internacional vinculante.
En Ámsterdam, a través de una aplicación miden los tiempos de espera en las principales atracciones turísticas y sugieren a los usuarios otros sitios también interesantes, pero menos saturados
–¿Cómo?
–Si bien el Código de Ética continuará coexistiendo para aquellas entidades del sector privado que deseen adherir a sus principios, la ratificación de la Convención comprometerá a los países a desarrollar políticas para que todos, turistas, sector público y privado en sus territorios respeten estos principios éticos consensuados y mayoritariamente aceptados, resultando en un turismo más ético y sostenible en el plano internacional. Éste es nuestro compromiso, desde ONU Turismo y desde el Comité de Ética precisamos la colaboración de los países miembros para lograrlo. Creo que es posible. ¡Faltan solo que firmen seis países! Y le puedo adelantar que ha habido muy buena recepción en Latinoamérica. Países como Ecuador, Paraguay, Uruguay y Colombia están trabajando en conversaciones y en busca de los consensos necesarios previos a la firma. La diferencia entre el Código de Ética y la Convención Internacional es que una vez que obtengamos las ratificaciones requeridas, esto generará deberes y obligaciones para los estados firmantes, y nosotros vamos a tener un protocolo facultativo para trabajar en la conciliación de controversias. El empuje de América Latina sería clave en estos momentos para que el Código se convierta en Convención Internacional. Y ya no sería solo voluntario, sino vinculante.
–Bueno, ahora volvamos al pago y soñemos que alguien la llama y le pide cinco sugerencias para impulsar el turismo en la Argentina, ¿qué diría?
–Que hay que ser innovadores al momento de usar estrategias de marketing como primera medida. Marketing de contenidos; story-telling; realidad virtual o realidad aumentada, que algunos destinos ya ofrecen; promocionar eventos locales, festivales, eventos culturales únicos. Planes turísticos novedosos: la Argentina da para programas de aventura, gastronomía, bienestar y relax. Hacer paquetes temáticos y ofrecer experiencias exclusivas. Algunos países deciden ofrecer como excepción lugares habitualmente no disponibles para la visita del público en general, y convertir esto en una experiencia exclusiva. Recuerdo que Roma destinó a galas líricas un área que generalmente estaba preservada, y este evento anual generó un nuevo hábito turístico. Una estrategia que se puede imitar. También están dando mucho resultado en diversos países las opciones personalizables y adaptadas estrictamente al gusto del usuario. Experiencias a medida.
–El ecoturismo también puede tenerse en cuenta…
–Justamente estaba pensando en otro nicho, que es el de gente que decide hacer viajes que tengan un impacto positivo en las comunidades locales, esto se ve mucho en países de África. También los nórdicos, que siempre han sido de avanzada, ahora compran pasajes aéreos, aunque tengan que pagarlos más caros, que usan las rutas aéreas de menor impacto negativo en el medio ambiente. Hay que estar muy atento a las tendencias.
"El País Vasco ha creado una campaña que utiliza el eslogan 'No seas un turista, sé uno más'", dice Otero
–Tenemos en contra que estamos muy lejos…
–Sí, es un destino de largo alcance, pero para menguar esto se podría pensar en combinar distintos destinos de la región en un mismo “paquete de viaje”, por ejemplo: Jujuy, el Titicaca y el desierto de Atacama. Argentina, Bolivia y Chile. La propuesta es diferente: se amortiza tiempo y gasto.
–¿Cuáles son las tendencias de 2024?
–Demanda de experiencias auténticas y fuera de lo común; énfasis en turismo de bajo impacto y sustentable; turismo de aventura y ecoturismo en lugares poco explorados; integración de la tecnología en la experiencia de viaje, incluyendo la realidad aumentada y la realidad virtual; destinos que combinen naturaleza, cultura y aventura; auge del turismo lento, slow tourism, estancias más largas y experiencias más profundas, calidad más que cantidad; lugares con oportunidades de bienestar y desconexión digital. Parece paradójico, pero hay gente que ya lo está buscando.
–Pareciera que somos el paraíso, sin embargo…
–Si tengo que resumir diría que la Argentina es un producto que tiene mucha personalidad y con enorme potencial. Miro el país y veo un potencial brillante. Pero también hay mucho por hacer. El desafío es establecer un plan estratégico a largo plazo y que pueda continuar independientemente del gobierno que esté. He aquí el quid de la cuestión. Un pacto de estado a largo plazo y consensuado con todos los sectores. Todo indica que el turismo seguirá en crecimiento. Aquellos países que sean competitivos, innovadores, adaptables y piensen en soluciones sustentables, están muy bien posicionados en la década que viene. ¡Y la Argentina puede hacerlo!
Los más visitados, en cifras
Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), la contribución del turismo al PBI mundial superará en un 7,5 % los niveles de 2019 y se calcula que en la próxima década creará 126 millones de empleos.
España, que es el segundo país más visitado del mundo, luego de Francia, con 83 millones de turistas el año pasado, podría alcanzar en 2024 los 100 millones, lo que lo llevaría a pelear por el podio, hasta ahora en poder de Francia. El tercer lugar es los Estados Unidos.
Si se miran las divisas, hay que decir que España generará en diez años ingresos por turismo de 100 mil millones más de euros que en 2023, alcanzando la friolera de 285 mil millones.

