Hay ministro y hay plan, ahora faltan los dólares
Florencia Donovan
“No hay plata”, repite el presidente electo, Javier Milei, cuando se lo consulta sobre los fondos que reclaman los gobernadores, el salvataje que esperan los deudores de créditos UVA o el dinero de obras públicas en curso. Es la expresión más llana, pero talvez la más inteligente, para describir una realidad acuciante.
Con ella se pueden relacionar hoy prácticamente todas las familias de clase media y baja en la Argentina. Nadie quiere ajustarse, pero todos entienden que es inexorable hacerlo cuando no hay más con qué pagar.
En el equipo de Luis “Toto” Caputo ya anticipan que las primeras señales no bien asuman serán de una extrema prudencia fiscal y monetaria. Son las dos anclas con las que el nuevo gobierno espera empezar a recuperar algo de la confianza inversora. Así lo adelantaron esta semana dos de los alfiles de Caputo, los economistas Federico Furiase y Martín Vauthier, en una charla privada en el banco Comafi que había sido agendada hace meses, mucho antes de saberse que Milei sería elegido presidente y que Caputo fuera confirmado como ministro. Desde esta semana, de hecho, quienes quieren contratar a Anker Latinoamérica, la consultora del flamante ministro de Economía, reciben una respuesta automática por correo: “De momento se encuentran suspendidos nuestros servicios de consultoría. De volver a estar disponibles, nos contactaremos inmediatamente para volver a ofrecerle nuestros servicios”.
Caputo, según revelaron sus economistas, espera alcanzar el déficit cero en 2024, para luego ir hacia un superávit primario del 2 por ciento. El 80% de los recortes de gastos, aseveraron, no necesitan pasar por el Congreso. Descuentan, sin embargo, que las provincias deberán ser socias del ajuste. No está claro cómo van a convencer a los gobernadores, que esta semana dieron pruebas de que no piensan ceder fácil.
Los economistas de Anker saben que en el recorte fiscal reside parte del éxito de la gestión. Pero no es mucho el tiempo que han tenido para estudiar los números. La semana pasada se acercaron al exministro Hernán Lacunza para conocer el plan fiscal que en su momento había elaborado para Horacio Rodríguez Larreta. Ya lo dijo Milei en campaña: “Si la persona que más sabe del tema me va a aportar una solución, qué me importa lo que piensa”.
Economistas que acompañaron al exministro macrista durante la campaña fueron los responsables de hacer la presentación correspondiente. El plan de Lacunza contemplaba un ajuste en el primer año de cuatro puntos del PBI, básicamente entre reducciones de transferencias a provincias, recortes de subsidios económicos y eficientización de empresas públicas. La mayoría de las medidas estaba previsto que se incorporaran en el presupuesto 2024. En todos los casos el diagnóstico es el mismo: déficit cero desde el año uno.
En el encuentro en el Comafi, los macroeconomistas que acompañan a Caputo deslizaron, a su vez, que el tipo de cambio que hoy están recibiendo los exportadores –del orden de los $630 por dólar– parece adecuado. En términos reales, es similar al que existía en 2007, un año en el que el Banco Central no tuvo inconvenientes para acumular reservas. Según confiaron clientes del banco que participaron de la charla, también Furiase y Vauthier admitieron que convalidar el tipo de cambio paralelo sería reconocer inflación “innecesariamente”, pero también apuntaron que “no se pueden quedar cortos” con el tipo de cambio, dada la altísima inflación. Ambos anticiparon que no habrá desdoblamiento formal, dado que no hay reservas suficientes en el Banco Central para abastecer la demanda en el mercado libre de cambios. “Se manejará y simplificará el sistema actual, conviviendo con el cepo. La brecha bajará en la medida en que muestren hitos que convenzan al mercado”, explicaron. La devaluación forma parte del plan, lo mismo que una tasa de interés positiva en dólares para poder anclar las expectativas.
El gran desafío del equipo económico, más allá de la cuestión fiscal, pasa por conseguir dólares que les permitan sortear el período de escasez de divisas, que se extiende desde ahora hasta abril, que es cuando comienzan a ingresar los dólares de la soja. Santiago Bausili, que por estas horas es quien mayores chances tiene de ocupar la presidencia del BCRA, ya se sentó esta semana con las cerealeras. Estiman que habrá unos US$5000 millones por el trigo. Y no se descarta además replicar el préstamo que en su momento se había tomado con la industria apenas asumió Macri; una suerte de adelanto parcial de divisas contra la liquidación futura de la soja.
