Cristina Kirchner reclamó que se revise el acuerdo con el FMI
Criticó la economía, en medio de un clima tenso en los mercados en medio de una turbulencia financiera, con una disparada del dólar MEP y el contado con liquidación, la vicepresidenta Cristina Kirchner reclamó ayer una revisión del acuerdo con el Fondo Monetario internacional (FMI) y criticó la pérdida de valor del salario y los índices de inflación. Fue en Viedma, Río negro, donde recibió un honoris causa de una universidad local.
La vicepresidenta volvió a cuestionar a la Justicia, un día después de que se conocieran los fundamentos de la condena que recibió en la causa Vialidad. Habló del “partido judicial” y trató de “mafiosos” a los jueces.
Después de tres meses sin participar de actos públicos, la vicepresidenta Cristina Kirchner reapareció ayer con un discurso en el que hizo foco en la economía y en la Justicia, con mensajes a actores del oficialismo y de la oposición y ninguna pista sobre su futuro electoral.
El tramo principal del mensaje de más de una hora que dio en la Universidad de Río Negro, en Viedma, lo dedicó a cuestionar con números y cifras el rumbo de la economía, aunque sin incluirlo al ministro del área, Sergio Massa.
Sí fue enfática en su reclamo de revisar el acuerdo con el FMI. “Se van a tener que revisar las condiciones en las cuales se firmó el acuerdo con el Fondo”, dijo en una clara señal de distanciamiento con el entendimiento que firmó el Gobierno. Y agregó: “Vamos a necesitar que los dirigentes estén unidos para revisar ese acuerdo [con el FMI], no para no pagar, sino para que nos dejen crecer.
“En la negociación con el FMI no quise intervenir porque el que tenía que negociar era el ministro de Economía [Martín Guzmán]. Cuando renuncia, no renuncia porque se peleó conmigo. Es más, tengo en mi celular el último mensaje muy atento que me envió un mes antes de renunciar, que me enviaba el proyecto de ley de renta inesperada”, recordó Cristina Kirchner.
La vicepresidenta aseguró que “nadie dice que no haya que pagar” el préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y consideró que los programas económicos “son una cuestión de objetivos y eficacia”. También se quejó de los que la tildan de “dogmática”, a quienes les contestó: “He dado muestras de un gran pragmatismo cuando se trata de los intereses del país. Ya no sé qué más debería hacer. Yo apoyé también la reestructuración de la deuda privada porque es parte de la responsabilidad institucional”.
Siempre dentro del segmento económico, Cristina habló de que la inflación está “absolutamente desmedida” y se quejó por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Tras mostrar un gráfico, publicado en la nacion, Cristina aseguró: “El salario real, esa línea que sube fue en nuestro gobierno. En el año 2015, cuando teníamos el salario más alto en dólares en América Latina. La inflación de ese año medida por la Ciudad fue del 24%. Me acuerdo que me daban lecciones, todos, propios y extraños”.
“Los que me dieron lecciones la llevaron al 52%. Está claro que los salarios no son la causa de la inflación, porque con los salarios más altos de América Latina teníamos 24%. Los salarios no son la causa de la inflación”, dijo Cristina Kirchner.
Luego habló de la administración de Alberto Fernández y sumó: “Es cierto que hay crecimiento y que la economía está creciendo y que se generan puestos de trabajo. Pero son precarizados y de muy bajo salario”.
La vicepresidenta también fue muy enfática en contra de la posibilidad de una dolarización de la economía, como propone, por ejemplo, el diputado libertario Javier Milei. “Hemos tenido una balanza comercial muy buena y los dólares se iban igual. Esto tiene que ver con la economía bimonetaria. La gente en la Argentina cree que la dolarización va a ser algo como la convertibilidad. El valor de una moneda no lo da ninguna ley, lo da el tamaño de la economía que emite esa moneda. ¿Cómo se les pasa por la cabeza una moneda que emite otro país? Tenemos que pensar un poco más antes de repetir monocordemente. No podemos creer en los espejitos de colores”, aseguró la vicepresidenta.
