La mortal agenda de los recitales contra reloj
Gustavo Carabajal
En el mundo de las bailantas no todo es alegría ni pasiones desenfrenadas. También hay muertes. Se cuentan por decenas los cantantes y músicos que fallecieron en esa carrera contrarreloj para realizar la mayor cantidad de shows en una noche. Se incluyen en este listado las muertes del trompetista y del representante del Pepo, ocurridas en Dolores; los fallecimientos de la cantante Gilda, de su hija, de su madre y de tres músicos, registrados en septiembre de 1996, en la ruta 12, en Entre Ríos.
Rodrigo Bueno y su amigo, el actor Fernando Olmedo, murieron al volcar la camioneta en la que regresaban de un show en un boliche de City Bell, en la autopista Buenos Aires-La Plata, en junio de 2000.
El León Santafesino, tal como se conocía al cantante Leo Mattioli, vivió la tragedia en carne propia. La combi en la que se trasladaba en el norte de Santa Fe volcó. A raíz de la violencia del impacto murieron Darío Bevegni y Sergio Reyes, dos de sus músicos. Mientras que el cantante permaneció tres meses internado. En 2006, en una ruta cercana a Alta Gracia murió Pablo Ravassollo, cantante del grupo Trulalá. Se dirigía a una presentación en Santa Rosa de Calamuchita.
Provocada por esa carrera desenfrenada por facturar con más shows cada noche, se produjo el accidente con mayor cantidad de víctimas del ambiente de la bailanta. En mayo de 2007, fallecieron trece integrantes de la banda de cumbia Néctar cuando la Traffic en la que viajaban a La Plata rompió la baranda de contención de la autopista 25 de Mayo y cayó sobre una cancha de paddle, debajo del cruce sobre la avenida Entre Ríos. La camioneta se incendió al impactar contra el piso.
Por las muertes de Mirian Alejandra Bianchi, cuyo nombre artístico era Gilda, y su hija de 15 años, su madre, tres músicos y el conductor del colectivo en el que viajaba la banda fue condenado el chofer del camión que provocó la tragedia, en el kilómetro 129 de la ruta 12, en Entre Ríos.
El juez Correccional de Gualeguaychú impuso la pena de dos años y medio de prisión en suspenso a Renato Santana Dalvés. El camionero brasileño nunca fue preso porque, para la Justicia, se trató de un hecho culposo, en el que el conductor no tuvo intención de provocar la tragedia.
En cambio, no hubo condena en el caso de Rodrigo Bueno. En diciembre de 2001, el Tribunal Oral N° 2 de Quilmes absolvió al empresario Alfredo Pesquera en el juicio oral al que fue sometido por los homicidios del cantante cordobés y de Fernando Olmedo. Para la fiscalía, Pesquera había sacado del camino a Rodrigo y provocó su muerte. Algunas circunstancias oscuras que rodearon la muerte de Rodrigo pusieron al descubierto la existencia de un submundo dominado por amenazas y sabotajes. Por entonces, resultó curioso que en menos de 24 horas se editaran 250.000 copias de la compilación de temas de Rodrigo. Todavía no lo habían enterrado y el disco ya estaba en la calle.
En tres días se vendieron 225.000 CD. El disco llegó al público en una forma no tradicional, junto con una revista de dos páginas.
El León Santafesino, tal como se conocía al cantante Leo Mattioli, vivió la tragedia en carne propia. La combi en la que se trasladaba en el norte de Santa Fe volcó. A raíz de la violencia del impacto murieron Darío Bevegni y Sergio Reyes, dos de sus músicos. Mientras que el cantante permaneció tres meses internado. En 2006, en una ruta cercana a Alta Gracia murió Pablo Ravassollo, cantante del grupo Trulalá. Se dirigía a una presentación en Santa Rosa de Calamuchita.
Provocada por esa carrera desenfrenada por facturar con más shows cada noche, se produjo el accidente con mayor cantidad de víctimas del ambiente de la bailanta. En mayo de 2007, fallecieron trece integrantes de la banda de cumbia Néctar cuando la Traffic en la que viajaban a La Plata rompió la baranda de contención de la autopista 25 de Mayo y cayó sobre una cancha de paddle, debajo del cruce sobre la avenida Entre Ríos. La camioneta se incendió al impactar contra el piso.
Por las muertes de Mirian Alejandra Bianchi, cuyo nombre artístico era Gilda, y su hija de 15 años, su madre, tres músicos y el conductor del colectivo en el que viajaba la banda fue condenado el chofer del camión que provocó la tragedia, en el kilómetro 129 de la ruta 12, en Entre Ríos.