Y es que no son muchas las fuentes de dólares disponibles. Más allá de que Milei dejó trascender que las reuniones de Caputo y de su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) fueron alentadoras, quienes conocen el pensamiento del directorio del organismo aseveran que será muy difícil que haya desembolsos importantes por ese lado. “A lo sumo, podrán adelantarle a la Argentina los US$3334 millones que se suponía que se desembolsarían en diciembre y, en el mejor de los casos, sumarles los otros US$3219 millones que se suponía que, bajo el programa actual, el FMI iba a desembolsar a lo largo de 2024”, explicó una fuente que lleva meses de diálogo con el organismo.
En tal sentido, el diálogo de Milei con la administración Biden será clave. Estados Unidos es el principal accionista del FMI y el único con derecho de veto. Siempre fue la política la que destrabó las negociaciones con el Fondo. Quienes conocen los hilos de la diplomacia norteamericana ya les hicieron saber a asesores de Milei que no había caído bien que publicara en redes el video con su conversación con Donald Trump, principal contendiente de Biden en las elecciones presidenciales de 2024, que lo llamó para felicitarlo apenas ganó. El pragmático Milei parece haber tomado nota: originalmente tenía previsto viajar la semana pasada a Nueva York, para visitar la tumba del rebe de Lubavitch, y luego volar a Miami, para ir a Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida. El tramo de Miami quedó fuera de la agenda: en su lugar, armó raudo una agenda en Washington con figuras del gobierno demócrata.
Los frentes que tiene Caputo son muchos y todos demandan atención en simultáneo. En el cortísimo plazo, apenas asuma, Caputo deberá evitar que los billones de pesos que se emitieron y que los bancos hoy tienen colocados en letras del BCRA, Leliq, o pases (préstamos) se vuelquen al circuito o al mercado cambiario. Para ello, insisten, habrá un canje voluntario de deuda para los bancos, que entregarán sus Leliq o pases a cambio de bonos del Tesoro. Las entidades luego tendrán la opción de venderles esos bonos del BCRA –un put, en la jerga financiera– en caso de necesidad de liquidez. “En todo momento dejaron en claro que saben que los riesgos de esta operación son altos porque esos pesos no se eliminan, sino que cambian de vehículo”, explicó uno de los hombres que escucharon atentamente el plan.
Poco a poco, el ministro designado por Milei está terminando de armar su equipo. Además de Bausili en el BCRA –un puesto al que se estaba resistiendo por cuestiones personales–, Caputo confirmó ayer al economista Joaquín Cottani, de vasta experiencia en el exterior, como secretario de Política Económica. Guillermo Plate, por su parte, podría ocupar la Superintendencia de Seguros (es uno de los hombres que están llevando adelante la transición con la gestión de Massa), mientras que suena el nombre de Javier Cardini eventualmente como secretario de Industria.
El propio presidente electo está viendo que no es fácil armar equipos. La política puede ser una limitante tan grande para la gestión como la falta de plata. Aun después del batacazo de las PASO es probable que nunca hubiera terminado de creer este outsider de la política que tenía chances de alcanzar la presidencia. A 10 días de la asunción de Milei, todavía faltan definir posiciones claves, y no hay tantos equipos consolidados. Todo un experimento para una gestión que tiene un mandato férreo de reformas y un futuro presidente que parece convencido de querer repetir transformaciones que solo en los años 90, con un carismático y potente Carlos Menem, pudieron llevarse adelante. Un empresario que apoya a Milei desde el comienzo de la campaña, sin embargo, asegura que la ley ómnibus que el nuevo gobierno planea poner a consideración el 11 de diciembre es un “elissir”, en una clara alusión a la expresión que el Coco Basile usó para referirse a un whisky de primera marca, y que fue viral en su momento.
