jueves, 3 de agosto de 2023

HAGAN LO QUE HAGAN....PERDEDORES SON....


La trastienda del búnker en el que conviven 200 massistas y camporistas
Máximo Kirchner mudó sus operaciones al sexto piso del edificio; Massa aparece por las noches
Maia Jastreblansky
Miércoles por la tarde. Máximo Kirchner baja de su oficina del sexto y último piso hasta la segunda planta. Toma una silla y se sienta frente a una hilera de militantes jóvenes que están encargados, entre otros menesteres, de cargar los spots de campaña en radio y tevé y difundir el contenido en redes sociales. “¿Cómo la ven?”, les pregunta. El primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, al que se le suelen escuchar los diagnósticos más pesimistas de cara al proceso electoral, quiere tener un termómetro realista del devenir de la campaña de Sergio Massa.
La noche previa, el fundador de La Cámpora casi no hizo comentarios en la reunión con los intendentes de la primera y la tercera sección en la planta baja del búnker de Bartolomé Mitre 363, el edificio que hoy materializa la alianza política entre el Frente Renovador y el kirchnerismo. Los caciques del conurbano comieron picada y carne con puré junto al candidato presidencial en la sala de reuniones, sentados a una mesa cuadrangular para 50 personas que tiene un micrófono para cada invitado.
En ese mismo espacio, unos días antes, el equipo de Unión por la Patria (UP) recibió a los 30 “voceros políticos” de la campaña para unificar la línea discursiva. Se trata de dirigentes, funcionarios y referentes económicos, desde el titular de la Aduana, Guillermo Michel, y el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, hasta el exvicepresidente Amado Boudou. Son los únicos autorizados para hablar de coyuntura en los medios.
En el búnker circulan sin pausa unas 200 personas que se dedican desde la realización de contenidos audiovisuales y la elaboración de una plataforma de gobierno hasta la fiscalización y la organización del proselitismo callejero básico, con reparto de boletas puerta a puerta. Entre los colaboradores rasos, a diario suelen deambular los miembros de la cúpula de UP. Además de Massa y Máximo Kirchner, tienen oficinas estables el primer candidato a senador Eduardo de Pedro, y los responsables de las campañas nacional, bonaerense y porteña: Juan Manuel Olmos, Martín Insaurralde y Mariano Recalde, respectivamente. También está afincado allí el consultor estrella de UP, el asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí. Su despacho está en el quinto piso, el mismo que el del candidato presidencial.
Nadie recuerda un búnker tan imponente en la historia del peronismo. Para tener un pantallazo del lugar basta con atravesar la fachada vidriada, pararse en el atrio delantero y mirar hacia arriba. Así se disciernen los seis pisos de oficinas con escaleras a la vista, construidos de punta a punta con estructuras de hierro. Hacia abajo hay tres subsuelos. En el último hay un comedor y una cocina.
En el peronismo aseguran que pagan unos $5 millones mensuales por el alquiler del edificio, que alguna vez fue un banco y que permaneció muchos años despoblado. Las oficinas –que podrían esfumarse apenas termine la campaña– fueron montadas con paredes de durlock y empapeladas con imágenes de Perón, Evita, Néstor y Cristina Kirchner, con estética pop art.
En el primer y el segundo piso están desplegado el staff de contenidos y redes, además de los equipos de prensa de los candidatos, donde talla Santiago García Vázquez, histórico de Massa que ahora trabaja coordinado con los equipos de La Cámpora y de los gobernadores. Se valen, muchas veces, del material generado en el segundo subsuelo, donde se montó una sala de streaming y un estudio de fotografía. El día que los candidatos hicieron la primera sesión de fotos, Massa pidió que sonaran temas de Pablo Lescano. Cumbia para levantar el espíritu de la tropa.
En el tercer piso tienen despacho los coordinadores efectivos de la tarea proselitista. Allí se instaló Olmos, que es, para todos, el que cumple el rol de jefe de campaña en la práctica, aunque el título formal lo lleve De Pedro . El vicejefe de Gabinete pasa cada vez más tiempo en el búnker y menos en su oficina de la Casa Rosada. Tras el trabajo fino que hizo para entronizar al ministro de Economía como candidato de unidad, se convirtió en un engranaje clave de la campaña.
En esa misma planta tienen su lugar de trabajo Recalde e Insaurralde. Varios reconocen que el lomense es quien tiene la tarea más intrincada: los equipos de Axel Kicillof se mueven en La Plata y van poco a Bartolomé Mitre –cada tanto la ven a Agustina Vila, secretaria general bonaerense. Todo está teñido por la ya indisimulable rispidez entre Kicillof y Máximo Kirchner.
El cuarto piso está dedicado al “comando interior”, donde se coordina el trabajo en las provincias. Allí pisa fuerte Juan José Álvarez, de extrema confianza de Massa, que fue el primer intendente de Hurlingham y luego devino en operador todoterreno. En esta campaña, además, Juanjo Álvarez logró muy buena sintonía con La Cámpora gracias al acuerdo que selló en su distrito con Damián Selci para destronar al intendente Juan Zabaleta. También tiene allí un espacio reservado Agustín Rossi. Se lo ve menos, por la demanda que le insume su función en la Casa Rosada y su reporte a Alberto Fernández.
Massa, en su doble faz de ministro y candidato, suele aparecer por el edificio recién al atardecer. “Siempre después de las 18”, dicen todos. A veces, el candidato presidencial es el que “apaga la luz” del lugar, a altas horas de la noche. El quinto piso es todo para el Frente Renovador, mientras que, una planta más arriba, trabajan Máximo Kirchner y De Pedro. A “Wado” lo ven cada vez más seguido en Bartolomé Mitre, coordinando toda la agenda de campaña con Massa, y menos en el ministerio del Interior de la Casa Rosada.
En el búnker, massistas y kirchneristas conviven integrados a unas tres cuadras de distancia de la Casa Rosada. Tan cerca y tan lejos, como una metáfora de la actual geografía de poder.

