¿HAY UNA FÓRMULA ANTI-BULLYING? Cómo enfrentar un problema global
Según sondeos recientes, 7 de cada 10 chicos argentinos sufren acoso escolar o violencia a través de redes y más de 10.000 no quieren ir a la escuela: cómo influye en la vida adulta y qué se puede hacer al respecto
Vivian Urfeig
A los 12 años Alex Llamazares, que hoy tiene 19, se dio cuenta de que algo no cerraba. “A los 14 me empecé a ver con rasgos masculinos, me corté el pelo y empecé a usar binders (vendas compresoras que disimulan los pechos). Hoy todo eso ya no me interesa, no le debo la masculinidad a nadie por ser trans. Lo femenino es parte de mí”, detalla Alex, estudiante de Bioquímica en el CBC, que desde los 16 figura con este nombre y apellido en el DNI. “Mi deadname (nombre muerto, se refiere al nombre de nacimiento) quedó atrás”, dice con orgullo. Pero no fue un camino fácil. En el colegio tenía pocas amigas, el resto del curso propiciaba ataques, amenazas y destratos, incluidos los directivos. “Me salvé una vuelta de que me pegaran a la salida porque por suerte me avisaron. Claramente no estaba en el grupo de Whatsapp donde se gestó todo eso”, relata Alex, sobre la situación violenta que atravesó en la Escuela N° 4 Alicia Moreau de Justo, de Ingeniero Maschwitz.
Junto a Alejandro Mamani y Rocío Gómez Wlosko, Alex forma parte de la actual campaña de UNICEF Argentina #Alhaternicabida, una propuesta desarrollada para frenar los discursos de odio que circulan en el mundo offline y online, empoderar a los adolescentes con herramientas y sensibilizar a la sociedad para evitar la amplificación de estos mensajes. El término hater –en inglés, odiador— refiere a los usuarios de las redes sociales que difaman, desprecian o critican destructivamente a una persona. La iniciativa, en conjunto con Telefe, surgió a partir de un sondeo de 2021 donde el 13% de los adolescentes dijo haber experimentado situaciones de violencia o haber estado expuesto a publicaciones violentas en redes sociales o en internet. En números, los casos registrados sobre discriminación relevados en octubre de 2021 trepan a 11%, un 7% más que en julio de 2020.
En la mochila de Rocío Gómez Wlosko, actriz de 25 años e hija del reconocido “Bicho” Gómez, hay una buena dosis de autoestima y autodeterminación. “Aunque hay muchos, donde siento que no encajo. Es ahí cuando me respaldo con la gente en la que confío. Tengo el cuerpo que tengo y a mí me gusta”, dice una de las integrantes del elenco de El primero de nosotros, la novela donde le pone el cuerpo a Uma, la hija de Benjamín Vicuña. “En el colegio la pasé mal, crecí en un entorno donde las burlas me angustiaban al punto de pensar que nadie iba a gustar de mí, o que era fea por no tener un cuerpo flaco. Comprar ropa era una odisea. Hasta que, terapia mediante, hoy puedo decir que soy gorda y dejar atrás los estándares de belleza que siempre fueron un problema”, explica Rocío sobre su camino recorrido, un proceso que sigue trabajando.
Hoy, los casos siguen siendo moneda corriente. Hace poco, ante una multitud frenética, Lali Espósito paró su concierto y le preguntó a Agustina cómo la estaba pasando. “Si no te gusta cortamos acá, lo que vos pidas”. El gesto no solo conmovió a la nena de 6 años que sufre bullying hace rato en su escuela de Mendoza.
También caló hondo en el público y el video que le envió se viralizó en todas redes sociales. “Quiero decirte que sos muy especial, una reina total, me enteré que sos hermosa, que te gusta bailar, pintar y hacer de todo”, le grabó Lali cuando se enteró del caso que se hizo público a principios de julio.
Agustina es apenas la punta de un ovillo enredado que posiciona a la Argentina en la mitad de la tabla de los países con más casos de bullying y cyberbullying de la región: 14.800 situaciones registradas desde 2021 hasta marzo de 2022, de acuerdo a un relevamiento de la ONG Bullying Sin Fronteras (BSF). A partir de información procesada con datos aportados por las Secretarías y Ministerios de Educación de las diferentes provincias argentinas y el Ministerio de Educación de la Nación, las cifras obtenidas encienden las alarmas: son 7 de cada 10 chicos y jóvenes que la pasan mal y no encuentran contención en clubes, jardines de infantes, primarias y secundarias de todo el país.