Al igual que en la Nación, en la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri experimenta sus propias limitaciones políticas. Sin mayoría en la Legislatura, Macri habría terminado de cerrar filas por estas horas con el radicalismo porteño, una alianza que también supo cultivar su antecesor Larreta y que su primo Mauricio había denostado abiertamente. Como prenda de cambio, el radicalismo se quedaría con la gestión del Banco Ciudad, por lo que el banco seguiría bajo la conducción de Guillermo Laje, un hombre de años de experiencia financiera, pero que además es primo de Martín Lousteau. El puesto Macri se lo había prometido previamente a Luciano Laspina. Pero el pragmatismo es la brújula de todo político.
En el sector privado, en tanto, la actividad por estas horas está prácticamente paralizada: muchas empresas optaron por adelantar vacaciones y comenzar con paradas de planta programadas; otras congelaron ventas (solo venden al contado o al tipo de cambio del día), y otras están aprovechando para ajustar precios tras meses de congelamiento forzoso.
Los empresarios a guardan con ansias definiciones del nuevo gobierno. Las cámaras que agrupan a la industria farmacéutica se reunieron ayer para intentar consolidar una posición común de cara al nuevo gobierno. Todavía no saben siquiera quiénes serán sus interlocutores.
Hay jugadores también que aprovechan para concluir operaciones: Claudio Belocopitt acaba de cerrar la adquisición del 50% que le faltaba (ya había adquirido la mitad del paquete en 2021) del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires. Hace tres semanas, obtuvo además el visto bueno del BCRA para quedarse con Crédito Regional Compañía Financiera (ex-Cuenca). Más delicada parece ser la situación de Molino Cañuelas, que se lanzó en busca de un nuevo asesor financiero para poder llegar a un acuerdo con sus acreedores.
Se vienen tiempos difíciles para todos.
El presidente electo está viendo que no es tan fácil armar equipos
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Las prepagas aumentarán 11,5% este mes y 6,26% en enero
Con el incremento del último mes del año, 2023 termina con un alza total de 135,76% en el costo de los planes de salud
Silvia Stang
El Gobierno autorizó un incremento de las cuotas de las prepagas de 6,26% para enero, a través de la publicación en una página oficial, por parte de la Superintendencia de Servicios de Salud, del porcentaje de variación del índice de costos sectorial.
Al mismo tiempo, están llegando en estos días las facturas correspondientes al último mes del año –que se inició hoy–, en las que se aplica una suba de precios de 11,51%. Así, 2023 termina con un aumento total del costo de los planes de salud, según los permisos otorgados por los funcionarios del área, de 135,76%.
Sin embargo, no todos los afiliados pagaron los planes con ese reajuste total, porque en el actual último trimestre rige, para un grupo, el congelamiento de precios establecido en el marco del llamado“planp la ti ta” pre electoral. La duda ahora es qué pasará en el inicio de 2024 con las facturasde quienes pudieron acceder a ese plan, por cumplir con los requisitos dispuestos como, por ejemplo, el de no tener ingresos mensual es superior esa $2 millones.
En septiembre, semanas después de haberse dispuesto la medida –que en un primer momento fue lanzada por el ministro de Economía, Sergio Massa, de manera inconsulta–, el presidente de la Unión Argentina de Salud (UAS), Claudio Belocopitt, dijo en diálogo con que, como lo finalmente acordado fue una “suspensión” y no una anulación de los incrementos, los porcentajes de subas autorizados y no aplicados durante tres meses se acumularían y, sin efecto retroactivo, se incorporarían a los precios a pagar en el primer mes de 2024. Con el cambio del escenario político y a las puertas de la llegada de nuevas autoridades, ahora hay referentes del sector que manifiestan estar a la espera de ver si habrá nuevas definiciones sobre la cuestión.
El aumento acumulado en los tres meses con congelamiento es de 32,38%. Si a eso se le agrega el alza prevista para enero, el índice asciende a 40,67%. Y ese 40,67% sería el porcentaje de incremento con el cual llegarían las facturas de enero para quienes tienen las cuotas sin modificaciones durante un trimestre, en caso de que se confirme lo que se previó tres meses atrás, en un acuerdo entre el Gobierno y directivos del sector de las prepagas.
Más allá del período de cuotas congeladas para quienes, además de cumplir con una serie de requisitos, hicieron cada mes en cuestión una declaración jurada, hasta julio de 2024 está vigente otra medida. Se trata del decreto 743, que estableció el mecanismo por el cual los usuarios que informen tener ingresos no superiores al equivalente al salario mínimo, vital y móvil multiplicado por seis, acceden a un tope en el porcentaje del aumento mensual. Ese máximo se define como el 90% de la variación mensual de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte).