Los diez principios del Código Mundial de Ética del Turismo

Artículo 1. Contribución del turismo al entendimiento mutuo y el respeto entre pueblos y sociedades.

Artículo 2. El turismo como vehículo para la realización individual y colectiva.

Artículo 3. Turismo, un factor de desarrollo sustentable.

Artículo 4. El turismo como usuario de la herencia cultural de la humanidad, contribuyendo a su mejora.

Artículo 5. El turismo, actividad beneficiosa para los países y las comunidades de destino.

Artículo 6. Obligaciones de las partes interesadas en el desarrollo del turismo.

Artículo 7. Derecho al turismo.

Artículo 8. Libertad de desplazamiento turístico.

Artículo 9. Derechos de los trabajadores y de los emprendedores dentro de la industria turística.

Artículo 10. Implementación de los principios del Código Global de Ética del Turismo.

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EN LOS ANDAMIOS DE LA LITERATURA
OBSESIONADO CON LAS POTENCIALIDADES Y LA EXPERIMENTACIÓN DE LA LENGUA, EL GRUPO OULIPO RECHAZA LA INSPIRACIÓN COMO ÚNICA FUENTE DE CREATIVIDAD
 Damián Damore —

Unos treinta años pasaron desde que Raymond Queneau se separó del surrealismo hasta el momento en que, en noviembre de 1960, creó el grupo Oulipo junto a François Le Lionnais más ocho miembros fundadores.
En el lapso previo a esa fecha cobraron fuerza algunos conceptos básicos de Oulipo que pueden advertirse en el libro Ejercicios de estilo (1947), en el que Queneau explora potencialidades de un hecho común, una simple anécdota, contada de 99 maneras distintas. En un empecinado avanzar (o retroceder, según se entienda el estado oulipiano), está escrito en presente, de atrás para adelante, con onomatopeyas, en imperfecto, en forma de soneto, en forma de comedia musical.
Para llevar a cabo estas exploraciones Oulipo trabaja en dos sentidos. El primero consiste “en inventar estructuras, formas o nuevos desafíos que permitan la producción de obras originales”, como escribió Marcel Bénabou, miembro del grupo desde 1970. “La segunda misión consiste en examinar antiguas obras literarias para encontrar las huellas (a veces evidentes, otras difíciles de develar) de la utilización de estructuras, formas o restricciones”.
La primera es una tarea sintética (pensar); la segunda, una tarea analítica (clasificar). Podrían resumirse en dos líneas generales: las trabas formales y las trabas lingüísticas. Bajo este método se descubrió la obra Locus Solus del dramaturgo, poeta, músicoyajedrecistaRaymondRoussel, un escritor protooulipiano.

