viernes, 28 de septiembre de 2018

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO,


En el tema corrupción, la culpa no es 50% y 50%


Juan Carlos de Pablo

Nadie puede creer que Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner son (fueron) una pareja de "angelitos", incapaces de resistir la tentación de implementar un esquema de sobreprecios de la obra pública, con el consiguiente pago de retornos, ideado por algunos empresarios vinculados con el sector. ¿Tendrá en cuenta esto la Justicia? ¿Qué estamos haciendo para eliminar los esquemas que potencialmente siguen generando corrupción? ¿Qué ocurrirá en el corto plazo con la inversión en infraestructura?
Al respecto conversé con el inglés Edward West (1782-1828), abogado que se desempeñó como juez en la India. Fue uno de los "jueces del rey", creados en 1773, para equilibrar los abusos de la Compañía de las Indias Orientales. A comienzos del siglo XIX la vida media de estos jueces era de tres años y tres meses. Él pensaba quedarse siete años, pero falleció a los cinco años y medio. "Si hubiera vivido lo suficiente como para retirarse en Inglaterra, hubiera continuado su trabajo en economía con renovado vigor y juicio más maduro, y la literatura especializada se hubiera beneficiado con su pluma", apuntó Alfred Plummer.
-Usted ocupa un lugar, junto con el marqués de Beccaria (1738-1794), entre los precursores de derecho y economía, un campo de estudio que floreció desde mediados del siglo pasado.
-Sí, pero hay que recordar también que fue gracias a los aportes, entre otros, de Aaron Director, Robert Lee Hale, Edward Hirsh Levy y el juez Richard Allen Posner.
-¿Cuál es la idea básica?
-Que la legislación y la jurisprudencia tengan en cuenta que, en todos los órdenes de la vida, los seres humanos adoptan decisiones en función de sus beneficios y sus costos, como en 1976 explicó Gary Stanley Becker en El comportamiento humano según el enfoque económico. Becker no dice que el ser humano solo persigue objetivos económicos, sino que buscará conseguir lo que se proponga, en función de los incentivos y los desincentivos.
-Hay algunos que consideran que esto menoscaba la majestuosidad que tiene que tener la Justicia, y la dignidad humana.
-Debate eterno, pero a propósito de lo que está ocurriendo en su país, con los denominados "cuadernos de la corrupción", cabe enfatizar que el accionar del fiscal y el juez, intercambiando información valiosa contra reducción de penas, es un vivo testimonio de la relevancia del enfoque. La premura con la cual algunos involucrados quieren merecer la categoría de arrepentido muestra la vigencia del dilema del prisionero, esquema formalizado por Albert William Tucker, que ocupa un importante lugar en la teoría de los juegos (que en rigor debería denominarse teoría de la decisión).
-A propósito de los cuadernos, ¿cabe repartir la responsabilidad por los actos de corrupción, en partes iguales, entre los funcionarios y los empresarios?
-De ninguna manera, como bien lo planteó usted al comienzo de esta conversación. El esquema fue diseñado e implementado por quienes ejercieron las máximas responsabilidades ejecutivas, entre 2003 y 2015.
-¿Está usted sugiriendo que los empresarios que participaron en actos de corrupción no tienen ninguna responsabilidad?
-Usted es un exagerado, porque hace un instante estábamos hablando de 50% y 50%, y ahora me plantea un 100% y 0%.
-Disculpe. Lo escucho.
-Aclaro que no me estoy metiendo con la labor que está desarrollando el juez Claudio Bonadio, quien tiene que juzgar sobre la base del derecho; aunque quizá mis consideraciones puedan servirle para modificar parcialmente las penas que tenga que aplicar.
-Siga.
-Los empresarios son un grupo heterogéneo. En el caso de la obra pública hubo empresarios de trayectoria que aceptaron pasivamente las reglas de juego; personas sin antecedentes en el sector, que las aceptaron de manera entusiasta; empresarios que no las aceptaron, etc. Entiendo a los primeros, porque la maquinaria que se utiliza en la obra pública es específica y no quisieron quebrar; y felicito a los últimos, porque corrieron serios riesgos.
-¿Por qué cree usted que es importante aclarar que la responsabilidad debe ubicarse principalmente en los altos funcionarios?
-Porque nadie puede pensar que la corrupción terminó en la Argentina. ¿Cuántos bolsones de potencial corrupción siguen existiendo en su país? Encargarle al Estado que se ocupe de todo, de manera detallada, pretendiendo que los funcionarios actúen como la Madre Teresa de Calcuta, es demasiado. Si quieren disminuir los futuros actos de corrupción, encárguenle al Estado pocas tareas y simplifiquen la vida concreta de los ciudadanos. Potencialmente, detrás de cada trámite hay un "quiosco".
-Todo este batifondo posterga el presente y el futuro de la obra pública.
-Tema no menor. La mala interpretación de lo que acabo de decir pasa por lamentar la lucha contra la corrupción. La buena interpretación por entender que, durante algún tiempo, les temblará la mano a los funcionarios que tienen que ordenar la ejecución de nuevas obras, y a los banqueros que tienen que financiar obras viales bajo el sistema de propiedad público-privada. Afortunadamente en el Poder Ejecutivo hay conciencia de esto, y parecen estar actuando en consecuencia.
Don Edward, muchas gracias.

