miércoles, 1 de mayo de 2019

TEATRO NACIONAL CERVANTES,


Edipo Rey: una visión rockera del mito griego que lo acerca a nuestros tiempos
Los protagonistas, Elvira Onetto y Guillermo Angelelli, junto a Banegas; la adaptación que llevó siete años de trabajo 
Con dirección de Cristina Banegas y adaptación de Alberto Ure, puesta minimalista y vestuario futurista, instalará en el escenario del Cervantes una nueva mirada sobre el clásico de Sófocles
"Durante años tuve el honor de hacer obras con Alberto Ure, de improvisar con su técnica en ensayos inolvidables, viajes abismados y desopilantes", escribía sobre su amigo Cristina Banegas en 2003, en el prólogo de Sacate la careta, una compilación de los escritos del director, autor y docente, a la que siguieron Ponete el antifaz y este año, Asaltar un banco. Es Cristina Banegas, también, la impulsora de un deseo que seguramente a Ure le hubiera gustado, el de dirigir en la sala María Guerrero del Teatro Nacional Argentino del Teatro Cervantes, la tragediaEdipo Rey, de Sófocles, que estrena hoy.
"Ure y Elisa Carnelli, su mujer y profesora de griego antiguo, habían hecho la traducción de Antígona que hicimos en mi sala (El Excéntrico de la 18°, nombre puesto por Ure) y después en el San Martín, en 1990. La idea era hacer una trilogía. Por eso también se tradujo Edipo Rey, pero solo se estrenó en Rosario, dirigida por Rody Bertol, en 1991, gran amigo de Ure. Esa traducción, escrita a máquina, me la dio Rody hace años. Ahí empezó a gestarse la posibilidad de hacerlo", dice Banegas, la protagonista de aquellaAntígona, que no tuvo apuros en armar equipo ni en acortar el proceso de ensayos.
El primer convocado fue Esteban Bieda, doctor en Filosofía y traductor de griego ático. Durante un año y medio, ambos trabajaron en la adaptación del texto teniendo en cuenta el original, la traducción de Ure y Carnelli, y la de Cambridge University, entre otras. Después se sumaron el escenógrafo Juan José Cambre y el iluminador Jorge Pastorino, dos viejos conocidos por Ure y Banegas; la música Carmen Baliero (que dirigió a Banegas en Molly Bloom); Greta Ure, una de los siete hijos del creador, para el vestuario, y por último, la coreógrafa Jazmín Titiunik. El cuaderno de notas de Cristina testifica que en 2017 fueron las primeras reuniones en su casa con el equipo artístico al que poco a poco se fueron sumando los actores.
"Si bien hace años que lo conozco y admiro, fuimos con Esteban a verlo enPrueba 5 (de Matías Feldman), nos miramos y dijimos: es él, claramente", dice Cristina sobre Guillermo Angelelli, su Edipo, rey de Tebas, marido de Yocasta y responsable, sin saberlo todavía, de la peste y el hambre que torturaba al pueblo. "Lo más importante de este personaje es esa pulsión de caballo ciego de seguir sus impulsos en búsqueda de la identidad y, a la vez, escapándole a un destino. Habla, también, de un sistema patriarcal que no escucha, no mira hacia atrás por ir en pos de. En los ensayos hablamos mucho de esta hibris de los poderosos que los lleva a intentar escapar a su destino en lugar de aceptar la dificultad", dice el actor ante un personaje mítico y fundante de la cultura occidental. Cuna de la familia disfuncional, la viuda Yocasta se une al asesino del rey Layo, su marido. Que es Edipo, claro, el hijo de ambos abandonado al nacer para evitar la profecía. Pero nadie sabe ni se retira a tiempo en las tragedias.
"Para mí, el desafío fue componer a una reina", dice Elvira "Pipi" Onetto, que vuelve a encontrarse en el mismo escenario, 35 años después del infantil Las valijas de Ulises, con Guillermo Angelelli, ahora como madre e hijo, esposa y esposo, rey y reina. "Está muy enamorada de su marido. Pero además, este gran amor es su hijo. Soy madre de un hijo varón y es un amor diferente a todo. Esa potencia está. Pero también, como Electra y Antígona, está interesada en las cuestiones de su tierra y su pueblo. Creo que ella se mata para salvar a su gente más que por los hijos que había tenido con Edipo. No es tanto moral sino político su suicidio, porque al volver el orden se acaba la peste", dice Pipi que defiende con todas sus armas al personaje: "Es una mujer empoderada, no sumisa, una reina. Layo era un violador, violó a su sobrino, se casó conmigo a los catorce, podríamos no haber tenido hijos sabiendo el oráculo. ¿Por qué no se hizo un aborto Yocasta? Quiero pensar que ella no creía que su marido iba a matar a ese hijo. Me hago a la idea de que ella cuando entregó a su hijo al pastor pidió que no lo mataran".