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Con un asesor catalán, el oficialismo busca unificar el mensaje electoral
Antoni Gutiérrez Rubí reunió a dirigentes de Unión por la Patria que oficiarán de “voceros” del Gobierno en la recta final hacia las PASO
Cecilia Devanna Gutiérrez Rubí, al micrófono, entre Di Tullio y Scioli
Cuando falta muy poco para las PASO, Unión por la Patria (UP) convocó ayer sus voceros a una reunión mixta, entre asistentes virtuales y presentes, en el búnker de la calle Mitre, en el microcentro porteño. Encabezados por Eduardo “Wado” de Pedro, ministro del Interior y jefe de campaña de Sergio Massa, precandidato de unidad del espacio, entre los encargados de comunicar las ideas y proyectos del espacio. El encuentro empezó con la presencia del asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, que se encarga del diseño de la campaña electoral que pretende instalar a Massa como presidente y mantener a Axel Kicillof, en la estratégica provincia de Buenos Aires.
En el encuentro hubo una presentación formal de todos los voceros, en los que hay representantes de todos los espacios, como Andrés “Cuervo” Larroque, hasta ahora algo alejado de la campaña; el ministro Gabriel Katopodis y Leopoldo Moreau. Se definieron algunos parámetros de lo que se buscará comunicar en esta etapa de la carrera electoral.
Todo se dio mientras Massa encara el sprint final de su campaña en el que ayer visitó San Luis y Mendoza, dos provincias que se suman a San Juan, La Rioja y Tucumán, las que visitó los últimos días y el estratégico conurbano bonaerense.
El encuentro se hizo con el objetivo de potenciar el discurso del espacio y mantener la campaña centrada en “el encuentro y la proximidad con la ciudadanía” y, en particular con los electores de UP. En esa línea los integrantes del equipo de comunicación hablaron con los voceros y voceras designados. Y se centraron tanto en presentarlos formalmente a ellos y a la agenda de la fórmula presidencial Massa-Agustín Rossi de cara al tramo final previo a las PASO.
En uno de los momentos de su exposición, De Pedro les dijo: “Cada uno de ustedes es muy importante porque representan mucho para este frente. Algunos representan a los trabajadores, otros a los gobernadores, otros el perfil productivo, otros el campo, otros la militancia, otros el interior”.
En la reunión estuvieron presentes desde el exprecandidato presidencia y embajador en Brasil, Daniel Scioli, hasta el excanciller Felipe Solá, pasando por la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau; los gobernadores Raúl Jaili y Gustavo Melella. También el exlegislador, Julián Domínguez, hoy asesor ad honorem del Palacio de Hacienda; la actual legisladora y precandidata a senadora, Juliana Di Tullio; la secretaria de Energía, Flavia Royon; la precandidata a diputada en la ciudad, Paula Penacca; la titular de Migraciones, Florencia Carignano y el legislador, Germán Martínez.
“Estamos muy bien con el activo militante”, se lo escucha decir a De Pedro en un breve video que circuló poco después de comenzada la reunión en el que también figura conectado el vocero del kirchnerismo, Hernán Reibel, y el propio Máximo Kirchner.
Según pudo saber la nacion, la vocería incluye a Guillermo Michel (titular de la Aduana), Ramiro Gutiérrez (diputado nacional), Federico Achával (intendente de Pilar), Delfina Rossi (economista-Directora del Banco Ciudad), Diego Giuliano (Ministro de Transporte de la Nación), Gabriel Katopodis (Ministro de Obras Públicas de la Nación), Andrés Larroque (Ministro de Desarrollo de la Comunidad de PBA), Leopoldo Moreau (diputado nacional), Matías Lammens (candidato a legislador porteño y ministro de turismo) Paco Manrique (secretario adjunto de Smata y candidato a diputado nacional), Ariel Sujarchuk (intendente de Escobar), Federico Otermín (presidente de la Cámara de diputados de PBA) y a Pablo Yedlin (senador nacional y candidato a diputado nacional).
De Pedro se hizo cargo de la jefatura de la campaña tras ser desplazado de la precandidatura en las horas previas al cierre de listas, en junio pasado. Su llegada al cargo fue tras una reunión en la que los gobernadores oficialistas, con quien lo une una buena relación tras casi cuatro años en el cargo de ministro de Interior, pidieran por él junto a Massa para ese lugar.
La reunión se da en una de las salas de reuniones del búnker de Mitre, el edificio de seis pisos y tres subsuelos que el sello que reemplazó al Frente de Todos, alquiló en julio pasado. Allí se dividen los pisos de acuerdo a las jurisdicciones y cargos.
El asesor catalán, Gutiérrez Rubí está instalado en Buenos Aires y ocupa el cuarto piso del edificio junto a los distintos comandos de campaña; el quinto piso es para Massa y sus colaboradores; el sexto para Eduardo “Wado” de Pedro y Juan Manuel Olmos y sus respectivos equipos. En el tercero están las oficinas de Kicillof, Máximo Kirchner, Leandro Santoro y Agustín Rossi. Uno más abajo se ubican los responsables de comunicación y prensa.

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