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jueves, 24 de agosto de 2017

DEPRESIÓN Y ANSIEDAD; SIGNOS DE LUCHA

Depresión y ansiedad signos de lucha, no de debilidad
Es muy común que se considere a las personas que padecen ansiedad o depresión como “débiles” o de alguna manera débiles.
Ambas condiciones son muy comunes y de hecho, la mayoría de las personas que las han sufrido en alguna situación de la vida ya sea por problemas de dinero o de amor, una situación en el trabajo o con la familia.
Otro aspecto importante es que puede afectar a personas de cualquier edad, ya sea hombre o mujer y existe sobre ellas un estigma, una marca social, son dolencias que normalmente no se admiten y de las cuales se habla en voz baja. Se considera que estas personas tienen un “carácter débil” o “inferior” y se tiene la convicción de que las personas con ese tipo de problemas emocionales son diferentes y no están preparados para muchos tipos de trabajo o para mantener una relación afectiva.


No resulta extraño escuchar frases como :relájate”, “no es para tanto”, “empieza a espabilar, la vida no es esto”, “no tienes razones para llorar”, “comienza a madurar”, etc. Sin tener malas intenciones, provocando un efecto totalmente opuesto al buscado, no dan al dolor emocional su debida importancia.
En realidad, ser ansioso o depresivo no significa tener carácter débil o inferior. Tampoco implica una condición de inestabilidad constante y no es de ninguna manera una circunstancia que determine que la persona no está apta para realizar una actividad laboral.ambas son reacciones a las diferentes situaciones por las que se atraviesa y pueden considerarse una reacción de lucha y fuerza, más que debilidad.


Cómo enfrentarlas


Lo primero es no ignorar la situación, muchos simplemente la niegan y en muchos casos, se embarcan en múltiples actividades que le abarcan todas las horas y evitan un momento a solas. No es raro encontrar personas que pasan sus horas con salidas y situaciones de diversión constante que “enmascaran” su verdadero sentir, a veces inclusive con conductas de ingesta de medicamentos o alcohol. Estas situaciones no hacen más que diferir el momento de asumir y normalmente, cuanto más se posponga se puede agudizar mas la condición.
El dolor emocional no debe esconderse:
no por esconder la suciedad bajo la alfombra ella deja de existir. Así como tratamos un dolor de cabeza o de estómago, debe asumirse y buscar la manera adecuada de enfrentarlo. ¿Qué ocurre si dejamos a una pequeña herida sin atención? Pues probablemente se infectará y la situación se agravará.
Los problemas emocionales, al igual que cualquier clase de problemas, no se arreglan solos. No debemos dejar pasar el tiempo pensando que se solucionarán, porque es más que posible que en realidad se agraven y sean más difíciles de enfrentar.


Es necesario darle a cada circunstancia el valor y la importancia que realmente. Se deben identificar las situaciones que nos generan conflicto, para erradicarlos o manejarlos de manera que nos permitan llevar una vida sin ansiedad y sin depresión.
Es importante no sentir vergüenza al hablar de esto:
si tú eres el que padece ansiedad o depresión, recuerda que no es algo “raro”, sino que es algo que afecta a muchísimas personas. Si tienes que ayudar a alguien en esa situación, en todo momento debe entender que es una reacción y que tiene solución.
Ansiedad: una “montaña rusa” de emociones
Los sentimientos de la persona con ansiedad pueden equiparse a los que se sienten al viajar en una montaña rusa; terror, frenesí y la sensación de que nada ni nadie puede detenerla, de estar totalmente expuesta y sin la posibilidad de frenar ni manejar la situación. Las consecuencias no son solo psíquicas: el corazón y el pulso se acelera, puede haber mareos y hasta desmayos.
Pero la montaña rusa en algún momento se detiene, recuerda: ninguna situación es eterna!


Una gran diferencia entre la ansiedad y la montaña rusa es que en esta última la persona no tiene el más mínimo control sobre el juego. En cambio, en la ansiedad, puede tomar las acciones necesarias y que le permitirán salir de ella.
Depresión: cuando todo se ve oscuro
En la depresión, los problemas y las frustraciones de la vida diaria interfieren en la vida presente de la persona, causando tristeza, melancolía e infelicidad. En los casos extremos, empieza a perder interés en todas las cosas, como las relaciones afectivas (pareja, familia o amigos), desempeño en el trabajo, hobbies, entre otros.



Nadie está a salvo: niños, jóvenes y adultos mayores están expuestos a padecerlas.
Si la persona sola no encuentra la forma de salir de ella, es importante acudir a quien pueda ayudarlo, ya sea que se trate de un allegado o de un profesional
Como vemos Existe un falso concepto de que la ansiedad y la depresión son signos de debilidad y de incapacidad para la vida. Pero no, una persona con ansiedad, depresión o síntomas mixtos NO está loca ni es débil, o inferior.


