Una serie de disparos silenciosos que abren el camino hacia la paz

Con su mano blanca y experta en disparar fotos, Dominique Roger acaricia la imagen de una mano negra y ajada por el trabajo que sostiene un cuaderno. "Esta mano es adorable", dice con la mirada fija en esa fotografía que ella misma tomó hace casi medio siglo, en Etiopía, y que integra la muestra "Un camino hacia la paz", que se inaugura hoy en el Espacio Cultural de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). El libro del mismo título, con unas doscientas escenas registradas durante tres décadas de viajes por el mundo, se presentará el sábado en la Feria del Libro de Buenos Aires.

Roger fue fotógrafa de la Unesco entre 1965 y 1992; en ese período tomó unas 17.000 imágenes en 135 campañas de alfabetización de 77 países. Entre 5000 de esas fotos se seleccionaron las que ahora se publican en el volumen Un camino hacia la paz. Son las de mejor calidad técnica y simbólica.
"Quería demostrar que hay comunicación y denominadores comunes entre gente que no comparte el mismo idioma ni la misma cultura ni nada; el contacto, la relación, puede existir sin la palabra. En mis numerosas misiones muy a menudo no podía hablar con la gente del lugar porque desconocía su idioma, pero podíamos sonreír, podíamos tomarnos de la mano, besarnos", explica Roger

No es la primera vez que el público argentino accederá a la obra de esta artista:en 2011 presentó en el Centro Cultural Recoleta su retrospectiva "De lo concreto a lo imaginario" y fue nombrada ciudadana ilustre de la ciudad de Buenos Aires. Al año siguiente, la Villa Ocampo fue sede de su exposición "Calle de mujeres".
"El único medio para llegar a la paz es estar educados -dice la francesa, a partir del nombre de la muestra-. Sin educación uno se queda ciego, encerrado en sus ideas. La educación es sinónimo de apertura, de respeto de las diferencias, de tolerancia y de curiosidad; es el arma pacífica para poder alcanzar la paz".

Escribe en el epílogo del libro: "Las diferencias culturales, sin negarlas ni compartir necesariamente sus convicciones, para mí no han sido contradictorias, sino más bien complementarias". Y retoma en el diálogo: "Complementarias, porque son una invitación a abrir el espíritu de cada uno, y ese abrirse y querer aprender del otro implica querer comprenderlo y querer amarlo".

¿Qué la ayudó a ella a mantenerse en esa actitud de apertura? Su profesión. "Mi métier, mi oficio, es la curiosidad; la fotografía te invita a ir hacia el otro, a comprender al otro, a crear una relación con el otro aun sin palabras. No necesitamos hablar. La simpatía y la empatía son los métodos, los modos de diálogo". Silenciosos disparos de cámaras sobre actos educativos que ella concibe como "un camino hacia la paz".

Para agendar
"Un camino hacia la paz". Hoy, a las 18, inauguración de la muestra en Paraguay 1514. Hasta el 7/5.
El sábado, a las 14, presentación en la sala Sarmiento de la Feria del Libro.
S. P.
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