viernes, 8 de julio de 2016
BICNTENARIO....LAS "LOCAS" FANTASÍAS DE DIEGO SEHINKMAN
¿Qué fantasía aglutinadora podría reunirnos hoy y redimirnos de la ciclotimia social?
Diego Sehinkman
Y ahora les pido bajar las luces porque vamos a ver un video. Son dos escenas. Acá va la primera. ¿Recuerdan esto? Las imágenes corresponden al 25 de mayo de 2010. Vemos la 9 de Julio repleta. Se calcula que hubo tres millones y medio de personas que llenaron las calles en la marcha del orgullo argentino.
En aquella celebración del Bicentenario vivíamos una primavera patriótica, Jauretche era un nuevo prócer, la palabra "Estado" se había vuelto a poner de moda, Europa estaba en crisis y Estados Unidos intentaba recuperarse de Lehman Brothers ("eso les pasa por haber inflado la burbuja de hipotecas, nosotros quedamos a salvo porque no necesitamos crédito"). ¿Ven el palco? Son Néstor y Cristina, embelesados con los arneses voladores de Fuerza Bruta, metáfora de una Argentina que se eleva hacia las alturas.
Corte. Vamos al segundo fragmento. Bicentenario de 2016. ¿Las ven ahí arriba, volando? Son las tarifas de gas, de agua, de luz. Los precios y las Lebacs. Es la fuerza bruta del ajuste. El populismo se quedó sin nafta y hay que bajar a empujar. Doscientos años después, la Argentina no se logra emancipar de un ciclo repetitivo y mortificante.
Las oscilaciones del estado de ánimo nacional son notables. De la megalomanía a la melancolía, nuestro trencito rebota entre las dos únicas estaciones: la gloria y Devoto. Pasamos de "Argentina, granero del mundo" a Ramón Granero, del Sedronar, toda la efedrina del mundo. Del hundimiento antirreglamentario del Belgrano en Malvinas a la mano antirreglamentaria de Maradona en México. De darle recetas al mundo -dijo Cristina- a "el mundo se nos cayó encima". En los últimos 50 años nuestra moneda perdió 13 ceros, cambió de nombre, de prócer, de tinta, de planta impresora, en los años 90 se travistió de dólar hasta que le explotaron los implantes. Hoy somos ecologistas: ambos en peligro de extinción, mandamos al yaguareté y al peso a convivir en un parque nacional llamado billete de 500.
¿Qué nos redime de la ciclotimia social? El fútbol. Es nuestra oportunidad de ejercer la supremacía planetaria en algo. Una Copa América o del mundo nos garantiza "autoestima exprés", por eso las ambivalencias con Messi, que gana pero no nos hace ganar. ¿Estamos seguros de que era él el que necesitaba las inyecciones de crecimiento?
Decía Pichón Rivière que un grupo (él lo usaba para definir grupo operativo) es un conjunto de personas reunidas para la realización de una tarea. ¿Cuál es hoy para la Argentina "la tarea", es decir, la idea de nación? En 2010 se vivía una ilusión nacionalista que terminó hecha bolsa. Bolso. ¿Qué fantasía aglutinadora es capaz de reunirnos ahora?
Quizás no deba ser una idea ampulosa sino más terrenal y posible. Por ejemplo, el control del Estado, que te cruza los datos pero que no deja que uno se los cruce a él. Se calcula que la administración pública gasta entre el 15 y 20 por ciento de un PIB en compras y contrataciones de servicios. El Estado es el mayor comprador de la economía. La gran pecera donde los José López aman pescar. ¿Y si la fantasía aglutinadora, pequeña y posible, fuera en principio transparentar los procedimientos de compras? El hombre es bueno, pero si se lo audita es mejor.
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