miércoles, 3 de agosto de 2016

EN EL MUSEO DE ARTE TIGRE, LOS MÁS BELLOS GRABADOS


Grabados. La celebración de la tinta


El Museo de Arte de Tigre Intendente Ricardo Ubieto se encuentra en la Av. Paseo Victorica 972, frente al Río Luján.
Entre el documento y la experimentación. En el Museo de Arte Tigre se presenta la exposición 200 años de grabado en la Argentina, con más de medio centenar de litografías y estampas de las colecciones del Museo Histórico Nacional y el Museo Nacional del Grabado
Armonía, movimiento, spazio. Emilio Pettoruti.

En el Museo de Arte Tigre (MAT), la muestra 200 años de grabado en la Argentina incluye más de medio centenar de estampas de las colecciones del Museo Histórico Nacional y del Museo Nacional del Grabado, seleccionadas por María José Herrera, directora del MAT. Hay desde primeras litografías que circularon por el Río de la Plata con gran éxito hasta estampas experimentales de los años sesenta. En esta nota elegimos seis obras claves del grabado argentino de los últimos doscientos años.

César Hipólito Bacle.

Extravagancias de 1834: el enlace de los peinetones, 1834, litografía coloreada sobre papel.


Nacido en Ginebra en 1794, César Hipólito Bacle estableció su negocio en Buenos Aires en 1828. Hizo los primeros periódicos ilustrados. En 1829, Juan Manuel de Rosas lo nombró litógrafo del Estado. Además hizo retratos de héroes y escenas costumbristas; realizó algunos grabados a partir de dibujos hechos por su mujer, Adrienne Macaire.
Esta sátira popular con foco en aspectos cotidianos muestra el exageradísimo tamaño de los peinetones de carey de las mujeres porteñas: aquí la moda madrileña tomó dimensiones desproporcionadas. Las litografías de Bacle condensan la mirada del extranjero sobre nuestras costumbres. Sus litografías tuvieron gran éxito de ventas: las compraba la alta sociedad local y se vendían en Europa. Por cuestiones políticas, Rosas encarceló a Bacle: murió al poco tiempo de salir de prisión.


Abraham Vigo
Fertilizante, 1953, xilografía.



Junto con José Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Facio Hebequer y Agustín Riganelli, Abraham Vigo perteneció al grupo de los Artistas del Pueblo, fundamental en el arte argentino del siglo XX. Provenientes de sectores populares, adhirieron a las ideologías obreras de la época: entendieron el arte como un modo de intervenir en la sociedad. Encarnaron la vanguardia política: concibieron el grabado como un instrumento de acción ideológica y de democratización que les dio la posibilidad de obtener múltiples originales a bajo costo. No sólo lo usaron como técnica artística y para ilustrar libros sino también como instrumento de propaganda. El programa estético-político del grupo puso el eje en concientizar sobre las injusticias de la sociedad capitalista. Se opusieron al carácter elitista del arte nucleado en los salones creando el Salón de los Recusados, sin premios y sin jurado, y el Salón de los Independientes.


Emilio Pettoruti,
Armonía, movimiento, spazio, 1914, litografía color.


El dibujo Armonia, movimiento spazio es clave, ya que Pettoruti -pintor que introdujo el futurismo y el cubismo en nuestro país- lo hizo cuando trabajaba con la vanguardia futurista, en Milán, en 1914. Grabadores experimentados hacían las estampas bajo la supervisión del artista: la litografía fue realizada a partir del dibujo de 1914, en la imprenta del reconocido grabador Fernand Mourlot, en París en 1965.


Pompeyo Audivert
Estampa de la serie Vía Crucis, 1929, xilografía.


Pompeyo Audivert fue uno de los grandes grabadores argentinos. Con un tratamiento formal sintético, la serie Vía Crucis representa las estaciones de la Pasión de Cristo. En esta dramática xilografía, con trazo expresionista, las figuras deformadas, irreales, con influencia del arte catalán primitivo, logran capturar el sufrimiento de la escena religiosa.

Víctor Delhez
Danza Macabra I, c. 1940, xilografía.



El tratamiento formal de las obras de Víctor Delhez sigue la tradición del grabado de su Bélgica natal. Poseen obra suya el Metropolitan Museum de Nueva York y el Instituto Smithsoniano de Washington. La serie Danza macabra retoma el género literario medieval que contempla la Muerte como instancia unificadora, más allá de las escalas sociales. Esta xilografía es un autorretrato del artista, donde, con extrañeza, observa el enfrentamiento entre dos momentos inevitables: la juventud y la muerte.
El papa Francisco eligió el grabado de Delhez que representa la Natividad del Evangelio según Lucas para la tarjeta de Navidad de 2014.

Aída Carballo
Serie Los amantes, 1965, Litografía.




La obra de Aída Carballo, y sus palabras, se sumergen en su biografía más íntima, a corazón abierto; nunca ocultó sus internaciones psiquiátricas. Este grabado integra la serie Los amantes, con inolvidables escenas de parejas. Algunas se expusieron en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires hasta que la muestra fue censurada por la denuncia de una docente que concurrió con sus alumnos. "El amor que describo en la serie Los amantes sorprendió e, incluso, escandalizó; no logré entenderlo. Para mí, la muerte y el amor son muy semejantes: ocurren de improviso y se dan naturalmente", escribió Carballo.
Pieza de la serie Los amantes, Aída Carballo.

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