martes, 16 de abril de 2024

BANCOS Y SISTEMA PREVISIONAL


Crecen los depósitos en dólares y eso impulsa los créditos para exportadores
Las colocaciones en esa moneda aumentaron en marzo por cuarto mes consecutivo; el mercado de préstamos, que ya venía en recuperación, mostró un alza significativa
Javier BlancoEn marzo siguió el rebote de los depósitos en dólares
El cierre de los datos de marzo dejó una confirmación: la recuperación del negocio bancario tradicional (el de intermediar fondos captados de terceros para financiar a otros terceros) se está verificando, pero solo en lo que podría denominarse el “mundo dólar”.
La sostenida compra de reservas por parte del Banco Central (BCRA) devolvió confianza al mercado y permitió que los depósitos privados en esa moneda crecieran en otros US$650 millones (+4%) y por cuarto mes consecutivo, lo que permitió que el stock total de este tipo de colocaciones, que había quedado reducido a unos US$14.100 millones al asumir la administración Milei (el menor nivel en siete años y medio), creciera hasta los US$17.000 millones. “Subieron 20,1% desde que asumió Milei: en US$2844 millones”, hizo notar al respecto el economista Amílcar Collante (Cesur).
En el inicio de abril la tendencia continuó. Con datos al día 8 y habiendo transcurrido apenas cuatro jornadas hábiles, los depósitos llegaban a US$17,054 millones y los créditos, a US$5032 millones.
El mayor nivel de liquidez en esa moneda asegurado –para un sistema que ya se había mantenido muy líquido en los últimos años para responder a los retiros de los ahorristas– dispuso a los bancos a prestar, lo que hizo crecer en marzo la cartera de crédito en unos US$1200 millones (pasó de US$3732 millones a US$4928 millones, un aumento del 32%)
Así, la asistencia crediticia bancaria en esa moneda marcó su mayor nivel en más de 30 meses, y alcanzó un volumen no visto desde comienzos de octubre del 2021.
Se trata de un nivel de expansión mensual con pocos antecedentes luego del fin de la convertibilidad, que fomentaba esas financiaciones, aunque en “argendólares”. De hecho, solo habían mostrado un nivel de crecimiento mensual similar en enero del 2018, cuando la actividad económica marcaba uno de sus últimos picos en alza, antes de hundirse meses después por la corrida cambiaria que se dispararía desde fines de abril.
Eso estuvo apoyado en el auge que mostraron las prefinanciaciones de operaciones de comercio exterior (básicamente, exportaciones), al crecer de US$2500 millones a US$3300 millones el stock total desembolsado.
El dato, que luce paradójico, ya que se registra mientras los depósitos y créditos en pesos siguen en caída, tiene anclaje en la dualidad que registra la economía inmersa en una fuerte recesión general, pero de la que escapan marcadamente actividades muy ligadas con el mercado externo, como la agropecuaria, la minería y la energética, y por lo mismo, “calificadas” para tomar financiamiento en dólares.
Vale recordar que, para evitar el descalce de monedas que produjo el colapso de la convertibilidad a fines de los 90, el marco normativo solo les permite a los bancos financiar en moneda extranjera a empresas exportadoras y sus vinculadas, o a aquellas que formen parte de su cadena productiva (proveedoras), aunque, en este caso, si se cumplen determinadas condiciones.
Lo novedoso es que se trata de los rubros más vinculados al sector externo que, en las actuales circunstancias, muestran un grado de dinamismo (en febrero, por caso, el índice de producción industrial minera subió 13,4% respecto de igual mes de 2023), que se contrapone con la tendencia a la contracción de la actividad general (fue del -4,3% en enero, último dato oficial).
Los bancos no tardaron en notar ese cambio de escenario. “Desde fines de febrero venimos muy activos en tratar ofrecer asistencia a las empresas exportadoras, e incluso a las que no tenían tanto foco en el mercado externo y, en algunos casos, comenzaron a volcar hacia allí stock que, por la caída de consumo y actividad, no pueden colocar en la plaza local”, explicaron desde una entidad privada líder.
“La demanda de crédito en dólares está concretada básicamente en la prefinanciación de exportaciones, aunque podrías asistir inversiones pequeñas y medianas también. Pero, en general, las empresas que tienen experiencia de mercado para esas iniciativas recurren a la colocación de Obligaciones Negociables (ON)”, detalló otro ejecutivo del sector.
La lista de compañías que, en lo que va del año, buscaron financiamiento entre los inversores comunes locales que buscaban poner a rendir sus dólares, en vez de recurrir a los bancos, es amplia. La tendencia fue encabezada por firmas del sector energético, como PAE, YPF Energía Eléctrica, Vista, Edenor y Compañía General de Combustibles y petrolera Aconcagua y Raghsa, y también incluyó a IRSA.
Es otro dato que muestran un mercado de dólares que va ganando dinamismo mientras su par en pesos no encuentra piso.
Los depósitos privados en pesos cayeron 3,6% real en marzo y sumaron ya “8 meses en baja”, según destacaron los analistas de la consultora LCG, que remarcaron que la contracción anual ya es del 39% real. La nueva baja estuvo explicada por la contracción del 9,2% que registraron los depósitos a la vista (-29,3% real anual), algo entendible porque, a pesar de la considerable desaceleración de la inflación, el índice continúa en niveles elevados, “lo que desincentiva la tenencia de dinero sin remuneración”.
En contraposición, tras siete meses de caídas consecutivas, los plazos fijos en pesos crecieron un 5,6% mensual real, pese a las tasas negativas. A su vez, los préstamos en pesos al sector privado se hundieron otro 5,4% mensual real en marzo, y acumulan 5 meses de contracciones consecutivas y un descenso del 37,5% anual real en el último año.