UNIVERSIDAD DEL CEMA, SEMINARIO,



[ Versión web ]

Universidad del CEMA

SEMINARIO
Educar para la vida: dentro y fuera de las aulas. Un desafío para toda la sociedad
INSCRIPCIÓN
Ante las preguntas: ¿Por qué nuestros hijos no tienen interés en aprender dentro de la Escuela? y ¿Por qué nuestros hijos aprenden más en los proyectos del Centro Comunitario? El expositor Javier F. Firpo analizará cuáles son las oportunidades de integrar la educación “formal” y la “no formal” en beneficio de los niños y jóvenes. Teniendo en cuenta los principios de “educar para la vida”, para que no importe cuándo, dónde o cómo las próximas generaciones tengan mejores oportunidades de desarrollo personal y laboral.

Fecha: 3 de octubre, 18:30 h
Lugar: Av. Córdoba 374, Ciudad de Buenos Aires.
Entrada: libre y gratuita, previa inscripción


EXPONE
Javier F. Firpo

Experto en educación, desarrollo humano, tecnologías y STEM (sigla en inglés: Ciencia, Tecnología, Ingeniería & Matemática) en América Latina y el Caribe. Actualmente se desempeña como consultor internacional en diferentes iniciativas y organizaciones de educación, ciencia y tecnología en la región. Es miembro del grupo Asesor de la Red Inter-Americana de Educación Docente (RIED) de la Organización de Estados Americanos, y Secretario de la Confederación de la Sociedad Civil de Argentina. Durante más de 10 años se desempeñó como Director de Intel Corporation para la región de América Latina & Caribe. Experto en integración de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en políticas públicas y programas referidos a Capacitación y Desarrollo Profesional Docente y de Diseños Curriculares de iniciativas de Educación Formal y No-Formal en los niveles K-12 y universitarios.
INSCRIPCIÓN

UCEMA | Universidad del CEMA
Av Córdoba 374, (C1054AAP) Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Tel.: (54-11) 6314-3000

