miércoles, 3 de julio de 2019
IDENTIDAD CULTURAL,
Pulperías y puertas de entrada al Buenos Aires del siglo XIX
Las pulperías y almacenes siguen vigentes en los pequeños pueblos rurales
A fines del siglo XIX, el transporte terrestre, sin tomar en cuenta el creciente ferrocarril, era a caballo, carros o carretas. Viniendo del Oeste se ingresaba por la calle "la Larga" o calle Principal a Flores (Rivadavia) era una parada fija, en la esquina de la actual Emilio Mitre, en la pulpería "El caballito" que dio el nombre al barrio, esta pulpería desde 1821 tenía un caballito en forma de veleta colocado por su dueño el genovés Nicolás Vila. Siguiendo por la Larga se llegaba al Mercado 11 de septiembre (Plaza Miserere). La larga se comenzó a revestir con macadán en 1872.
Ingresando por el Sur se cruzaba el "Viejo Puente" (hoy Puente Pueyrredón), allí frecuentaba un control policial, y se tomaba "la Larga de Barracas" (Av. Montes de Oca). Para paliar el cansancio se detenían en la Pulpería "La Banderita" en la esquina de la actual Av. Suárez, también a pocas cuadras se ubicaba el almacén "La Luna" allí paraban los cuarteadores; para continuar viaje, hasta el Mercado Constitución, tomaban la calle Buen Orden (Bernardo Irigoyen). Otro ingreso era por el Camino Real "Paso de Burgos" (Puente Uriburu) allí cerca estaba la pulpería La Blanqueada que posiblemente antes era conocida como la vieja Pulpería Pintos.
En grandes arreos la hacienda ingresaba para el Matadero del Sud. Si venía del oeste tomaba el Camino de la Arena (Av. Chiclana) luego la actual Sánchez de Loria para doblar a la izquierda por Caseros, y si venía del sur por el Puente Alsina entraba por "el camino al Puente Alsina" (Av. Amancio Alcorta). El camino de la Arena formaba ese camino de tropas que se conocía como "Camino de los huesos" nombre dado por la cantidad de animales muertos que había a la vera del camino; por supuesto que no faltaban allí los perros sin dueño. Los troperos habitualmente se acercaban a la famosa pulpería en "La esquina de los corredores" (Chiclana y Sánchez de Loria) donde brillaban las cuadreras.
Para salir de Buenos Aires hacia el Norte transitando por la actual Av. Santa Fe se podía utilizar el camino del Bajo o calle de las Cañitas (Luis M. Campos), para luego tomar las actuales Av. Libertador o Av. Maipú; y el camino del Alto (Av. Cabildo) para continuar por el camino de la Tahona (Av. Bartolomé Mitre). Antiguamente sobre la actual Av. Santa Fe en Plaza Italia estaba la Pulpería Sol de Mayo.
Si necesitaban hacer una parada ni bien salían por el bajo, en las actuales Av. Libertador entre Callao y Rodríguez Peña estaba el Almacén boliche conocido como "El almacén Pobre Diablo" ( figura en el plano topográfico de 1867). El boliche era atendido por un viejito irlandés ex soldado de los tiempos de las Invasiones. Por el Alto, en las actuales Cabildo y Pampa estaba la pulpería La Blanqueada; y un poco más adelante se encontraba el almacén ramos generales conocido como "Esquina de la Legua".
Justo P. Saenz (h.) relata su visión de aquellas calles: "También veo circular entre nubes de tierra: suIkys; breacks, charrets, jardineras y, de mañana, esos carros. de dos ruedas, con techo redondo de carreta, pintados de bandera argentina, con fornido caballo en las varas al que ayudaba en invierno un peludo "ladero" afirmándose en el barrial, los bastos destripados mostrando el "hunco" y medio perdiendo en el esfuerzo bajeras de bolsa".
E. T.
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