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viernes, 9 de febrero de 2018

COMPRÁ DE ESTACIÓN, PAGÁ MENOS Y COMÉ MEJOR


Qué frutas y verduras elegir, según la estación del año
La imagen muestra el pasillo de una nave mayorista con los cajones de duraznos, de uvas, las bolsas de cebollas y el movimiento más aplacado de una mañana de enero. "Como todas las semanas. Mercado Central. Aprovechen los tomates, frutas de carozo, higos, etc, etc", escribe debajo el cocinero y dueño de Las Pizarras, Rodrigo Castilla. Lo que está recomendando en Instagram son los productos de temporada.
"Lo ideal es consumir lo que hay de temporada: es cuando el producto está en su mejor momento. Y hay cosas que conseguís solo en una época del año, como hasta hace poco las cerezas o ahora las distintas variedades del durazno (blanco, amarillo, el pelón). Después vienen las hojas, las castañas, las peras. Con el ejercicio de ir todas las semanas al mercado aprendés mucho: ves la calidad, lo olés, y elegís cuál te gusta", dice.
En su caso, prioriza el producto de temporada más por una cuestión de calidad que de precio. Pero según coinciden los cocineros, productores y especialistas consultados, el precio bajo de las verduras, frutas y hortalizas suele ser una clave para deducir cuáles cuentan con una mayor oferta en determinado momento del año, disponibilidad que suele coincidir con su estacionalidad y, por ende, con productos más sabrosos y de mejor calidad.
La ciruela es una de las frutas que conviene comprar en verano
Si bien en sintonía con la tendencia de comer saludable se suele hablar de la importancia de la estacionalidad de los productos, para el consumidor de a pie no resulta un indicador tan sencillo de inferir al momento de pararse frente a los cajones de la verdulería, en épocas donde las técnicas de conservación proveen productos durante todo el año.
"Hablar de estacionalidad en la Argentina es más complejo porque las condiciones agroclimáticas favorables varían en cada zona. El tomate, por ejemplo: en Jujuy hay cosecha en invierno, después se traslada al Litoral, y luego a la zona de Buenos Aires. Por eso es mejor hablar de la disponibilidad de oferta en el mercado: no hay mejor estacionalidad que ver la cantidad", dice Néstor Tello de Meneses, ingeniero agrónomo y relevador de precios del Departamento de Estadísticas y Precios del Mercado Central de Buenos Aires, que resalta los controles sanitarios que se hacen ahí para que el producto llegue en condiciones a la mesa del consumidor.
El precio, una clave
Según coinciden los consultados, otro indicativo clave para saber si una fruta, hortaliza o verdura está en temporada es su precio.
Cuando un producto es de temporada suele estar más barato que otros meses
"Lo que ves ahí adelante en la verdulería es lo que probablemente esté en estación. Y después, lo que esté barato en relación a las semanas o los meses anteriores", aconseja la cocinera Narda Lepes. ¿Y el costo de comer productos fuera de temporada? "Primero son más caros -dice-. Segundo: no están tan ricos. Si sos caprichoso y querés tomate en agosto o damasco en julio, no lo vas a tener. Por ahí encuentres uno bueno de importación, pero ahí tenés que pensar cuánto viajó, o todo lo que requirió para estar fresco y durar, como la atmósfera controlada, la energía que se gastó. Ahí se trata de pensar también en el bien común."
Cada fruta, cada verdura, tiene su secreto. Y Narda los devela uno tras otro. En verano, hacer la compra a diario y por unidad, no semanal. La calidad del producto es más alta, pero la duración más corta. Comprar fruta de carozo, como los duraznos, porque el calor las hace buenas y dulces. Comprar, lavar y comer; a más tardar, al día siguiente. Buscar productos que carguen agua y resistan el calor como los melones, las sandías, los mangos, los pepinos y los tomates. Y si llovió mucho, no comprar frutillas, porque crecen en el suelo. "Y si conseguís tomates baratos y están ricos, llevate más y hacé salsa y congelala, o gazpacho, o conservas", recomienda.
La lista sigue: no comer hojas en verano. "Si vos tenés calor imaginate una lechuga", dice. Y no guiarse por los estándares del marketing: muchas veces el tomate sin una mancha, redondo y con piel de cuero, por dentro es blanco y crocante, cuando debería ser carnoso como la fruta que es. Hacer ensaladas de legumbres en verano, garbanzos, por ejemplo, porque es época de cosecha en distintos lugares del país. Que el zapallito tenga la piel tensa y brillante, y que la berenjena, ideal en invierno, sea pesada.

