Similitudes literarias entre los gauchos de la Argentina y Brasil
Los gauchos de Brasil
Tanto el gaucho rioplatense como el riograndense recogieron en su palabra la sabiduría popular que expresaron en su hablar sentencioso, tal como quedó eternizado en dos obras literarias: el Martín Fierro de José Hernández y los Contos Gauchescos de João Simões Lopes Neto. Cuando quien habla -como en el caso de Martín Fierro- es el protagonista payador, asume la voz de los otros y su canto tiene como objeto no solo consolar su pena extraordinaria, sino también compartir sus vivencias con cuantos lo escuchan, a quienes considera sus prójimos.
"Aquí me pongo a cantar/ al compás de la vigüela;/ que el hombre que lo desvela/ una pena estrordinaria,/ como la ave solitaria/ con el cantar se consuela".
La presencia de los otros es clave para relatar y, de este modo, comprender mejor su propia historia, la que a su vez es similar a la historia de muchos de sus congéneres. Por eso puede dirigirse a ellos y a la vez puede encontrarse en ellos: "Pues son mis dichas desdichas/ las de todos mis hermanos; (...)".
Cuando quien habla es Blau Nunes, genuino gaucho riograndense (la región gaucha de Brasil), peón de estancia y hombre experimentado, recrea un mundo ya próximo a extinguirse, ingenuo y perspicaz: "(?) o coração, quando faltar ao ritmo, arfará num último esto para que a raça que se está formando aquilate, ame e glorifique os lugares e os homens dos nossos tempos heróicos, pela integração da Pátria comum, agora abençoada na paz."
"(?) el corazón, cuando le falte el ritmo, hará por último esto para que la raza que se está formando aquilate, ame y glorifique los lugares y los hombres de nuestros tiempos heroicos, por la integración de la Patria común, ahora bendecida en la paz".
En ambos casos el deseo de los protagonistas es transmitirles a sus interlocutores, y por extensión a todo el auditorio, sus experiencias de gauchos comunes, bienintencionados y enamorados de la vida campestre. Están convencidos de que su condición de gaucho es un regalo de Dios y quieren compartirlo.
El gaucho argentino, Martín Fierro, canta en verso acompañado por su guitarra y con un estilo oral pausado lleno de refranes y comparaciones cargadas de sentido y, en varias ocasiones, ruega al auditorio que lo escuche: "Escúchenme cuando canto/ si quieren que desembuche:/ tengo que decirles tanto/ que les mando que me escuchen".
El gaucho brasileño Blau Nunes, a quien llaman vaqueano, en más de una oportunidad también le pide a su interlocutor que lo escuche. Repite mucho la palabra: "Escuite" = "Escuche". o a veces: "Patrício, escuta-o". = "Patricio, escúchalo".
Tanto Martín Fierro como Blau Nunes son personajes de bien muy parecidos porque están integrados a un orden natural similar cuyas leyes admiran y respetan. También manifiestan explícitamente estos sentimientos con una mirada benevolente hacia la naturaleza viva que los rodea: "Ansí me hallaba una noche/ contemplando las estrellas,/ que le parecen más bellas/ cuando uno es más desgraciao,/ y que Dios las haiga criao/ para consolarse en ellas".
"No refilão daquele tormento, olhei para diante e vi... as Três-Marias luzindo na água... o cusco encarapitado na pedra, ao meu lado, estava me lambendo a mão... e logo, logo, o zaino relinchou lá em cima, na barranca do riacho, ao mesmíssimo tempo que a cantoria alegre de um grilo retinia ali perto, num oco de pau!..."
"Enfurecido por aquel tormento, miré para delante y vi... las Tres Marías luciendo en el agua... el perro encaramado en la piedra, a mi lado, estaba lamiéndome la mano... y luego, inmediatamente, el zaino relinchó allá arriba, en la barranca del riacho, al mismísimo tiempo que el canto alegre de un grillo sonó allí cerca, en una madera hueca..."
Si bien los protagonistas de Martín Fierro (1872-79), de José Hernández, y Contos Gauchescos (1912), de João Simões Lopes Neto, están enmarcados en obras que pertenecen a un plano regional, por los valores que predican expresados de manera peculiar pero armoniosa se elevan a un plano universal. Por eso estas dos obras son paradigmáticas de nuestras tradiciones y tienen vigencia perdurable.
A. S.
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