El juez Correccional de Gualeguaychú impuso la pena de dos años y medio de prisión en suspenso a Renato Santana Dalvés. El camionero brasileño nunca fue preso porque, para la Justicia, se trató de un hecho culposo, en el que el conductor no tuvo intención de provocar la tragedia.
En cambio, no hubo condena en el caso de Rodrigo Bueno. En diciembre de 2001, el Tribunal Oral N° 2 de Quilmes absolvió al empresario Alfredo Pesquera en el juicio oral al que fue sometido por los homicidios del cantante cordobés y de Fernando Olmedo. Para la fiscalía, Pesquera había sacado del camino a Rodrigo y provocó su muerte. Algunas circunstancias oscuras que rodearon la muerte de Rodrigo pusieron al descubierto la existencia de un submundo dominado por amenazas y sabotajes. Por entonces, resultó curioso que en menos de 24 horas se editaran 250.000 copias de la compilación de temas de Rodrigo. Todavía no lo habían enterrado y el disco ya estaba en la calle.
En tres días se vendieron 225.000 CD. El disco llegó al público en una forma no tradicional, junto con una revista de dos páginas.
Acelerador a fondo
La presión por cumplir el cronograma fijado por los empresarios de la bailanta también habría influido sobre el Pepo.
La madrugada de la tragedia, el cantante tenía dos shows programados. Debía presentarse a las 2, en San Bernardo, y a las 4, en Villa Gesell. Pepo iba retrasado. A las 2.20, en el momento de la tragedia, estaba a 146 kilómetros de su primer destino.
Esta circunstancia explicaría por qué circulaba a casi 140 kilómetros por hora a pesar de que había niebla y el máximo de velocidad permitido para esas condiciones de visibilidad es de 60 kilómetros por hora. Si hubiera cumplido la ley de tránsito, el Pepo hubiera llegado a San Bernardo más de dos horas tarde, en el horario que debía comenzar el show en Villa Gesell.
Al peligro que se enfrentaban en la ruta cuando tenían que cumplir el cronograma de los shows se refirieron los músicos de la Súper Banda Gedienta que acompañaban al Pepo. Recordaron que el 17 de mayo de 2018, cuando se dirigían a San Carlos de Bariloche, se salió una rueda de la combi en la que viajaban y estuvieron a punto de volcar.
Cuando declaró como testigo, Carlos Montilla, socio del Pepo en Rey Producciones, aportó datos distintos sobre los horarios de los shows programados para esa madrugada. Manifestó que el cantante debía estar en San Bernardo a las 3 y a las 5, en Villa Gesell.
Sin embargo, para los investigadores, el testimonio de Montilla tendría algunas contradicciones. Hay testigos que dijeron que cuando llegó al Hospital San Roque, de Dolores, se presentó como electricista de la banda y amigo del cantante. En realidad se desempeñaba como representante y socio.
Un testigo aseguró que Montilla acompañaba al Pepo cuando llegó a la habitación para realizar la extracción compulsiva de las muestras de sangre y orina. El testigo afirmó que había una botella de agua mineral al lado de la cama y que el acusado fue, al menos, dos veces al baño, supuestamente para eliminar los restos de alcohol, marihuana y cocaína que había consumido esa noche.
A partir de las conclusiones de los estudios realizados en el Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses del Conurbano Norte, que determinaron que el Pepo tomó drogas y alcohol, la fiscal Verónica Raggio consideró que el cantante incumplió su deber de cuidado con las personas que lo acompañaban en la camioneta, al conducir de forma negligente, antirreglamentaria e imprudente.
Además, al pedir la prisión preventiva del cantante, la fiscal expresó en su dictamen que existían riesgos de que el acusado entorpeciera la investigación. Al fundar su solicitud tuvo en cuenta el video grabado por un testigo en el que el acusado responsabilizaba del accidente a Ignacio Abollaseh, una de las víctimas, y el supuesto intento por borrar las pruebas que lo comprometían.
Al revisar estos elementos, el juez de Garantías de Dolores, Cristian Gasquet, dictó la prisión preventiva del cantante y dispuso que siga detenido.
"La tragedia se pudo haber evitado. Busco justicia para los familiares de Ignacio y de Nicolás Carabajal. Los empresarios que son socios del Pepo, que le programan los shows, son responsables desde lo moral. Desde la cuestión penal no se les puede probar nada. Pero el Pepo sí es responsable penalmente porque él manejaba y no cuidó a su gente", expresó el abogado Marcelo Biondi, quien representa a los familiares de las dos víctimas.
G. C.
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