lunes, 12 de febrero de 2024

EL ESCENARIO Y FONDOS FIDUCIARIOS


Un gobierno emocional que ya quemó la primera etapa
Milei reformula su plan político después del traspié con la ley ómnibus; el retorno a la épica de campaña, los tiempos de la unión con Pro y el peligro de un Vietnam de entrecasa
Martín Rodríguez Yebra
Casi no durmió durante cuatro días. El viaje a Tierra Santa resultó para Javier Milei una montaña rusa de emociones, en la que el shock espiritual se mezcló con el jet lag y el estallido repentino de una crisis política de primer orden en la profana Buenos Aires.
En ningún momento consideró volverse anticipadamente al país, aunque en su entorno se lo llegaron a sugerir en vistas de las tormentas que desató el fracaso de la ley ómnibus en la Cámara de Diputados. Pero Milei no necesita “estar”. Un celular con la app de Twitter (X) activa fue suficiente para elaborar con la lógica fragmentaria de las redes la reacción que configura el inicio de una segunda fase de su gobierno.
En Milei se combinan el cálculo y la espontaneidad. El martes decidió retirar el proyecto de ley en una ráfaga de furia cuando su hermana Karina, en contacto telefónico con el asesor Santiago Caputo, le avisó en Jerusalén que se estaban desgajando los primeros artículos en la votación en particular. El plot twist que dejó helados a propios y extraños enseguida se revistió de un sentido épico: la guerra contra la casta.
Milei quema puentes sin pestañear. Consoló a los negociadores del Gobierno que se lamentaban de haber cumplido sus órdenes sin estudiar primero el reglamento de la Cámara de Diputados, lo que les hubiera permitido descubrir que se podía salvar la aprobación en general del proyecto si en lugar de devolverlo a comisión pedían un cuarto intermedio. “No se equivoquen, no perdimos. ¡Ganamos! Pudimos desenmascarar a los corruptos que quieren obstruirnos”, le dijo desde Israel a un funcionario al que llamó el miércoles.
Ya se movía en el refugio confortable de la campaña electoral. Ante la adversidad, optó por el repliegue; la batalla cultural antes que una negociación pantanosa.
En el desvelo de la madrugada en Medio Oriente bombardeó mensajes por las redes que iban escalando en intensidad. Bordeó el misticismo cuando publicó en hebreo el pasaje del libro del Éxodo en el que Moisés rompe las Tablas de la Ley y descarga la furia contra su pueblo cuando al bajar del monte Sinaí lo encuentra adorando un becerro de oro.
Quienes lo quieren bien dicen que fue una ironía para anticipar lo que iba a venir. Cuando amaneció en Buenos Aires el ministro de Economía, Luis Caputo, tradujo el mandato bíblico en un comunicado de prensa en el que anunció el corte de los subsidios al transporte público en todo el país, excepto en Capital y el conurbano. A los que frenaron la ley ómnibus les toca aumentar el boleto. Una represalia feroz a los gobernadores impíos que, a juicio del Gobierno, “corrían el arco cada vez que se estaba a punto de cerrar un acuerdo” por el proyecto fallido.
Un Milei sin suficiente descanso complementó la ruptura con los gobernadores y legisladores que se habían ofrecido hace apenas dos meses a ayudarlo a capear la crisis. Les dedicó en una ronda con periodistas la siguientelistadecalificativos:“conjunto de delincuentes”, “ladrones”, “estafadores”, “corruptos”,” kirchneristas de buenos modales”, “lobos con piel de cordero”, “parásitos”, “mugre de la política”. Confirmó que él había pedido publicar los nombres y las fotos de los diputados que se opusieron a algún inciso en la votación en particular.
La ira de Milei, como la de Moisés, encaja en un relato trascendental que está en plena escritura. Su gobierno prioriza la narrativa a la acción política, como refleja el hecho de que encomendara al Caputo joven, su asesor de comunicación, las negociaciones para destrabar la ley ómnibus con los diputados de lo que se llamó “dialoguismo” (QEPD).