En el caso en particular de las cuotas de enero, sin embargo, el tope no será efectivo, porque el valor de referencia es superior a la variación que tuvo el índice de costos de salud; es decir, es mayor al ya mencionado 6,26%. Concretamente, el 90% de la variación del Ripte en septiembre (que es el que se considera, por ser el del mes más reciente que se conoce) arroja un resultado de 8,51%.
Es decir, esta vez no será necesario completar la declaración jurada para tener un incremento reducido, porque la suba prevista será de igual porcentaje para todos. Siempre según la normativa vigente, las prepagas deben comunicar los incrementos a sus afiliados con al menos 30 días de anticipación al vencimiento de las cuotas. Por eso, las notificaciones comenzaron a llegar ayer.
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En noviembre, cayeron los dólares y las acciones se dispararon 98%
El blue retrocedió ayer $20, pero los financieros rebotaron hasta $29; en tanto, los bonos soberanos de deuda terminaron el mes con subas de un 39% en moneda dura
Melisa Reinhold
El CCL “libre” cerró el mes con una baja acumulada de $30,4
Noviembre fue un gran mes para el mercado argentino. Los dólares libres cerraron con caídas de $30, las acciones argentinas se dispararon hasta un 98% y el riesgo país se desinfló 595 puntos básicos en los últimos 30 días, luego de que Javier Milei se convirtió en el próximo presidente. Se trató de una primera reacción de los inversores ante la expectativa de cambio, aunque ahora la mirada está puesta en cuáles serán las medidas que se tomen a partir del 10 de diciembre y quiénes liderarán el equipo económico.
Es las últimas cuatro ruedas, los tipos de cambio libres llamaron la atención por la tendencia bajista que registraron. Sin ir más lejos, ayer el dólar blue se consiguió a $905. Significó una caída de $20 frente al cierre anterior (-2,2%) y de $90 en la semana (-9%), lo que lo llevó a tocar el valor más bajo en dos semanas. En noviembre, terminó $15 más abajo (-1,6%).
En cambio, ayer los tipos de cambio financieros rebotaron tras haber tocado mínimos en dos meses durante la rueda anterior. El dólar MEP mediante la compraventa de bonos AL30 cotizó en los $972,16, una suba diaria de $29,5 (+3,5%). En la semana siguió $95,8 más abajo (-11%), pero en el mes avanzó $13 (+1,5%), tras el fin de las intervenciones del Banco Central.
El dólar contado con liquidación (CCL) “libre” se vendió a $834,40, un avance de $14,7 frente al cierre previo (+1,8%). De todos modos, acumuló una caída de $89,8 en las últimas cuatro ruedas (-10,7%) y terminó noviembre con una baja acumulada de $30,4 (-3,5%).
Si se ajustan estos valores en términos reales (se descuentan la inflación local y la de Estados Unidos), la cotización actual se encuentra por debajo del viernes prebalotaje ($921 a precios de hoy) y también de la antesala a las PASO ($871), según números de Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
“El desplome del CCL se explicaría tanto por la eliminación del escenario de dolarización, con la renuncia de Emilio Ocampo a la presidencia del Banco Central (BCRA), como por la extraordinaria liquidación de los exportadores bajo el Programa de Incremento Exportador (PIE) 50/50”, explicaron. Hasta el 10 de diciembre, cuando Javier Milei recibirá el bastón presidencial, los exportadores pueden liquidar el 50% de sus ventas al contado con liquidación (lo que aumenta la oferta de divisas), siempre y cuando el 50% restante se canalice por el oficial. En estos días, el volumen operado subió a un promedio de US$235 millones de diarios, desde los US$148 millones que se observaron en los tres días previos al balotaje.
“El tipo de cambio de $600 sería atractivo para los exportadores ante la perspectiva de que Milei no quitaría los controles de cambios inmediatamente luego del 10/12 y que, por ende, el salto discreto del dólar oficial podría ser inferior a 67%. Ante este escenario, el oficial podría ubicarse en algún punto entre el rango de $360 y $600, pero poco probable por encima de la cota superior. Por lo tanto, es lógico que los exportadores se vuelquen a liquidar masivamente bajo el PIE 50/50% a un tipo de cambio efectivo de $600, generando una oferta extraordinaria en el CCL que hunde su cotización”, consideraron desde PPI.