Las expectativas sobre la comida las va a cubrir un buen producto y en el tiempo justo. Y lo ideal es que lo venda un ser humano al que le importe. Cuanto más exigentes seamos, mejores productos vamos a tener. Es cierto que muchas veces la gente o no conoce, o no tiene acceso a los productos, o no hay buena distribución. Por eso los tratamos de mostrar y promocionar nosotros", dice Narda.
 Narda Lepes.
Más allá de los esfuerzos individuales, esa tarea también la concentra la Asociación de cocineros y empresarios ligados a la gastronomía (Acelga), en particular a través de Mesa de Estación, una iniciativa que empezó en el invierno de 2016, con el objetivo de promover el consumo de productos de temporada de productores argentinos y difundir su calendario de cultivo, origen, propiedades y formas de prepararlos y que el próximo martes tendrá su 7º edición.
Aquel invierno debutó el alcaucil, y el año pasado le siguieron el coliflor, el quinoto y el ascendente kale. Como exponentes de la primavera ya pasaron los espárragos, las arvejas, las habas, el apio y los arándanos. El otoño fue de la manzana y el zapallo. Y en verano ya pasaron el tomate, la ciruela y el melón, y ahora, del 6 al 12 de febrero será el turno de las berenjenas, el mango y la miel, que formarán parte de una semana gastronómica donde un circuito de restaurantes creará menús inspirados en esa selección de productos.
No hay mejor estacionalidad que ver la cantidad disponible, recomiendan en el Mercado Central
El lado oscuro
La parte oscura en el plato no se ve. Así lo entiende Agustín Benito, productor hortícola y miembro de Acelga, que hace 25 años fundó, junto a su amigo de la facultad de agronomía Pablo Maseda, Sueño Verde. "Debería haber un cambio de paradigma. Muchas veces hablamos de estacionalidad, pero no de cómo vamos a producir. El contexto general de la horticultura en las últimas décadas es problemático porque lo que se premió es el precio y no la calidad o la variedad", dice.
Ese lado oscuro, invisible, que muchas veces termina en un producto final barato, lo asocia a la falta de controles por parte del Estado en lo impositivo, respecto de los agroquímicos o al trabajo en negro. Aunque por otro lado también celebra que desde hace unos cinco o siete años ve un cambio que se va encaminando. "La gente quiere saber de dónde viene el producto porque ha perdido la confianza. Hay que averiguarlo. Preguntar qué variedad es. La compra es una experiencia, no un intercambio", dice.
Alimentación consciente: ¿Cómo preparar tragos con frutas?
Su recomendación: sí, comer el producto de estación, porque al producir con el clima a favor será de mejor calidad y más barato. Y en lo posible, buscar esos "delis" que proliferaron en los últimos años, donde en general está ahí el mismo dueño. "Sabe que vivís a una cuadra, y que si te da algo malo no vas a volver. El verdulero debería cumplir la misma función", aconseja.
Cuando Melisa Navas vivió en Torino, Italia, se encontró con una experiencia de compra y consumo diferente a la de acá. "Al comprar faltaban un montón de productos que ponían en juego la creatividad. Así se genera una cultura de sincronización con los ciclos de la tierra donde se disfruta de las cosas al tiempo que se dan. Que todo esté disponible siempre es artifical", cuenta.
Esa vivencia le disparó una idea: el Círculo de Estaciones, un calendario de frutas y verduras que confeccionó en base a información de productores y del Mercado Central, que funciona como un mapa de papel ecológico plegable para meter en la bolsa de compras o pegar en la heladera. Lo vende en Tienda Nube a 150 pesos. "La idea es que la gente se sume a ese círculo -dice-. El poder es del cliente y no solo de la oferta"
.F. M.

viernes, 8 de diciembre de 2017

SALUD; ESTACIONES SALUDABLES


Hipertensión y sobrepeso, los factores de riesgo para la salud de los porteños
El dato surge de los controles que, en los últimos cinco años, se hicieron más de un millón de personas en las 40 estaciones saludables porteñas
Aunque con diferencias entre barrios y edades, los vecinos o transeúntes que se acercan a alguna de las 40 estaciones saludables en plazas y subtes de la ciudad preguntan sobre alimentación, ejercicio y, también, se les controla "al paso" la presión, el peso, la talla y la glucemia (azúcar en sangre) de manera gratuita.
En cinco años, más de un millón de personas pasaron por esas instalaciones fijas o móviles. Seis de cada 10 viven en la ciudad, lo que proporciona una radiografía de los factores de riesgo y la calidad de vida de alrededor de un cuarto de los porteños.
El 14,4% de los adultos con hipertensión se enteró en alguno de los controles que tenía presión con valores altos y se le recomendó consultar a su médico de cabecera. Lo mismo sucedió con el 25% de las personas con diabetes a las que se les controló la glucosa en sangre.
En dos de cada tres casos con presión alta que volvieron a tomársela en otras dos o más visitas a la estación, los valores mejoraron. Tres de cada cuatro personas con la glucosa elevada mejoraron con orientación y después de dos o más controles. La mitad de las personas con sobrepeso empezó a bajar de peso con las recomendaciones de los nutricionistas.
En estos cinco años se acercaron a las estaciones 1.150.000 vecinos, con un promedio de 3,8 visitas por persona. De acuerdo con la Dirección General de Desarrollo Saludable del gobierno porteño, hubo 4.465.124 consultas generales, incluidas 4.076.574 de enfermería y 789.770 nutricionales.
Cómo empezar a hacer ejercicio o mejorar el entrenamiento; cómo comer más sano u organizar el menú semanal de la familia para agregar opciones de mejor calidad nutricional; cómo reducir el desperdicio de alimentos o comer con menos sal y controlar los hidratos de carbono son algunas de las consultas que reciben nutricionistas, enfermeros, talleristas y profesores de educación física.
Mientras que en el norte de la ciudad lo más común son las dudas sobre la alimentación y el ejercicio, en los barrios del centro y el sur predominan las visitas de las familias, los abuelos con los nietos y los transeúntes que se controlan la presión y la glucemia, y se suben a la balanza.