Milei pasó en limpio el discurso oficial de la etapa que viene en el tuit de 3700 caracteres que publicó el viernes. Allí sostiene que hubo un “cambio de reglas” y que él no cederá ante “un conjunto de políticos que va a hacer lo imposible para mantener sus privilegios”. Prometió que bajará la inflación con las armas que tiene como Presidente, que incluyen el recorte casi total de partidas nacionales a las provincias.
La ley que iba a fundar las “bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” se convirtió en un simple instrumento circunstancial para desenmascarar traidores.
De camino a la embajada argentina en Italia, donde pensaba dormir, ordenó la expulsión del cordobés Osvaldo Giordano de la Anses y de la salteña Flavia Royon de la Secretaría de Minería. Los hostigó por las redes durante 48 horas para que renunciaran y finalmente los ejecutó con un comunicado desde la cuenta de la Presidencia.
Giordano y Royon pagan los “pecados” de los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba) y Gustavo Sáenz (Salta), a quienes Milei puso en el podio de los “impíos” junto con el radical santafesino Maximiliano Pullaro, que de haber tenido algún funcionario amigo en el Estado nacional lo habría visto volar por los aires.
La alianza con Macri
El ajuste de cuentas corrige la anomalía que algunos dirigentes oficialistas le habían marcado a Milei en diciembre: el desembartiene co de los cordobeses y de Royon no había venido acompañado de un compromiso político de apoyo parlamentario. Fueron gestos unilaterales, sin un contrato escrito.
Reflejaban, eso sí, la impronta inicial de la Presidencia Milei. En pasmosa minoría parlamentara, construiría gobernabilidad con los caciques provinciales y los fragmentos de lo que fue Juntos por el Cambio, que se rendirían a la legitimidad política del ganador del balotaje. Se negó entonces a explorar una coalición legislativa con Mauricio Macri. Prefirió incorporar a título personal a Patricia Bullrich. Pensaba que una alianza con Pro desdibujaría su autoridad. Era una alternativa de futuro: cuando el Gobierno estuviera consolidado podría construir una única fuerza de derecha liberal bajo su liderazgo.
En medio del tour por las ciudades sagradas Milei volvió sobre sus pasos. Ahora sí quiere aliarse con el Pro. Bullrich se apuró a instalar la idea en público. Le puso IVA al decir que es hora de sacar del gobierno a los que no están convencidos del cambio. Mencionó a Daniel Scioli, recién llegado desde el territorio de la casta.
“Vamos a un reordenamiento ideológico”, confirmó Milei en la tarde romana. Había logrado descansar finalmente. El viernes visitó de madrugada el Coliseo porque el desorden de horarios y de adrenalina le impedía dormir. Pidió también que le buscaran una habitación de hotel porque el cuarto de la embajada que le habían reservado tenía averiado el aire acondicionado. Nadie en Roma pensó que en pleno invierno europeo eso hubiera significado un problema. Está claro que nunca entraron a la cámara frigorífica del despacho presidencial, siempre con el aire a la temperatura mínima de la que la tecnología es capaz.
Milei habla de una “fusión” con Pro. La palabra suena exagerada en las orillas del macrismo. Es un proyecto incipiente, que requiere una negociación de cúpula. El expresidente como prioridad reorganizar el partido que fundó hace 20 años. Se eligen autoridades en marzo y él evalúa asumir la jefatura formal que hasta la última campaña ocupó Bullrich.
La ministra de Seguridad tiene un apuro por concretar la operación que contrasta con los tiempos de Macri. Es probable que se empiece por conformar interbloques parlamentarios entre Pro y La Libertad Avanza antes de que haya ministros macristas en el Gobierno.
Milei se anticipó a ratificar a Guillermo Francos, su principal vínculo con la dirigencia a la que acaba de declararle la guerra: “Es mi amigo. Está más firme que rulo de estatua”. Es sabido que Francos fue quien le aconsejó con más énfasis no arrojarse a los brazos de Macri al inicio de la gestión. Y también que en el macrismo acusan al ministro del Interior de peronizar el gabinete.