El tipo de cambio oficial mayorista cotizó en los $360,50, una suba de $0,50 frente al día anterior (+0,1%). Tras haber permanecido tres meses congelado en los $350, el 15 de noviembre esta cotización retomó las microdevaluaciones diarias (crawling peg), y acumuló un avance de $10,50 en el mes (+3%).
Bonos y acciones
El triunfo de Milei en el balotaje empujó las acciones argentinas hacia el alza. Luego del traspié que registraron durante octubre y la primera quincena de noviembre, la expectativa de que el libertario tome medidas en contra de los acuerdos de precios, las regulaciones estatales y los controles cambiarios impactó de forma positiva en la valuación de las compañías.
En la última rueda hábil de noviembre, el S&P Merval operó en las 813.393 unidades. Fue una suba diaria del 2,9% y acumuló un incremento del 40,5% en el mes. Incluso, más llamativo resultó si se lo ajusta por el contado con liquidación, ya que trepó de los 669 puntos a los 974: una disparada del 45,6% en moneda dura.
En el panel principal, la acción que más se destacó fue la del Banco Supervielle, con un avance del 98,6% en el mes. Lo siguieron Telecom Argentina (+73,8%), Cablevisión Holding (+68,5%), YPF (+67,8%), Edenor (+66,7%), Transener (+65,5%) y el Banco Macro (+57,3%). “El mercado argentino acaba de registrar una semana histórica con rendimientos muy positivos, los cuales reaccionaron de buena manera tras conocerse la victoria de Javier Milei en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. A pesar de las dificultades que enfrenta el próximo gobierno, la puesta en marcha de ciertas medidas genera expectativas, y son las que poseen mayor potencial para iniciar un sendero de recuperación económica”, dijo Maximiliano Donzelli, head de research de IOL invertironline.
Los números en verde también se observaron en los bonos del último canje de deuda. Ayer operaron en el exterior en terreno positivo, con alzas del 3,12% para los Bonares (AL29D) y del 3,09% para los Globales (GD30D). En noviembre, acumularon incrementos en dólares entre un 24,10% (GD35D) y 39,48% (AL30D).
Para la sociedad de bolsa AdCap Grupo Financiero, la fuerte suba que registraron los bonos puede deberse a tres factores. “En primer lugar, el mercado leyó el resultado como el fin del kirchnerismo y fue una confirmación del cambio de régimen. Además, el apoyo de Mauricio Macri redujo parte de la incertidumbre inherente a Milei. Por último, el sentimiento del mercado global mejoró con las tasas estadounidenses, que cayeron por debajo del 4,5%, lo que aumentó la confianza en el potencial alcista de los bonos argentinos”, consideraron.
Eso permitió que el riesgo país se desinflara hasta los 1982 puntos básicos. Este índice retrocedió 38 unidades en un día (-1,88%) y 595 puntos en el mes (-23,1%).
El Gobierno autorizó un incremento de las cuotas de las prepagas de 6,26% para enero, a través de la publicación en una página oficial, por parte de la Superintendencia de Servicios de Salud, del porcentaje de variación del índice de costos sectorial.
Al mismo tiempo, están llegando en estos días las facturas correspondientes al último mes del año –que se inició hoy–, en las que se aplica una suba de precios de 11,51%. Así, 2023 termina con un aumento total del costo de los planes de salud, según los permisos otorgados por los funcionarios del área, de 135,76%.
Sin embargo, no todos los afiliados pagaron los planes con ese reajuste total, porque en el actual último trimestre rige, para un grupo, el congelamiento de precios establecido en el marco del llamado“planp la ti ta” pre electoral. La duda ahora es qué pasará en el inicio de 2024 con las facturasde quienes pudieron acceder a ese plan, por cumplir con los requisitos dispuestos como, por ejemplo, el de no tener ingresos mensual es superior esa $2 millones.
