viernes, 3 de noviembre de 2023

MAURICIO MACRI Y FINANZAS


¿Un padre reparatorio para Milei?
Laura Di Marco
“Está bien decir siempre la verdad, pero a veces está bueno callarse”, lo coachea Mauricio Macri a Javier Milei por estos días, a más de una semana del acuerdo de Acassuso y en su nueva faceta de domador de leones, en la que cree que tendrá éxito. Desde ayer también es su virtual jefe de campaña. Cerca de los impulsores del pacto, que destruyó Juntos por el Cambio, aseguran que Milei no podrá llevar adelante sus propuestas más alocadas o exóticas, como cerrar el Banco Central o dolarizar. “No hay dólares; no podrá hacerlo. Tampoco van a conseguir la plata que necesitan para concretarlo. Se va a ir moderando. Lo que sí va a mantener es la idea de la casta”, confían cerca del expresidente.
La amalgama de Macri con Milei no solo está hecha de la necesidad de ganar el balotaje y destronar a Sergio Massa. También los une Boca. Y mucho. “Eso es fuertísimo”, revela Macri a sus íntimos. En el mundo libertario admiten que Milei le tiene mucho respeto a Macri y que el primer eslabón de esa admiración arrancó cuando Macri lideró al equipo xeneize. “Siguió toda la campaña”, se entusiasma Macri. En las charlas aceleradas que ambos tuvieron desde el 24 de octubre por la noche, cuando Bullrich y Macri comprometieron su apoyo al libertario, Milei confesó que votó a Macri tanto en la ciudad como a nivel nacional. Mutuos mimos políticos en esas ganas de arreglarse, como diría Milei.
¿Nace el segundo tiempo para Macri? ¿Es Milei la encarnación de una etapa superior del macrismo? La verdad se esconde en los detalles. Y hay uno no menor: el 24 el ganador fue a la casa del pertico. dedor. ¿O del verdadero jefe de la nueva coalición de centroderecha? Aquella noche, Milei estaba en una entrevista en LN+ cuando recibió un sorpresivo llamado de Macri. Javier Lanari, periodista de la señal, advierte el movimiento y lanza la primicia, que primero es negada, como suele suceder con las bombas periodísticas, y al otro día, ampliamente confirmada. Lo extraño es que, por lo general, uno va a la casa de su jefe y no al revés. “Es que Javier no tiene problemas de ego”, explica Macri en la intimidad.
El lunes negro de la derrota, Patricia se levantó temprano. Sorprendida por no haber recibido aún el llamado del expresidente, esperó hasta el mediodía y lo llamó ella. Tenía un plan. Macri no quería llamarla pensando que estaría deprimida por haber quedado afuera del balotaje, pero no. Desde hacía cuatro días, Bullrich sabía que perdía. Lo venía procesando, como también venía procesando un acuerdo con el libertario, que ese mismo lunes le propuso a Macri. Es cierto que Macri venía hablando con Milei desde hacía, por lo menos, dos años, pero el plan de acercamiento fue idea de ella.
El martes 24, a las 20, Bullrich habló con Ernesto Sanz, uno de los dirigentes más lúcidos y coherentes del radicalismo que, en 2015, cofundó la alianza Juntos por el Cambio, en la asamblea de Gualeguaychú, llevando a su partido hacia una coalición entre Pro y la Coalición Cívica. Hablaron varios minutos. Bullrich estaba (o está) convencida de que estamos en un escenario similar al de 2003 y de que Massa es una versión corregida y aumentada de Néstor Kirchner. Sanz no estuvo de acuerdo y lo argumentó. Sin embargo, a la hora de cortar la comunicación, nada le dijo sobre la noticia que dos horas más tarde rompería el tablero polí¿Cómo se entiende semejante destrato? Cerca de Bullrich y Macri lo justifican: no había tiempo de debatirlo con los radicales. Milei no tiene fiscales. Había que actuar en la emergencia.
En su casa de Valle Claro, Milei cree en las señales. Axel Wahnish es su guía espiritual. A Macri le gusta esa contención. El libertario enhebra dos datos: el padre de Cristina era colectivero; su padre Norberto también. Macri tenía una mala relación con Franco, igual que él. Milei fue estafado y humillado desde niño por un padre que lo descalificaba y lo hacía sentir menos. Coincidencias presidenciales. Quienes han tenido malos padres suelen seguir uno de dos caminos. O repiten la historia buscando nuevos verdugos en la vida adulta o eligen figuras reparadoras para restañar la dolorosa historia infantil. ¿Es Macri un “padre” reparatorio para Milei, en el sentido metafórico de la palabra? ¿O esa alianza políticoafectiva se vuelve frágil, justamente por la historia personal de Milei con su propio padre?
La vida es azarosa, pero si algo articula la construcción política, acaso mucho más que las estrategias racionales, son las emociones y las relaciones personales. Los celos, la traición, la revancha, las fragilidades, el amor o el odio están subestimados e invisibilizados en los análisis políticos clásicos, aunque, a menudo, son la verdadera motivación detrás de acuerdos y desacuerdos. ¿Y si gana Massa?, le preguntaron ayer, en privado, a Macri en el Faena Art Center, después del panel que compartió con el ex presidente de España, Mariano Rajoy. Macri pensó unos segundos y ofreció toda una respuesta: “Yo ya estoy jugado”.