Y después prosiguió con su argumentación: “Con esta economía bimonetaria, tenemos una Argentina que se ha informalizado. Algunos piensan que la economía en negro son solamente los trabajadores que no han sido registrados, pero no. Los que se quejan de los manteros después van a un restaurante que les dan un ticket de comanda. A despabilarse, argentinos”, pidió.
La embestida judicial
El otro tramo relevante del mensaje fue el destinado a la Justicia, justo un día después de que se difundieran los fundamentos del fallo en su contra en la causa Vialidad. Y vinculó esa condena con los 40 años de democracia y con lo que denominó como “la ruptura del pacto democrático”, en referencia al intento de magnicidio que sufrió.
“El que mejor lo dijo fue el Ministro del Interior, el Código Penal reemplazó al Código Electoral. Es proscripción”, sentenció Cristina Kirchner en una mención elogiosa a Eduardo “Wado” de Pedro, quien esta semana sufrió cuestionamientos internos por sus relaciones con el establishment económico.
“Ese 1° de septiembre se rompió el pacto democrático. Pero si uno mira lo que después pasó, se puede ver que hay una secuencia lógica”, aseguró Cristina Kirchner. y recordó que en marzo del año pasado, su despacho fue apedreado y destruido sin que intervinieran fuerzas de seguridad nacional, ni de la ciudad.
También recordó una pegatina que se hizo el 28 de marzo del año pasado en la que la responsabilizaban por los muertos de la pandemia del coronavirus. “Hubo muchos 1° de septiembre, antes”, aseguró.
“Cuando me toca asumir la primera presidencia, la Argentina era democrática. Fui la presidenta que menos decretos firmó. Enviaba todas las iniciativas al Congreso. Siempre se dio el debate en el marco de las leyes. Hoy, a 40 años de la democracia, creo que lo que estamos viviendo en materia de división de poderes, cuando vemos al sector más importante de la oposición aliado con el Poder Judicial, creo que hoy no estamos ante un Estado democrático constitucional”.
Luego aseguró: “Dos horas antes de esta conferencia, desde el Partido Judicial, porque no se le puede llamar Poder Judicial, separan al senador Doñate y reponen al senador [Juez] que había impugnado. Es un gran mensaje mafioso”.
Si bien había una gran expectativa de que pudiera dar alguna señal sobre su futuro electoral, Cristina Kirchner obvió cualquier referencia al tema, al igual que a la presión de su espacio para que el presidente Alberto Fernández desista de ir por la reelección. La mira ahora está puesta en el acto de la militancia que se realizará esta tarde en Avellaneda.
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Alivio en el Gobierno tras un discurso que esperaban más duro
En el entorno de Alberto Fernández destacaron la visión compartida sobre el tema de la deuda
Sí fue enfática en su reclamo de revisar el acuerdo con el FMI. “Se van a tener que revisar las condiciones en las cuales se firmó el acuerdo con el Fondo”, dijo en una clara señal de distanciamiento con el entendimiento que firmó el Gobierno. Y agregó: “Vamos a necesitar que los dirigentes estén unidos para revisar ese acuerdo [con el FMI], no para no pagar, sino para que nos dejen crecer.
“En la negociación con el FMI no quise intervenir porque el que tenía que negociar era el ministro de Economía [Martín Guzmán]. Cuando renuncia, no renuncia porque se peleó conmigo. Es más, tengo en mi celular el último mensaje muy atento que me envió un mes antes de renunciar, que me enviaba el proyecto de ley de renta inesperada”, recordó Cristina Kirchner.
La vicepresidenta aseguró que “nadie dice que no haya que pagar” el préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y consideró que los programas económicos “son una cuestión de objetivos y eficacia”. También se quejó de los que la tildan de “dogmática”, a quienes les contestó: “He dado muestras de un gran pragmatismo cuando se trata de los intereses del país. Ya no sé qué más debería hacer. Yo apoyé también la reestructuración de la deuda privada porque es parte de la responsabilidad institucional”.