Además, son más de 10 mil los que manifiestan que no quieren ir más a la escuela, de acuerdo a Javier Miglino, cofundador de la ONG.
En escenarios digitales la magnitud del fenómeno dificulta el abordaje de la madeja de relaciones interpersonales, sociales e intrafamiliares que teje sus propios nudos. “Un 96% de efectividad se logra acompañando y ayudando a vencer el monstruo. Hablar con confianza es la clave porque el problema que sufren los chicos lo deben resolver los grandes. El bullying se lleva vidas”, sentencia Miglino, abogado experto en Asuntos de Derechos Humanos y Protección de la Niñez. Y suma precisiones: “México lleva la delantera con más de 180 mil casos, y Qatar es el país que menos situaciones presenta”.
El aumento sobre casos de cyberbullying es sostenido, de acuerdo con el informe sectorial de Educación de la 5ta encuesta sobre el impacto de COVID-19 en niños y adolescentes, publicado en febrero de este año, que retoma UNICEF para el informe. Allí revelan que 9 de cada 10 adolescentes afirmó haber sido testigo de un ataque hacia una persona o grupo en redes sociales. En tanto, 3 de 10 reconoció haber tenido alguna actitud de odio ya sea por haber publicado, respondido o amplificado contenidos.
“Estos discursos tienen como principales víctimas a las y los adolescentes”, explicó Natalia Calisti, de UNICEF Argentina. Y dado que sólo el 26% conoce alguna herramienta para lidiar con haters, la idea de la campaña es acercar herramientas para entender de dónde nacen estos discursos, cómo todas y todos podemos reproducirlos y brindar recomendaciones para evitarlos tanto a quienes los sufren, como a su entorno”.
Entre las provincias donde más casos se registraron entre 2021 y marzo de 2022 figuran Ciudad de Buenos Aires (18%), Buenos Aires (14%), Santa Fe (8%) y Córdoba(7%). El resto arrastra porcentajes que arañan el 6%. “No se puede tapar el sol con un dedo”, advierte el abogado.
La aceleración de situaciones conflictivas impulsadas por el encierro intensificó el uso de dispositidías,
Solo un 26% de los chicos dice tener herramientas para lidiar con los haters
La solución llega de mano de alternativas que no exponen a la víctima vos a la vez que propició un escenario con muchísima presencia en el mundo digital. Las y los adolescentes pasaron la cuarentena conectados, expuestos, dejados de lado en los grupos de Whatsapp o discriminados por cualquier motivo. La pandemia fue un factor clave que agravó y potenció estos cuadros. “La participación en las redes sociales se incrementó en un 61% sobre las tasas de uso normales”, proclamó, entre sus resultados, la 5° encuesta sobre el impacto de COVID-19 en niños, niñas y adolescentes, publicada en febrero de 2022.
Fue durante los primeros días de apertura pos pandemia que a Melina, de 11 años, la dejaron afuera de una pijamada y se enteró por Instagram que todo su grupo de amigas estaba reunido, menos ella. “Fue muy doloroso para ella, le dio mucha bronca, se sintió abandonada”, reflexiona hoy la mamá y reconoce que como adulta no tuvo “las herramientas para ayudarla”. Por situaciones como esta, donde los adultos juegan un papel clave a la hora de tomar decisiones, el Colegio Michael Ham implementó un método que involucra a toda la comunidad educativa. Kiva es un programa transversal desarrollado por el Ministerio de Educación de Finlandia que previene situaciones comprometiendo a docentes, alumnos, familias y auxiliares. En un año lograron bajar 2 puntos la métrica
La experiencia personal de Alejandro Mamani también expone el camino de una de las problemáticas más frecuentes: la discriminación. “Nací en Salta, soy de origen indígena. La mayoría de los programas de televisión eran de Capital Federal, Santa Fe o Córdoba. Ahí ya reconocía una cuestión de representatividad en los medios, los de una Argentina blanca en la que casi la mitad de los argentinos no se encuentran. En ese lugar aparece mi reflejo de niño no encontrándose en la TV, o rechazado de adolescente en la puerta de los boliches. En Argentina las nacionalidades se usan como insultos”, dispara el abogado de 35 años, que también integra la campaña de UNICEF como representante de Identidad Marrón, una organización que impulsa levantar la voz de los “marrones”, según su propia presentación.
