Ofensiva opositora para aprobar una nueva movilidad para los jubilados
diputados. La sesión fue citada para las 11; dialoguistas y kirchneristas darían quorum, aunque hay diferencias en los dictámenes
Laura Serra
Las diferencias internas en la oposición podrían beneficiar al oficialismo
Pocas veces la Cámara de Diputados ha asistido a una sesión con tanta incertidumbre. No se sabe bien qué proyecto finalmente se votará, aunque todo indica que la mayoría de los bloques –salvo el libertario– buscará aprobar una nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la recomposición de los jubilados y pensionados por la pérdida sufrida en enero, con el pico de inflación del 20,6%. El problema es que, detrás de este objetivo común, los opositores difieren en sus proyectos y en sus estrategias para encarar el debate.
Cada bloque quiere llevar agua para su propio molino electoral. Picó en punta la UCR al pedir una sesión especial para hoy a las 11. Propuso que solo se discutan los cinco dictámenes sobre una nueva movilidad jubilatoria: al igual que el resto de sus socios opositores, la UCR presiona para el Gobierno afronte el pago de los ocho puntos que “se ahorró” por no reconocer la inflación del 20,6% de enero (solo recompuso el 12,5%). Lo llamativo es que los propios aliados del oficialismo, el MID y Pro, están de acuerdo, aunque este último, en un guiño al Gobierno, le deja librados el plazo y la modalidad de pago de la deuda.
Hasta aquí, el triunfo opositor estaría garantizado. Pero el panorama se complejiza porque un amplio sector opositor quiere ir por más y propone que también se debata una fórmula de movilidad distinta a la que plantea el Gobierno en el DNU 274/24, que dispuso actualizar los haberes por inflación. Pro no es de la partida, como tampoco el MID. En cambio, Unión por la Patria, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal –en suma, más de la mitad de los miembros del cuerpo– quieren incorporar a la fórmula, además de la inflación, la variable salarial, para evitar que el nivel adquisitivo de las jubilaciones vuelva a caer en un eventual contexto de caída de la inflación.
¿Qué le impediría a esta amplia mayoría imponer su criterio en el recinto y votar el proyecto? El problema es que los dictámenes son distintos. La UCR, Hacemos e Innovación, por presión de una decena de provincias –entre ellas Córdoba, con cinco diputados–, quieren además una cláusula que garantice el pago de las deudas de la Anses a las cajas jubilatorias provinciales, una deuda millonaria que el Gobierno por ahora desconoce. Proponen que sea el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) el que se haga cargo. Unión por la Patria lo rechaza.
Al kirchnerismo le incomoda ser el “furgón de cola” de los opositores dialoguistas. Por esa razón convocó a una segunda sesión, también hoy, pero a las 14, con un temario ampliado: quiere incluir el financiamiento a las universidades y el restablecimiento del Fondo de Incentivo Docente (Fonid). Los opositores dialoguistas no quieren ir tan lejos y prefieren dosificar la ofensiva.
Difícilmente esta segunda sesión prospere: la UCR ya dijo que no participará. A un amplio sector de la bancada le resulta incómodo entremezclarse con el kirchnerismo.
El bloque de Unión por la Patria discutía anoche su estrategia. Lo más probable es que dé quorum y pida incluir en el temario los dos temas sobre financiamiento educativo. Para ello se necesita el voto de los tres cuartos de los presentes. El rechazo será inmediato. El kirchnerismo procurará hacer de la derrota un triunfo al exponer públicamente la contradicción de aquellos legisladores que se dicen embanderados en defensa de la educación y la universidad pública, pero esquivan el debate.
Allí no terminan las dificultades. Cuando arranque el debate sobre movilidad jubilatoria, el dictamen que se someterá a discusión es el de Unión por la Patria, el de mayoría. ¿Cómo votarán los bloques de la UCR y Hacemos? Algunos sugieren que sea rechazado para que, acto seguido, se ponga en consideración el suyo, segundo en cantidad de firmas; Unión por la Patria no tendría otra opción que apoyarlo, sostienen. A sabiendas de ello, algunas mentes de Pro elucubraban la posibilidad de la abstención para que sea el dictamen kirchnerista el que se imponga.
“Al presidente Milei le será mucho menos costoso vetar una ley de movilidad kirchnerista”, arguyen.
