Puntos de quiebre: el resurgir de los países cuando tocan fondo
El último libro del científico Jared Diamond explora preguntas vinculadas a cómo lidiar con las crisis y los cambios; su obra es una muestra del fenómeno del género smart thinking
La dinámica surge más clara en el campo del cambio climático, pero puede aplicarse a otras avenidas de futuro. Apelando a la teoría de los juegos, un grupo de matemáticos de los Estados Unidos, Austria y Checoslovaquia publicaron a fin del año pasado un modelo que predice que "todo va a empeorar antes de mejorar": para los expertos, en materia ambiental tal vez tenga que darse una catástrofe en alguna ciudad conocida para que se tome verdadera conciencia de la necesidad de cambio. Dinámicas similares son estudiadas para el deterioro de las democracias, economía de plataformas y otras áreas.
¿Dónde está el punto de quiebre? ¿Cómo saber cuándo se está tocando fondo y de qué depende que se reemerja con fuerzas renovadas? El científico polifacético y autor de best sellers Jared Diamond parte de estas preguntas en su último libro, Upheaval ( Convulsión), editado semanas atrás en los EE.UU, que lleva como bajada: "Cómo las naciones lidian con las crisis y el cambio".
Inspirado en el trabajo de su esposa, la psicóloga clínica Marie Cohen, Diamond recurre como marco analítico a analogías entre los países y las personas que "tocan fondo" y se rearman más fortalecidas que antes: reconocen y no niegan la profundidad de la crisis en la que están, saben discernir lo que funciona de lo que no, buscan ayuda, tienen paciencia, son realistas con los resultados a esperar, etcétera.
Convulsión puede verse como contracara de Colapso, su segundo libro, de 2005, donde se exploró qué sucedió con sociedades que se derrumbaron muy rápido, como un castillo de naipes, luego de un apogeo (los mayas, la cultura de la Isla de Pascua, etcétera). Además de los factores medioambientales, enColapso el autor recurre a la teoría de sistemas complejos para explicar cómo llegan a caer construcciones sociales de las que nadie suponía, muy poco tiempo antes, que pudieran derrumbarse por completo. Como decía el economista Rudiger Dornbusch: "En economía las cosas siempre suceden más lento de lo que uno supone, pero cuando suceden, lo hacen más rápido de lo que se pensaba".
Su ópera prima, Armas, Gérmenes y Acero, ganó el Premio Pullitzer en 1997 y lleva vendidos más de un millón y medio de ejemplares en 20 idiomas. Allí, Diamond se pregunta por qué las sociedades de Eurasia dominaron al resto del planeta durante tantos siglos y concluye que la geografía fue determinante: al tener tanto territorio de extensión de este a oeste (en mismo rango de latitud) distintos tipos de cultivos, animales domésticos y gérmenes (que ayudaron a crear sistemas inmunes) se expandieron y promovieron el superávit de alimentos, lo que, a su vez, permitió el surgimiento de ejércitos y burocracias modernas, etcétera.
Una teoría de todo
Diamond fue muy criticado por este "determinismo geográfico" (para algunos, exculpa las atrocidades de las conquistas y el colonialismo), pero hoy está entre los principales autores de no ficción y del género smart thinking del mundo. Sus libros no faltan en las librerías de aeropuertos, donde hombres y mujeres de negocios que leen poco tienen preferencia por autores con "una teoría de todo" (como Harari, como Pinker): si se leen dos o tres libros por año, entonces que sean sobre "todo" y que sirvan para hacer comentarios en almuerzos o coffee breaks del trabajo.
Una de las ventajas de Diamond, además de su muy buena prosa, es su multiplicidad de herramientas a nivel de disciplinas: es antropólogo, ornitólogo, psicólogo evolutivo, sociólogo e historiador del medio ambiente. Para un presente que se va a haciendo cada vez más complejo, el pensamiento fuera del silo de una única disciplina resulta fundamental.
El problema principal con el libro tal vez venga por el mismo flanco: el aumento de la complejidad hace que, por más multidisciplinariedad que uno incluya, las "teorías del todo" suenan cada vez más forzadas. Para llevar agua al molino de su marco conceptual, autores como Diamond, Pinker o Harari hacen -con variaciones- una selección sesgada de los hechos e historias que refuerzan sus modelos, en lo que Nassim Taleb (paradójicamente, otro de los titanes del smart thinking que también escribe sobre "el todo") llama "falacias narrativas".
Las críticas a Convulsión fueron dispares. De entrada recibió el apoyo de figuras como Bill Gates, el fundador de Microsoft y gran influencer sobre lecturas de este género. Pero luego aparecieron algunas reseñas lapidarias, que le señalan decenas de errores históricos y generalizaciones inadecuadas en las analogías entre personas y países. ¿Cómo poder decir con propiedad que una nación tiene alta o baja autoestima, que reconoce o no sus debilidades, que tiene la templanza como para dar vuelta la situación, etcétera?
A los 81 años, Diamond no usa computadora, y a duras penas domina algunas funciones de su iPhone, según reconoció en un reportaje reciente. Se vale de notas y archivos que lleva con la ayuda de una asistente. Este es otro punto de debilidad que señalaron los críticos: las lecciones de décadas anteriores tienen una validez muy relativa para países que hoy tocan fondo en un contexto de hiperconexión, redes, economías de plataformas, identidades nacionales líquidas, que hacen que las situaciones de "convulsión" sean muy distintas a las de antaño.
Por el tema que analiza (puntos de quiebre y enseñanzas de otros países que también tocaron fondo) es muy probable que las cámaras empresarias que hacen eventos en el segundo semestre sondeen a Diamond para venir a la Argentina como orador. En tiempos de "convulsión", las narrativas sirven, más allá de sus sesgos, para bajar la ansiedad y especular con un resurgimiento posible, aunque todo empeore antes de mejorar.
S. C.
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