jueves, 3 de noviembre de 2022

UN DISPUTADO BALLOTTAGE


Elecciones en Brasil: siete claves para entender el resultado y qué puede pasar ahora
Bolsonaro, que aún mantiene el silencio, dio vuelta el resultado en 248 ciudades y un estado y se quedó con San Pablo; Lula, el primero en ser tres veces presidente, gobernará con un Congreso conservador
Guillermo Idiart
Simpatizantes del presidente electo de Brasil por el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inacio Lula da Silva, celebran después de que su candidato ganara la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en la avenida Paulista en San Pablo, Brasil
SAN PABLO.– El expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva regresará por tercera vez al poder en Brasil tras vencer por un estrechísimo margen en el ballotage al ultraderechista Jair Bolsonaro, que permanece en silencio horas después de su derrota. Estas son las siete claves para entender los resultados y qué le depara al próximo presidente del gigante sudamericano.
El silencio de Bolsonaro: expectativa porque se pronuncie hoy
Aunque el presidente Jair Bolsonaro permanece en silencio tras su derrota, sus aliados esperan que el mandatario se manifieste públicamente este lunes, informó el diario O Globo. Desde el inicio del sistema de votación electrónica en las elecciones presidenciales de 1998, esta es la primera vez que un candidato evita hacer declaraciones públicas después de conocerse el resultado.
Allegados al presidente esperan que este lunes se pronuncie, pero no se arriesgan a decir si cumplirá con el protocolo de candidato derrotado y llamará a Lula. En la recta final de la campaña a la segunda vuelta, Bolsonaro dijo en una entrevista con TV Globo que “gana quien tenga más votos”, porque “eso es la democracia”.
Durante la campaña, sin embargo, el presidente ya había manifestado que solo hablaría de los resultados de las urnas después de hablar con los militares. Las Fuerzas Armadas realizaron acciones de inspección en los colegios electorales durante la primera y segunda vuelta.
Personaje simbólico del ala ideológica del bolsonarismo, el exministro de Medio Ambiente y diputado federal electo Ricardo Salles (Partido Liberal, San Pablo) fue uno de los primeros aliados cercanos del presidente en reconocer públicamente la derrota. En tono sobrio, recurrió a las redes sociales para pedir serenidad. “El resultado de la elección más polarizada en la historia de Brasil trae muchas reflexiones y la necesidad de buscar formas de pacificar un país literalmente partido por la mitad. Es tiempo de serenidad”, escribió.
Uno de los asesores de Bolsonaro, el pastor Silas Malafaia, también admitió la legitimidad de la victoria de Lula. “Quedó establecida la voluntad soberana del pueblo. No fui omiso ni cobarde, tengo clara conciencia de mi deber cumplido. Mi oración, como dice la Biblia, es interceder por las autoridades constituidas”, escribió en sus redes sociales.
El silencio de Bolsonaro alimentó las dudas sobre cómo será la transición hacia el gobierno electo de Lula. “A partir de mañana [por hoy] tengo que empezar a preocuparme por cómo vamos a gobernar este país. Necesito saber si el presidente que hemos derrotado permitirá que haya una transición, para que podamos tomar conocimiento de las cosas”, indicó Lula anoche.
Bolsonaro dio vuelta el resultado en 248 ciudades y un estado; Lula, en ninguna
En el ballottage, Bolsonaro logró aumentar su caudal de voto al punto de dar vuelta los resultados de la primera vuelta en el estado de Amapá y en 248 ciudades donde el líder del Partido de los Trabajadores (PT) había ganado en el primer turno del 2 de octubre. Esto representa el 4,5% de los 5570 municipios brasileños. Lula, por su parte, no tuvo mayoría en ninguna ciudad donde Bolsonaro se impuso en la primera vuelta.
Bolsonaro logró acortar la desventaja frente a su oponente de 6,2 millones de votos en la primera vuelta a 2,13 millones en esta segunda vuelta, diferencia que la convirtió en la elección más cerrada desde la redemocratización en Brasil, en 1985, luego del ballottage de 2014 entre Dilma Rousseff (PT) y Aécio Neves (PSDB).
Simpatizantes del presidente brasileño Jair Bolsonaro reaccionan mientras ven los resultados de las elecciones, en Río de Janeiro, Brasil, el 30 de octubre de 2022.
El principal vuelco bolsonarista se produjo en Grupiara, en el Triángulo Mineiro de Minas Gerais, donde el presidente saltó del 46% de los votos válidos en la primera vuelta al 59,4% en la segunda.
En total, Lula registró unos 3,3 millones más de votos más que en la primera vuelta, mientras que Bolsonaro obtuvo 7,1 millones más que en el primer turno.