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Consecuencias de entrar en la “lista gris”
Agustín Pesce Exvicepresidente del Banco de la Nación Argentina y exdirector ante la UIF

Días después de la asunción del nuevo gobierno, la Argentina recibirá la misión evaluadora del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional). La misión compuesta por países miembros, entre ellos EE.UU., China y Brasil, realizará una exhaustiva evaluación sobre el grado de cumplimiento técnico y la efectividad del país en lo concerniente a la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
La primera visita del GAFI fue en 2000 y motivó la sanción de la ley “antilavado” Nº 25.246, que modificó entre otras cosas el Código Penal, incorporando el delito de encubrimiento de lavado de dinero. También creó la Unidad de Información Financiera (UIF) y determinó los distintos sujetos obligados a informar. En 2010 el GAFI volvió a realizar una nueva evaluación, en este caso, respecto del cumplimiento técnico relativo a las 49 recomendaciones internacionales del organismo vigentes en aquel momento. El resultado de esa evaluación arrojó que de las 49 recomendaciones, 20 “no estaban cumplidas”, 26 se encontraban “parcialmente cumplidas”, 1 “casi cumplida”, y solo a 2 se las consideró “totalmente cumplidas”. Con estos resultados, la Argentina pasó a integrar la “lista gris”, junto a Afganistán, Albania, Argelia, Angola, Namibia y Sudán, entre otros países.
Nuestro país fue considerado jurisdicción de alto riesgo en materia de lavado de dinero y, por lo tanto, el sistema financiero internacional, y los países miembros del GAFI, se vieron obligados a intensificar los controles y el monitoreo de todas las operaciones que involucraban a la Argentina. Eso ocasionó: aumento de los costos de todas las transacciones financieras del país; cierre de cuentas de personas y empresas argentinas en el exterior; cierre de cuentas de corresponsalía de bancos y Alycs argentinas en el exterior; disminución de oportunidades comerciales para empresas locales e internacionales; aumento de costos financieros en comercio exterior; pérdida de inversiones directas e indirectas; dificultad en el acceso al mercado de deuda internacional, tanto para el país, como para empresas locales, etc. Desde entonces, y durante cuatro años, la Argentina estuvo sometida a un proceso de “seguimiento intensificado”, hasta 2014.
A partir de 2016, con el país integrado nuevamente al mundo, la Argentina ocupó la presidencia del GAFI en 2017/18 y la presidencia del Grupo Egmont en 2019 (grupo internacional integrado por las unidades de información financiera de los distintos países cuya principal misión es el intercambio de información financiera). Resulta paradójico que la Argentina haya podido, luego de haber integrado la “lista gris” junto a los países más riesgosos del mundo, pasar a presidir dicho organismo pocos años después. Ironías que solo se le permiten a nuestro país.
La evaluación actual del organismo se encuentra enfocada en dos importantes temas: el cumplimiento técnico del país, que consiste en identificar el grado de correlación entre la normativa local con los estándares y las recomendaciones internacionales, y la efectividad del sistema, que atiende al funcionamiento de las distintas estructuras institucionales del país y el grado de cumplimiento de los distintos objetivos planteados. En marzo de 2024 concluirá el proceso de evaluación, y en octubre de ese mismo año se emitirá el resultado final.
Al momento de escribir este artículo, el país está virtualmente en incumplimiento técnico, ya que no ha incorporado legalmente ninguna de las recomendaciones internacionales del organismo. Tampoco muestra un grado aceptable en la efectividad del sistema, ya que existe, entre otras cosas, escasa cantidad de sentencias condenatorias por lavado, alta vulnerabilidad en los controles fronterizos, un constante aumento de la corrupción y fallas en la persecución penal de los mismos, y una gran debilidad institucional. Con ello, es probable que la Argentina no apruebe la evaluación y volvamos a sufrir las consecuencias mencionadas, deteriorando aún más la situación económica, financiera y comercial del país, dentro de un contexto internacional complejo.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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