“La verdadera pionera del voto femenino”, por Federico Andahazi
El 8 de marzo fue el día de la mujer. Recordamos la íntima y valiente gesta de Mariquita Sanchez que con apenas 14 años se opuso al poder establecido y hace más de 200 años levantó la voz de todas las mujeres.
2019 es un año electoral y ya hemos visto durante todo el veranos políticos reuniéndose y pergeñando alianzas, mientras los encuestadores no dan abasto y miden todos los escenarios posibles.
De manera que pensando en mujeres notables y elecciones democráticas, decidí traer a esta mesa la primera e insólita manera como una mujer logró votar en un país hecho para hombres. Veamos quién era esta mujer tan inteligente como intrépida.
Julieta Lanteri había nacido en Italia en 1873, y como tantísimos italianos por aquellos años, sus padres decidieron viajar a la Argentina para buscar un futuro mejor del que proponía la castigada Europa.
Cuando tenía que ingresar al colegio secundario, Julieta se negó a asistir al normal de Señoritas, ella tenía decidido que lo suyo era el Nacional, porque sería el paso para su verdadero deseo: ingresar a la Universidad y lograr convertirse en Doctora en Medicina. Julieta sabía lo que quería.
Pero claro, las cosas eran más difíciles para una mujer, tuvo que escribir una carta pidiendo permiso para su matrícula al Dr Leopoldo Montes de Oca, decano de la Facultad.
Si digo “Centro Feminista de Libre Pensamiento”, pensarán que es un grupo que se pudo haber formado en los años 70, 60 o como temprano en los 50, ¿verdad? Pero no, lo fundó Julieta Lanteri junto a otras mujeres sobresalientes en el año 1905.
En 1907 Julieta Lanteri recibía su título de Dra en Medicina, la tercera mujer argentina en lograrlo, las otras dos fueron también mujeres brillantes que trabajaron intensamente para que la Argentina estuviera en lo más alto de los derechos civiles para las mujeres, me refiero a las doctoras Cecilia Grierson y Elvira Rawson de Dellepiane.
Fijate como las personas que piensan con grandeza no se cierran en dogmas ni son sectarias: en 1910 Lanteri logró formar el Primer Congreso Femenino Internacional donde se aprobaron tres iniciativas de Lanteri que hablan de su visión social y de su grandeza:
– prohibir la explotación de los niños huérfanos
– que los niños huérfanos puedan ser los destinatarios de las herencias vacantes
– y, por supuesto, el reconocimiento de los derechos civiles y políticos de la mujer.
Después de una lucha incansable, Julieta logró la ciudadanía argentina en 1911, y aquí viene la historia que la hizo tan famosa. Ese mismo año se celebraban elecciones del Consejo Deliberante, y así como había decidido ser médica, Lanteri decidió que iba a votar.
Como se renovaba el padrón cada 4 años, Julieta se presentó con su carta de ciudadanía, una copia de la ley 5098 y cumpliendo todos los requisitos que eran:
-ser mayor de edad
– ejercer una profesión liberal
– haber pagado impuestos un año como mínimo.
Nada decía que las mujeres no podían votar, y Julieta cumplía todos los requisitos. Claro, la ley daba por supuesto que sólo un hombre podía demostrar ejercer una profesión liberal y por ende haber pagado sus impuestos.
Estaba tan silenciada la mujer en la vida pública, que ni siquiera consideraron la necesidad de indicar que sólo los hombres podían votar. Julieta vió la rendija y entró. El empleado, atónito, tuvo que anotarla, una jugada maestra de Lanteri.
Y así, a voz cantada como era en esa época, el 26 de noviembre de 1911, la Dra Julieta Lanteri se convirtió en la primera mujer en ejercer el sufragio en la República Argentina.
Luego de la Ley Saénz Peña las cosas cambiaron, el Consejo Deliberante decidió que el padrón se confeccionaría a partir del registro del Servicio Militar, ese fue el golpe mortal al voto femenino que recién vio la luz 36 años más tarde del voto histórico de Lanteri.
Pero nada detenía a Julieta que formó el Partido Feminista Nacional en 1919 y se postuló para diputada. Fijate la contradicción, las mujeres podían participar y postularse en política pero luego no podían votar.
Lanteri hizo fuertes campañas en la calle y organizaba simulacros de sufragios para las mujeres que seguían esperando por sus derechos. En cada elección volvía a postularse, hasta que el golpe de 1930 interrumpió fatalmente la vida democrática argentina, iniciando un periodo de oscuridad y violencia.
En 1932, en un accidente más bien confuso, un auto atropelló y mató a la Dra Julieta Lanteri. Nunca se aclaró ese episodio, Lanteri era molesta para el poder, perdió la vida a los 59 años.
Julieta Lanteri desconoció la palabra resignación. Nosotros no podemos desconocer su vida dedicada a la consagración de los derechos civiles, a la salud, al voto femenino, a la lucha contra la trata de mujeres y al combate contra la explotación infantil. Va este sentido homenaje a la Dra Julieta Lanteri.
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