miércoles, 23 de noviembre de 2022

MANIPULACIÓN


Cuando se trata de la lectura, menos es menos
Patricia Mejalelaty
La lectura es importante. Leer no está sobrevaluado ni aburre. No podemos enviar mensajes equívocos. El siglo XXI requiere de niños, niñas, jóvenes y adultos con altos niveles de alfabetización. La lectura empodera desde una perspectiva social, crítica y democratizadora. La falta de lectura y el dogmatismo están muy relacionados.
Si esto siempre fue importante, hoy lo es más que nunca. La educación argentina pospandemia está en uno de sus momentos más complejos. La investigación correlaciona positivamente leer mucho con la mejora de las habilidades lectoras y con el éxito escolar. Y el éxito escolar está relacionado directamente con el aumento de ingreso futuro de las personas. En la Argentina, uno de cada dos jóvenes que permanecen en la escuela no entiende lo que lee y uno de cada dos chicos es pobre. Sin leer, quedarán fuera de la sociedad.
Leer es uno de los aspectos fundamentales de los derechos humanos y de la realización personal. Quien lee establece un diálogo constante con el texto y consigo mismo. Confronta ideas y amplifica su universo, haciéndolo más fecundo. Al leer, las personas entendemos que ninguna opinión es absoluta, reconocemos el valor de la diversidad y contribuimos a crear una sociedad más inclusiva. Leer mucho desarrolla nuestra capacidad de diálogo y de vivir pacíficamente en comunidad.
Leer textos que nos expongan a distintas miradas nos permite sacar nuestras propias conclusiones. Eso hacen los lectores avezados, porque la lectura implica tanto leer un texto como interpretarlo. Después de la lectura, el lector se reestructura y reescribe el texto para darle un significado propio, sustentado en su capacidad de pensar críticamente. Así se sumerge en un proceso dialéctico en el que cada nuevo texto leído enriquece su comprensión de la realidad.
El siglo XXI hace un culto de la rapidez, de la brevedad. Sin embargo, la brevedad de los textos, en muchos casos, tiene sus riesgos. Por su propia naturaleza, ella no puede abarcar multiplicidad de opiniones. Tal vez tampoco pretende mostrar la diversidad. El lector competente no se deja engañar. Sabe que todo texto, breve o extenso, tiene un punto de vista y una intencionalidad, marcada por del sujeto que escribe, plasmada en el tema elegido, en las palabras que se escogen para redactar.
Es cierto. La lectura de un texto extenso requiere tiempo, concentración, esfuerzo y decisión. Pero seamos conscientes. La brevedad tampoco es gratuita. El lector que solo lee textos breves cada vez tendrá más dificultad para abordar textos largos y complejos. Su capacidad de atención decaerá, reaccionará leyendo cada vez menos y su comprensión de la realidad se verá afectada. No solo ello. Elegir leer textos breves, que nos enfrenten a una sola opinión, que concluyan por nosotros, que pretendan marcarnos lo importante sin dejarnos decidir lo que es significativo para nosotros, es una decisión de alto riesgo. El riesgo de convertimos en sujetos sin opinión propia, sin la capacidad de pensar y sin las herramientas necesarias para expresar nuestras ideas, para defender nuestras creencias y nuestros derechos.
La investigación lo demuestra. Leer más ayuda a leer mejor. Leer mejor es comprender más. Comprender habilita a pensar críticamente sobre lo que leemos. Leer, en definitiva, nos ayuda a entender la realidad y vivirla con mayor integridad.
Digámoslo claro. Leer nunca es perder tiempo. Leer ayuda a pensar por uno mismo. Leer nos hace libres. Leemos más, entendemos más.
Que no nos confundan. Leer empodera. Es difícil manipular a un gran lector.ß

Directora ejecutiva de Fundación Leer

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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