La madrugada que marcó un quiebre en la hegemonía del kirchnerismo
El voto "no positivo" de Julio Cobos
Julio Cobos recuerda su famoso “voto no positivo” en julio de 2008, en la sesión del Senado en que se rechazó la resolución 125 que el Gobierno quería imponer al campo; una larga noche que tuvo en vilo al país
Mariano De Vedia
Tras una extenuante sesión en el Senado, la madrugada del 17 de julio de 2008 marcó una bisagra en la historia política reciente. En lo que muchos señalan como la primera manifestación pública de la grieta, el vicepresidente Julio Cobos emitió su “voto no positivo”, que inclinó la balanza tras el empate en 36 votos para cada lado, y enterró la posibilidad de que el gobierno de Cristina Kirchner impusiera las retenciones móviles que había dispuesto en marzo de ese año con la resolución 125, resistida por el campo, en el contexto de un país dividido, con rutas cortadas y supermercados vacíos.
“El resultado de la votación en el Senado me obligó a desempatar. La primera consecuencia fue la tranquilidad y la paz social. La situación estaba bastante alterada. Estaban las rutas cortadas y había una crispación política y social muy grande. Y fue, claro, el quiebre total en la relación entre la presidenta y el vicepresidente de la Nación”, recordó Cobos, hoy diputado nacional por Juntos por el Cambio, al remontarse a los momentos más tensos de aquella decisión, en un diálogo
Más allá de que el “voto no positivo” permitió distender las horas de mayor tensión en el enfrentamiento con los productores rurales y le asestó un duro golpe al kirchnerismo, en tiempos en que aún vivía Néstor Kirchner, todos los protagonistas de esa historia ocupan hoy espacios diametralmente opuestos al de aquella madrugada.
Cristina Kirchner, que llevaba ocho meses como presidenta, es hoy vicepresidenta y ocupa en el Senado el mismo despacho en el que Cobos meditó profundamente y en soledad su voto. “Está exactamente igual. Boudou lo había pintado todo de blanco, pero después lo despintaron”, acotó el extitular del Senado.
"La situación estaba bastante alterada. Estaban las rutas cortadas y había una crispación política y social muy grande", recuerda hoy el diputado nacional Julio Cobos
El propio Cobos es ahora diputado por la oposición. El único llamado que atendió en esas horas decisivas fue el del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, hoy presidente de la Nación. “Vos votá a favor. La Presidenta recibirá mañana, a las 8, a la Mesa de Enlace, y ahí se va a llegar a un acuerdo”, fue el insistente pedido que le hizo. “Con más razón, si se van a reunir mañana, dejemos todo stand by y ahí van a encontrar una solución. Con poco se arregla”, le replicó el vicepresidente.
Martín Lousteau, autor de la 125 en su gestión como ministro de Economía, y Miguel Pichetto, que presidía el bloque de senadores kirchneristas y procuraba la aprobación de la 125, están ahora en Juntos por el Cambio. Sergio Massa, actual hombre fuerte del gabinete de Alberto Fernández, asumió como jefe de Gabinete días después de la derrota en el Senado y el lunes siguiente a la votación asistió en la Casa Rosada a la reunión en la que Cristina Kirchner le recriminó a Cobos su decisión.
“Yo le pedí la audiencia. Estaban Massa y Florencio Randazzo (ministro del Interior). La Presidenta no los dejó hablar a ninguno de los dos. Yo le dije que en un gobierno de concertación y pluralidad las decisiones de trazo grueso debían ser acordadas y que había que escuchar a las partes. Siempre le recordaba que habíamos asumido un compromiso de mayor institucionalidad y de grandes acuerdos. Ese había sido el eslogan del frente formado con parte del radicalismo que gobernaba cinco provincias y muchos municipios. Ella insistía en que tenía atribuciones para tomar la medida”, explicó el exgobernador de Mendoza, hoy de 67 años.
Cristina Kirchner y Julio Cobos el 28 de octubre de 2007
-¿No habían acordado previamente con la Presidenta una posición en común sobre la crisis con el campo?
-Cuando se produjo la escalada del conflicto, yo recibía mensajes de intendentes radicales de Córdoba y de la pampa húmeda, que mostraban que la cosa venía mal. Alrededor de Semana Santa hablé del tema con Randazzo, quien lo consultó a Néstor Kirchner. El mayor quiebre se produjo cuando Cristina habló de los piquetes de la abundancia. Ya había rutas cortadas y se agravaba el problema.
Cobos recuerda que Alberto Fernández, como jefe de Gabinete hacía grandes esfuerzos para acercar posiciones, pero no daban resultado. La Presidenta me pidió que fuera a Rosario a la inauguración de una planta automotriz con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, pero no pude llegar por los piquetes. Cuando volvía, veía manifestaciones y cacerolazos. No sabía qué pasaba y eran las reacciones por ese discurso. Me fui a la Casa de Gobierno y pedí hablar con ella”, rememoró. Cuando esperaba ser atendido, veía por TV las imágenes del discurso de la Presidenta, que denunciaba los piquetes de la abundancia. “Acá sonamos”, fue su pensamiento inmediato.