© UCEMA | Universidad del CEMA




LECTURA RECOMENDADA,


Silvina Ocampo, una vida misteriosa en 10 anécdotas
Resultado de imagen para Silvina Ocampo,
La publicación de La hermana menor, de Mariana Enríquez, ilumina a la más secreta de las escritoras
Silvina Ocampo es, quizás, una de las cuentistas argentinas más admiradas. Se conoce su vida, origen y puntos de un mapa que compartió con otros grandes de la cultura. Dicen los que la conocieron que era hermética, reservada, y todo ese mundo interior no llegará jamás a Wikipedia. Pero está su obra. Y La hermana menor(Anagrama), ensayo escrito por la periodista y escritora Mariana Enríquez. El libro va por un acercamiento a eso que la más joven de las Ocampo fue: el misterio de ser Silvina. Toma los hechos, las anécdotas y la palabra de quienes la conocieron. "Lo que más me sorprendió a partir de los testimonios -dice Enríquez- es que todos coincidían en la fascinación intensa por ella, una seducción irresistible. Lo que es atrapante de su literatura está muy claro, pero sobre ella, no; esa cosa del alma, de no poder contarla: lo intransferible de una persona". Su naturaleza y lo que hizo, lo que vivió siendo una Ocampo, como esposa de Bioy Casares, amiga de Borges, hermana de Victoria: la mujer con una vida de novela.
Resultado de imagen para La hermana menor, de Mariana Enríquez
1 Cuestiones de clase
Nació en la casa familiar de la calle Viamonte. En sus cuentos y poemas está la claraboya, la escalinata de mármol, las dependencias de servicio donde pasaba horas. Parte de su obra tiene su centro en la infancia. No fue a la escuela, ella y sus hermanas tuvieron institutrices. A esa niña de clase alta que viajaba con su familia una vez al año a Europa en barco, acompañada de sirvientes, le encantaba estar entre ellos. Se lee en el libro: "Ama a las niñeras, a las costureras, a las planchadoras, a los cocineros que viven en las dependencias de servicio del último piso".
2 La escondida
De niña, cuando la familia dormía por la tarde, Silvina se trepaba a un cedro del parque de la casa. Eran diez hectáreas de un verde intenso por la cercanía al río, en las barrancas de San Isidro; la casa, la mansión Villa Ocampo construida por su padre ingeniero. Nadie sabía que ella estaba ahí y que sentada sobre una rama comía terrones de azúcar con limón. De adulta, diría sobre sí misma que "era el etcétera de la familia".
3 Un acting del dolor
Tenía seis años y su hermana Clara, 11. Veían un desfile militar desde la casa de la calle Viamonte, cuando Silvina giró para hablarle y la notó violeta. Clara murió a los pocos días de diabetes infantil. Su madre le preguntó si sabía que Clarita se había ido al cielo. "Ahí supe que se había muerto. Después me pusieron un cinturón negro en signo de duelo. Entonces lloré. Pero lloré porque creía que había que llorar, porque había visto llorar a personas alrededor. ¡Me sentía tan sola!".
4 Primero fue la pintura
Tras la muerte de su padre se fue a estudiar pintura a París. Tenía 26 años. Buscó a Picasso, pero no consiguió que le diera clases. Luego, no muy convencida, seis meses con Giorgio de Chirico. Por último, Fernand Léger, amigo de Le Corbusier. Otra vez en Buenos aires, Pettoruti le propuso exponer sus dibujos de desnudos en Francia. La madre de Silvina se escandalizó. La muestra nunca se hizo.
5 Silvina y Bioy
Cuando Silvina lo vio por primera vez, "él tenía una raqueta de tenis en la mano y ella quedó impactada por su hermosura". Pero ese encuentro no fue significativo para él. Las familias eran amigas. Adolfo conocía a todas las Ocampo, menos a Silvina. La madre le dijo que tenía que conocerla. En cuanto la conoció, Bioy se enamoró: "Me sentía tan atraído por ella que, sin haber cambiado muchas palabras, allí mismo en el ascensor la abracé y la besé".
6 ¿Casar o cazar?
Como los escritores que fueron, Bioy y Silvina contaron cómo le dijeron a los suyos que se casaban. Él estaba en el campo con su amigo Oscar Pardo. "Preparate. Nos vamos a casar", le dijo. Y el amigo fue a su cuarto y trajo una escopeta. Silvina, en cambio, mandó dos telegramas: uno a su amigo escritor y editor de Sur, Pepe Bianco, y otro conjunto a sus hermanas Victoria, Francisca y Rosa, que decía: "Caséme con Adolfito. Besos. Silvina". Fue el 15 de enero de 1940 en Las Flores, con Drago Mitre y Borges como testigos.
7 Los planes simples de Silvina
Además de la elegancia y el misterio, quienes la conocieron se maravillaban por sus piernas firmes y de bella forma. A Silvina le gustaba caminar con unas zapatillas que compraba en un negocio de ramos generales del pueblo. "Indianas comunes, sin cordón, rosas o rojas. Calzaba 39".
8 El fallido de Victoria
Entre las hermanas Ocampo, había 13 años de diferencia. Un hecho familiar marcó el vínculo entre ellas: cuando Victoria se casó, se llevó a Europa a Fanni, la niñera de Silvina. La adoraba. "Es posible que en ese momento -nueve años-, el de Fanni fuese el único afecto maternal que había experimentado", relata Enríquez. Ya adulta, Silvina le había dado a Victoria el manuscrito de Viaje Olvidado. "Y Victoria lo perdió".
9 Borges como familia
Fueron amigos toda la vida. Cada uno tenía sus versiones sobre cómo se habían conocido. "Me parece que lo conozco desde siempre, como ocurre con lo que se ama. Hace mucho que lo conozco, pero mucho más que lo quiero", decía Silvina.
10 Silvina abuela, el azúcar
En el departamento de la calle Posadas, a mediados de los 80, había tres televisores encendidos. "Cuando mis nietos comen acá cada uno quiere ver un programa diferente". Esa tarde había llegado un periodista para entrevistarlos a ella, Bioy y Borges. Ella ofreció té. Ante la pregunta de si había azúcar, Silvina dijo: "Ay, voy a ver". Al rato volvió. "Se apoya en la puerta que daba al comedor como se apoyaban las divas del cine mudo. Nos mira y nos dice: las hormigas se comieron todo el azúcar".

