lunes, 13 de junio de 2016
EL DIÁLOGO INTIMO, AGUA, PERICIA,VICTIMARIO
Las luces del atardecer explotan en miles de cristales contra el agua del río. Una figura recortada de un tipo metido hasta la cintura en la correntada revoleando sincrónicamente el brazo hacia adelante y hacia atrás no desentona con ese delicado equilibrio del paisaje. Pero abre interrogantes: ¿Qué hace? ¿Quién es? ¿Qué busca ahí en el agua fría? La vara fina y larga en su mano se dobla en cada balanceo y la delgada línea del extremo de pronto cae casi en la otra orilla cerca de una rama de un sauce.
A mediados de los 70, Norman Maclean, un ignoto académico norteamericano publicó una novela autobiográfica después de haber cumplido 70 años. El libro fue un tremendo éxito de ventas. Y ese relato íntimo, A River Runs Through It, terminó convirtiéndose en la película que aquí se tradujo como Nada es para siempre, dirigida por Robert Redford y protagonizada por Craig Sheffer, Brad Pitt, Tom Skerritt y Brenda Blethyn. La película aborda como tema central la relación entre un padre y sus hijos a partir del fanatismo compartido por el fly cast (pesca con mosca). La pesca sería la excusa, pero le aporta al film, que ganó en 1993 un Oscar a la mejor fotografía, un contexto épico: los dos hermanos y el padre compartiendo jornadas de pesca con mosca pese a sus diferencias.
Más que un deporte o algo parecido, esta actividad es una especie de forma de vida. Una manera de arte poco conocido y algo pagano. Por estos días de verano, los pescadores con mosca caminan, vadean y recorren los lagos y ríos patagónicos desde Junín de los Andes hasta el río Corcovado en Chubut. Son como monjes.
Van en busca de poder atrapar una trucha grande o con la sencilla ilusión de "leer el agua". Y para ello utilizan señuelos (moscas) fabricadas a partir de pelos y plumas que se asemejan a insectos: la comida preferida de estos escurridizos peces de agua helada. Para lanzar lejos la mosca (muy liviana) los pescadores realizan cast hacia adelante y hacia atrás hasta dejar caer el señuelo a cierta distancia.
Parece fácil de contar, pero resulta bastante complicado de ejecutar. El fly cast sería a la pesca deportiva lo que el ajedrez a los juegos de mesa. Un estadio superior del atávico interés humano por competir con la sabiduría de la madre naturaleza. Aquí la caballerosidad, el respeto por el entorno y la sutilezas valen más que el tamaño y la cantidad de piezas conseguidas. No por nada, la biblia del fly cast escrita en 1486 por Dame Juliana Berners, madre superiora del convento de Sopwell en Gran Bretaña, dicta: "Evita también la codicia a la hora de pescar, aunque puede ser fácil hacerlo siguiendo los consejos de este tratado, ya que al ceder a ella estarás destruyendo tu deporte y el de otros".
Las primeras menciones de la pesca con mosca, citadas en antiguos escritos orientales, se remontan al parecer a 2000 años a. C., durante el período de la dinastía Shang, en donde se menciona el uso de señuelos artificiales para atraer a los peces.
O sea que el tema es antiguo. En la Argentina casi todas las ciudades tienen su asociación de pesca con mosca. Funcionan como clubs donde los devotos se reúnen para organizar salidas de pesca (en temporada de verano) o a practicar los cast sin mosca en espacios abiertos (los bosques de Palermo, por ejemplo). Hay códigos. Ellos no hablan de "pique" al referirse al acto de que un pez muerda el anzuelo, sino de que el animal "toma" la mosca. La diferencia parece semántica, pero no lo es: los pescadores con mosca suelen ser fieles al catch and release (capturar y devolver).
A ver, no estaría escribiendo sobre pesca con mosca si sólo se tratara de llenar el baúl del auto de pescados. Son tipos que cuando están inactivos dedican su tiempo a "atar" sus propias moscas con un nivel de artesanía notable. Incluso tienen una especie de Facebook (Flydreamers) donde se dedican a hablar entre ellos sobre equipos, lugares, filosofía, lo que sea... Es decir: una de esas pasiones fuertes.
Después de ver -un poco tarde- la película Birdman, protagonizada por Michael Keaton, recordé que el actor tenía algo serio con la pesca con mosca. Y descubrí que incluso participó de un reciente libro, Astream, donde un conjunto de autores como Guy de la Valdene, Jim Harrison, Sydney Lea y Thomas McGuane "cuentan historias acerca de uno de los deportes más solitarios y maravillosos del mundo: la pesca con mosca".
El año pasado, después de perder el Oscar, Keaton tenía ganas de hablar, pero en varias entrevistas lo que más enfatizaba era su deseo de irse a pescar. "Me encanta la pesca con mosca seca, la del agua clara, la de ir de rodillas arrastrándose por la orilla. La de volver a casa después de capturar tres peces de calidad. Eso es enorme para mí en estos días. Me encanta. Estoy emocionado." ¿Y el Oscar? ¡A quién le importa!
F.V.
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