Siempre dentro del segmento económico, Cristina habló de que la inflación está “absolutamente desmedida” y se quejó por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Tras mostrar un gráfico, publicado en la nacion, Cristina aseguró: “El salario real, esa línea que sube fue en nuestro gobierno. En el año 2015, cuando teníamos el salario más alto en dólares en América Latina. La inflación de ese año medida por la Ciudad fue del 24%. Me acuerdo que me daban lecciones, todos, propios y extraños”.
“Los que me dieron lecciones la llevaron al 52%. Está claro que los salarios no son la causa de la inflación, porque con los salarios más altos de América Latina teníamos 24%. Los salarios no son la causa de la inflación”, dijo Cristina Kirchner.
Luego habló de la administración de Alberto Fernández y sumó: “Es cierto que hay crecimiento y que la economía está creciendo y que se generan puestos de trabajo. Pero son precarizados y de muy bajo salario”.
La vicepresidenta también fue muy enfática en contra de la posibilidad de una dolarización de la economía, como propone, por ejemplo, el diputado libertario Javier Milei. “Hemos tenido una balanza comercial muy buena y los dólares se iban igual. Esto tiene que ver con la economía bimonetaria. La gente en la Argentina cree que la dolarización va a ser algo como la convertibilidad. El valor de una moneda no lo da ninguna ley, lo da el tamaño de la economía que emite esa moneda. ¿Cómo se les pasa por la cabeza una moneda que emite otro país? Tenemos que pensar un poco más antes de repetir monocordemente. No podemos creer en los espejitos de colores”, aseguró la vicepresidenta.
Y después prosiguió con su argumentación: “Con esta economía bimonetaria, tenemos una Argentina que se ha informalizado. Algunos piensan que la economía en negro son solamente los trabajadores que no han sido registrados, pero no. Los que se quejan de los manteros después van a un restaurante que les dan un ticket de comanda. A despabilarse, argentinos”, pidió.
La embestida judicial
El otro tramo relevante del mensaje fue el destinado a la Justicia, justo un día después de que se difundieran los fundamentos del fallo en su contra en la causa Vialidad. Y vinculó esa condena con los 40 años de democracia y con lo que denominó como “la ruptura del pacto democrático”, en referencia al intento de magnicidio que sufrió.
“El que mejor lo dijo fue el Ministro del Interior, el Código Penal reemplazó al Código Electoral. Es proscripción”, sentenció Cristina Kirchner en una mención elogiosa a Eduardo “Wado” de Pedro, quien esta semana sufrió cuestionamientos internos por sus relaciones con el establishment económico.
“Ese 1° de septiembre se rompió el pacto democrático. Pero si uno mira lo que después pasó, se puede ver que hay una secuencia lógica”, aseguró Cristina Kirchner. y recordó que en marzo del año pasado, su despacho fue apedreado y destruido sin que intervinieran fuerzas de seguridad nacional, ni de la ciudad.
También recordó una pegatina que se hizo el 28 de marzo del año pasado en la que la responsabilizaban por los muertos de la pandemia del coronavirus. “Hubo muchos 1° de septiembre, antes”, aseguró.
“Cuando me toca asumir la primera presidencia, la Argentina era democrática. Fui la presidenta que menos decretos firmó. Enviaba todas las iniciativas al Congreso. Siempre se dio el debate en el marco de las leyes. Hoy, a 40 años de la democracia, creo que lo que estamos viviendo en materia de división de poderes, cuando vemos al sector más importante de la oposición aliado con el Poder Judicial, creo que hoy no estamos ante un Estado democrático constitucional”.
Luego aseguró: “Dos horas antes de esta conferencia, desde el Partido Judicial, porque no se le puede llamar Poder Judicial, separan al senador Doñate y reponen al senador [Juez] que había impugnado. Es un gran mensaje mafioso”.
Si bien había una gran expectativa de que pudiera dar alguna señal sobre su futuro electoral, Cristina Kirchner obvió cualquier referencia al tema, al igual que a la presión de su espacio para que el presidente Alberto Fernández desista de ir por la reelección. La mira ahora está puesta en el acto de la militancia que se realizará esta tarde en Avellaneda.
