lunes, 26 de junio de 2023

INFLACIÓN, DESAFÍO MASSISTA


El desafío de Massa de pintar de azul las cifras rojas de la gestión
inflación. El ministro de Economía deberá defender durante la campaña los números no solo de su tiempo frente al Palacio de Hacienda, sino de todo el gobierno que conforma desde 2019
Diego CabotMartín Guzmán y Sergio Massa
No hay nada que sufra más la inflación que los bolsillos argentinos. De hecho, la suba de los precios, y la consiguiente pérdida del poder adquisitivo de los salarios, surge como la principal preocupación en las encuestas. Y si las estrategias de la política electoral se escribiesen a partir de esta premisa, pues seguramente los teóricos de las ciencias sociales y de la comunicación aconsejarían sobre esa base. A la oposición le diría que haga foco en este tema, que incluya candidatos avezados en los números. Al oficialismo, que esconda todo lo que pueda a los responsables de la marea roja de números económicos.
Pues nada de eso pasó. Nada. El principal partido de la oposición optó por la política en sus fórmulas. Gestión, orden y seguridad son los temas que les salen primero a los candidatos de Juntos por el Cambio; nada de economía por ahí. Pero como si la Argentina estuviese encaprichada en reescribir la historia política, el oficialismo no solo no barrió debajo de la alfombra la principal cara de la inflación, sino que juega un pleno con el mismísimo Sergio Massa, la figura número uno del talón de Aquiles del kirchnerismo gobernante.
Claro que en semejante panorama surge una excepción: el libertario Javier Milei, un personaje político que jamás deja de relacionar cualquier tema con la economía. Pero cuando se miran los 8 nombres que conforman las cuatro fórmulas más competitivas, la política ganó 7 a 1. Ni bueno ni malo, apenas un dato.
A esta altura de la nota bien vale un ejercicio para el lector. Imagine esos mapas que suelen aparecer en las redes sociales con un planisferio en blanco y solo la Argentina en otro color. A continuación, una lectura: “En rojo, países en los que el oficialismo que llevó el índice de inflación a 118% elige como principal candidato presidencial al ministro de Economía que tuvo los peores registros de los últimos 30 años y que depositó al país en una inflación de tres dígitos”. Adivinó el lector, solo la Argentina está en rojo.
La candidatura del ministro y la falta de reprimendas por sus desastrosos números económicos se basan en una premisa contrafáctica, y como tal, de imposible verificación, que más o menos postula lo siguiente: “Si no fuese por Massa, todo sería peor”. Algo así como el garante del deterioro que salva al país de un deterioro aún peor. Este razonamiento tiene como basamento que si Massa no estuviese donde está, nadie del Gobierno podría sentarse en el sillón que hoy ocupa. Sucede que esos “ineptos” que no podrían con los números de la economía son ni más ni menos que los socios, los sostenedores y los hacedores del exintendente de Tigre, el mascarón de proa con el que Unión por la Patria intentará el quinto gobierno kirchnerista.
Otra lectura del tema es que después de cuatro administraciones y de haber entregado a La Cámpora cajas, poder, dinero y hasta el manejo del peronismo bonaerense, los ya no tan jóvenes kirchneristas no pudieron tener un referente a nivel nacional. Ellos entendieron como ninguno que la territorialidad era necesaria para un movimiento que nació urbano y metropolitano. Desde sus casas en San Telmo y Parque Lezama armaron un mapa nacional y siempre pusieron el ojo en organizaciones que pudiesen tener una estafeta en cada lugar.
El primer ensayo fue Aerolíneas Argentinas. Eduardo “Wado” de Pedro, Axel Kicillof, Mariano Recalde y varios camporistas más hicieron sus primeros palotes en la línea aérea estatizada. Se acostumbraron a tener entre 1,5 y 2 millones de dólares diarios para gastar y convirtieron a la empresa en una dependiente de los subsidios.
Empezó el romance de La Cámpora con el dinero público. La compañía y todos los entes que manejaban el mercado aerocomercial se llenaron de militantes de la agrupación en todo el país.