Oulipo se creó en torno al Seminario de Literatura Experimental (Sélitex), alrededor del cual se reunió un grupo de “creadores no convencionales”. Con el correr de los años atrajo a figuras tales como Georges Perec –según Roberto Bolaño el escritor más importante de la segunda mitad del siglo XX–, e Italo Calvino, el periodista y escritor italiano nacido en Cuba.
Entre las restricciones lingüísticas existen muchas de origen lúdico, como los lipogramas de Perec. La técnica literaria consiste en escribir evitando deliberadamente una letra. El autor francés las llevó al paroxismo en La disparition (1969), una novela lipogramática de trescientas páginas en la que no aparece la letra “e”, la vocal utilizada de manera corriente en el idioma francés.
Cuando este libro se publicó en español en 1997 bajo el título El secuestro (Anagrama) la versión española quitó la letra “a”, la más frecuente en nuestro lenguaje. Los audaces experimentos de Perec continuaron con la publicación de una obra complementaria a La disparition titulada Les Reverentes (publicada en inglés como The Exeter Text en 1996, sin traducción al español), donde realizó el ensayo contrario; cada palabra contiene solo la vocal “e”. Sus pruebas siguieron con la novela W ou le souvenir d’enfance (1975), considerada una obra maestra de la autobiografía que utiliza capítulos alternos para contar dos historias convergentes.
Las reglas no siempre están divulgadas, y pueden ser generadas por el autor mismo. Los resultados no tienen que ser, necesariamente, absurdos o parecidos a un ejercicio surrealista. No obstante, la novela más ambiciosa de este oulipiano fue La Vie: mode d’emploi (Vida, instrucciones de uso, 1978), que describe cada unidad de un gran edificio de apartamentos parisino narrando las historias de sus habitantes. Perec imagina un edificio al que se le ha quitado la fachada, dividido en un tablero de ajedrez de 10×10. Siguiendo los movimientos del caballo en el tablero del juego, es decir dos casillas en una dirección (vertical u horizontal) y luego una casilla en dirección perpendicular, Perec pasa por cada casilla una sola vez. Para cada capítulo incluye una lista de 42 palabras que deben estar presentes sí o sí.
Un complejo ejercicio literario que demuestra su maestría en el uso de restricciones formales. El autor francés consigue describir con minuciosidad un espacio donde no existe acción recurriendo a las constricciones, creando una novela de novelas con historias que se abren y cierran, intercalándose e interconectándose. En su libro de 1988, Seis propuestas para el próximo milenio, Calvino escribe: “[Vida, instrucciones de uso] despierta el mismo placer que leer los grandes ciclos novelísticos que escribía Balzac. Desde mi punto de vista, este libro, publicado en París en 1978, cuatro años antes de que el autor muriera a la edad de 46, es el último acontecimiento en la historia de la novela”.
Luego, Calvino defiende su motor narrativo oculto: “Me gustaría enfatizar el hecho de que, para Perec, la construcción de la novela según reglas fijas no limitaba su libertad como narrador sino que la estimulaba”. Y cita a Queneau: “El autor clásico que escribía tragedia observando un grupo de reglas preestablecidas era, en realidad, más libre que el poeta que escribe lo que se le viene a la cabeza y es un esclavo de reglas que ni siquiera conoce.”
Literatura, ¿estás ahí?
Los escritores, los dramaturgos, los periodistas y los guionistas lo saben. En la escritura, la inspiración puede ser un camino de ida. La literatura potencial viene a paliar ese desconcierto que el escritor siente ante la página en blanco porque le ofrece maneras divertidas y alentadoras de abordar la creación. Obsesionados con las potencialidades de la lengua y con la experimentación de todas sus posibilidades, Oulipo rechaza la inspiración como única fuente de creatividad. Desarrolla métodos de composición para escapar de la autocomplacencia y eliminar el azar como cimiento del arte.
