¿Dólar barato mata republicanismo?
Daniel Santa Cruz
“La Argentina tendrá para siempre una enorme deuda para con ella”, dijo el presidente Javier Milei en su discurso por cadena nacional al cumplirse un año de gobierno, refiriéndose a su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia. Fue un breve comentario en medio de un discurso donde no ahorró elogios a su persona y a su gestión. Estamos asistiendo a una etapa de nuestra historia muy particular donde, como nunca desde el retorno de la democracia, se realiza un culto encolerizado del personalismo, donde las instituciones pasan a un segundo o tercer plano. El Presidente se autoentroniza sin pudor. Esto asombra, a pesar de que estamos acostumbrados a que el peronismo, el partido de poder en nuestro país, lo haya hecho con sus líderes: Perón, Evita, Menem, Néstor y Cristina. Luego de presentarse como una opción política outsider que venía a desterrar todos los males de los que somos víctimas gracias a la “política”, hoy practica ese culto en primera persona. No espera el elogio y el reconocimiento público, ni siquiera lo manda a señalar. Convive con un narcisismo nunca antes visto en un Presidente, incluso superando a Cristina, lo que ya es mucho decir. Sobrevalora sus logros y habilidades mientras carece de la empatía necesaria con los otros para administrar el poder. De hecho, solo comparte su éxito con su hermana para quien, como señala el encabezado de esta columna, ya decidió que todo el país debe asumir una “deuda” con ella (desconocemos la razón). Con la impaciencia que fluye en los líderes autoritarios, no esperó a que ese sentir nazca en la voluntad de la sociedad; simplemente lo determinó.
Milei tiene reconocimiento público, eso no se puede soslayar. Veníamos de tantos años de inestabilidad que presentar cierto horizonte económico lleva a que gran parte de la sociedad apruebe su gestión. Poco se habla de la pérdida de los más de 260 mil puestos de trabajo y la caída de todos los indicadores de consumo: estábamos advertidos que no había salida sin dolor. Es tan grande el resentimiento general hacia la política, al dolor que causó la administración de Alberto Fernández durante la pandemia, a las mentiras y la corrupción kirchnerista, que Milei se permitió otorgarse una tarjeta de acceso libre a la entramada administración del estado, obviando las formas y deberes que la institucionalidad exige.
El Presidente está construyendo un modelo de poder alejado de las prácticas republicanas: abusa de los decretos, veta las sanciones de normas legisladas en el Congreso, fuerza el manejo discrecional de fondos, recorta abusivamente recursos en áreas sensibles como los fondos previsionales, educación y salud pública, pero intenta esconder detrás de la SIDE y de áreas poco controladas el manejo arbitrario de recursos públicos y no tiene la mínima intención de aprobar un presupuesto como la Constitución exige. Vota en foros internacionales al margen de lo que señalan los compromisos sociales y cívicos de nuestra Constitución y los tratados internacionales asumidos en ella. Prevalece su mirada personal sobre el mundo en vez de aquella que ordena la Carta Magna. Quiere designar en la Corte Suprema de Justicia al juez Ariel Lijo, el candidato más cuestionado que podía elegir, y hasta amenaza nombrarlo por decreto. Además, generó sospechas en cuanto a la forma en que se consiguieron algunos votos de senadores que dieron el salto para acompañarlo. Edgardo Kueider, el senador peronista hoy detenido en Paraguay –donde declaró ser “afín al gobierno de Milei”– y que es investigado por la justicia por “enriquecimiento ilícito y lavado de dinero”, pone mucho más que sombras sobre esas formas.
Milei insulta a opositores, periodistas, empresarios y a cualquiera que lo critique, sin respetar el disenso. Pero eso no es lo peor: lo que es grave es que los acusa de cometer delitos, pero no los denuncia a la Justicia, no presenta pruebas. Forma parte de su práctica política, que es ensuciar, generalizar, poner sospechas sobre ciudadanos abusando de su poder político. Olvida que es Presidente y que su palabra puede encolerizar a los más fanáticos, y vaya si los tiene. Hasta cuesta imaginar al Presidente sentado en el sillón de Rivadavia utilizando la red social X, desparramando agravios y mentiras como si fuese un usuario anónimo. No mide las consecuencias de lo peligroso que es el estilo que lo caracteriza.
Sus discutibles “éxitos” económicos le están otorgando un plácet social que le permite seguir actuando con poco apego a las formas republicanas. Milei se puede mostrar sin un comportamiento cívico exigible a un Presidente que tiene la legitimidad de origen que otorga un sistema democrático porque hoy no tiene costo en su electorado. Pero no es solo eso. Sus nuevos aliados, políticos que ganaron representatividad cultivando un discurso que denunciaba los desvíos democráticos del modelo populista del kirchnerismo, se hubiesen desgarrado las vestiduras en público si Cristina Kirchner hubiese dicho o hecho varios de los ejemplos antes citados. Sin embargo, al tratarse de Milei, solo lo reducen a un simple y poco creíble: “Son formas que no compartimos, pero lo importante es el rumbo”. Es triste darse cuenta de que para muchos políticos no se trata de ideas o de convicciones republicanas, sino de “nombres”. Importa quién y no qué se dice o hace.
También debería preocuparnos que los modelos ultraconservadores con que se siente identificado Javier Milei como el de Donald Trump, Jair Bolsonaro o Nayib Bukele traspasaron y violentaron, de distintas maneras, el estado de derecho. Trump y Bolsonaro fueron y son juzgados en sus países por “intentos de golpes de estado”. De hecho, más de 50 brasileños acusados por el máximo Tribunal de Justicia de ese país se encuentran asilados en la Argentina. El respeto por defender la democracia, ese pacto explícito entre países hermanos cuando se comprometieron a colaborar después de haberlas recuperado, hoy está olvidado por nuestro gobierno. Y da la sensación de que no es tan grave.
Quizás esta etapa de nuestra vida política encierra un desafío mayor, que no advertimos aún, y es saber si en estos 41 años de democracia le dimos realmente valor a los fundamentos republicanos que tanto solemos ponderar y esgrimir como una forma de vida que elegimos para siempre contra los modelos autoritarios que la precedieron. No alcanza solo con votar cada dos años. Elegir es también exigir para no permitir un “vale todo”. La democracia tiene exigencias claras para sus representantes y estos no tienen el derecho a obviarlas solo porque consiguieron, una vez más, que el dólar esté barato, porque un modelo económico exitoso necesita imperiosamente de una república funcionando a pleno
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Lo que el 2024 nos dejó y lo que se viene
Despedimos un año que, a pesar de haber sido decididamente complejo, nos ha dado muchas alegrías. Compartimos con ustedes algo de lo que pasó durante el 2024, ideas de lectura para el verano −para unx mismx y para regalar− y planes para el 2025