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Pocas veces la Cámara de Diputados ha asistido a una sesión con tanta incertidumbre. No se sabe bien qué proyecto finalmente se votará, aunque todo indica que la mayoría de los bloques –salvo el libertario– buscará aprobar una nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la recomposición de los jubilados y pensionados por la pérdida sufrida en enero, con el pico de inflación del 20,6%. El problema es que, detrás de este objetivo común, los opositores difieren en sus proyectos y en sus estrategias para encarar el debate.
Cada bloque quiere llevar agua para su propio molino electoral. Picó en punta la UCR al pedir una sesión especial para hoy a las 11. Propuso que solo se discutan los cinco dictámenes sobre una nueva movilidad jubilatoria: al igual que el resto de sus socios opositores, la UCR presiona para el Gobierno afronte el pago de los ocho puntos que “se ahorró” por no reconocer la inflación del 20,6% de enero (solo recompuso el 12,5%). Lo llamativo es que los propios aliados del oficialismo, el MID y Pro, están de acuerdo, aunque este último, en un guiño al Gobierno, le deja librados el plazo y la modalidad de pago de la deuda.
Hasta aquí, el triunfo opositor estaría garantizado. Pero el panorama se complejiza porque un amplio sector opositor quiere ir por más y propone que también se debata una fórmula de movilidad distinta a la que plantea el Gobierno en el DNU 274/24, que dispuso actualizar los haberes por inflación. Pro no es de la partida, como tampoco el MID. En cambio, Unión por la Patria, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal –en suma, más de la mitad de los miembros del cuerpo– quieren incorporar a la fórmula, además de la inflación, la variable salarial, para evitar que el nivel adquisitivo de las jubilaciones vuelva a caer en un eventual contexto de caída de la inflación.
¿Qué le impediría a esta amplia mayoría imponer su criterio en el recinto y votar el proyecto? El problema es que los dictámenes son distintos. La UCR, Hacemos e Innovación, por presión de una decena de provincias –entre ellas Córdoba, con cinco diputados–, quieren además una cláusula que garantice el pago de las deudas de la Anses a las cajas jubilatorias provinciales, una deuda millonaria que el Gobierno por ahora desconoce. Proponen que sea el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) el que se haga cargo. Unión por la Patria lo rechaza.
Al kirchnerismo le incomoda ser el “furgón de cola” de los opositores dialoguistas. Por esa razón convocó a una segunda sesión, también hoy, pero a las 14, con un temario ampliado: quiere incluir el financiamiento a las universidades y el restablecimiento del Fondo de Incentivo Docente (Fonid). Los opositores dialoguistas no quieren ir tan lejos y prefieren dosificar la ofensiva.
Difícilmente esta segunda sesión prospere: la UCR ya dijo que no participará. A un amplio sector de la bancada le resulta incómodo entremezclarse con el kirchnerismo.
El bloque de Unión por la Patria discutía anoche su estrategia. Lo más probable es que dé quorum y pida incluir en el temario los dos temas sobre financiamiento educativo. Para ello se necesita el voto de los tres cuartos de los presentes. El rechazo será inmediato. El kirchnerismo procurará hacer de la derrota un triunfo al exponer públicamente la contradicción de aquellos legisladores que se dicen embanderados en defensa de la educación y la universidad pública, pero esquivan el debate.
Allí no terminan las dificultades. Cuando arranque el debate sobre movilidad jubilatoria, el dictamen que se someterá a discusión es el de Unión por la Patria, el de mayoría. ¿Cómo votarán los bloques de la UCR y Hacemos? Algunos sugieren que sea rechazado para que, acto seguido, se ponga en consideración el suyo, segundo en cantidad de firmas; Unión por la Patria no tendría otra opción que apoyarlo, sostienen. A sabiendas de ello, algunas mentes de Pro elucubraban la posibilidad de la abstención para que sea el dictamen kirchnerista el que se imponga.
“Al presidente Milei le será mucho menos costoso vetar una ley de movilidad kirchnerista”, arguyen.
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Hugo Moyano reflota su partido político para dar la pelea interna en el peronismo
El partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo (CET) se mantendrá dentro de Unión por la Patria, pero con un perfil anticamporista; lo presidirá Hugo Moyano (h.)de junio 3
Nicolás Balinotti

En una suerte de transmisión del legado, Hugo Moyano comenzó a los 80 años, de a poco, a repartir tareas y responsabilidades. En una charla reciente en su despacho del tercer piso del Sindicato de Camioneros, comparó la situación actual del peronismo con la de 2011, cuando renunció a la vicepresidencia del partido enfrentado con Cristina Kirchner y con el argumento de que el PJ “era una cáscara vacía”.