Luego, cuando Julio Alak era formalmente el ministro de Justicia, La Cámpora manejó esa cartera. Con la cabeza en el territorio crearon una suerte de postas de acceso a la Justicia en todo el país. De a poco, la organización se enamoró del empleo público y se convirtió en la principal bolsa de trabajo de la Argentina.
Finalmente, en este cuarto kirchnerismo, versión Alberto y Cristina Fernández y Massa, llegaron al pico de poder y se quedaron con las cajas y las estructuras de todos los organismos más federales que existen: la Anses, el PAMI y el Correo, por nombrar los tres más nacionales. Sin embargo, y pese a la colonización del Estado con el nombramiento de alrededor de 2 millones de empleados públicos, no hubo manera de generar un referente con chances concretas de competir. Por ahora, apenas una trinchera en la provincia de Buenos Aires, poderosa por cierto, a modo de resistencia temporal.
Massa, La Cámpora y el peronismo deberán pensar ahora en cómo colorear los números de la economía, el principal tema de los argentinos. Cuentan con una ventaja: en Juntos por el Cambio no postularon un solo especialista en temas económicos.
Por lo tanto, ya casi se puede adivinar cómo será la campaña. Unos, el Gobierno, irán por la herencia de Mauricio Macri, la deuda y la fuga de capitales. Usarán, también, el argumento Massa o el caos. Lo decía con simpleza un oyente de una radio kirchnerista en la mañana de hoy, convocado por la emisora para dejar mensajes sobre la fórmula. “Es cierto que tenemos que tragar otro sapo –se sinceraba–. Pero siempre prefiero un sapo a un dinosaurio”.
La oposición deberá hacer foco en los números con especialistas en seguridad. Esa fue la elección de Patricia Bullrich, que se inclinó por Luis Petri, un radical que siempre transitó el Congreso con iniciativas de ese ámbito, y Horacio Rodríguez Larreta, que abrazó a Gerardo Morales, el más duro de los radicales.
Los dos temas de la opinión pública son la inflación y la seguridad. Por lejos se llevan todas las miradas. Para dar respuesta al primero de ellos, el Gobierno juega el responsable de los tres dígitos.
Es como si en la cara les dijese a los jubilados ajustados, al 40% de pobres y a los argentinos de a pie que Massa es lo único que se puede hacer para enfrentar ese mal endémico. El ministro llevará la discusión a un terreno político para escaparles a los números y la oposición, con fórmulas integradas y diseñada para esa arena, se alimentará de esa comidilla. Claro, subir a Massa a la escena para Milei es como si le hubiesen puesto un punching ball, una de esas bolsas con forma de pera con las que entrenan los boxeadores.
El otro tema, la seguridad, es más afín a las fórmulas de Juntos por el Cambio. La de Bullrich-petri está diseñada para ese tema, y la otra, Larreta-morales, también tiene especialidad en el asunto.
Hay otro dilema más. No hay ningún economista que pueda afirmar que no podría darse otro evento cambiario. La Argentina tiene una doctrina notable ante esas crisis: el fusible es el ministro de Economía. Si sucediese algo así, pues el oficialismo se quedaría sin ministro, pero también con un candidato tocado. Además, se produciría una erosión en aquel paradigma constitutivo de la candidatura que reza “Massa o el caos”, ya que alguien deberá reemplazarlo.
Por ahora, cuando la recesión empieza a notarse, los salarios dan pelea desigual a la inflación, el tipo de cambio que consiguen los argentinos de a pie roza los 500 pesos, la pobreza camina hacia los 45 puntos y los jubilados soportan el peso del ajuste, Massa deberá intentar disimular los números. Casi un pase de hechicería si logra hacerlo, tan particular como que el Gobierno coloque en el casillero de largada en la búsqueda de la quinta administración kirchnerista al ministro que llevó la inflación a 114% anual. Magia pura

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Dudas entre los analistas por el doble rol del ministro
No creen que la candidatura de Massa cause impacto en el mercado y observan como una rareza su continuidad en Economía
C. Dolobjian y M. Reinhold
Los actores económicos esperaban con atención la definición del binomio de candidatos del oficialismo, especialmente si incluiría o no a Sergio Massa. Lo más importante: qué probabilidades tendría el oficialismo de continuar al mando del Poder Ejecutivo y, por otra parte, con qué herramientas contaría el ministro de Economía para mantener las principales variables sin cambios traumáticos.
