sábado, 2 de septiembre de 2017
TECNOLOGÍA, REALIDAD AUMENTADA; LO QUE VIENE
Realidad aumentada: la última apuesta de Facebook, Snapchat, Googley Microsoft
Después de años sin mayores avances, el interés por esta tecnología está reviviendo de la mano de los grandes jugadores que están presentando sus nuevos dispositivos de RA; a la lista se podría sumar Apple con el iPhone 8
"Si algo se llevan hoy de aquí -anunció Mark Zuckerberg en abril desde el escenario de F8, la conferencia anual de programadores de Facebook- que sea esto: estamos convirtiendo a la cámara del teléfono inteligente en la primera plataforma para la realidad aumentada."
Facebook ya había comenzado a agregar efectos de cámara a sus apps, permitiendo a los usuarios superponer objetos, animaciones y filtros a sus imágenes, una copia desvergonzada de las populares Lenses con AR (las siglas en inglés de la augmented reality o realidad aumentada) de Snapchat. Con una nueva plataforma abierta en la que los programadores pueden crear sus propios efectos, arte y juegos 3D, Facebook apuesta a que puede convertirse en el destino para las experiencias de RA.
Luego de años de adormecimiento, el entusiasmo por la RA está volviendo. Más allá de las ambiciones aumentadas de Facebook (que incluyen para más adelante un nuevo dispositivo), se encuentran los anteojos Google Glass que ya tienen cuatro años, el HoloLens (las gafas holográficas de Microsoft) y el misterioso proyecto de RA que impulsa la firma Magic Leap, junto con los rumores del lanzamiento de un posible dispositivo por parte de Apple.
Según CB Insights, una firma de estudios de mercado, 49 compañías de RA han asegurado acuerdos de financiación en los últimos seis meses, lo que implica un incremento interanual del 75 por ciento.
Todas luchan por dominar un futuro en el que la separación entre lo físico y lo digital se hará muy delgada y no se necesitará un teclado ni una pantalla táctil para navegarlo. "La realidad aumentada es la próxima computadora móvil, la plataforma social que se viene" dice Ori Inbar, fundador de Super Ventures, una firma de capital de riesgo especializada en RA. "El teléfono inteligente está muerto; sólo que aún no lo sabe", aseguró.
¿Qué partes de esta hipérbole pueden demostrarse ciertas? Esta es una guía en tres partes acerca de cómo puede llegar a desarrollarse realmente la realidad aumentada (RA).
Los teléfonos serán la puerta de entrada
Durante la mayor parte de la última década los programadores han prometido usar las cámaras de los teléfonos inteligentes para enriquecer la visión del mundo.
En 2009, Yelp introdujo su recurso Monocle, incorporando a las lentes de las cámaras de los usuarios ratings de negocios locales; siguió una cantidad de apps similares, pero ninguna traccionó significativamente.
Fueron los millennials los que llevaron a masificar la tecnología, con la introducción de las adictivas lentes para mejorar las selfies de Snapchat en septiembre de 2015. Para agosto siguiente, Pokémon Go tuvo 100 millones de descargas, con la gente cazando Charmanders y Squirties en todo el planeta.
La capacidad de reemplazar una nariz con una trompa de perro o capturar un Pokémon en un aplaza puede parecer frívola, pero en realidad es profunda: una manera ingeniosa de introducir la realidad aumentada a los consumidores sin llamarla así.
Snapchat ahora tiene una plataforma publicitaria prometedora con sus lentes patrocinadas, que pueden vincularse a lugares específicos. Niantic, el desarrollador de Pokémon Go, creó un éxito que ha generado lo que se estima es más de US$ 1000 millones en ingresos. En la actual corrida para crear la siguiente gran app de RA -desde juegos con múltiples jugadores a aplicaciones más prácticas, como guías de viaje interactivas y asistentes de compras- el éxito puede depender de últimas de la fórmula que establecieron estas dos compañías: interacción social basada en inteligencia de ubicación superior.
Al mismo tiempo los teléfonos inteligentes se están volviendo más sofisticados. Desde 2014 Google ha estado desarrollando su plataforma Tango, que da a los dispositivos móviles conciencia del espacio. A fines del año pasado Lenovo lanzó el Phab 2 Pro a US$ 500, el primer teléfono preparado para Tango. Usando múltiples cámaras y sensores avanzados que siguen el movimiento, el Phab 2 crea mapas en 3D a partir de imágenes bidimensionales.
Si se apunta la lente del teléfono al living Tango sabrá que la lámpara está dos metros a la izquierda del sofá. Entonces se puede usar una app optimizada con Tango del gigante del comercio electrónico Wayfair para ver como se ve entre ellos una mesita ratona (virtual). La cadena de materiales para la construcción Lowe's Home Improvement tiene una app similar, junto con una que permite a los clientes usar la cámara del teléfono para navegar sus tiendas.
Estos esfuerzos son iniciales y sus ejecuciones son relativamente toscas. La aceptación de Tango por Lenovo es más una demostración de un concepto que la presentación de un dispositivo muy novedoso. Pero eso puede cambiar rápidamente. El segundo teléfono preparado para Tango, el Asus Zenfone AR, está llegando al mercado. Y según rumores, el próximo iPhone 8 también tendrá una cámara con sensores de profundidad para operar con apps de RA.
