Oficio de chorro
Jorge Rosales
"A lo mejor [Grabois] no le tiene tanto respeto, como le tenemos nosotros, al oficio del chorro".
(Del actor Dady Brieva)
Primero fue Guillermo Moreno con sus consejos sobre cómo robar ("Si los ladrones quieren vivir de lo ajeno, que sea con códigos"). Ahora fue el turno del popular actor Dady Brieva y su brutal franqueza sobre su respeto al viejo oficio de vivir de lo ajeno. Admiración por lo marginal de parte de dos exponentes del ultrakirchnerismo que en nada colaboran con la construcción de una imagen amigable y pasteurizada que, desde que se lanzaron en la búsqueda de recuperar el poder, se pretende levantar desde los cuarteles de la expresidenta.
Felipe Solá fracasó en su intento de acallar al exitoso cómico. Sabe el exgobernador bonaerense que la combinación de frases polémicas -por llamarla de alguna manera- y la alta exposición pueden beneficiar al oficialismo. Antes de prometer que solo hablará en universidades y en unidades básicas, pero no en los medios -un gambito que no le garantiza que sus palabras no lleguen al público masivo-, Brieva trajo a la memoria a un corrupto condenado. "No revoleó bolsos con plata, sino que los dejó ahí", dijo de José López, el exsecretario de Obras Públicas que una madrugada intentó "dejar" en un convento 9 millones de dólares que no ganó con su trabajo legal, según determinó la Justicia. Evocar a López, cuya osada aventura televisada en el convento contribuyó a entender lo que fue la corrupción durante el kirchnerismo, fue otra colaboración fallida para la causa de la expresidenta. Solá tenía razón.
En la sucesión de confesiones, había hecho carrera también la del líder de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois. "Si me hubiese tocado la situación de tener que salir a juntar cartones a los 17, 18 años, yo estaría choreando de caño, no laburando", sostuvo. Cuando se le pidió que interpretara esas expresiones, el ex Midachi afirmó que tal vez por provenir de la clase media, el líder de la organización social que representa a los cartoneros, entre otros trabajadores de la llamada economía popular, "no le tiene tanto respeto, como le tenemos nosotros, al oficio del chorro. Hay que tener un oficio, hay que tener know how para eso, no es para cualquiera".
Chorros. Vivir de lo ajeno. Chorear de caño. Palabras fuertes que cobran más potencia cuando prominentes figuras públicas las convalidan. Sobre todo, en un contexto donde la inseguridad está entre los mayores reclamos sociales.
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