La idea central es la restricción como motor creativo: fijar lineamientos previos a la obra, lejos de frenar la creatividad, cree el grupo, la potencia. Alguien comparó a un oulipiano como un ratón que construye su propio laberinto del que después se propone, se obliga, escapar. Otros sugieren más bien no salir de él sino habitarlo.
Sea como sea en la práctica oulipiana los laberintos son diversos: textos en los que se alternan vocales y consonantes; poemas donde cada verso se compone de las mismas letras distribuidas en diferentes palabras (poema anagramático); textos donde todas las palabras comienzan con la misma letra (tautogramas) o textos monovocálicos o bivocálicos, vieja tradición literaria en la que se incluye, por ejemplo, el “Amar hasta fracasar”, que algunos atribuyen a Rubén Darío.
Resulta lógico encontrar ciertas similitudes con los métodos empleados por las vanguardias de principios del siglo XX. A primera vista resulta natural por su impulso innovador sujeto a una misma agenda estética e ideológica, sostén de las vanguardias mencionadas. Por su constitución como club selecto, secreto y no convencional, los oulipianos renuncian desde el principio a afiliarse o erigirse como vanguardia alguna; no obstante, el método de búsqueda de nuevas estructuras formales continúa la senda que recorrió el surrealismo, movimiento en el que Queneau había iniciado su camino artístico y del que se alejó por desacuerdos con André Breton y el dadaísmo.
Si el surrealismo abandona la razón y acude a lo irracional en la búsqueda de un proceso de creación sin restricciones, el paradigma oulipiano traza su camino en dirección contraria; las restricciones que permitan nuevas formas de creación son bienvenidas. ¡Adiós, Dadá y su culto al azar! ¡Hola, resumen, moneda fundacional! “Llamamos literatura potencial a la búsqueda de formas y de estructuras nuevas que podrán ser utilizadas por los escritores como mejor les parezca”, señala su manifiesto.
La impresión final es de un mundo de ficción que es surrealista sin ser caótico ni arbitrario, un mundo en el que un orden no del todo discernible funciona bajo la superficie.El Oulipo, que a menudo es citado como –¡uf, de nuevo!– “la vanguardia más longeva de todas”, se distinguió de ellas por su espíritu antiimperativo: el Oulipo no quiere hablar de lo que el arte debería ser, sino de lo que puede ser. “Es verdad que nos parece problemática la idea romántica de inspiración. 95% transpiración, 5% inspiración, esa es la proporción del Oulipo – destaca Paul Fournel en el libro Oulipo. Ejercicios de literatura potencial–. Compartimos nuestras experiencias en talleres, no ocultamos nada. No sé si todo el mundo puede ser escritor, pero todo el mundo puede probar. Creemos en el trabajo. Solamente queremos probar que la escritura es posible, aquí y ahora”.
Trabajo artesanal
Este obrador de literatura potencial (la palabra obrador define la tarea mejor que taller como traducción de la palabra francesa “ouvroir”, ya que justamente, como en el oficio de la panadería, expresa en este término el método de trabajo artesanal al que aspira el grupo) ayuda a desmitificar el trabajo literario, convirtiéndolo en una tarea artesanal. Una performance reglada.
¿Cómo se convierte alguien en un miembro de Oulipo? La entrada no depende del deseo personal; no se puede entrar simplemente porque se quiera. Sin embargo, una vez dentro, como en las mafias que presumen de su pertenencia, nunca se deja de formar parte; sus miembros se siguen considerando como tales incluso después de muertos. La ley más importante es que no es necesario pertenecer formalmente a Oulipo para practicar la literatura oulipiana, ya que cualquier escritor puede adoptar y utilizar las constricciones propuestas por el grupo.