Los registros desde 2012 indican no sólo que la cantidad de usuarios de las estaciones fue creciendo hasta ahora, sino también lo hizo el número de esas personas con uno o más de cuatro factores de riesgo: hipertensión, diabetes, colesterol elevado y enfermedad cardiovascular. Mientras que hace cinco años el 19,8% de los 70.683 usuarios tenía alguno de esos problemas, este año la proporción es del 40,3% de las 245.663 personas controladas hasta septiembre pasado.
"No hacemos diagnóstico, ni planes de descenso de peso, sino que les recomendamos a los vecinos que vayan al médico. Pero sí orientamos en cambios de hábitos y, también, invitamos a participar de las clases de yoga o baile", explicó Cecilia Antún, directora general de Desarrollo Saludable, área de la que dependen las estaciones.
En 2014, se le encargó un análisis externo del programa Estaciones Saludables al Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), entidad afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Una encuesta a una muestra representativa de los vecinos que se acercaban a las estaciones: valoraban la cercanía (no tenían que viajar, sacar turnos y esperar mucho tiempo), la gratuidad y el vínculo con los profesionales.
Las consecuencias
"El éxito del programa tiene que ver con que las estaciones están ubicadas en un lugar de paso, en una estación de subte, en un punto de trasbordo, en una plaza o parque. Y también en que se puede hablar con un profesional o participar de distintas actividades que mejoran la calidad de vida -dijo Antún-. Con los años, fuimos incorporando enfoques más asociados con el bienestar y no sólo con el control de presión o la glucemia".
Una proyección del impacto del programa a cargo del IECS indicó que, en un año, se podrían identificar 4394 nuevos casos de hipertensión, 2108 de diabetes, 39.491 personas aumentarían la actividad física, 48.646 incorporarían más frutas y verduras en las comidas y 46.043 disminuirían el consumo de sal, además de que 28.164 lograrían mantener un peso saludable o disminuir el sobrepeso y 66 de todos los usuarios derivados a un programa de cesación tabáquica dejarían de fumar.
"La detección de estos factores de riesgo es un paso muy importante en el cuidado de la salud. Saber que tenemos la presión alta nos da la posibilidad de hacer algo para controlarla", indicó Natalia Elorriaga, investigadora del IECS que participó de la evaluación externa.

En dos estudios publicados en la Revista Argentina de Salud Pública y Actualización en Nutrición, el equipo de Antún describe los resultados obtenidos con la consejería nutricional, a la que accedieron hasta 2015 unas 6000 personas por mes. Además del seguimiento, el servicio consiste en orientar en cómo aumentar el consumo de frutas y verduras, calcio y agua; hacer más actividad física y reducir el de sodio, grasas e hidratos de carbono, además de ordenar las comidas y no saltear el desayuno.
"También los chicos y los adolescentes de las escuelas que visitan las estaciones, y que pensábamos que era una población con otros intereses, preguntan mucho sobre qué es comer de manera saludable y cómo hacer más actividad física. Llegan en general con algunos mitos sobre la alimentación, incluidos los más chiquitos, que preguntan sobre lo que les dicen los padres o los abuelos. Les explicamos todo y que no hay alimentos prohibidos, sino que hay que comer con moderación", contó Carla López, nutricionista itinerante de las estaciones.
Los números de los controles de salud en la ciudad

1.150.000 Personas

Hicieron consultas en los últimos cinco años en las 40 estaciones saludables que hay en la ciudad

3,8 Consultas por persona

Es el promedio de visitas de los vecinos a las estaciones saludables

4.465.124 Consultas generales

Es el total desde que empezó la iniciativa en 2012
F. C.