¿Cómo actuar un texto escrito hace 2600 años? Para Banegas, las tragedias griegas tienen el don de resignificarse a través de los siglos: "La injusticia y el sufrimiento del pueblo no es difícil asociarlo con el presente, hay muchas reflexiones posibles, es un texto extraordinario, el más perfecto que existe para la Academia. Intentamos atravesarlo con una actuación contemporánea, llena de verosimilitud, de emoción, de lo que significa actuar en el siglo XXI, hay que estar muy presentes y pelar actuación al mango", dice la directora sobre su "elencazo" integrado, además de Angelelli y Onetto, por Raquel Ameri (Corifeo), Liza Casullo y Hernán Franco (Coreutas), Carlos Defeo (Creonte), Alberto Fernández de Rosa (Pastor), David Palo (Mensajero del Palacio), Horacio Roca (Mensajero de Corinto), Pablo Seijo (Tiresias), Lourdes Solé Dolphyn (Ismene), Daniel Spinelli (Sacerdote), Sol Titiunik (Antígona) y al piano, Carmen Baliero.
Guillermo Angelelli, en el papel de Edipo con vestuario y escenografía más parecidas a Star Wars que a un montaje típico 
"Poder rasgar algo de ese mito a través de un lenguaje contemporáneo: la intención tiene que ver mucho con la adaptación. No se nombra a los dioses por su nombre, sino por su función, para acercar más al público (por ejemplo, en lugar de Apolo, 'dios de la luz'). Hay voseo también, pero es más intermedio para que no haga ruido como algo muy porteño. La mirada está puesta en el mito, nada intenta ser ilustrativo o histórico. Cuando veo el vestuario y la escenografía podría ser Star Wars. Hay un concepto minimalista para apuntar a la esencia", dice Angelelli, muy complacido por la tarea titánica que le toca: "Es muy placentero. Es una gran belleza el texto y con la crueldad que tiene la belleza, para nada naïf. Aquellas deidades, que representaban las fuerzas naturales, tenían belleza y crueldad".
Para la directora, la puesta en boca de los personajes de las tragedias griegas tiene que ser clara, audible, pero no enfática o declamatoria. "En el naturalismo y neonaturalismo, el biodrama y todo lo que está de moda hace unos años se elimina toda posibilidad de proyección, es como lo cotidiano puesto en crudo en el escenario o delante de la cámara, y arreglate si no se entiende. La formación vocal es muy importante, pero también es muy cara, salvo que la hagas en las instituciones públicas", dice Banegas que se autodefine como una actriz que dirige: "Es lo que soy primeramente. Por eso, trabajo de una manera muy horizontal, algo que a veces funciona bien y otras, no".
Frente a ella y entre risas, los dos intérpretes se manifiestan. Nunca habían sido dirigidos por ella. Según Angelelli, es muy receptiva, sabe escuchar. "Parece muy calma, pero sabemos que a veces no duerme", cuenta. Para Onetto, que con Banegas fue parte de las siete actrices que hicieron El padre, de August Strindberg, en 1990 dirigidas por Ure, fue importante su ayuda en el proceso de creerse a la reina porque "al principio, me costó". Y con los ojos brillantes, la directora, con voz baja como de costumbre, admite que extraña mucho al maestro: "Trabajé siete años ininterrumpidos con él. Fue revolucionario estar cerca de su pensamiento teatral y político".
Un figura emblemática
En el Cervantes, 2019 será de celebración al artista muerto hace dos años. Va a publicarse el libro Asaltar un banco, conversaciones con Alberto Ure (con Cristina Banegas, Adriana Genta y Telma Luzzani). La expresión, explica Banegas, le pertenece al propio Ure para quien organizar una obra era como el asalto a un banco: se trataba de armar una banda y tener un buen plan.
También habrá conversaciones sobre su figura, vino de por medio; lectura del único drama que escribió, La familia argentina, y se proyectarán audiovisuales de algunas de sus obras y de los ensayos.

Edipo Rey
Teatro Cervantes, Libertad 815.
De jueves a domingo, a las 20.
Entradas, desde $180.

L. G.

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