sábado, 4 de febrero de 2017

HISTORIAS DE BUENOS AIRES


ANTES DE BAJAR LA TAPA DE MI BAUL DE LOS RECUERDOS QUIERO TRAER A AQUEL BAR QUE FUE EL BROCHE DE ORO DE MUCHAS MADRUGADAS


 
Un sábado cualquiera, 11 de la noche en la esquina de Corrientes y Esmeralda nos reunimos los cinco amigos
- ¿Dónde vamos?
- En La Argentina está Don Osvaldo Pugliese y en la Federación Alfredo Gobbi


Toto es fanático de Gobbi, entonces rumbeamos hacia Chacabuco al 600, pagamos la entrada y antes de ir al salón vamos al baño para pasar revista a nuestra presencia, trato de bajar ese pelo rebelde como consecuencia del lavado de cabeza y lo hago poniéndole jabón, ajusto bien en el centro el nudo de la corbata y paso papel higiénico a los zapatos para resaltar el lustre, ingresamos y están bailando, nos acercamos a la pista para ir viendo el ambiente, termina el tango y nos integramos a la fila de postulantes que parados enfrente a las señoritas sentadas esperan la próxima pieza para cabecear con la esperanza de lograr el cometido, porque el resultado no es seguro, cuando se cabecea puede


 Aceptar
 Aceptar élla y la que está al lado también
 Decirte que NO
Si se da la última opción hay que cambiar de lateral hasta enfriar la situación.
Es otra noche normal donde disfrutamos tangos y jazz, y bailamos con aquélla que aceptó, cerca de las 2,45 de la madrugada el apagado y encendido de las luces nos indica que son las últimas tres piezas, tenemos escasos 10 minutos para lograr una cita o un teléfono.-
Termina la velada y los cinco amigos nos reunimos en la vereda contándonos o mintiéndonos la nueva conquista
- ¿Vamos a comer un sándwich y jugar algunas carambolas a los 36?
- Vamos
Llegamos a LOS 36 BILLARES, el aroma a café y tabaco nos recibe en la puerta, parece no haber llegado nunca la noche dentro de este lugar, Planta Baja está totalmente lleno, el tamborilear de los dados dentro de los cubiletes de cuero, junto al chocar de las bolas sobre los paños verdes agregado a la caída de algún cenicero de latón con la marca Cianzano parece una música aborigen honrando a algún Dios Pagano, vamos al Subsuelo y conseguimos una mesa, el pelo rebelde ya le ganó por cansancio al jabón, el cuello de la camisa desabrochado permite que la corbata a media asta flamee con los movimientos del jugador, los zapatos atesoran la huella de algún pisotón de la pareja de baile, quizás lo único que le pudieron sacar a la chica, los sacos relajan su cansancio juntos sobre una silla junto a la pared.-


Entre mordiscos al de crudo y queso bajados con sorbos de tinto vamos floreándonos con algunas carambolas a tres bandas, la magia del juego no permite que nos demos cuenta del paso del tiempo, hasta que el humo de los cigarrillos, la luz sobre la mesa de billar y el cansancio hacen picar los ojos y pifio una vez, le paso tiza al taco y pifio nuevamente, y por más que los dedos me queden azules con el polvo de la tiza sigo pifiando, no es que no sepa jugar es que llegó la hora de saber retirarse
- Chau muchachos hasta el lunes
Subo a Planta Baja y la sinfónica de dados, bolas y ceniceros sigue sonando, salgo a la calle y el aire fresco me devuelve a mi hermosa Buenos Aires que bosteza su despertar, la máquina Municipal con sus grandes cepillos circulares pasa limpiando la Avda. De Mayo, los canillitas vocean los titulares de los diarios del domingo a la mañana, esquivo el manguerazo de alquien que está lavando su vereda, y con las manos en los bolsillos y silbando bajito camino rumbo a mi hogar.-
FUE OTRA NOCHE MAS………………U OTRA NOCHE MENOS DE SOLTERO
CHAU
O. R.

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