En septiembre, semanas después de haberse dispuesto la medida –que en un primer momento fue lanzada por el ministro de Economía, Sergio Massa, de manera inconsulta–, el presidente de la Unión Argentina de Salud (UAS), Claudio Belocopitt, dijo en diálogo con que, como lo finalmente acordado fue una “suspensión” y no una anulación de los incrementos, los porcentajes de subas autorizados y no aplicados durante tres meses se acumularían y, sin efecto retroactivo, se incorporarían a los precios a pagar en el primer mes de 2024. Con el cambio del escenario político y a las puertas de la llegada de nuevas autoridades, ahora hay referentes del sector que manifiestan estar a la espera de ver si habrá nuevas definiciones sobre la cuestión.
El aumento acumulado en los tres meses con congelamiento es de 32,38%. Si a eso se le agrega el alza prevista para enero, el índice asciende a 40,67%. Y ese 40,67% sería el porcentaje de incremento con el cual llegarían las facturas de enero para quienes tienen las cuotas sin modificaciones durante un trimestre, en caso de que se confirme lo que se previó tres meses atrás, en un acuerdo entre el Gobierno y directivos del sector de las prepagas.
Más allá del período de cuotas congeladas para quienes, además de cumplir con una serie de requisitos, hicieron cada mes en cuestión una declaración jurada, hasta julio de 2024 está vigente otra medida. Se trata del decreto 743, que estableció el mecanismo por el cual los usuarios que informen tener ingresos no superiores al equivalente al salario mínimo, vital y móvil multiplicado por seis, acceden a un tope en el porcentaje del aumento mensual. Ese máximo se define como el 90% de la variación mensual de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte).
En el caso en particular de las cuotas de enero, sin embargo, el tope no será efectivo, porque el valor de referencia es superior a la variación que tuvo el índice de costos de salud; es decir, es mayor al ya mencionado 6,26%. Concretamente, el 90% de la variación del Ripte en septiembre (que es el que se considera, por ser el del mes más reciente que se conoce) arroja un resultado de 8,51%.
Es decir, esta vez no será necesario completar la declaración jurada para tener un incremento reducido, porque la suba prevista será de igual porcentaje para todos. Siempre según la normativa vigente, las prepagas deben comunicar los incrementos a sus afiliados con al menos 30 días de anticipación al vencimiento de las cuotas. Por eso, las notificaciones comenzaron a llegar ayer.
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En noviembre, cayeron los dólares y las acciones se dispararon 98%
El blue retrocedió ayer $20, pero los financieros rebotaron hasta $29; en tanto, los bonos soberanos de deuda terminaron el mes con subas de un 39% en moneda dura
Melisa Reinhold
Noviembre fue un gran mes para el mercado argentino. Los dólares libres cerraron con caídas de $30, las acciones argentinas se dispararon hasta un 98% y el riesgo país se desinfló 595 puntos básicos en los últimos 30 días, luego de que Javier Milei se convirtió en el próximo presidente. Se trató de una primera reacción de los inversores ante la expectativa de cambio, aunque ahora la mirada está puesta en cuáles serán las medidas que se tomen a partir del 10 de diciembre y quiénes liderarán el equipo económico.
Es las últimas cuatro ruedas, los tipos de cambio libres llamaron la atención por la tendencia bajista que registraron. Sin ir más lejos, ayer el dólar blue se consiguió a $905. Significó una caída de $20 frente al cierre anterior (-2,2%) y de $90 en la semana (-9%), lo que lo llevó a tocar el valor más bajo en dos semanas. En noviembre, terminó $15 más abajo (-1,6%).
En cambio, ayer los tipos de cambio financieros rebotaron tras haber tocado mínimos en dos meses durante la rueda anterior. El dólar MEP mediante la compraventa de bonos AL30 cotizó en los $972,16, una suba diaria de $29,5 (+3,5%). En la semana siguió $95,8 más abajo (-11%), pero en el mes avanzó $13 (+1,5%), tras el fin de las intervenciones del Banco Central.
El dólar contado con liquidación (CCL) “libre” se vendió a $834,40, un avance de $14,7 frente al cierre previo (+1,8%). De todos modos, acumuló una caída de $89,8 en las últimas cuatro ruedas (-10,7%) y terminó noviembre con una baja acumulada de $30,4 (-3,5%).