Este año acercamos, más que nunca, nuestros libros a lxs lectorxs. Participamos de una multiplicidad de ferias y festivales. No solo estuvimos en la Feria del Libro de Buenos Aires, en el ya mítico stand de Los siete logos (¡que este año cumplió una década!), o en la Feria de Editores, punto de encuentro ineludible con colegas, librerxs, autorxs y lectorxs, o en el Filba, el festival de literatura más lindo que esperamos siempre con ilusión, sino también en otros espacios sumamente enriquecedores: la Feria de Libros de Filosofía, la Feria del Libro de Humanidades y Ciencias Sociales, la Feria de Libros Independientes en Primavera, la Fiesta del Libro Independiente de Palermo, la Feria del Libro de San Martín, la Fiesta del Libro de San Isidro, y tantos más. En muchos de estos espacios, nuestrxs autorxs participaron de charlas memorables, como los intercambios entre Jorge Consiglio y Hernán Ronsino acerca de la oposición campo-ciudad, a partir de la publicación de sus últimos libros (La Circunstancia y Caballo de verano), el panel “Tres narrativas sobre el silencio”, en el que Luis Sagasti conversó con Laura Paredes, Alejandra Costamagna y Sebastián Hacher, en el marco del Filba, o este diálogo entre Alejandra Kamiya y Julio Leiva, también durante el Filba.