-Hablé con ella y le transmití mi preocupación. Una de las pocas voces oficiales que se escuchaban era la de Luis D’Elía. Me quedé hasta la 1 de la mañana con Alberto Fernández y vimos el incidente de D’Elía con los ruralistas. Muchos intendentes radicales me pedían que lo frenáramos. A partir de ahí el conflicto con el campo fue creciendo.
-¿No se pudo frenar antes?
-Cuando Lousteau renunció al Ministerio de Economía, yo pensé que al irse el responsable del área y autor de la medida, la 125 iba a quedar sin efecto. Pero no, se mantuvo el conflicto.
-¿Tenía algún diálogo con la Presidenta?
-Sí, hasta que la medida fue enviada al Congreso. Yo le mandaba notas de mi puño y letra a Cristina. Cuando fui gobernador, Roberto Lavagna puso un impuesto a los vinos espumantes y con José Luis Gioja (San Juan) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis) negociamos con Néstor Kirchner y con Alberto Fernández, para sustituirlo a cambio de inversiones. Al principio, incluso, a espaldas de Lavagna. Duró diez años esa excepción. Yo le daba esas ideas a Cristina, por escrito para que las leyera tranquila, tratando de buscar una salida.
Miguel Pichetto y Julio Cobos
La crisis con el campo fue in crescendo y cuando detuvieron al dirigente rural Alfredo De Angeli (hoy senador) por cortar la ruta, Cobos llamó a la Presidenta desde su oficina del Senado.
-Cristina, ¿qué están haciendo?
-No nos pueden cortar la ruta.
-Pero esto es incrementar más el conflicto. Y nadie sale a hablar, el único que habla es D’Elía. Si no sale nadie, salgo yo a hablar.
-No. Ya va a salir Randazzo, apenas termine esta situación y liberen a De Angeli.
-Bueno, pero yo mientras voy a ir hablando con los dirigentes del campo.
La Presidenta le cortó el teléfono, pero un minuto después lo llamó.
-Ya que vas a hablar con ellos, deciles que…
-No, si les digo esas cosas, mejor no los llamo.
“Ya en las cartas que le mandaba, le sugería que enviara la resolución al Congreso. Incluso, era una forma de sacarse de encima el problema”, reveló Cobos.
Señales y anticipos
Cobos le adelantó a unos diez legisladores oficialistas, entre ellos el radical Daniel Katz, que iba a fijar su posición por escrito, en un artículo. Alberto Fernández se enteró y le pidió que le mandara previamente el texto. “Le aclaré que se lo podía mandar, pero que la nota iba a salir publicada, porque era mi opinión y yo me hacía responsable”, reveló.
Cristina Kirchner y Alberto Fernández, en 2008
Los medios recogieron su opinión, en la que pedía una convocatoria al diálogo y la intervención del Congreso.
“Fue el primer cimbronazo. El lunes siguiente vinieron a mi oficina los senadores José Pampuro (presidente provisional del Senado) y Miguel Pichetto (jefe del bloque oficialista) a pedirme explicaciones. Terminaron admitiendo que ellos estaban de acuerdo, pero me anticipaban que tenían que ir a la Casa Rosada para hablar del tema.
A los pocos días, Fernández le pidió a Cobos que concurriera a un acto en la Casa de Gobierno porque la Presidenta iba a hacer un anuncio importante. “Fui y Cristina anunció el envío de la resolución 125 al Congreso. Carlos Kunkel se levantó y me dijo: Esto te lo debemos a vos”.
Julio Cleto Cobos, hoy, en su despacho de la Cámara de Diputados
“Ni una coma”
Una vez que llegó el tema al Congreso comenzaron otros problemas. Cristina Kirchner no quería que le sacaran ni una coma. “Yo convoqué a los gobernadores. Hablé con todos, pero solo vinieron tres: Juan Schiaretti, Hermes Binner y Alberto Rodríguez Saá. Nosotros proponíamos que se enriqueciera la resolución. Pero, a partir de ahí, la relación fue más tensa. Yo hacía esfuerzos para que se lograra un acuerdo y ese acuerdo era posible modificando, no ratificando el texto inicial”, contó.
-¿El Gobierno no aceptaba cambios?
-Exacto. Si no me querían dar poder a mí para impulsar modificaciones, lo podrían haber hecho a través del bloque propio de senadores. Yo venía de Mendoza con esa mentalidad, cuando había alguna situación complicada, me apoyaba en el vicegobernador para que buscara equilibrios y consensos en la Legislatura. ¿Para qué forzar algo que uno sabe que no va a salir o que va a generar problemas si sale?
-¿En Diputados no se generó tanta tensión?
-Se aprobó por siete votos, pero se mantuvo la misma resolución 125, sin cambios. En el Senado se estaba lejos de un empate, pero muchos comenzaron a cambiar de opinión y dar vuelta su voto: Ramón Saadi (Catamarca), Teresita Quintela (La Rioja) y Elena Mercedes Corregido (Chaco). Los citaban en la Casa Rosada y volvían convencidos de votar en contra.