Para Milei el círculo íntimo no se toca. Puede escuchar más a uno que a otro, pero quienes llegaron al Gobierno por la vía del afecto respiran tranquilos. Francos, Santiago Caputo, Nicolás Posse ( jefe de Gabinete) y Sandra Pettovello (Capital Humano) y por supuesto su hermana integran una categoría superior dentro del funcionariado. Los demás deben saber que trabajan para un jefe implacable, como pasó con el efímero ministro Guillermo Ferraro, los caídos Giordano y Royon y otros que se fueron antes de ver su nombre estampado en el decreto de designación.
La fase 2
La precipitada fase 2 del Gobierno arranca con la decisión de ir hacia un mayor ajuste del gasto y que el peso recaiga sobre fondos provinciales. Milei está orgulloso de haber alcanzado el equilibrio fiscal en enero y ve una baja de la inflación a un dígito mensual de acá a abril. Que sea a costa de una fuerte recesión es otro tema. Cree que el cepo se podrá levantar en junio y volvió a coquetear con la dolarización. “Ya van a venir los gobernadores con la lengua afuera a pedir que mandemos leyes impositivas”, dice un funcionario de la Casa Rosada.
Milei les dedicó otra frase feroz desde Roma: “Dejaron los dedos marcados. Fue fabuloso lo que pasó, ahora sabemos quiénes son los estafadores que están en la política para hacer negocios”. Venía de retratarse admirando el Moisés de Miguel Ángel en la basílica de San Pietro in Vincoli.
La narrativa antecede a los hechos. El Presidente cuenta que él decidió retirar la ley ómnibus para exponer a “la casta”. Al mismo tiempo dijo, en diálogo con radio Mitre, que las reformas que incluía el proyecto le iban a permitir a la Argentina duplicar su PBI en siete años. “Ahora tardaremos 20 o 30”, dijo. ¿Ganar la batalla cultural compensara esa dosis adicional de decadencia?
Los gobernadores señalados como enemigos siguen perplejos. “Nunca hubo tanto consenso en la Argentina para avanzar hacia una liberalización. Lo dilapidaron por un capricho, por inexperiencia o por simple maldad”, dice uno de los jefes provinciales que más trabajó para alcanzar un acuerdo. La confianza está quebrada, añade. Otro de los apuntados se ataja: “Creen que se están vengando de nosotros, pero están afectando a la gente que los votó. Se van a meter en un Vietnam absolutamente innecesario”.
Un diputado de peso en Pro sostiene que hay un grave problema de incomprensión entre dos modos de entender la política. “Es como si hablaran otro idioma. Todos entramos al recinto convencidos de que estaban los votos para sacar la ley. Qué más da si te aprueban 15 privatizaciones en lugar de 40. O si te bajan la facultad para tocar los fideicomisos. Tenían a mano un montón de facultades para arrancar a gobernar empoderados”.
“Siempre sospechamos que no querían la ley sino una excusa para acusar a ‘la casta’ por los problemas de la economía que no puedan resolver. Fue un derroche de energía política. Dos meses tirados”, se lamenta uno de los referentes radicales del Congreso, que sostenía esa tesis desde hace semanas.
Milei insiste en que no necesita leyes para bajar la inflación. Antiguos asesores, como Carlos Rodríguez, insisten en exponer un dilema: sin reformas estructurales y una nueva ingeniería impositiva, el equilibrio fiscal y la eventual baja de la inflación pueden ser un triunfo pírrico y pasajero. Un ajuste a la fuerza, sin aliados políticos y con alto impacto recesivo podría colocar al Gobierno en situación desfavorable para las elecciones de 2025. ¿Qué sustentabilidad tendría el rumbo si Milei perdiera el favor de la opinión pública?
Los mercados leyeron en términos clásicos lo que pasó en el Congreso. Vieron una derrota. Nunca dudaron de la orientación ideológica de Milei sino de su capacidad para impulsar reformas duraderas.
Pero la experiencia de mezclarse con “la casta” le resultó repulsiva al presidente antipolítica. Fantasea con gobernar sin pasar por el Congreso, aunque implique privarse de herramientas que le darían fortaleza a su plan. La gestión vía DNU lo expone a los designios de la Justicia (¿acaso la próxima casta?). Por eso clama a sus votantes que lo acompañen en una “cruzada heroica” contra el statu quo.