M. A.

TECNOLOGÍA.....LG SÚPER ULTRA HD DE 65

El flamante LG Súper Ultra HD de 65" con tecnología nano cell ofrece una buena calidad de imagen sin importar la ubicación del espectador
Comprar un nuevo televisor en la actualidad requiere de ciertos conocimientos sobre las diferentes tecnologías que conviven en el mercado. Es que para diferenciarse, las empresas han incorporado distintos tipos de desarrollos en sus pantallas, por lo que referirse a un TV led a secas puede ser bastante reductivo si no se detallan algunas características más del equipo en cuestión. Basta decir que en el mercado argentino conviven televisores QLED, OLED y, ahora, también se suman los nuevos nano cell de LG. Precisamente fue el modelo 65SJ8000 de la firma surcoreana que estuvimos probando esta semana y que incluye dicha tecnología.
El flamante LG Súper Ultra HD de 65" con tecnología nano cell ofrece una buena calidad de imagen sin importar la ubicación del espectador
Al retirarlo de la caja (cuestión para la que hacen falta al menos dos personas), nos encontramos con un televisor de diseño agradable y moderno. Las clásicas patas laterales se reemplazan por un medio aro plateado que servirá de pie y que deberá ser colocado en el centro. Los bordes de este TV de 65" son mínimos, así como la profundidad del dispositivo.
Todos esos detalles responden a la máxima de que los televisores se han convertido en una suerte de pieza de diseño dejando de lado los materiales negros y las grandes carcasas de plástico, y ahora se lucen y destacan en los diferentes ambientes de la casa.
El 65SJ8000 que ya se vende en las cadenas minoristas del país a un valor de $49.999 incluye el sistema operativo exclusivo de LG para su línea de televisores, el WebOS, en su versión 3.5 que, junto a su dock de accesos directos horizontal sumado a la experiencia del magic remote, hacen que la navegación sea excelente. Como es costumbre, el control remoto utiliza un puntero que responde al movimiento de la mano; además incluye un sistema de scroll (como la ruedita del mouse) para desplazarse cuando se consulta un determinado contenido.
Desde todos los ángulos
Según un estudio de la consultora Ipsos sobre ubicación de espectadores de TV realizado en Francia y Estados Unidos, se determinó que el 60% de las personas ven televisión en un ángulo mayor a 15° con respecto al centro. Es importante destacar que en los televisores led convencionales, no se obtiene la misma calidad de imagen si nos ubicamos mirando hacia el centro de la pantalla que si lo hacemos en diagonal a la misma, en donde la pérdida de calidad se hará presente. La tecnología nano cell busca corregir eso. Utiliza nanocristales que permiten cambiar la longitud de onda de los haz de luz y así ofrecer colores más puros, mejor brillo y una mejor calidad de imagen sin importar el ángulo de visión. Dicho esto, la batalla por el lugar en el centro del sillón será cosa del pasado.
Para comprobar las características de esta tecnología, realizamos una pequeña comparativa con un TV led 4K de 65" convencional y, efectivamente, al aumentar el ángulo de visión, comprobamos que los colores lucen más apagados que si miramos en línea recta al centro. Aquí un nano cell lleva las de ganar.
Otro análisis que puede generar dudas a la hora de comprar consiste en comparar un nano cell con una pantalla OLED. Si el presupuesto lo permite, los televisores OLED con sus negros profundos siguen siendo una de las mejores alternativas del mercado en cuanto a calidad de imagen.
Por último, como es de esperar, esta pantalla de LG ofrece todas las posibilidades de conexión a las que estamos acostumbrados: puertos HDMI, USB 3.1, LAN, entre otros. También incluye Active HDR con Dolby Vision que permite adaptar los rangos de luz y contraste en cada cuadro. Por el lado del sonido presenta un buen refuerzo de grave y sonido envolvente sin necesidad de recurrir a un equipo externo.