En el sentido del trabajo colaborativo sobre acoso, violencia o discriminación la convivencia es el abordaje elegido por Lucía Litichever, licenciada en Ciencias de la Educación, investigadora en Flacso y Unipe (Universidad Pedagógica). “Explorar la temática desde este punto de vista determina una gran diferencia con el bullying, donde solo obtenemos una mirada recortada entre dos sujetos que tienen un conflicto. Allí la solución posible es la del punto a punto, la de desarmar la situación. No estoy segura que eso resuelva. Expulsar a un agresor, disolver grupos o creer que todo es bullying no ayuda, al contrario, magnifica porque esa etiqueta genera más angustia, tanto en padres como docentes y alumnos”, destaca Litichever. Pensar a la escuela como un lugar de inclusión y contemplar que las normas y decisiones se toman a partir de acuerdos es el punto de partida para dimensionar el problema desde otro lugar.
En CABA, el marco normativo de la Ley 223 establece como valores a contemplar “la solidaridad, la cooperación y el rechazo de todo tipo de discriminación”. Y en este sentido las escuelas cuentan con un consejo escolar donde se intenta llegar a acuerdos. “Cuando se logran identificar sentimientos de pertenencia en la escuela los y las estudiantes se apropian de las normas y se propicia un clima más ameno donde los acuerdos se cumplen. Un baño sin género o cambios sustanciales en el reglamento de la indumentaria consensuados por toda la comunidad educativa promueven este sentimiento de apropiación”, señala Litichever. Y concluye: “La convivencia implica participación, democracia, espacios inclusivos que den lugar a las diferencias”.
Con este criterio también trabajan en el Equipo Interdisciplinario de Salud Mental del Hospital Vélez. “Cada vez llegan más pacientes con las consecuencias del bullying. Adolescentes con síntomas ansiosos, retraídos socialmente. Y chicos con crisis de llanto y mal rendimiento escolar que manifiestan no querer ir más al colegio”, detalla Nadia Perez, médica psiquiatra. Cecilia Ficher, psicóloga del equipo, agrega: “Nadie sale ileso. Está la víctima, pero también el grupo de victimarios y los testigos, los que observan. Por eso trabajamos con las instituciones para visibilizar y poner sobre la mesa la situación con los actores involucrados. La solución llegará con alternativas que no exponen a la víctima, una estrategia para evitar el repliegue del adolescente”. Junto a la trabajadora social Karina Milano, el equipo cree en la transversalidad del abordaje: “En el espacio que sea, hay que buscar apoyo profesional y trabajar los procesos. No esperar que surja el conflicto. Las soluciones no son antibióticos, estos conflictos sociales llevan su tiempo”, dicen contundentes.●
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Famosos que padecieron maltrato, pero lograron sobreponerse y triunfar
Alejandro Roemmers
El empresario y escritor al mando del reconocido laboratorio decidió invitar a su fastuoso cumpleaños de 60 a sus amigos, pero tambián a quienes le hacían bullying en el colegio. “Yo quería cerrar, quería una especie de reconciliación. Fue sanador en todo sentido”, declaró.
Delfina Pignatiello
“Me decían fracasada de mierda”, confesó la nadadora olímpica en una charla TED. Por la presión por su desempeño en los Juegos Olímpicos dejó la carrera para cuidar su salud mental. Hoy se dedica a la fotografía y ya fueron varios los músicos y artistas retratados por su lente.
Jorge Rey
En Rufino, su ciudad natal, su estilo no pasaba desapercibido y padeció un bullying feroz durante toda su adolescencia. Su empuje pudo más: logró superar esa etapa no tan lejana (tiene 23) y convertirse en uno de los diseñadores preferidos de Pampita y Juana Viale.
Cuesta creer que un modelo la haya pasado mal. Sin embargo, Drago suele contar que durante su infancia tenía problemas de sobrepeso y padecía en silencio las burlas de sus compañeros. Hoy, consolidado como conductor, intenta transmitirles sus valores a sus hijos.
Jennifer Dahlgren
La atleta se volcó al deporte por las agresiones que recibía en el colegio acerca de su cuerpo no hegemónico. Por el maltrato, las diferencias y la dificultad para encontrar ropa se volcó a la lucha por la ley de talles. Cuenta su experiencia en el libro El martillo volador.
Rodrigo Rey
“Conocí gente que se frena por estas cosas, pero no vale la pena”, declaró el arquero de Gimnasia y Esgrima La Plata al referirse a la disfluencia, su alteración en el habla. Las dificultades que sufrió de chico no le impidieron avanzar y hoy no tiene problemas en enfrentar las cámaras.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.