Cargo: socio y director de Miguel Ángel Broda y Asociados.Profesión: economista. Habilidades: tiene un MBA y un PhD en Economía de la Universidad de Chicago
El economista Miguel Ángel Broda se mostró conforme con el acuerdo al que se llegó con el Fondo Monetario Internacional, no solamente por los desembolsos que ayudarán a estabilizar la crisis cambiaria, sino porque, según consideró, los lineamientos del organismo mejoran el programa del Gobierno. Sin embargo, sostuvo que se debería haber ido antes, en 2016, y que la ejecución del ajuste fiscal reclamara de la gestión de Mauricio Macri mucha convicción porque el segundo semestre será difícil con una caída de actividad, alta inflación y conflicto social creciente.
-¿Por qué el shock externo nos afectó más que a otros países?
-Estamos sufriendo una importante caída de demanda de activos argentinos, o sea que no es una corrida cambiaria, sino una salida de capital de los emergentes y de nosotros, un poco más, porque éramos más vulnerables. Y la vulnerabilidad es función de la configuración macro que eligió el Presidente, algo que probablemente es su talón de Aquiles. La administración ha hecho muchas cosas positivas, pero la política económica, con un déficit fiscal financiado con ahorro externo, una política monetaria con metas de inflación incumplibles y una política cambiaria donde la flotación es el resultado del ajuste fiscal y monetario que no se hace, produjo el mayor déficit gemelo de los últimos 35 años, desequilibrios fiscales de más de 6 puntos del PBI y desequilibrios de las cuentas externas de 5 puntos. Solo tres veces en la historia tuvimos esta magnitud de desequilibrios. Y los desequilibrios son transitorios: duran mientras haya financiamiento.
-¿De qué manera afecta el déficit externo a las cuentas?
-El financiamiento con deuda externa del déficit fiscal generó un déficit en cuenta corriente, una oferta de dólares que se gastó importando más y gastando desesperadamente afuera en turismo.
-¿O sea que el turismo afectó en forma directa?
-Bueno, al haber dólares y atraso cambiario hay un estímulo a importar y gastar afuera. El déficit fiscal gatilló el déficit externo. Y hoy, probablemente, el déficit externo es más grave que el fiscal en términos de financiamiento. Y, obviamente, la demanda excede la oferta de dólares. Por eso es probable que el acuerdo con el Fondo empareje, aunque es probable también que a duras penas podamos mantener el tipo de cambio real en $27,80.
-¿ Tiene que seguir subiendo, según su visión?
- Cuando uno mira el mercado cambiario, el año pasado la oferta fue de 93.000 millones y la demanda fue de 93.000 millones. No tuvo que intervenir el Banco Central. En lo que va de este año, la oferta fue de 28.000 millones y la demanda fue de poco más de 40.000 millones, así que el Central directa o indirectamente ha vendido 12.400 millones de reservas.
-¿Fue un error eso?
-Sin duda, algo de mala praxis ha habido, pero no es la causa de nuestros problemas. Probablemente ahora, con las subastas del Central y del Tesoro se iguale a duras penas el exceso de demanda.
-¿Era previsible eso?
-Los desequilibrios son siempre transitorios. La apuesta del Gobierno acerca de que la fiesta en el mercado internacional permitía colocar a determinada renta 40.000 millones durante cuatro años, salió mal. Ahora, en qué momento se corta el financiamiento, no existe la bola de cristal para preverlo. Sin duda fue una falta de previsión; la Argentina debió ir al Fondo en 2016 y ahora fuimos apresuradamente, aunque sin duda estamos mejor con el acuerdo.
-Usted que se reunió con Dujovne y luego con Caputo ¿Qué pasó en la parte política?
- El ministro Dujovne trató de ver cómo veíamos la economía y Caputo trató de explicar las medidas financieras, para tratar de parar el incendio del tipo de cambio. Salimos más optimistas de la reunión que lo que entramos. La decisión del Central va a ir calmando lentamente el mercado cambiario.
-¿De cuánto cree usted que puede ser la devaluación del peso este año?
-El ejercicio del Fondo Monetario implica un tipo de cambio de $28,50/ 29 promedio en diciembre. A nosotros nos parece que ese valor va a ser un poco superior, dentro de un modelo en que el incendio se apagó. Pero para esto necesitamos seguir el mejor programa que el FMI nos ayudó a hacer. El Fondo ha hecho más consistente y coherente el modelo que la Argentina sigue. Digamos que el auto no andaba bien y que el Fondo le hizo un service y algo de chapa y pintura.
-¿ El préstamo del Fondo soluciona los problemas del auto?
-Para Fórmula Uno no estamos, pero obviamente, estamos mejor. Especialmente después de la cuarta meta de inflación, que es cumplible.
-Las Lebac tienen una tasa de interés del 47%, ¿considera que es algo para preocuparse?
-La incertidumbre macro lleva a la microeconomía a terapia intermedia; o sea: hay que parar el incendio. Cuando uno para el incendio tira todo lo que sea necesario. La verdad es que, aun teniendo en cuenta el efecto real, no hay nada más devastador que una crisis macroeconómica, así que tratar de evitarlas es algo que se debe hacer.
-¿Qué implica la calificación como emergente que recibió la Argentina?
-Es una buena noticia para el mercado de acciones y para el riesgo país, ya que probablemente ayude a bajarlo. Pero el futuro de la Argentina no depende de eso; depende de qué convicción tenga el Gobierno para cumplir un programa más coherente pero con costos importantes, porque enfrentamos un semestre de caída de actividad, de alta inflación y de conflicto social creciente.
-¿Y qué panorama hay para este bendito segundo semestre?
-El Fondo prevé un crecimiento del PBI de 0,4%. El Gobierno, de 1,5%. Nosotros estamos en el medio. La apuesta del Gobierno es que esta recesión empiece a cambiar y empecemos un fase expansiva ya en el primer trimestre del año que viene. Para 2019, el Fondo espera un 1,5% y el Gobierno, un crecimiento de arriba de 2%. Nuestra proyección está un poquito por debajo de esos promedios. No es que la economía le va a hacer ganar la reelección a Macri, pero puede llegar a ser neutral. Hoy estamos seguros de la fase descendente; la fase ascendente es la pregunta.
-¿Al inversor le preocupa que vuelva un gobierno populista a la Argentina o ya descarta eso?
-Yo no sé si el equipo económico del grupo opositor que pueda ganar va a ser peor o mejor que este. Pero lo que si sé es que las expectativas de que Macri sea un paréntesis entre dos peronismos son una mala noticia para una economía vulnerable.
-¿Y eso lo ve factible?
-Las encuestas van a mostrar que la probabilidad de reelección puede haber caído. También habrá que ver cómo se organiza la oposición. Obviamente, lo mejor que hoy puede pasarle a la Argentina es una reelección de Macri; el resto del mundo también lo piensa así. Por eso conseguimos un acuerdo stand by de once veces nuestra cuota.
-¿Y qué pasa con la inflación, de cara al segundo semestre?
-Vamos a terminar el año con 28-30% de inflación. Y dentro del margen de error esta la meta del 27% que mandó la Argentina al Fondo. Pero es la primera vez que tenemos chances de acercar el bochín. Mi impresión es que, si tenemos convicción, vamos a estar cerca de cumplirla.
Con la colaboración de María Julieta Rumi
J. del R.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.