Organizamos talleres virtuales y charlas en torno a temáticas que nos convocan. Para ello (y porque estamos convencidxs de que la salida es colectiva), nos aliamos con librerías, instituciones, cineclubs y pensadorxs que admiramos. Ofrecimos, por ejemplo, a propósito de la publicación de Inéditos, de Édouard Levé, el taller "Inéditos, la obra infinita", a cargo de Matías Battistón, traductor de su obra, y la escritora Mercedes Halfon, que se puede ver aquí. Flavia Broffoni, activista y politóloga, conversó en Eterna Cadencia sobre animalidad y literatura, a partir de los libros Animalia, de Sylvia Molloy, y De ganados y de hombres, de Ana Paula Maia. Acá un breve registro del evento. Martín Kohan visitó Arkhé para repensar las ciudades a partir de su libro recientemente reeditado Zona urbana. Ensayo de lectura sobre Walter Benjamin. Gracias al apoyo de la Embajada de Irlanda en Argentina y en cooperación con Filba, leímos a Claire Keegan en comunidad, en tres encuentros entrañables, de la mano de la escritora Virginia Cosin. Acá algo de lo vivido. Junto al Goethe-Institut de Buenos Aires, homenajeamos a Franz Kafka en el marco del centenario de su fallecimiento, con una charla imperdible que dio el filósofo Diego Singer en torno a Sobre Kafka, de Walter Benjamin. En Cineclub Lucero, llevamos a cabo dos actividades que nos entusiasmaron −al equipo y al público− muchísimo: a cien años del fallecimiento de Joseph Conrad, autor del clásico Corazón de las tinieblas, proyectamos la adaptación británica de su novela al cine y conversamos con el traductor de la novela al castellano, Jorge Fondebrider, y el crítico de cine y literatura Diego de Angelis (acá un asomo a lo que pasó); y, en la víspera del natalicio de Salvador Benesdra, autor de El traductor y El Camino Total, proyectamos Entre gatos universalmente pardos, documental dirigido por Ariel Borenstein y Damián Finvarb que rescata su figura, y conversamos con los directores (así fue el encuentro). ¡Y esto es solo una pequeña porción de lo mucho que pasó este año!


¡Editamos títulos que nos llenan de orgullo! Textos inéditos de Édouard Levé, traducidos por Matías Battistón, que expanden su amplia obra publicada en la editorial y que, como ya dijimos, acercamos a lxs lectorxs a través de un taller interactivo; una gran antología de cuentos irlandeses contemporáneos, de James Joyce al presente, cuidadosamente seleccionados y prologados por Sinéad Mac Aodha y Jorge Fondebrider y traducidos por seis de los mejores del campo, que presentamos en Eterna Cadencia en un encuentro que incluyó una conversación entre cuatro de los traductores, lecturas, ¡y cervezas!; la trilogía de libros de cuentos de Alejandra Kamiya, que presentamos a sala llena en el Malba −en un evento inolvidable en el que hubo música en vivo, lectura de poesía japonesa y una charla hermosa entre la autora y Leila Mesyngier− y en una infinidad de encuentros en librerías de todo el país (y también en Montevideo y en Lima); una nueva nouvelle de Claire Keegan, Bien tarde en el día, traducida por Jorge Fondebrider, que retrata zonas incómodas de la intimidad de una pareja y que, como contamos, leímos en comunidad; una nueva novela de Jorge Consiglio, La Circunstancia, presentada por Carlos Battilana y Pablo Braun en una velada sumamente alegre en Eterna Cadencia (¡no se pierdan el texto de Battilana sobre la novela, se lee acá!); Esa gente que no conocemos, el nuevo libro de relatos de Lydia Davis, traducido por Eleonora González Capria: más de cien entradas en las que vuelve a demostrar su maestría para transformar lo cotidiano en fascinante; el primer libro de cuentos de Hernán Ronsino en la editorial, Caballo de verano, que se suma a sus cinco novelas, y que presentamos en una gira tan intensa como enriquecedora por varias librerías de CABA y de la provincia de Buenos Aires; el tercer título de la serie Pluriversos, Hacia un feminismo decolonial, que reúne cinco artículos de María Lugones, referente clave de la perspectiva decolonial e interseccional de los feminismos afrolatinoamericanos; Cómo pronunciar cuchillo, el primer libro de cuentos de la escritora laosiana-canadiense Souvankham Thammavongsa, traducido por Paula Galindez, que fue calurosamente recibido y fue seleccionado por varios clubes de lectura, y que presentamos a creadorxs de contenido y periodistas en un desayuno literario en Eterna Cadencia; el esperadísimo Borges por Piglia, la compilación de las cuatro clases que Ricardo Piglia dictó en la TV Pública en 2013, con un epílogo a cargo de Edgardo Dieleke y material inédito imperdible, recopilado a partir de un exhaustivo trabajo de investigación que Dieleke llevó a cabo con la colaboración de Beba Eguía; y, finalmente, Cartas a Kevin, una novela epistolar de Stephen Dixon, tan absurda como hilarante, que confirma que su imaginación no tenía límites, con traducción de Ariel Dilon.