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Alivio en el Gobierno tras un discurso que esperaban más duro
En el entorno de Alberto Fernández destacaron la visión compartida sobre el tema de la deuda
Cecilia Devanna
El anochecer de ayer mostró alivio en el Gobierno tras el discurso de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en Río Negro. Incluso afirmaban que había coincidencia en su postura de la necesidad de renegociaciones con el FMI. Desde que este lunes se confirmó su presentación allí en la Casa Rosada había dudas y temores respecto de lo que la exmandataria pudiera llegar a decir, fundamentalmente por el momento de extrema tensión que atraviesa la coalición ante la indefinición del presidente Alberto Fernández sobre su candidatura.
“Fue un muy buen discurso. La puso por encima de las peleas internas y la posicionó como vicepresidenta que es, y dos veces expresidenta que es”, completaron cerca del mandatario. Desde allí también relativizaron lo que pueda suceder mañana con el encuentro en Avellaneda en el que el ala dura del oficialismo, pondrá en marcha el “operativo clamor” para que Cristina decida ser candidata.
La cuestión económica, abordada de lleno por la vicepresidenta, fue considerada en el entorno del mandatario como “positiva”. La vicepresidenta sostuvo: “Van a tener que revisarse las condiciones del acuerdo con el FMI”, y “es necesario revisar ese acuerdo no para no pagar, sino para que nos dejen crecer”. Cerca de Fernández aseguraban esta noche que “hay coincidencia en los puntos. Ella dice hay que pagar y habla de renegociar. El Gobierno sigue insistiendo en las sobretasas y en los años de plazo. Que se logre o no es otra cosa”, dijeron cerca del jefe de Estado como desde donde hubo coincidencia en evaluar esos dos puntos como planteos de renegociación ante el FMI.
“Ahí está su crítica a (Martín) Guzmán”, dijeron en el Gobierno, en referencia al renunciado ministro de Economía, a quien la vicepresidenta dispensó una buena cantidad de señalamientos aunque sin nombrarlo expresamente.
En el plano económico, muy cerca de Fernández encontraban otra coincidencia en la economista estadounidense-italiana Mariana Mazzucato, que Kirchner citó en un paso de su exposición al recomendar El Estado emprendedor, una de sus obras. “El libro que ella recomienda es uno de los de cabecera de Alberto”, explicaban. Y agregaban que en octubre, cuando la economista de 54 años estuvo en la Argentina, cenó con Fernández en Olivos y tuvo una reunión.
“Ella es un cuadro muy preparado”, insistían en referencia a Mazzucato. Explicaban que Cristina no sabe de esta admiración de Fernández por Mazzucato, ni que lo leyó o recomienda. El Presidente y su vice llevan meses sin tener una conversación profunda. La última de ese tipo data del 15 de noviembre pasado, tras la descomposición de Fernández en Bali, cuando Cristina lo llamó para interiorizarse. Desde entonces chatearon en dos oportunidades y se vieron, pero casi no hablaron, en el Congreso el 1° de marzo pasado.
En el entorno de Fernández eludían cualquier referencia que podría haber habido al mandatario como cuando la vicepresidenta dijo, a poco de empezar su exposición: “He dado muestras de pragmatismo cuando se trata de los intereses del país”. “No creo que lo haya dicho por Alberto. Si lo dijo por alguien en especial debe haber sido por (Sergio) Massa, que quiso meter preso a La Cámpora. Es el de la ley del arrepentido y ahí es donde más pragmática fue”, completó un importante hombre del Ejecutivo en referencia al ministro de Economía.
“Salió del problema interno y elevó la discusión. Está bueno. Se pone al nivel de alguien que gobernó dos veces la Argentina”, consideró un estrecho colaborador del Presidente. Quien también relativizó lo que pueda suceder mañana en el acto en el que el ala dura del Gobierno pedirá para que Cristina sea candidata. “Lo más importante era hoy, con lo que dijera Cristina. Lo relevante era ella”, aseguraban. “Lo de mañana es más electoral, harán su planteo y están en todo su derecho a hacerlo”, relativizaban. La tensión interna está en la falta de definición de Fernández sobre si finalmente será candidato o no, lo que el kirchnerismo y La Cámpora esperan que defina cuanto antes.