Nuestra sociedad aún piensa que los problemas emocionales y psicológicos son sinónimos de fragilidad y vulnerabilidad, tenemos que tener presente que nadie está libre de que le toque en algún momento de su vida así que pongamos atención, informémonos y tratemos de no juzgar...

viernes, 5 de mayo de 2017

DEPRESIÓN; LUGARES QUE TE AYUDAN A VENCERLA


Vencer la depresión: la voz de los que tocaron fondo y salieron a flote
Tuvieron ataques de angustia, pánico y miedo a morir; con la ayuda de entidades, y sus familias, pudieron recuperar su vida
Dolor en el pecho, angustia, ganas de llorar y falta de aire fue lo que empezó a sentir Cristina Rodríguez, una mujer de 45 años, cuando su suegro murió. Dice: "Inmediatamente empecé a sentirme triste y tenía miedo todo el tiempo. Pensaba que yo también me iba a morir". Al principio, estos síntomas aparecían una vez por semana y con el tiempo le ocurría cada vez más seguido. Cristina ya no podía ocuparse de sus cuatro hijos y disfrutar con su marido. La depresión no le permitía desarrollar su vida con normalidad. La atemorizaba salir de su casa y prefería quedarse encerrada en su pieza.
En el continente americano, alrededor de 50 millones de personas viven con depresión, casi un 17% más que en 2005, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los factores que aumentan el riesgo de sufrir un episodio depresivo son: la pobreza, el desempleo, circunstancias adversas vitales como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación, la enfermedad física y problemas provocados por el alcohol y las drogas. Las crisis socioeconómicas, las catástrofes humanitarias y los conflictos mundiales en curso, también inciden en su determinación.


Testimonios similares
Cristina Rodríguez conoció la Red Sanar al ver en una entrevista a su fundador, Roberto Re, en televisión. Enseguida, decidió acercarse a él para pedir ayuda. Al escuchar testimonios similares a los suyos, Cristina se fue sintiendo más cómoda y empezó a participar de los talleres que ofrecía esta organización sin fines de lucro. "Aprendí a relajarme y respiraba cuando tenía miedo. Durante un tiempo, tomé medicación y con esfuerzo empecé a sentirme mejor", relata.
La Red cuenta con 95 centros en diferentes ciudades del país y más de dos mil voluntarios. Cristina es una de ellas. "Estudié, me formé y viajo mucho dando talleres. Con los años, aprendí a poner en prácticas las herramientas que me dieron en la Red. Lo importante para sanar es creer en uno y transpirar la camiseta", destaca Rodríguez.


Marisa Moyano también es voluntaria de Red Sanar y llegó a partir de la recomendación de una amiga cuando ya no sabía qué hacer con su depresión. "Empecé con ataques de pánico a los 27 años cuando vivía en Miami. En ese momento tenía un bebe de un mes y me había separado del padre. Allá, todo me generaba un conflicto y angustia. Al tiempo, como no mejoraba, decidí volver a la Argentina", cuenta.
Al principio creyó que iba a estar mejor, pero no fue así. "Lo primero que se quiebra en una depresión es la voluntad. No podía viajar sola, me aislé de mi vida social, dejé de estudiar y todas las noches llamaba al SAME porque pensaba que me iba a agarrar un infarto", relata.
Después de consultar a muchos médicos y no encontrar ningún problema físico, Marisa se acercó a la organización. Cuenta: "Red sanar me devolvió mi vida. Una vez que me medicaron y empecé a transitar los talleres me puse mejor. Sé que tengo una vulnerabilidad, pero trabajé mucho para salir adelante".


Alba, Juls y Carlos, quienes prefieren reservar sus apellidos, asisten todas las mañanas al hospital de día de Proyecto Suma, una entidad que trabaja junto a personas con sufrimiento mental para mejorar su calidad de vida. El común denominador de los tres es que están pasando por una depresión. Allí realizan terapia de grupo, pintura, musicoterapia, teatro y yoga. Además, comparten salidas.
Alba fue derivada por su psiquiatra después de pasar por una internación. "En la terapia de grupo me siento muy cómoda y que me entienden. La gente que no sabe por la que estás pasando y te dice que estás así por falta de voluntad", cuenta. Además, dice que antes se sentía sola porque las personas tienen muchos prejuicios. "Se enteran de que tenés depresión y rajan", enfatiza.


Tras un intento de suicidio, Carlos estuvo internado un mes y medio en una clínica. Luego, le recomendaron ir a un hospital de día y hace tres meses que va a Proyecto Suma por las mañanas. Todas las tardes hace cosas que le gustan: escucha música, lee o mira películas. En este momento, Carlos, que es arquitecto, está tramitando la jubilación y piensa cómo llenar su tiempo una vez que deje de ir a esta institución.
"Mis hijas fueron las que me acompañaron todo este tiempo. Como estoy separado, todo el peso cayó sobre ellas. Ahora, tenemos un vínculo más estrecho que antes. Trato de compensarlas por todo el esfuerzo que significó estar atrás mío", relata Carlos.
En primera persona

Cristina Rodríguez
"Cuando murió mi suegro empecé a sentirme triste y tenía miedo todo el tiempo. Pensaba que yo también me iba a morir"

Marisa Moyano
"Lo primero que se quiebra en una depresión es la voluntad. No podía viajar sola, me aislé de mi vida social, dejé de estudiar y todas las noches pensaba que me iba a dar un infarto"
Para saber más
Red Sanar
redsanar@redsanar.org
Proyecto Suma
www.proyectosuma.org

F. T.