Nuestros libros fueron adaptados al cine, al teatro, a la danza y a la ópera. Cosas pequeñas como esas, de Claire Keegan, abrió el Berlin Film Festival en febrero ¡y tiene a Cillian Murphy como protagonista! Ya estrenó en salas de cine de Europa y estamos expectantes de que llegue a Latinoamérica. Entierre a sus muertos, de Ana Paula Maia, se estrenó en el Sitges Film Festival, también estuvo en el London Film Festival y en el Festival do Rio, y muy pronto se verá en cines de todo el mundo. A Queda do Céu se estrenó en el marco del Fidba Film Fest y sigue al líder yanomami Davi Kopenawa, autor de El espíritu de la floresta, en su lucha por restaurar el equilibrio del mundo, entre rituales y una fuerte crítica a la cultura materialista.
Los cuentos de Alejandra Kamiya, por su parte, dieron pie a una obra de danza dirigida por Teresa Duggan; la obra de teatro/danza Desayuno perfecto, con dirección y fotografía de Miriam Gurbanov; la obra de teatro Lo que se pierde se tiene para siempre, dirigida por Anahí Berneri; y un concierto en el Teatro Colón, a cargo del Programa Orquestas Infantiles y Juveniles de la Ciudad de Buenos Aires, que fusiona música y literatura.

Eterna Cadencia Editora fue reconocida en la categoría "labor editorial" en los Premios Konex de Letras y recibió el Diploma de Honor. Asimismo, muchxs autorxs y traductorxs de nuestro catálogo fueron premiadxs en las categorías “novela” (Luis Sagasti, Jorge Consiglio, Hernán Ronsino), “cuento” (Alejandra Kamiya, Federico Falco), “traducción” (Jorge Fondebrider y Laura Wittner), “Konex Mercosur” (Ailton Krenak) e “inolvidables” (Tamara Kamenszain, Josefina Ludmer, Sylvia Molloy). Finalmente, varixs autorxs del catálogo recibieron reconocimientos por otros libros: Gabriela Cabezón Cámara, Daniel Guebel, Carlos Gamerro, Martín Kohan, Miguel Vitagliano y Mario Ortiz.
Esperamos que este recorrido les haya ofrecido algunas ideas de lecturas para el verano, para los viajes, para el descanso, para regalar. Y, por si necesitan algunas recomendaciones más, les dejamos este video con cinco sugerencias de libros de narrativa y cinco de ensayo.

El apoyo incansable por parte de lectorxs, y aliadxs en general, a lo largo de este año nos anima a seguir trabajando en la edición de libros que aporten nuevas maneras de pensar nuestro presente e imaginar nuestro futuro. En este link podrán encontrar algo de lo que se viene en 2025.
¡Gracias por acompañarnos! Que el 2025 nos encuentre unidxs a través de la literatura, con fuerzas y entusiamo.
Contacto: Yanina Catellani | ycatellani@eternacadencia.com.ar
Heredia 1069 (CABA)




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