F. R.

LECTURA RECOMENDADA


Elogio de la soledad literaria: los frutos de separarse un rato del mundo
Dos libros recientes, uno de
Antonio Muñoz Molina y otro de Carlos Skliar, reivindican el aislamiento como condición de la escritura; historia de una experiencia fundamental
Imagen relacionada
"Horas y horas acodada sobre un escritorio silencioso, en una habitación cerrada donde el mundo en guerra era puesto en suspenso y el mundo en letras comenzaba". Así describe el escritor e investigador argentino Carlos Skliar  la "atmósfera" en la que escribía la poeta rusa Marina Tsvietáieva como ejemplo de una experiencia compartida por sus pares escritores y sobre la que muchos se han ocupado y se ocupan en sus obras: la soledad.
Hoy que la soledad se está convirtiendo para algunas sociedades desarrolladas en un problema al que atender hasta con políticas públicas, como es el caso del Reino Unido donde recientemente se designó una "ministra de la soledad", desde la literatura llegan intentos de rescate.
 Skliar presentó, en la librería Waldhuter de Buenos Aires, Escribir, tan solos. Una biblioteca de la soledad (Mármara Ediciones), una especie de ensayo, o más bien una poética, sobre la soledad literaria que en España va por la segunda edición y que desarma la identidad, que el autor considera errónea, entre la soledad, lo solitario y el padecimiento. Lo hace a través de las "figuras de la soledad" que le dejó la lectura de unos cuarenta grandes de la narrativa contemporánea como Emily Dickinson, Jorge Luis Borges, Marguerite Yourcenar, Stanislav Lem, Victor Hugo, Fernando Pessoa, Cesare Pavese, Coetzee, Alejandra Pizarnik y Chantal Maillard. Y desde principios de este mes, las librerías argentinas ofrecen Un andar solitario entre la gente (Seix Barral), la última novela del escritor y académico español Antonio Muñoz Molina, en la que un personaje camina, mucho y a solas, en la soledad peculiar de las ciudades.
Para Muñoz Molina,  se trata de "una exploración de la propia soledad y la de otros que nos han precedido y a los que seguimos de manera inevitable. La observación que requiere el tipo de caminata que yo intento retratar en el libro es tan absoluta que parece incompatible con la compañía"
Ambos escritores sienten cierto desconsuelo frente a la soledad extrema a la que son abandonados hoy tantos niños y ancianos y advierten la necesaria distinción entre la soledad elegida, o como espacio de libertad, de la soledad que llega a la vida sin previo aviso y se padece. Muñoz Molina recuerda que en inglés existen dos palabras: solitude, una soledad que elegida o no siempre es gozada, y loneliness, la que no puede evitarse y tiene mucho de sufrimiento.
En tanto "experiencia humana fundamental", señala el escritor español multipremiado, la soledad forma parte inevitable de la literatura para la cual "más que un problema es un campo de conocimiento y expresión fundamental, un desafío para la indagación".
Resultado de imagen para Carlos Skliar,
En la perspectiva de Skliar, que también es docente e investigador del Conicet y de Flacso, "la soledad, aún la más doliente, es condición para una relación íntima con la escritura, como si no hubiera literatura sin una soledad buscada. La diferencia abismal entre la soledad literaria y la soledad vital es que la primera es un punto de partida casi inexcusable y, la segunda, un destino a veces irremediable". Y agrega que "quizá también exista una dolencia que pueda describirse en términos de la imposible soledad, la permanente interrupción a la intimidad a la que estas sociedades nos fuerzan todo el tiempo, el no poder estar ni dejarnos en paz, en sosiego".
En su caminata el personaje de Muñoz Molina se encuentra y dialoga, además de con carteles, sonidos, situaciones reales y objetivas, con personajes e historias de otros escritores. "Miramos y caminamos de una cierta manera porque lo hemos aprendido de otros, que a su vez aprendían de los que habían caminado antes que ellos. De Quincey el primero de todos, y después Poe, y Baudelaire que los traduce a los dos y arrastra su influencia a la literatura europea y latinoamericana (yo descubrí a De Quincey a través de Borges), y más tarde Walter Benjamin, que traduce a Baudelaire al alemán y al mismo tiempo incluye la ciudad de Berlín en lo que podríamos llamar el mapamundi de las caminatas. Es una influencia literaria, y una influencia práctica: lees lo que ellos miraron y miras con tus propios ojos tu mundo de ahora mismo", explica Muñoz Molina.
La obra de Skliar es fruto de su experiencia como lector e investigador. Después de años de escribir reseñas de libros para revistas digitales notó que siempre se detenía en los personajes solitarios y en la experiencia de soledad de su autor. Y se encontró con que tenía un libro entre las manos. El tema de la soledad se volvió en él "un pensamiento sobre la atmósfera en la cual cierta literatura contemporánea se produce: la voz íntima de la infancia, la vejez, la adultez, la juventud, que va construyendo una determinada narración sobre la relación singular con la vida y con el mundo". Y concluyó en "una suerte de elogio a la soledad, un elogio cuidadoso, tenue, que contrasta con las figuras actuales de identidades siempre ruidosas, apresuradas y comunicativas", afirma Skliar.
Entre los que lean Escribir, tan solos habrá quienes puedan repetir con Fernando Pessoa: "La soledad me desola, la compañía me oprime"; toparse como Werner Herzog con esa "soledad del bosque en negro profundo, silencio de muerte, (donde) solo el viento se agita" o afirmar, junto a Marguerite Duras: "Solo puedo decir que esa especie de soledad la hice yo, fue hecha por mí. Para mí. Y que solo estoy sola en esa casa". O pararse de la vereda de Ana Blandiana: "Los miro y me asombra/ su soledad/ y lo culpables que son/ de estar tan solos". Y también habrá tantos que, como Dino Buzzati, se identificarán con aquel que "después, en la oscuridad, aunque nadie lo vea, sonríe".
Skliar confía en que la poesía sea el rescate para una lectura errónea de la soledad que en "Goethe o Dostoievski, Tolstoi o Dickinson son gritos encarnados en historias de desencuentros extremos que hoy nos cuesta reconocer como propias y, sin embargo, nos son contemporáneas y multiplican la idea torpe de soledad que hoy nos rodea".
Y reflexiona: "Quizá hoy la soledad regrese como problema, sí, pero también coexiste con toda una industria editorial de la soledad -no necesariamente literaria- que tiende hacia una imagen equívoca: que se trata de un problema o de una enfermedad a curar. Aun así, es la poesía, cierta poesía, la que mantiene y sostiene el hilo invisible de la soledad inherente a lo humano a lo largo de los siglos".
El caminante de Muñoz Molina registra todo con lápiz en un cuaderno, lápiz y cuaderno que "sostienen el reino de la autonomía personal, que me parece cada vez más valioso y más amenazado. Pero el cuaderno se escribe para que lo lea alguien, y la caminata se cuenta para instigar otras caminatas. Quizás la literatura nos importa tanto porque ofrece un punto de equilibrio entre la soledad y la comunicación".
Para leer en silencio

Un andar solitario entre la gente
Autor: Antonio Muñoz Molina
Editorial: Seix Barral
Páginas: 496