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Es hora de ordenar el sistema previsional de la Argentina
Alejandra Torres* La autora es diputada nacional. (Hacemos por Nuestro País - Córdoba)

El Congreso nacional está en plena discusión del replanteo de la fórmula jubilatoria. Hay un amplio –aunque no total– consenso en que la forma más apropiada para proteger a las jubilaciones de la inflación es ajustarlas por la inflación. No hay ciencia. Es sentido común. Este es el criterio que incluso también postula el Gobierno. Sin embargo, en medio de la discusión parlamentaria, el Gobierno se precipitó e impuso por decreto de necesidad de urgencia su fórmula.
Hay que explicitar que pasar a ajustar por inflación detiene el deterioro del valor real de las jubilaciones, pero no las recupera. A partir de ahora las jubilaciones quedarán por debajo del nivel que tenían en el promedio de 2023 y casi un 50% por debajo del promedio de 2017. Qué sucederá con esta enorme licuación de las jubilaciones lo decidirá la Justicia. Existen riesgos de que se estén generando las condiciones para una nueva ola de juicios, como ya pasó muchas veces en el pasado.
La prioridad, como plantea el Presidente en la agenda propuesta para el Pacto de Mayo, es ordenar el sistema previsional para darles racionalidad a sus reglas y que no vuelva a ser necesario usar la inflación para licuar gasto previsional. El ordenamiento integral del sistema previsional es una agenda frondosa. Hay que tender a unificar las reglas de los más de 240 regímenes especiales que existen en el país hacia las reglas del régimen general y al régimen general hay que darle más consistencia financiera con equidad.
Entre los puntos más importantes aparece cerrar definitivamente las moratorias y, en su lugar, perfeccionar la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM) para atender a las personas que, por diferentes motivos, no logran cumplir los requisitos para acceder a un haber contributivo. Además, hay que revisar las pensiones por fallecimiento para evitar duplicaciones con otras prestaciones; tomar los salarios de la totalidad de la vida laboral para calcular el haber inicial, en lugar de los últimos 10 años; establecer mecanismos automáticos y graduales de ajuste de la edad jubilatoria al envejecimiento poblacional, entre otros puntos de mayor relevancia.
Como llevará tiempo que estos cambios sean discutidos, sancionados y que tengan efecto, hay que pensar en un régimen de transición para atender las inequidades más acuciantes en el corto plazo. Nuestra propuesta de una agenda de transición tiene cuatro pilares.
1. Establecer una regla de movilidad que implique aplicar mensualmente la inflación y que empalme correctamente con la vieja fórmula. Esto implica en abril aplicar la inflación de enero, ya que en marzo se aplicó el índice de la vieja fórmula tomando como referencia un período hasta diciembre.
2. Reconocer a los beneficios otorgados sin las moratorias un aumento extraordinario, para diferenciarlos de los que fueron dados con moratorias a personas sin aportes o sin suficientes aportes. Se podría otorgar a los beneficios sin moratoria un aumento extraordinario de 20%. Esto tendría un costo fiscal de menos del 0,5% del PBI que sería más que compensado por la reducción hasta su extinción del bono de $70.000, cuyo costo asciende a 0,7% del PBI.
3. En cuanto a los regímenes de privilegio, además de eliminar para siempre la jubilación de presidente y vicepresidente, hay que estipular que el haber inicial de los magistrados y embajadores se calcule sobre el salario neto (de bolsillo) y no sobre el bruto. Hoy se calcula sobre el salario bruto y eso provoca que la jubilación de un juez o embajador sea mayor que la remuneración del activo.
4. Usar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad para:
a) Pagar las 90.000 sentencias firmes de juicios de jubilados que hicieron juicio contra la Anses por mala liquidación de sus haberes.
b) Pagar la deuda que la Anses tiene con las provincias por el reconocimiento del déficit de las cajas no transferidas, tal como paga puntualmente el déficit de las provincias que transfirieron sus cajas.
c) Financiar el déficit de la Anses para evitar que el Tesoro nacional tenga que hacerlo.
El paso a una nueva regla de movilidad por inflación perpetuará la licuación de las jubilaciones. De cara al futuro, hay que evitar definitivamente que haya que apelar otra vez a reducir el gasto previsional con inflación.
Para esto, hay que hacer un ordenamiento integral del sistema previsional.
En la transición hay que sancionar una agenda que atienda los aspectos más urgentes pensando en que sea un puente a este ordenamiento del sistema. Esta transición, tal como se diagrama en el proyecto de ley que presentamos en el Congreso contribuye, además, a darle sostenibilidad a la meta de equilibrio fiscal

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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