Tendrá, al fin, que encontrarle la vuelta al embrollo planteado hace cuatro siglos por una doctrina política y social que impuso la limitación al poder de los gobernantes a partir de instituciones como el Parlamento y la Justicia. Se llama liberalismo.
Javier Milei, esta semana, frente al Muro de los lamentos

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La “caja” de los fondos fiduciarios que sepultó la ley ómnibus
Manejan entre 8000 y 10.000 millones de dólares con poco control
Hugo Alconada MonEl Procrear es uno de los fondos más conocidos, destinado a viviendas
Transcurrían los minutos y el Gobierno acumulaba un traspié tras otro en la votación en particular del proyecto de ley ómnibus. El primero, el que marcó la senda de la debacle, fue la negativa de halcones y dialoguistas de entregarle la potestad a la Casa Rosada de disponer a voluntad sobre los fondos fiduciarios. Es decir, sobre una partida anual que oscila entre los 8000 y 10.000 millones de dólares, con controles exiguos o inexistentes.
Los fondos fiduciarios resultaron, en la práctica, la gran caja de la política durante las últimas tres décadas, que el presidente Javier Milei podría haber utilizado a discreción –si el Congreso le daba la venia- para atender emergencias económicas en distintos puntos del país, afrontar dramas sociales excepcionales o, como ocurrió durante el kirchnerismo, para apretar a gobernadores e intendentes. Esa fue la línea roja que rechazó la política.
El punto de quiebre fue el inciso “h” del artículo 4° del proyecto. Entregaba a Milei la facultad de “transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos creados por normas con rango legal, inclusive los destinados a subsidios, revisar su procedencia y destino para lograr una mayor racionalidad, eficiencia, eficacia, transparencia y control del uso de recursos públicos”.
Para la Casa Rosada, el rechazo de halcones y palomas a entregarle esa potestad los desnuda como “casta”; para los opositores, ya fueran duros o “dialoguistas”, consideran que hubiera equivalido a darle carta blanca a Milei y sus acólitos para que demoliera el federalismo y usaran esas partidas multimillonarias para una virtual extorsión.
Existen, en la actualidad, 29 fondos fiduciarios que concentran un presupuesto anual cercano a los $1,5 billones, cerca de 2 puntos porcentuales del Producto Bruto Interno (PBI) del país, según datos de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía de la Nación y la Oficina de Control del Presupuesto del Congreso. Pero se tratan de cifras estimativas. Los pocos datos oficiales disponibles sólo muestran que 24 de esos fondos transfirieron 1.025.816.922.615 pesos (es decir, poco más de 1 billón de pesos) durante los primeros nueve meses de 2023.
Destinados, en su mayoría, a financiar obras públicas específicas o subsidiar energía y transporte, el paquete de fideicomisos incluye de todo. Desde fondos más conocidos como el “Procrear” para la construcción de viviendas familiares o “de Infraestructura Hídrica”, a los de “Integración Socio Urbana”, “Manejo del Fuego”, “Estabilizador del Trigo Argentino”, “para el Desarrollo Provincial” o “para la Recuperación de la Actividad Ovina”.
Esos y otros fondos funcionan bajo las órbitas de los bancos Nación (BNA), de Desarrollo Argentino (BICE) e Hipotecario, con controles escasos o nulos. La Sindicatura General de la Nación (Sigen) y la Auditoría General de la Nación (AGN) sólo controlaron a 12 de ellos en las últimas décadas, algunos en una sola ocasión y hace más de 10 años, en tanto que los responsables directos de varios fideicomisos retacean hasta datos básicos de gestión que deberían ser de acceso público, incluso a la Secretaría de Hacienda.
Así, resulta un misterio cómo se gasta ese billón y medio de pesos del “Sector Público Nacional No Financiero”. Se desconocen, incluso, quiénes integran sus consejos de administración, cuáles son sus nóminas de personal y cómo se las seleccionó, a qué empresas contrató cada fondo y como se las evaluó, o cómo alocaron las partidas y por qué, entre otras preguntas sin respuestas oficiales y de acceso público.