Escribir, tan solos
Una biblioteca de la soledad

Autor: Carlos Skliar
Editorial: Mármara
Páginas: 320

S. P. 

EDITORIAL DE ALFREDO LEUCO


Editorial de Alfredo Leuco
El paro nacional paralizó a buena parte del país por contar con el apoyo de los gremios de transporte. Esto hace imposible que se vea cuánta gente se suma a la huelga y cuántos deciden desacatar la orden sindical y salir a trabajar. Encuestas muestran que son más los empleados que asistirían a sus respectivos trabajos y están en desacuerdo con el parate.
Es muy difícil estar de acuerdo con un paro realizado durante una emergencia económica y financiera delicada. Quienes convocan son en parte culpables de la Argentina enferma de siempre.
Muchos de ellos son multimillonarios jugando bazas que nada tienen que ver con la sensibilidad social sino con sus propios negocios y su propia libertad que, en ciertos casos, está en juego. Y se mezclan con encapuchados que arrojan bombas molotov e incitan a la violencia con un único fin: destituir al gobierno constitucional de Cambiemos.
¿Cómo estar de acuerdo con estos grupos violentos? Sin embargo, desde una lógica estrictamente histórica de nuestro país, es racional que haya un cese de actividades tras una megadevaluación. Al mismo tiempo, el sindicalismo ha sido muy comprensivo con los gobiernos peronistas. No tanto así con las administraciones que no fueron justicialistas.
Un sector mediático, sindical y económico le ha permitido al peronismo que no practique el federalismo y que maneje la Justicia con látigo. Se ha quedado callado ante la contundente evidencia que demostraba que esos gobiernos tenían criminales de lesa humanidad entre sus filas.
Un simple repaso histórico de las últimas décadas corrobora que hoy el paro no se llevaría a cabo de haber un peronista en la Casa Rosada. La economía no colapsó pero sufrirá varios meses de desierto y malas noticias. El Gobierno está atajando la situación social de los más vulnerables aunque no es suficiente.
Hasta que se vuelva a encarrilar el rumbo económico de la Argentina, habrá descontento social casi permanente. Es de vital importancia que se canalice a través de protestas pacíficas y canales que promuevan la tranquilidad. Y que no se dejen aprovechar por la violencia destituyente de ciertos grupos.
El peronismo atravesó culturalmente a la Argentina e instaló algunos aspectos positivos y otros absolutamente negativos, por ejemplo, inéditos niveles de autoritarismo corporativo y de corrupción estructural.
El mecanismo de la huelga general y el bloqueo de los accesos a la ciudad, es muy raro que se produzca en el mundo. Solo se utiliza en situaciones de extrema gravedad. Para frenar un golpe de estado, por ejemplo. Y no para fomentarlo.
Los sindicatos de Uruguay o Chile por ejemplo, son en su mayoría marxistas y no hacen paro a cada rato ni por cualquier cosa. Defienden los intereses de sus trabajadores, como corresponde, pero viven como ellos, con austeridad y honradez. Acá la mayoría de los dirigentes sindicales son millonarios y viven como reyes.
Esa es otra cosa que nos distingue del resto del mundo. Los jerarcas sindicales están atornillados a sus cargos en forma vitalicia, en general ganan siempre elecciones con lista única y bajísima participación.
Constituyen una verdadera oligarquía sindical que significa el gobierno de pocos. Son siempre los mismos, como si la democracia no hubiera desembarcado todavía en los gremios.
Le hicieron el cuarto paro general a un gobierno elegido legítimamente y ratificado en las elecciones de medio tiempo. Y apenas pasaron menos de tres años.
Además, hasta ahora no dijeron una sola palabra institucionalmente de la corrupción más grande del mundo que protagonizó Cristina y su banda y tampoco repudiaron masivamente a sus colegas ladrones y presos como el Pata Medina o el Caballo Suárez, Marcelo Balcedo o José Pedraza o Juan José Zanola.
No dicen nada. Miran para otro lado. Se hacen los giles y siguen viviendo como magnates. No todos, por supuesto. El que generaliza, discrimina. Hay excepciones. Le pongo un ejemplo: Juan Carlos Schmidt, es uno de los integrantes del triunvirato que conduce la central obrera y todavía sigue viviendo en su casa de siempre en un barrio sencillo de Rosario.
Pero lo más notorios dirigentes sindicales forjados en la matriz peronista tienen concepciones antidemocráticas y, en algunos casos, directamente golpistas. Lo digo pensando en la historia.
En la vida imposible que le hicieron a don Arturo Illia o a Raúl Alfonsín y también por la actualidad donde permiten que Pablo Micheli un dirigente muy poco representativo tenga un discurso directamente golpista.
¿Escuchó usted cuando dijo que se tenía que caer el modelo económico o estos tipos se tenían que ir del gobierno? Un verdadero despropósito.
Y marchan con Emilio Pérsico, que hizo declaraciones en el mismo sentido. Y no repudian ni a Hebe Bonafini ni al ex juez Eugenio Zaffaroni y muchos más que trabajan para romper las instituciones republicanas..
