miércoles, 3 de agosto de 2016
EL TIEMPO ES MULTIVARIABLE Y CASI ANTOJADIZO
Percepción del tiempo: depende del punto de vista del observador, de su historia, sus genes y su aprendizaje
Un toque por si las moscas van. Y otro toque por si vas detrás. Pero la letra de los Redondos esconde una pequeña falsedad: siempre vamos detrás, al menos en la percepción del tiempo. Todos hemos realizado alguna vez el experimento: nos acercamos, sigilosos, con la revista enrollada, el matamoscas, la ojota o, en el peor de los casos, la mano abierta. En puntas de pie y silenciosos como monje zen detenemos el espacio y el tiempo hasta dar la estocada en el momento adecuado y zás, pegamos el batacazo para descubrir que el maldito insecto se avivó y ya vuela alegremente por el cuarto. El asunto obvio es cómo lo hacen, cómo se transforman en el Neo de Matrix, capaz de ver las balas en cámara lenta y esquivarlas.
Pues bien: resulta que la percepción del tiempo depende del punto de vista del observador, de su historia, de sus genes y de su aprendizaje. Y sí, las moscas tienen la capacidad de "ver" la velocidad en escalas más finas -algo así como en cámara lenta- y así escapar de nuestros ataques una y otra vez. ¿Habrá alguna regla para generalizar este comportamiento? ¿Podremos predecir cuán rápido o lento ven los animales el mundo que los rodea?
Parece ser que sí. Hay trabajos que demuestran que la percepción del tiempo varía con la tasa metabólica (velocidad de las reacciones bioquímicas del organismo). Los animales más pequeños tienen tasas metabólicas más altas -en relación con su tamaño - que los más grandes. Así, los pajaritos parecen percibir más información por unidad de tiempo que las tortugas o los elefantes. Claro, la posibilidad de que los bichos más chicos puedan prever algo con mayor discriminación temporal puede ser la diferencia entre sobrevivir o ser puré de mosca o de pajarito. Lo interesante es también cómo se puede medir esto. Una de las técnicas es mostrar una rápida serie de flashes de luz, tan rápida que se perciba como luz constante o sin interrupciones (como ocurre en el cine o la tele). Así se descubrió que los animalejos perciben flashes individuales que se presentan de manera más rápida que los animalotes. (Es más: los perros ven la televisión de manera muy diferente a nosotros, percibiendo una veloz sucesión de imágenes más o menos fijas).
Pero a veces esta percepción del tiempo puede ser un problema, por ejemplo cuando uno es un bicho muy, muy rápido, como el llamado escarabajo tigre que en relación con su tamaño es una de las criaturas más rápidas del planeta (unos 8 km/h. no parece mucho, pero para es un gran paso para un escarabajo). El asunto es que yendo tan rápido (en relación con su tamaño corporal), la visión pasa a ser una serie de manchas borrosas. Aun así, se las arreglan para perseguir y manducar a sus pequeñas presas: corren, paran para ver y siguen corriendo.
¿Y por casa cómo andamos? Como en todo animal, aquí entran otras variables en juego, como la práctica, el aprendizaje o el contexto. Veamos qué sucede con los deportistas profesionales, por ejemplo. Los desafío a entrar en la cancha de tenis y recibir un saque de un profesional: para decirlo en términos estrictamente técnicos, no la van a ver ni cuadrada. Pero con la práctica los mejores jugadores afirman que pueden ver la pelotita en cámara lenta, para así poder devolver un zapallazo. con otro.
Y, como todo el mundo sabe, bajo una situación muy estresante o traumática el tiempo parece detenerse, ralentizarse. Algo así fue demostrado cuando se le pidió a un grupete de estudiantes que estimaran el tiempo durante sesiones del simpático deporte (¿deporte?) del bungee jumping, ese que nos deja colgados de un precipicio atados de una soga elástica a uno de los tobillos. Convengamos en que si algo es, es estresante. Pues bien: los estudiantillos de Indias percibieron el paso del tiempo más lentamente que en otras situaciones, como si la vida se detuviera durante unos instantes. En fin, que hay tiempos para los gustos y todos los tamaños. Y esa maldita mosca se me sigue escapando. Cuando la agarre.
D. G.
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