Dificultades para Lula con un Congreso conservador
Los expertos advierten que cuando asuma, el 1 de enero próximo, Lula se topará con muchas dificultades para implementar los cambios urgentes que prometió en campaña. En los comicios del 2 de octubre, el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro se había quedado con la mayor bancada del Congreso y en 2023 tendrá 99 asientos en la Cámara baja, mientras que la alianza liderada por PT de Lula contará con 80 representantes. La clave para la gobernabilidad será la negociación con el centrão, que tendrá 246 diputados (48% del total), y que llevará a Lula a apelar –nuevamente– a su hábil muñeca política.
La victoria en San Pablo, hogar de uno de cada cinco brasileños y motor económico del país, es una valioso contrapeso para los conservadores aliados del líder ultraderechista.
El primero en ser tres veces presidente
Menos de tres años después de salir de la cárcel por una condena de corrupción que parecía terminaría con su carrera política, Lula fue electo presidente de Brasil por tercera vez, y se convirtió en el primero en lograr ese hito (gobernó entre 2003 y 2010)
“Considero que tuve un proceso de resurrección en la política brasileña. Intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país”, dijo en su discurso al celebrar su triunfo. De todas formas, Lula llegará con un poder de maniobra debilitado ante el avance del bolsonarismo en las urnas, con un Congreso conservador y una situación social y de pobreza que demanda acciones urgentes.
El bolsonarismo se quedó con un preciado botín: San Pablo
En San Pablo, el estado más poblado y rico del país, el candidato de Lula y exlcalde paulista Fernando Haddad perdió con Tarcísio Gomes de Freitas (Republicanos), aliado de Bolsonaro, por una amplia ventaja (55,27%-44,73%) y gobernará el distrito por los próximos cuatro años.
De Freitas gobernará el bastión financiero, industrial y científico que representa San Pablo, que por primera vez desde 1994 no tendrá un mandatario del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), al que pertenece el gobernador saliente, Rodrigo García, tercero el 2 de octubre.
El futuro gobernador de San Pablo Tarcisio Gomes de Freitas
Con el triunfo del exministro de Infraestructura, del partido Republicanos y vinculado a la Iglesia Universal, San Pablo podría convertirse en el reducto natural del poder bolsonarista, con el comando del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente saliente.
El voto de los evangélicos, ¿una de las claves?
En los últimos días de campaña Lula dirigió varias acciones para captar el voto entre los evangélicos, más de 65 millones de brasileños que representan poco menos de un tercio de la población, y que mayoritariamente se volcaron por Bolsonaro en las urnas. Aunque aún no hay datos certeros de cómo votaron ayer, antes del comicio Bolsonaro vio disminuir su diferencia con Lula de 38 a 30 puntos en ese sector. Lo que provocó esa menor diferencia fueron las oscilaciones del presidente del 66% al 62%, y del líder del PT, del 28% al 32%. Haber captado votos allí podría haber sido unas de las claves para Lula.
Sin embargo, un crecimiento de la población evangélica podría ser una traba para los planes sociales y culturales del gobierno de Lula. Es probable que, en algunos años, los evangélicos constituyan la mayoría de la población, según José Eustáquio Alves, experto en demografía del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que proyectó que eso podría suceder en 2032.
La comunidad internacional respaldó con rapidez el resultado
Una de las grandes dudas del ballottage era sobre la reacción de Bolsonaro ante una eventual derrota por margen estrecho, como finalmente pasó. Varios líderes de la región, como Alberto Fernández (de vínculo personal con Lula); el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro; el presidente norteamericano, Joe Biden; el francés, Emmanuel Macron; el español, Pedro Sánchez, y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, además de otros líderes mundiales, enviaron sus saludos poco después de finalizado el escrutinio en el Tribunal Superior Electoral, donde además había varios diplomáticos.
Esa premura en el envío de las felicitaciones a Lula reveló la preocupación de buena parte de la comunidad internacional frente a unos comicios signados por los ataques a las instituciones electorales por parte del bolsonarismo y las amenazas sobre una posible denuncia de fraude por el uso del sistema electrónico de votación.

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