¿Hay sectores minoritarios que además, fogonean la violencia, otra vez, como partera de la historia? ¿Para quién juegan estos encapuchados que tiran bombas molotov a la gendarmería?
¿Quién alimenta a los patoteros? ¿Toleramos que falsos mapuches quemen campos y ataquen con violencia y hagan bajar el nivel de turismo y de trabajo en la Patagonia? Son muchas las preguntas que los argentinos nos tenemos que responder.
¿Es democrático el sindicalismo peronista? ¿La corrupción es parte de su ADN? ¿No juegan con fuego a la hora de tirar de la cuerda hasta derrocar a un gobierno constitucional? ¿Tienen miedo de ir presos y por eso quieren incendiar las instituciones?
Fue un paro mal parido. Más allá de la obvia y contundente inactividad que se registró, producto de la falta de transporte público. Miles y miles de compatriotas quisieron ir a trabajar pero no tuvieron en que viajar. Eso es clarísimo.
Y pese a eso muchos comercios, supermercados, remiseros y bares trabajaron casi normalmente. Y muchos taxistas y automovilistas, padecieron el miedo que les inoculan las barras bravas y guardaespaldas sindicales que amenazan con quemar taxis, escrachar gente o apretar a trabajadores.
La encuesta de Managment and Fit de Mariel Fornoni aporta datos contundentes. El 49% de los consultados se mostró en contra del paro y el 53% dijo que no adhirió a la medida de fuerza. Casi 6 de cada diez contestaron que los actuales gremialistas no representan el interés de los trabajadores.
Frenar la producción de todo un país para pedir que se ponga en marcha la producción es, por lo menos, insensato y contradictorio. Y eso nos costó a todos los argentinos 31.600 millones de pesos. Ese es el precio que pagamos por semejante irresponsabilidad.
Por eso es muy bienvenido el proyecto para evitar las reelecciones indefinidas que presentó la legisladora cordobesa Soledad Carrizo en su momento.
Es que en los gremios hay señores feudales, burócratas que se eternizaron en el sillón y se hicieron millonarios mientras sus representados eran cada vez más pobres.
Está lleno de jerarcas sindicales que aplaudieron la flexibilización laboral y liberal de Carlos Menem y el populismo chavista de Cristina. Le dio lo mismo un populismo que otro.
Esa cultura prepotente los llevó a hacerle 13 paros generales a Raúl Alfonsín, 8 a Fernando de la Rúa, uno por trimestre y un solo paro a la Néstor Kirchner.
La Universidad Austral hizo un estudio interesante donde demuestra que a los gobiernos justicialistas les hicieron el primer paro recién a los 1.100 días de gobierno. Y a los gobiernos no justicialistas a los 275 días de asumir.
A las administraciones peronistas les hicieron una huelga cada 744 días y a los no peronistas un paro cada 168 días. Está muy claro. Son tolerantes con sus pares e intolerantes con sus adversarios. A los enemigos, ni justicia.
Ayer castigaron a Macri con una huelga general que les suma desprestigio a los sindicalistas que hace tiempo ocupan el podio de los sectores más rechazados de la sociedad. Y los motivos están a la vista. Hace un tiempo, Macri dijo que entre los gremios había mafias. Y no se equivocó.
Esto no lo digo contra todos los dirigentes ni en contra de las medidas de fuerza. Las protestas son constitucionales, están dentro de la ley y nadie puede negar ese derecho.
Sobre todo porque hay motivos de una economía que no puede domesticar ni la inflación ni el dólar y que produjo caída de la actividad, el consumo y los puestos de trabajo y aumento de la pobreza. Eso es innegable.
Pero hay varios mecanismos de protesta sin llegar al extremo del paro general. Y este gobierno les abre las puertas del diálogo en mesas donde hay consensos y disensos.
Ese es el camino. Buscar salidas conjuntas entre el estado, los gremios y los empresarios para generar más y mejores puestos de trabajo, salarios más altos y en blanco y multiplicar la producción y la competitividad.
En el gobierno lo ven como una clara maniobra electoral que es funcional al caos que Cristina quiere instalar para debilitar al gobierno de Macri y apostar a su derrocamiento.
Fue un paro mal parido porque más allá de la capacidad y la gimnasia de movilización permanente que tienen los que cortan los accesos, a la hora de la verdad, en las urnas, son marginados por millones y millones de ciudadanos que hace décadas que no lo votan más allá de un 3%.
¿Qué modelo económico proponen Hugo Yasky y Micheli, por ejemplo? ¿El de Santa Cruz o el de Venezuela? La inmensa mayoría de la sociedad quiere que la dejen trabajar y vivir en paz.
Todos los problemas sociales y laborales que existían ayer empeoraron producto del paro. No necesitamos más paros. Necesitamos partos.
Entre todos tenemos que dar a luz para siempre el país de trabajo, justicia y libertad que tanto necesitamos. Sin corruptos ni golpistas.