El anochecer de ayer mostró alivio en el Gobierno tras el discurso de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en Río Negro. Incluso afirmaban que había coincidencia en su postura de la necesidad de renegociaciones con el FMI. Desde que este lunes se confirmó su presentación allí en la Casa Rosada había dudas y temores respecto de lo que la exmandataria pudiera llegar a decir, fundamentalmente por el momento de extrema tensión que atraviesa la coalición ante la indefinición del presidente Alberto Fernández sobre su candidatura.
“Fue un muy buen discurso. La puso por encima de las peleas internas y la posicionó como vicepresidenta que es, y dos veces expresidenta que es”, completaron cerca del mandatario. Desde allí también relativizaron lo que pueda suceder mañana con el encuentro en Avellaneda en el que el ala dura del oficialismo, pondrá en marcha el “operativo clamor” para que Cristina decida ser candidata.
La cuestión económica, abordada de lleno por la vicepresidenta, fue considerada en el entorno del mandatario como “positiva”. La vicepresidenta sostuvo: “Van a tener que revisarse las condiciones del acuerdo con el FMI”, y “es necesario revisar ese acuerdo no para no pagar, sino para que nos dejen crecer”. Cerca de Fernández aseguraban esta noche que “hay coincidencia en los puntos. Ella dice hay que pagar y habla de renegociar. El Gobierno sigue insistiendo en las sobretasas y en los años de plazo. Que se logre o no es otra cosa”, dijeron cerca del jefe de Estado como desde donde hubo coincidencia en evaluar esos dos puntos como planteos de renegociación ante el FMI.
“Ahí está su crítica a (Martín) Guzmán”, dijeron en el Gobierno, en referencia al renunciado ministro de Economía, a quien la vicepresidenta dispensó una buena cantidad de señalamientos aunque sin nombrarlo expresamente.
En el plano económico, muy cerca de Fernández encontraban otra coincidencia en la economista estadounidense-italiana Mariana Mazzucato, que Kirchner citó en un paso de su exposición al recomendar El Estado emprendedor, una de sus obras. “El libro que ella recomienda es uno de los de cabecera de Alberto”, explicaban. Y agregaban que en octubre, cuando la economista de 54 años estuvo en la Argentina, cenó con Fernández en Olivos y tuvo una reunión.
“Ella es un cuadro muy preparado”, insistían en referencia a Mazzucato. Explicaban que Cristina no sabe de esta admiración de Fernández por Mazzucato, ni que lo leyó o recomienda. El Presidente y su vice llevan meses sin tener una conversación profunda. La última de ese tipo data del 15 de noviembre pasado, tras la descomposición de Fernández en Bali, cuando Cristina lo llamó para interiorizarse. Desde entonces chatearon en dos oportunidades y se vieron, pero casi no hablaron, en el Congreso el 1° de marzo pasado.
En el entorno de Fernández eludían cualquier referencia que podría haber habido al mandatario como cuando la vicepresidenta dijo, a poco de empezar su exposición: “He dado muestras de pragmatismo cuando se trata de los intereses del país”. “No creo que lo haya dicho por Alberto. Si lo dijo por alguien en especial debe haber sido por (Sergio) Massa, que quiso meter preso a La Cámpora. Es el de la ley del arrepentido y ahí es donde más pragmática fue”, completó un importante hombre del Ejecutivo en referencia al ministro de Economía.
“Salió del problema interno y elevó la discusión. Está bueno. Se pone al nivel de alguien que gobernó dos veces la Argentina”, consideró un estrecho colaborador del Presidente. Quien también relativizó lo que pueda suceder mañana en el acto en el que el ala dura del Gobierno pedirá para que Cristina sea candidata. “Lo más importante era hoy, con lo que dijera Cristina. Lo relevante era ella”, aseguraban. “Lo de mañana es más electoral, harán su planteo y están en todo su derecho a hacerlo”, relativizaban. La tensión interna está en la falta de definición de Fernández sobre si finalmente será candidato o no, lo que el kirchnerismo y La Cámpora esperan que defina cuanto antes.
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