Esa opacidad informativa quedó expuesta en el reporte más reciente sobre los fondos fiduciarios que la Oficina de Presupuesto del Congreso difundió en enero de 2023: “No todos los fiduciarios reportan el detalle de las transferencias que realizan a los beneficiarios, sean estos públicos o privados”, alertó.
Sí se sabe, sin embargo, que los fondos fiduciarios suelen reportar saldos positivos, y así ocurrió incluso en años en que las cuentas públicas terminaron en rojo. Pero en vez de girarse sus excedentes a rentas generales para reducir el déficit fiscal –y, por tanto, acotar la emisión monetaria o el endeudamiento del Estado nacional-, esos remanentes quedaron dentro de los fondos.
¿Cuáles son y cuánto dinero mueven los fondos? Los nueve que más dinero transfirieron entre enero y septiembre de 2023, por más de $997.005 millones, son:
- Del sistema de infraestructura de transporte (Ffsit): transfirió $417.398 millones en ese período, con el Ministerio de Transporte como autoridad de aplicación y el BNA de ente fiduciario. Creado en 2001, busca promover el desarrollo de la infraestructura vial nacional.
- Para la vivienda social (Fogaviso): transfirió $165.482 millones durante ese período, bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, y con el BICE como fiduciario. Creado en 2016, financia programas vigentes de vivienda social e infraestructura básica.
- Para el Subsidio a los Consumos Residenciales de Gas Licuado de Petróleo (ley 26.020): transfirió $98.260 millones bajo la órbita de la Subsecretaría de Hidrocarburos del Ministerio de Economía, con el BICE como fiduciario. Creado en 2005, busca garantizar el acceso al Gas Licuado de Petróleo (GLP) a precios diferenciales a usuarios de bajos recursos.
- Procrear: transfirió $82.715 millones durante el período bajo la lupa, bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, con el Banco Hipotecario como fiduciario. Creado en 2012, su objetivo es facilitar el acceso a la vivienda propia de la población y la generación de empleo como políticas de desarrollo económico y social.
- De Desarrollo Productivo (Fondep): transfirió $58.489 millones en la órbita del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, con el BICE como fiduciario. Se creó en 2016 para financiar proyectos que promuevan la inversión en sectores estratégicos para el desarrollo económico y social del país, y actividades con elevado contenido tecnológico y la generación de mayor valor agregado en las economías regionales.
- De Integración Socio Urbana (FISU): transfirió $58.010 millones en el mismo período desde el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, con el BICE como fiduciario. Comenzó a funcionar en 2021 para preservar la propiedad fiduciaria de los inmuebles identificados en el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) y otros que sean considerados necesarios o convenientes para promover la integración socio urbana, incluyendo aquellos de propiedad del Estado Nacional, las provincias o municipios cedidos para ese fin.
- De Consumo Residencial de Gas (ley 25.565): transfirió $52.334 millones durante el período analizado, bajo la órbita de la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía, con el BNA como fiduciario. Creado en 2001, apunta a compensar las tarifas de gas en la Patagonia, la Puna y el departamento Malargüe, y financiar la venta de cilindros, garrafas o gas licuado de petróleo, gas propano comercializado a granel y otros.
- De Infraestructura Hídrica: transfirió $49.906 millones bajo la órbita del Ministerio de Obras Públicas, con el BNA como fiduciario. Se creó en 2001 para desarrollar proyectos de infraestructura de obras hídricas que permitan recuperar tierras productivas, mitigar inundaciones en zonas rurales y el avenamiento y protección de infraestructura vial y ferroviaria en zonas rurales y periurbanas, además de compensar las disminuciones tarifarias que afronten los concesionarios que realicen el dragado de las vías navegables.
- Del Servicio Universal: transfirió $14.406 millones durante el período analizado desde la Jefatura de Gabinete, con el BICE como fiduciario. Se creó en 2014 para financiar la prestación universal de servicios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), garantizando su acceso con independencia de su ubicación geográfica.
Líderes de distintos espacios políticos, funcionarios y exfuncionarios, y expertos del sector privado coincidieron en que los fondos fiduciarios deben corregirse y transparentarse de manera sustancial

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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