El mercado no veía como una fórmula competitiva la de Eduardo “Wado” de Pedro y Juan Manzur. Por eso reaccionó positivamente esta semana, con suba en las acciones y los bonos, aunque surgían algunas dudas con respecto a qué haría Massa con cuestiones como, por ejemplo, la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ahora hay una seguridad: Massa no va a boicotearse a sí mismo.
Por eso la economista María Castiglioni piensa que, si hay algo positivo en el corto plazo, es que Massa no tiene incentivos para romper con el FMI, lo que incluiría desentenderse de sus metas (las que, igualmente, están incumplidas por lo menos en el primer trimestre).
“Vamos a ver cómo reaccionan los mercados con esto porque tiene un discurso promercado en la labia pero, en definitiva, lo que hace es un país que tiene cada vez más grado de discrecionalidad con las aprobaciones de importaciones, con el megacepo. No sé cómo lo va a resolver más allá de lo que él pueda decir o entender”, explicó la especialista de C&T Asesores Económicos.
“Se está hablando de que podría haber efectos positivos en el mercado. Yo la verdad tengo mis dudas con respecto a cómo lo va a tomar el mercado a esto. Si lo ven como posible o por lo menos que va a pelear un poco más los números y que sea una probable victoria, alguna probabilidad de que gane Unión por la Patria. Pero sin duda es que las cotizaciones tienen algo para perder más que para ganar si fuesen ganadores”, opinó Salvador Vitelli.
Gabriel Caamaño, socio de la Consultora Ledesma, cree que a nivel general no hay ningún tipo de impacto en la economía. “No creo que la postulación de Massa a presidente cambie algo. Es ministro de Economía hace más de seis meses y es parte de la coalición de Gobierno desde el principio. Estos son los resultados de su gestión; no tiene mucho más para mostrar. Después está la cuestión de si es más promercado... ¿pero quién no lo es al lado del kirchnerismo?”, dijo.
Varios analistas creen en este escenario por el peso de los problemas que aquejan la macro, que acorralarán a cualquier candidato. “Las candidaturas no cambian el Excel. La Argentina tiene déficit fiscal, faltante de dólares y un escenario muy comprometido”, enumeró Salvador Di Stefano.
La economía en la cuerda floja y los magros resultados en esta materia siembran dudas sobre si es conveniente que el ministro ejerza dos roles de tanta presión, como es una campaña presidencial y el sillón principal del Palacio de Hacienda en estas circunstancias. Fuentes de su cartera confirmaban que Massa seguirá en el cargo al menos hasta las PASO del 13 de agosto.
“Es muy loco tener un ministro de Economía que además sea candidato a presidente, en el sentido de que, por ejemplo, debe controlar el gasto público y, al mismo tiempo, tendría incentivos para gastar más para su campaña”, opinó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Equilibra.
Sin embargo, la especulación de un Massa candidato a presidente resultaba importante para su capital político y su margen de maniobra con algunos actores, como los empresarios y el Fondo Monetario Internacional. Con este último, la relación es tensa en medio de las discusiones para renegociar los adelantos de fondos y pagos por venir, a la vez que el Gobierno incumplió gran parte de las metas de este año.
“El consenso es que esto para el mercado va a terminar siendo una noticia alcista. Yo tengo mis dudas. ¿Por qué tengo mis dudas? Porque me parece que con Wado de Pedro estaba la certeza de que perdía este gobierno. No creo que Massa pueda dar vuelta eso y creo que al final va a terminar perdiendo, pero claramente es más competitivo. Claramente las chances, aunque sean bajas, se incrementan y la verdad yo no sé si eso va a ser bien tomado por el mercado”, opinó Christian Buteler, analista financiero.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.