jueves, 4 de agosto de 2016
LECTURA RECOMENDADA; LOS OESTERHELD
Los Oesterheld: una familia recorrida por la violencia de una época
Una biografía coral reconstruye la vida del creador de El Eternauta, pero sobre todo de su mujer y de sus cuatro hijas
Héctor y Elsa con sus cuatro hijas en el jardín de la casa en Beccar. Los libros de investigación periodística que se escriben luego de años de entrevistas, de trabajo en archivos y de búsquedas orientadas y azarosas se diferencian de los que se escriben en dos meses para desprestigiar o ensalzar a una figura pública. Los primeros encuentran su lugar en bibliotecas (es decir, en el futuro) y los segundos no sirven ni para avivar la chispa de un recuerdo.
Los Oesterheld (Sudamericana), de Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami, pertenece al primer conjunto. Es una biografía coral inusual, de las que no abundan en el mercado editorial, y cuenta la historia trágica (pero no solamente trágica, sino también vital, dinámica y emblemática) de la familia de Héctor Oesterheld, quien ha pasado a la historia como el creador de El Eternauta. Durante la última dictadura militar, secuestraron a Oesterheld, a sus cuatro hijas, a sus tres yernos y a dos de sus cuatro nietos.
Por fortuna, Los Oesterheld es anticlimático: las autoras no crean suspenso para arribar a lo que ya, tristemente, se sabe. El acierto reside en la reconstrucción de una época -los años setenta en la Argentina, con foco en la ciudad de Buenos Aires y en la zona norte del conurbano, en la que la bohemia, la militancia política, la guerrilla urbana, los ideales socialistas filtrados por el peronismo, la vida en villas, redacciones y fábricas se entremezclaban y daban a luz originales especies comunitarias. ¿Por qué una familia de clase acomodada del barrio de Beccar optó por los riesgos y compromisos de la lucha revolucionaria?
Se reproducen cartas familiares (muchas de ellas dirigidas a Elsa Oesterheld, que falleció en 2015), testimonios, narraciones de hechos históricos, retratos de militantes, perfiles de personajes que van de Herminio Iglesias a Melchor Posse, pasando por Raúl Alfonsín y Pedro Alberto Durán Sáenz (que murió en 2011, antes de recibir la condena por la causa "Vesuvio"). Hay también definiciones, como ésta de la plusvalía que un militante da a otro: "Un laburante trabaja ocho horas. Con que trabaje cuatro ya está, lo demás es plusvalía, un plus extra que se lleva la patronal". Las historias de amor entre personas de distintas clases sociales, los aprendizajes, las tensiones y estrategias de supervivencia durante el régimen militar alimentan un relato vivo, contradictorio y sin moralejas. "Como la reconstrucción de los perfiles fue a través de memorias, cada uno de los 200 entrevistados nos aportó ese relato necesario -dice Beltrami-. También las cartas cedidas por la familia fueron un elemento fundamental porque nos posibilitaron conocer de primera mano a los protagonistas, saber cómo pensaban, cómo se vinculaban, que sentían en diferentes momentos de su vida. Los teníamos a ellos hablándonos, interpelándonos. Intercalar ese material nos permitió ratificar lo que narramos en tercera persona." Entre los entrevistados figuran militantes como Graciela Daleo y Miguel Fernández Long, intelectuales y artistas como Guillermo Saccomanno, Vicente Muleiro, Patricia Breccia y Marcia Schvartz.
Una biografía en las antípodas
"La idea original del libro surgió por una propuesta en las antípodas -cuenta Nicolini-. Me habían ofrecido escribir una biografía de las Legrand, de Mirtha a Juanita, y no acepté porque no me interesaba mucho ese universo. Se lo comenté a un amigo periodista y nos pusimos a hablar de las biografías familiares. Él dijo: «¿Sabés qué historia no está contada? La de los Oesterheld». Esa frase funcionó de disparador. Al tiempo se sumó Alicia." Las autoras cuentan que comenzaron el trabajo con cierta ingenuidad. "Creíamos que con algunos contactos, cartas familiares y trabajo de archivo, íbamos a avanzar bien. Cuando nos dimos cuenta de que no había casi nada escrito, especialmente de las hijas, y que Héctor sólo estaba abordado desde su trabajo como historietista, pero no como militante o padre, tomamos conciencia de que iba a ser una investigación desde cero", señalan. El principal trabajo de ambas fue reconstruir redes de militantes, amigos, conocidos; a medida que avanzaban, esas redes se ampliaban y se hacían más flexibles: aquellos que nunca habían hablado de su militancia empezaban a hacerlo por primera vez. "Creemos que el contexto político facilitó eso. Así descubrimos que Fernando Oesterheld, uno de los nietos, tenía una madrina o pusimos en contacto a personas que creían que el otro había desaparecido. Situaciones laterales sobrepasaron el libro", dicen las autoras.