jueves, 27 de septiembre de 2018

LA OPINIÓN DE MIGUEL ESPECHE,


MIGUEL ESPECHE

La "zona de confort" pareciera ser la peor zona del mundo. Nadie la quiere. Todos la desmerecen y descalifican, destacan que nada bueno puede surgir de la comodidad, de la quietud, de ese estar sosegado y sereno que parece no producir nada, salvo vagancia, mediocridad, dejadez.
"Si estás confortable algo anda mal", pareciera ser el mensaje de quienes son dados a moverse y agitarse, atravesar límites, rutinas, paradigmas y tradiciones, aunque no siempre queda claro para qué. El mandato es siempre el mismo: "Hay que salir de la zona de confort", esa zona maldita.
No a la siesta, no al sillón mullido, no a aquellas creencias que siempre nos han acompañado y hoy aparecen como sospechosas. Todo pareciera apuntar a que, lejos de lo conocido, las nuevas ideas, por el solo hecho de ser nuevas y romper paradigmas, nos llevarán a territorios desconocidos y, se supone, mejores.
Sin que nos demos cuenta, de repente una nueva culpa se suma a todas las que acuñamos en nuestro nuevo catecismo moderno y liberado: la culpa de estar cómodos, quietos, aquerenciados en un territorio en el cual la novedad y cierta idea de progreso no son tan importantes, y en donde los paradigmas más o menos funcionan bien, por lo cual no hay que esforzarse tanto en romperlos porque sí.
Respetar la zona de confort, no desmerecerla en automático, implica riesgos. Suele ocurrir que aquel que la elogia sea acribillado con adjetivos nada amables y de variado tenor, tras un juicio sumarísimo en el que no habrá misericordia. Vagancia, conformismo, mediocridad. Palabras de ese calibre rodean a quien se digne a defender la zona maldita.
Como si la vida no tuviera ya bastantes inconvenientes y desafíos, hay una suerte de confabulación cósmica contra las pocas zonas de confort que podemos habitar. Gracias a esa campaña los ansiolíticos se venden como caramelos, la precarización anímica está a la orden del día y ni los intrépidos militantes anticonfort pueden darse por satisfechos, ya que, gracias a esa militancia, estar bien los ubicaría, justamente, al borde de sentirse cómodos con sus logros: lo peor que les podría pasar.
Es verdad que hay gente rígida, mediocre, opaca y dada a consignas vacías a las que confunde con ideas y pensamientos de verdad. Gente que juega a no perder, que se asusta con lo nuevo y, lo peor, sucumbe ante ese susto, mientras genera rituales que, más que confortables, son angustiosos. ¿Es adjudicable al confort ese tipo de actitud que tiende a cortar alas propias y ajenas, achancharse o embrutecerse de manera metódica, con una constante negación a abrir juegos con vitalidad renovada?
La respuesta es no. Esa gente no está cómoda, está refugiada, atemorizada, rigidizada, entontecida, aniñada. Todo menos confortable. Sin embargo, se le echa la culpa al pobre confort que poco tiene que ver con el asunto. De hecho, las condiciones de confort (físico, mental, espiritual, afectivo, etc.) son parte de aquello que puede generar ideas y reflexiones que luego nutren la vida comunitaria, como el escritor que se sienta a escribir en condiciones de confortabilidad, o aquel que, gracias a una rutina, puede derivar energía a la contemplación que luego se torna creativa o simplemente gozosa.
Alabada sea, entonces, la zona de confort y que reine la prudencia a la hora de atacarla. Cuando Fito Páez decía en su canción, "Hablo de cambiar esta nuestra casa/ de cambiarla por cambiar nomás" quizás podría sumar algunas razones para hacerlo o, por lo menos, rendirle gratitud por los servicios prestados a aquella casa que lo cobijó hasta el momento de tomar la decisión de la remodelación o mudanza.
En los hechos, los seres de este mundo buscan ese equilibrio al que llamamos confort y recién se movilizan cuando ese lugar confortable deja de serlo y se torna incómodo. Tal el caso de la primera zona de confort del ser humano: el útero materno. Cálido, plácido, protegido... hasta que no lo es más. En realidad, el alumbramiento se produce cuando el lugar en el que el chico flota deja de ser un espacio de cobijo para pasar a ser un monoambiente apretado del que hay que salir para sobrevivir.
Por eso podemos pensar a la zona de confort como un lugar bueno, sano, gozoso, en el que podemos estar mientras sea eso: confortable. Cuando no lo es más, se sale del lugar para ir hacia otro sin que haga falta hacer una liturgia exagerada al respecto.
La publicidad puede ejemplificar algo más la cuestión del injusto y a veces violento ataque a la zona de confort. Un comercial de televisión nos muestra a varios jóvenes sentados, tranquilos, con ánimo casero. De repente, aparece al ataque un astro del fútbol con un alimento supuestamente energizante y, a modo de Super Yo moderno, ofrece el producto para combatir la "pachorra", vista como la mala de la película. Quedarse en casa, tranquilos, confortables, es "pachorra" (vista como villana) y, en cambio, el andar agitado por la vida es un signo de inequívoca vitalidad.
Vale reflexionar acerca del nivel de exigencia artificial que subyace a esta manera de ver las cosas y los daños anímicos que vienen como resultado. Sirve también entender los efectos de la innegable culpa que sufren millones de personas por habitar la quietud un rato, y preguntarnos si, de manera enmascarada, no seguimos sometidos a ciertas inquisiciones, amables en sus formas, pero igualmente perniciosas .
El propio proceso de crecimiento puede generar crisis y nuevos paradigmas, pero eso no se logra a través de una cruzada anticonfort sino, por el contrario, a través del respeto a un ciclo natural que hace que, con el tiempo, lo que es confortable en un momento deja de serlo.
Se dirá que la defensa de lo confortable podría ser argumento para que aquellos vivillos dados a parasitar el esfuerzo ajeno logren una validación a sus conductas. Pero nada más lejos de ello.
Nuestra vida se ha plagado de lugares comunes que repetimos creyendo estar pensando. Uno de ellos es el planteo anticonfort que, así sostenido, nos transforma en gente ansiosa, incómoda, automática, que confunde el confort con la abulia y lo "anticonfort" como algo de por sí inteligente, valiente, evolucionado.
La zona de confort suele tener su tiempo y probablemente se asemeje a un tiempo de incubación. Si algo nos saca de ella, que sea la vida misma y no un mandato artificial, nervioso, que impida el sosiego y el sostén de lo conocido, en pos de un mandato falaz cuyo sentido, sospechamos, apunta a transformarnos en entidades eficaces en la producción de bienes y servicios, y no tanto en personas viviendo una vida sana y lo más plena posible, acorde a los genuinos e inexorables ciclos naturales que nos propone la existencia.
Psicólogo, especialista en vínculos