Pero entonces, ¿cómo se llega a Oulipo? Eduardo Berti es el único integrante sudamericano del grupo. El periodista, crítico de rock y escritor argentino de una vasta obra literaria que incluye biografías, novelas, aforismos y bitácoras, cuenta su llegada a la camarilla: “Desde joven me entusiasmaron las ideas y las experiencias del grupo, a tal punto que me inspiré en prácticas de Oulipo para algunos de mis primeros libros, como La mujer de Wakefield o La vida imposible. Una vez en Francia me crucé con miembros del grupo en festivales o encuentros literarios. Hubo más de un intercambio y en 2014, para mi grata sorpresa, me invitaron a sumarme. No existió una ceremonia de bautismo porque Oulipo no es adepto a esta clase de rituales. Pero yo quise leer un texto que, en una especie de juego, mezcla a Borges y a Perec. Me pareció que era un modo de enlazar dos orillas que, a mi entender, son bastante próximas”.
Berti, quien publicó este año Otras palabras, jugar y crear con diccionarios (Adriana Hidalgo), agrega sobre su primera década en superficie oulipiana: “Cada nuevo miembro del grupo trae inevitablemente un bagaje personal: sus lecturas, su cultura general, su sensibilidad, su manera de ver las cosas –comenta–. Buena parte de mi bagaje tiene que ver con mis años de formación en Argentina. Pero también con mi cercanía con la producción cultural en castellano, tanto en América Latina como en España”.
El autor reconoce que “es lógico ser un puente y acercarle a Oulipo, no sé, obras no necesariamente ignotas para todos los miembros del grupo, pero con un enorme potencial de descubrimiento. Desde los ovillejos que cultivaba Cervantes hasta las greguerías, pasando por el Juego de cartas de Max Aub o ciertos experimentos casi oulipianos de Chico Buarque, Leo Maslíah o Les Luthiers. En realidad, junto conmigo reclutaron al escritor español Pablo Martín Sánchez. Así que Pablo y yo fuimos, a la vez, los dos primeros miembros de lengua española. Lo que en cierto modo confirma la apertura al mundo del grupo, que empezó en los años 60 y 70 principalmente con escritores franceses como Queneau, Perec, Marcel Bénabou, Paul Fournel y otros, pero muy pronto fue sumando miembros de lengua alemana, inglesa y hasta un famoso miembro italiano llamado Italo Calvino”.
Por cierto, “Cortázar estuvo a punto de sumarse al grupo –detalla–. Cuenta la leyenda que recibió una invitación a una reunión, pero que nunca se presentó”.
En 2016, como parte de su deslumbrante colección Numancia, la editorial argentina Caja Negra publicó una colección de textos de este grupo literario francés. Como explica Marcel Bénabou en la introducción a Oulipo. Ejercicios de literatura potencial, de Ezequiel Alemian y Malena Rey, fue fundado en “un tiempo marcado por la aparición de lo que se conocerá como estructuralismo, en el que se ponía en duda, en literatura, una doble serie de ilusiones: las del surrealismo y las del compromiso de tipo sartreano”. Así, el taller surge en oposición radical a la idea de genio creador que impuso el romanticismo en el siglo XIX, a la intervención del azar en la creación (que se puede ilustrar con procedimientos como la escritura automática o el cadáver exquisito) y también a la escritura social, heredera, a su modo, del naturalismo.
El acierto de Alemian (además traductor de los textos) y Rey es la organización en secciones, que van desde “Hacia una definición de la literatura potencial”, formada por los textos teóricos inaugurales, hasta “Ejercicios, experimentos”, con varios ejemplos de la puesta en práctica de las ideas expuestas. A su vez, hay una parte dedicada íntegramente a Queneau y otra a los principales métodos de producción. El libro termina con una lista de restricciones que alientan a la creación y otra de los oulipianos vivos y muertos (uno solo puede salir del grupo suicidándose ante escribano público).
En Oulipo se aseguran que los nuevos integrantes perpetúen el propósito original del grupo: desafiar y expandir los límites de la creación literaria. El mérito añadido reside en que trata de ocultar los andamios de la escritura para que no estorben la mirada del lector que solo busca leer.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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