El histórico jefe sindical, que evita criticar públicamente a la gestión de Javier Milei, apeló ahora a uno de sus hijos, el abogado laboralista Hugo Antonio, para reflotar el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo (CET), el sello electoral propio que creó en 2013 y que es uno de los 17 que conforman hoy el frente Unión por la Patria.
Cuando un partido político debe relanzarse es porque sus cimientos no lograron sostenerlo en el tiempo. Algo de eso sucedió con el CET, fundado hace 11 años y que cuenta actualmente con un puñado de concejales propios y presencia solo en seis provincias, en casi todas ellas, apalancado, sobre todo, por el armado sindical de Camioneros. Desde mañana, el CET estará a cargo de Hugo Moyano (h.) y Jorge Taboada, el hombre fuerte de los Moyano en Chubut. La intención es dar pelea y tallar en la reconstrucción del peronismo. En el círculo íntimo del jefe camionero marcan un límite para esta nueva etapa: La Cámpora. El malestar de los Moyano con el kirchnerismo duro fue expresado públicamente por Facundo, que renunció a su banca de diputado nacional por sus diferencias con Máximo Kirchner, entre otras razones. Hoy, el moyanismo está dispuesto a recostarse en “la institucionalidad” que ofrece la gestión de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, según precisaron fuentes confiables al tanto de ese acercamiento.

Con la llegada de Hugo Moyano (h.) al CET en reemplazo de Octavio Argüello, histórico armado político del jefe camionero, otro de los objetivos será poner en agenda del peronismo la reforma laboral. La postura es de rechazo total a la iniciativa que se incluyó en la Ley Bases y obtuvo media sanción en Diputados. Argumentan ese rechazo en que en el proyecto “no hay ninguna norma que se encamine al fin alegado de crear empleo” y en que consideran que hay un intento de precarizar las relaciones laborales. Moyano (h.), que tiene 40 años y es asesor legal de unos veinte gremios, distribuyó un borrador entre el consejo directivo cegetista para reforzar la negativa a la reforma laboral. Expondrá en los próximos días sobre el tema en la asamblea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra.
Quién es Hugo Moyano (h.)
Al otro Hugo Antonio Moyano le dicen Huguito. Todos lo llaman así. El diminutivo no le quita injerencia ni poder. Los dirigentes de otros gremios lo escuchan tan atentos como lo hacen con su padre. Tiene 40 años y es abogado laboralista. Es el hijo no mediático del jefe de la CGT, cada vez más influyente en decisiones políticas y sindicales trascendentes. Ahora se hará cargo del CET y su objetivo inmediato será poner en regla al partido y presionar dentro de Unión por la Patria para tener candidatos propios en las listas legislativas de 2025.
Formado a las sombras del asesor legal cegetista, Héctor Recalde, Huguito comenzó casualmente a ganar protagonismo cuando se avivaron las diferencias entre su mentor y su padre por el enfrentamiento con la Casa Rosada. Hoy mantiene buen vínculo con los Recalde, pero también conserva sintonía con abogados de grandes empresas, como Mercado Libre.
Moyano (h.) estudió abogacía en la Universidad de Mar del Plata y se perfeccionó con un postgrado en derecho laboral en la UBA, donde ahora ejerce como docente. Trabajó en un estudio jurídico, junto con Juan Manuel Martínez Chas, otro abogado conocido en el mundo gremial, y fue asesor en el Congreso de su hermano Facundo. Fue él quien diseñó la letra chica de los proyectos de ley de democracia sindical y tercerizaciones que su hermano presentó en la comisión de Legislación del Trabajo, pero que jamás alcanzaron estado parlamentario.
Así como Pablo asoma como el heredero natural en el Sindicato de Camioneros y es quien agrupa a los gremios moyanistas en la CGT, Hugo Moyano, como jefe del clan, distribuyó algunas otras tareas en el resto de sus hijos. Facundo se involucró en las políticas de transporte y conserva a través de tropa propia una caja estatal desde cuando el área estaba bajo control de Sergio Massa; Jerónimo, el más chico, se convirtió en la sombra de su padre y está como empleado en todas las empresas del holding que ideó su madre, Liliana Zulet, para hacer negocios con el gremio, mientras que Karina está a cargo del área de género de Camioneros y de todo lo que tiene que ver con la asistencia social. A Huguito, quien hasta ahora oficiaba de asesor legal en temas laborales, le trasladó la pesada herencia de reflotar el CET, un experimento electoral que por ahora no tuvo éxito.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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