Si se ajustan estos valores en términos reales (se descuentan la inflación local y la de Estados Unidos), la cotización actual se encuentra por debajo del viernes prebalotaje ($921 a precios de hoy) y también de la antesala a las PASO ($871), según números de Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
“El desplome del CCL se explicaría tanto por la eliminación del escenario de dolarización, con la renuncia de Emilio Ocampo a la presidencia del Banco Central (BCRA), como por la extraordinaria liquidación de los exportadores bajo el Programa de Incremento Exportador (PIE) 50/50”, explicaron. Hasta el 10 de diciembre, cuando Javier Milei recibirá el bastón presidencial, los exportadores pueden liquidar el 50% de sus ventas al contado con liquidación (lo que aumenta la oferta de divisas), siempre y cuando el 50% restante se canalice por el oficial. En estos días, el volumen operado subió a un promedio de US$235 millones de diarios, desde los US$148 millones que se observaron en los tres días previos al balotaje.
“El tipo de cambio de $600 sería atractivo para los exportadores ante la perspectiva de que Milei no quitaría los controles de cambios inmediatamente luego del 10/12 y que, por ende, el salto discreto del dólar oficial podría ser inferior a 67%. Ante este escenario, el oficial podría ubicarse en algún punto entre el rango de $360 y $600, pero poco probable por encima de la cota superior. Por lo tanto, es lógico que los exportadores se vuelquen a liquidar masivamente bajo el PIE 50/50% a un tipo de cambio efectivo de $600, generando una oferta extraordinaria en el CCL que hunde su cotización”, consideraron desde PPI.
El tipo de cambio oficial mayorista cotizó en los $360,50, una suba de $0,50 frente al día anterior (+0,1%). Tras haber permanecido tres meses congelado en los $350, el 15 de noviembre esta cotización retomó las microdevaluaciones diarias (crawling peg), y acumuló un avance de $10,50 en el mes (+3%).
Bonos y acciones
El triunfo de Milei en el balotaje empujó las acciones argentinas hacia el alza. Luego del traspié que registraron durante octubre y la primera quincena de noviembre, la expectativa de que el libertario tome medidas en contra de los acuerdos de precios, las regulaciones estatales y los controles cambiarios impactó de forma positiva en la valuación de las compañías.
En la última rueda hábil de noviembre, el S&P Merval operó en las 813.393 unidades. Fue una suba diaria del 2,9% y acumuló un incremento del 40,5% en el mes. Incluso, más llamativo resultó si se lo ajusta por el contado con liquidación, ya que trepó de los 669 puntos a los 974: una disparada del 45,6% en moneda dura.
En el panel principal, la acción que más se destacó fue la del Banco Supervielle, con un avance del 98,6% en el mes. Lo siguieron Telecom Argentina (+73,8%), Cablevisión Holding (+68,5%), YPF (+67,8%), Edenor (+66,7%), Transener (+65,5%) y el Banco Macro (+57,3%). “El mercado argentino acaba de registrar una semana histórica con rendimientos muy positivos, los cuales reaccionaron de buena manera tras conocerse la victoria de Javier Milei en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. A pesar de las dificultades que enfrenta el próximo gobierno, la puesta en marcha de ciertas medidas genera expectativas, y son las que poseen mayor potencial para iniciar un sendero de recuperación económica”, dijo Maximiliano Donzelli, head de research de IOL invertironline.
Los números en verde también se observaron en los bonos del último canje de deuda. Ayer operaron en el exterior en terreno positivo, con alzas del 3,12% para los Bonares (AL29D) y del 3,09% para los Globales (GD30D). En noviembre, acumularon incrementos en dólares entre un 24,10% (GD35D) y 39,48% (AL30D).
Para la sociedad de bolsa AdCap Grupo Financiero, la fuerte suba que registraron los bonos puede deberse a tres factores. “En primer lugar, el mercado leyó el resultado como el fin del kirchnerismo y fue una confirmación del cambio de régimen. Además, el apoyo de Mauricio Macri redujo parte de la incertidumbre inherente a Milei. Por último, el sentimiento del mercado global mejoró con las tasas estadounidenses, que cayeron por debajo del 4,5%, lo que aumentó la confianza en el potencial alcista de los bonos argentinos”, consideraron.
Eso permitió que el riesgo país se desinflara hasta los 1982 puntos básicos. Este índice retrocedió 38 unidades en un día (-1,88%) y 595 puntos en el mes (-23,1%).
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