Es notorio que Apple comúnmente aguarda hasta que haya madurado una tecnología -y los consumidores están preparados- para incorporarla a un producto de primera línea. "Una vez que el iPhone tenga esa cámara -sostiene Inbar- se convertirá en el estándar de hecho".
Los wearables se redefinirán en el lugar de trabajo
Pese al éxito de Snapchat y Pokémon Go, nadie cree que el futuro de RA consista en perseguir criaturas míticas con la mirada fija en el teléfono.
Eso se debe a que el teléfono es una interface menos que ideal. "Digamos que usted entra a un supermercado que tiene un sistema habilitado de realidad aumentada", dice Tuong Nguyen, principal analista de la consultora Gartner. "¿Cuántas veces en su recorrida de compras está dispuesto a sacar el teléfono? ¿Cuánto tiempo está dispuesto a sostenerlo ante su vista?" Según Nguyen, la mayor valla para la RA "es que tiene que incorporarse a anteojos que yo ya lleve puestos."
Hoy hay en producción unos 50 equipos de RA, que van desde anteojos básicos que pueden mostrar imágenes en 3D hasta cascos industriales de US$ 15.000 del fabricante Daqri. Pero ninguno es lo suficientemente pequeño, barato o elegante como para ser atractivo masivamente.
Por esta razón, en los próximos años los dispositivos de RA se van a encontrar primordialmente en ambientes laborales, donde su costo y apariencia no importan tanto.
La consultora ABI Research proyecta que el mercado de RA crecerá a US$ 96.000 millones para 2021, con 60% de esos fondos yendo a usos industriales y comerciales.
Google Glass, por ejemplo, encontró su lugar en las fábricas luego de fracasar en el intento de despegar entre los consumidores finales.
El fabricante de aviones Boeing usa Glass para presentar diagramas técnicos a trabajadores que arman arneses de cableado de las aeronaves, lo que les deja las manos libres para realizar tareas. (Cuando uno reduce el tiempo de ensamblado un 25% nadie le dice idiota con anteojos.) Y no es sólo Google Glass: la nueva firma de tecnología médica Scopis ha hecho una app para HoloLens para guiar a los cirujanos que realizan una operación de cirugía espinal.
En Mortenson Construction de Minneapolis, los ingenieros pueden ponerse un casco Daqri Smart Helmet, caminar por un modelo 3D de un hospital en construcción y ver por dónde irán las cañerías antes de colocarlas.
El uso industrial generalizado no sólo cambiará el modo de trabajar; se integrará a futuros productos de consumo masivo. Así como trabajadores industriales usan RA para obtener ayuda remota en maniobras complicadas, los propietarios que quieran cambiar los azulejos de su baño algún día podrán recurrir a anteojos para una visión y diagramas virtuales.
Estamos rodeados de la nueva tecnología
Mientras tanto la RA sigue apareciendo en dispositivos de uso cotidiano. Cuando la cámara retrovisora de un auto muestra una línea roja cuando se está a punto de chocar con un árbol dando marcha atrás, se está usando RA.
En las tiendas de la cadena Sephora hay espejos inteligentes que permiten anticipar una imagen virtual del maquillaje y en las tienda departamentales Neiman Marcus se usan para permitir a los clientes ver su ropa en distintos colores o probar recetas de anteojos. Del mismo modo que el "control de crucero adaptable" y la "ayuda de cambio de carril" nos llevan hacia autos plenamente autónomos, la RA se irá insinuando en nuestras vidas, un recurso por vez.
También es probable que recursos de realidad aumentada se vayan incorporando a wearables (accesorios para vestir con capacidad para conectarse a Internet) económicos, como los anteojos Spectacles de captura de video de Snapchat y los auriculares inalámbricos como los AirPods de Apple.
La empresa Doppler Labs ya ha lanzado sus audífonos inteligentes Here One, que permiten amplificar ciertas frecuencias y eliminar otras con filtros, aumentando la realidad auditiva. El CEO Noah Kraft ve un futuro en el que la RA existe naturalmente en su oído. "Digamos que uno va por la calle y de pronto Siri dice ?Oiga, su próxima reunión se atrasa 15 minutos'. En nuestro mundo eso no lo distrae de lo que sucede a su alrededor".
Aún así, incorporar la sofisticación y la confiabilidad de aplicaciones industriales a un dispositivo que encaje sin fisuras en la vida diaria es una tarea apabullante.
Los desafíos técnicos son empinados y no está claro si el público aceptará otro wearable (y si el contenido será lo suficientemente bueno como para que lo haga). De todos modos, Apple, según se dice, sigue adelante con esta tecnología, al igual que Google, Facebook, Microsoft y otras muchas compañías.
Para las firmas de tecnología introducirse en el juego de la RA puede ser simplemente una cuestión de supervivencia. Así como Internet y los dispositivos móviles cambiaron radicalmente el panorama de la tecnología, la RA tiene el potencial de crear nuevos gigantes y achicar a los antiguos, dice Piers Harding-Rolls, director de investigaciones sobre juegos de IHS Technology, una firma de estudios con sede en Londres.Dicho de otro modo, el futuro será aumentado. Pero para cuando llegue, quizás ni siquiera lo notemos
D. T.
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