-¿Cómo fue el desenlace?
-El día de la sesión, cuando se empezó a hacer el conteo de la votación y se percibía un empate, me empezó a llamar todo el mundo. Y no atendí a nadie. Pablo Verani (Río Negro) trataba de negociar un cuarto intermedio. Se perfilaba el 36-36. Yo impulsaba esa salida para ganar tiempo y buscar algún acuerdo. No querían. Todos estaban agotados y querían cerrar la historia. Al único que atendí cuando ya estaba por volver al recinto fue a Alberto Fernández, a través de José Pampuro.
Julio Cobos y un momento de tensión el 17 de julio de 2008, el día del voto "no positivo"
En ese momento de tensión, el diálogo fue el siguiente:
Cobos: -Esto está muy mal. Que Pichetto pida un cuarto intermedio, si no lo voy a pedir yo.
Fernández: -Vos nos pediste que lo tratara el Congreso. Vos nos metiste en esto. Hacete responsable”.
Cobos: -Yo me hago responsable. Pero te estoy diciendo que voy a votar en contra. La solución es un cuarto intermedio y buscar un acuerdo.
Fernández: -Vos votá a favor. Después, la Presidenta recibe mañana, a las 8, a la Mesa de Enlace, y avanzan en un acuerdo.
Cobos: -Pero mejor. Que quede esto en stand by y que Cristina reciba al campo, les acerquen propuestas. Con poco esto se arregla.
“Pero el Gobierno no quería saber nada. Yo volví a la sesión, pedí un cuarto intermedio y me dijeron que no. Solo María Eugenia Estenssoro (CCoalición Cívica) levantó la mano”, precisó el exvicepresidente.
Y reveló un dato que pocos conocen: “Pampuro se acercó y me dijo que estirara mi discurso para ver si convencía al bloque. Incluso, después me confesó que les propuso irse él del recinto, para que yo no tuviera que desempatar. Pero no lo dejaron. Cuando me hizo señas de que no había más por hacer, voté”.
-¿Consultó con alguien esa decisión?
-No, yo ya tenía la decisión tomada. Obviamente, en mi familia estaban muy preocupados.
-¿El Gobierno sabía entonces que el voto de desempate iba a ser negativo?
-Sí, por eso les sugería que pidieran un cuarto intermedio. Yo no quería ningún protagonismo. No me dieron nunca a mí facultades para arreglarlo.
-¿Ese fue el origen de la brecha política que persiste hoy?
-Ahí comenzó la famosa grieta. Siempre había algún adversario: los medios, el campo, el Poder Judicial. Veníamos de la grave crisis de 2001. El único año con inflación de un dígito fue 2005. Había tres puntos de superávitr del PBI, reservas en el Banco Central, balanza comercial positiva, un único tipo de cambio, no había precios cuidados. Era un momento ideal para estabilizar la economía, pero las cosas no se dieron.
-No era la primera vez que había un conflicto entre el vicepresidente y el Presidente.
-Sí, la propia Cristina con Alberto Fernández. Ordenó votar en contra el acuerdo con el Fondo Monetario. Fue el voto de la oposición lo que le permitió ahora a Massa seguir negociando. A la Presidenta nunca le critiqué un funcionario, no hice ninguna adjetivación. Traté de solucionar con las herramientas que tenía a mi alcance un conflicto. Y solucionamos el conflicto, De hecho, después le permitió a Cristina ganar las elecciones presidenciales en 2011.
Julio Cobos hoy, en su despacho en la Cámara de Diputados de la Nación
Julio Cobos, ayer y hoy
Julio César Cleto Cobos nació en Godoy Cruz, Mendoza, el 30 de abril de 1955. Estudió en el Liceo Militar General Espejo y se graduó de ingeniero civil en la Facultad Regional Mendoza de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), de la que fue luego profesor y decano.
Dedicado a la política, ingresó en la Unión Cívica Radical y fue secretario de Obras Públicas y ministro de Ambiente y Obras Públicas de la provincia de Mendoza, antes de ser gobernador, entre 2003 y 2007. En su gestión creó el Servicio Cívico Voluntario, para capacitar a jóvenes en distintos oficios.
Promovió el diálogo frente al kirchnerismo y fue elegido por Néstor Kirchner para acompañar la fórmula presidencial encabezada por Cristina Kirchner en 2007. La crisis con el campo marcó un quiebre en la relación y se mantuvo como vicepresidente, en medio de la resistencia del oficialismo.
Volvió después a la UCR. Fue elegido senador y diputado nacional, y actualmente respalda el lanzamiento de Gerardo Morales y Facundo Manes para las elecciones primarias de 2023, donde se definirán las candidaturas.
En su vida personal, el año pasado fue padre de una niña, Isabella, fruto de la relación con su nueva pareja, Natalia Obon. De su matrimonio anterior tiene tres hijos. Además, es abuelo de cinco nietos.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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