La voz de Elsa Oesterheld es esencial. "Era la única sobreviviente de la familia, la que podía reinterpretar o hacer nuevas lecturas de su propia historia", dice Beltrami. Los testimonios de Elsa aparecen en primera persona; su voz dialoga con el desarrollo de la historia y estructura el libro. "Desde un principio sabíamos que una biografía coral, con tantos protagonistas, nos exigía dos cosas para que no se volviera un bodoque infinito: acotar los años narrados -los de militancia- y recurrir a una estructura fragmentada para intercalar las historias en un mismo nivel de importancia", apunta Nicolini. De ese modo el libro escapa del formato típico del libro periodístico o histórico. "Pudimos hacerlo porque contábamos con muchos testimonios, memorias personales que podían reacomodar los hechos, apelmazarlos, moverlos de tiempo y lugar, mezclar nombres, pero cuando las cruzábamos, afinaban a la perfección. Como en un coro o en un canto multitudinario", grafica la autora.
"Nuestra intención fue corrernos del arquetipo del militante montonero poco creíble y también del arquetipo de las cuatro chicas lindas y angelicales de las fotos -dice Beltrami, en referencia a las hijas de Héctor y Elsa-. Necesitábamos mostrar sus acciones dentro de una lógica, un contexto sociocultural y un clima de época. Tuvimos que entender y reconstruir la dinámica de Montoneros para poder narrar sus comportamientos y al mismo tiempo situarlos en un país con determinadas costumbres y con su cultura, y al cruzar esos datos describimos a personas que no sólo eran militantes, sino que también iban al cine, a ver conciertos, a cenar, se enamoraban, vivían en un ambiente sociocultural que los retroalimentaba." A medida que el libro avanza, la lógica de la organización va encerrando a los protagonistas. "Tomar contacto directo con la tragedia, ya no desde el relato general sino desde la vida de cada una de estas personas, pone toda tu existencia y prioridades en perspectiva -dice Nicolini-. También te aleja de cualquier lugar común o estereotipo a la hora de pensar el pasado. En cuanto a la escritura, la posibilidad de darles voz a personas que fueron silenciadas como parte de un sistema de aniquilación le da sentido a este tipo de trabajos."
Rompecabezas desafiante
Ana Laura Pérez, editora del grupo Penguin Random House, trabajó con las autoras en la edición de Los Oesterheld. "El proyecto presentaba preciosos desafíos de escritura y de edición. Ésta es una historia en varios niveles: me refiero a que había que vencer la tentación de quedar atrapadas en el relato íntimo o en la riquísima crónica social y cultural de la época o en la descripción de la dinámica política y militar de esos años", indica. "Las autoras tenían claro que querían contar la historia de una época desde cada personaje, un poco en la tradición inaugurada por La Voluntad; que se centrara en los años de militancia de las chicas y que se leyera más como novela que como libro periodístico. Acordaba con ellas en que la estructura era fragmentada: con el clásico Vida y destino, de Vasili Grossman como ejemplo, el rompecabezas se ensambló sin mucha dificultad."
Otra cuestión que las autoras y la editora cuidaron fue el lugar de Elsa, única sobreviviente junto con Martín y Fernando, los hijos de Estela y Diana. "Pensamos y debatimos su rol dentro de la familia y esas conversaciones implicaron varias veces a sus nietos. Creo que esa reflexión aporta novedad a la mirada a veces un poco rígida sobre la época, del mismo modo que suma que sean mujeres las que cuentan esta historia donde está Héctor como figura insoslayable, pero son sus hijas y esposa las protagonistas", dice Pérez. Los Oesterheld recupera un fragmento del pasado en el que reverbera el presente de la historia argentina.
Los Oesterheld
Autor: Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami
Páginas: 416
Precio: $ 349
D. G.
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