viernes, 22 de noviembre de 2019

CARLOS PAGNI....ODISEA ARGENTINA,


A continuación, sus principales conceptos:
Está definiéndose el futuro gabinete nacional. Esta noche, salió Alberto Fernández del departamento de Cristina Kirchner, en Juncal y Uruguay, en Recoleta, en lo que se trató de una visita extremadamente simbólica. Al salir, Fernández anunció que tienen gabinete, es decir, que se estaba esperando el regreso de la expresidenta desde Cuba para definir la estructura del nuevo gobierno.
Además de los nombres, hay que ver cuål es la lógica de este nuevo oficialismo. Porque por debajo de lo que parece un nuevo gobierno peronista hay un frente: el Frente de Todos. Lo que quiere decir la composición de distintas fuerzas, facciones, grupos.


En el gabinete nacional da la impresión de que va a haber, más visiblemente, una alianza entre Fernández -que es un hombre sin estructura propia-, los gobernadores peronistas y algunos empresarios muy gravitantes en lo que es la estructura del nuevo poder. Además, al parecer habrá poca gente de Cristina Kirchner, aunque sí en algunos cargos claves, y una segunda línea tomada por Sergio Massa, sobre todo porque con astucia él advirtió la dificultad que tenía Alberto Fernández para conseguir recursos humanos para hacer funcionar el gabinete nacional. Como vimos, todo esto estuvo a referéndum de Cristina Kirchner.
Pero hay otro capítulo que hay que mirar para entender cómo va a funcionar el nuevo gobierno, y tiene que ver con el Poder Legislativo y sobre todo, con la estructuración de los bloques. Porque desde el Congreso, Cristina Kirchner está en capacidad, tanto desde la Cámara de Diputados como la de Senadores, de hacer sentir fuertemente su poder. Y también de proyectar en la vida práctica de la política lo que es su presunción principal: que es la dueña de los votos hasta que se demuestre lo contrario.
Luego de estas premisas generales, que se deben a un gobierno de coalición entre sectores que están enemistados -o por lo menos hasta hace muy poco- no se puede terminar de entender el oficialismo sin mirar lo que pasa en el Congreso, sobre todo para la vida judicial y económica.
Todo indica que el próximo ministro de Economía va a ser Guillermo Nielsen, ya que estuvo ofreciendo cargos hasta las últimas horas. Convocó para el Ministerio de Hacienda a un economista del estudio Broda Hernán Hirsch. También llamó para el Ministerio de Finanzas a Adrián Cosentino, que trabajó en el gobierno kirchnerista -sobre todo en la época de Hernán Lorenzino- y a quien le atribuyen estar pensando todo el esquema de la renegociación de la deuda pública. Además, Nielsen convocó a dos abogados que trabajaron con él en la época en que negociaba la deuda durante la gestión de Roberto Lavagna, en el Ministerio de Economía, que son Matías Isasa y Germán Plessen, quienes van a seguir estando con Nielsen en esa función. Asimismo, se encargó de aclamar por dos economistas que trabajaron en el estudio de Miguel Bein, que son Federico Furiase y Martin Vauthier. Muchos agradecen la presencia del economista Gabriel Rubinstein, ya que dicen que entiende de política monetaria. Y posiblemente, la continuidad del encargado de la administración y de los aspectos legales de la gestión del Ministerio de Economía, que es Hugo Medina, actual secretario administrativo y legal de Hernán Lacunza. Medina es muy amigo de Nielsen, por lo cual se sospecha que puede haber una continuidad. Por último, el economista Matías Kulfas, muy gravitante al lado de Alberto Fernández -posiblemente el más cercano a él- va a ir al Ministerio de Producción.
¿Dónde va a estar el área Energía, en Producción o en el área de Hacienda y Finanzas, como está en este momento? Hay una disputa muy relevante por el lugar que ocupa esta materia en la vida pública y en la economía de la Argentina. Son dos concepciones de la energía distintas, quienes miran la energía subordinada al ministerio de Producción la ven como un costo de la actividad industrial; los otros la observan desde una posición más cercana a los mercados, donde los precios energéticos los fija el mercado y donde se debe abrir el sector energético a la inversión internacional, pensando sobre todo en Vaca Muerta. Un indicio de este corrimiento de Nielsen hacia el ministerio de Economía, es que los inversores que estuvieron visitando la Argentina en las últimas semanas y que hablaron con Nielsen para entender el futuro de la Argentina, dicen que poco a poco empezó a hablar cada vez menos de Energía y cada vez más de deuda pública.
¿Quién dirigirá el Banco Central? Todas las fichas iban hacia Miguel Ángel Pesce, un economista que ya estuvo en el Banco Central y que protagonizó un conflicto con Martín Redrado, cuando este último fue expulsado de la entidad en un enfrentamiento con Cristina Kirchner. Pesce conoce a Fernández desde hace muchos años porque era secretario de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires, cuando el presidente electo era legislador porteño. Desde ese momento trabaron un vínculo que sigue hasta ahora. Sin embargo, hay quienes ubican a Pesce en la Anses.
Respecto a Martín Redrado, que remó tanto para ocupar algún lugar relevante en la escena económica, muchos apuestan que no va a tener ningún lugar por algo que Cristina recuerda con mucha nitidez. Redrado fue testigo en la causa Dólar Futuro, una causa -muy polémica- de una judicialización de la política cambiaria y monetaria en el Banco Central, donde el juez Claudio Bonadio procesó a Cristina Kirchner y a otro grupo de funcionarios, entre ellos Pesce. Y Redrado declaró muy severamente en contra de ellos, lo que parece que no se borra tan fácil de la memoria de Cristina Kirchner.
Fernández va a gobernar en un período que va a seguir siendo de alta inflación. ¿Quién va a ir al Indec? Hay todo un interrogante respecto a si va a ir alguien que tenga la templanza y la firmeza de no verse tentado a tocar los números. Algunos hablan de que podría ocuparlo Daniel Gropper, un técnico que ya pasó por el Indec, que es amigo de Kulfas y de Pesce. Otros hablan de Marco Lavagna que milita en la oposición, fue diputado por Massa, y según algunos funcionarios podría ocupar ese lugar.
Una joya que está en disputa es YPF, ahí hay un pretendiente que está haciendo mucho lobby con los gobernadores que es el líder del Movimiento Popular Neuquino, Jorge Sapag, que tiene sus intereses en el mundo petrolero y tendría aspiraciones de ir a conducir YPF en una alianza con las provincias.
En cuando al nuevo ministro de Salud todo indicaría que va a ser un médico pediatra prácticamente puesto por el gobernador de Tucumán Juan Manzur, exministro de esa cartera. El empresario decisivo en la industria farmacéutica Hugo Sigman había pedido una entrevista con Jorge Fontevecchia para que esté Manzur en el gobierno.Es una alianza muy poderosa que tiene Fernández, igual que Manzur, con el sector farmacéutico, con las empresas más gravitantes del sector de la salud.
Esta alianza se proyecta también en el mundo sindical de Héctor Daer para ocupar la secretaría general de la CGT el año que viene. No obstante, hay muchos aliados de Fernández que no lo quieren ver a Daer al frente de la CGT porque lo acusan de haber ido a ver al presidente electo a solas y eso no cayó bien entre los sindicalistas que son prácticamente celosos.
Todo indicaría que el Ministerio del Interior iría a ocuparlo alguien de La Cámpora, uno de los preferidos de Cristina Kirchner: Eduardo " Wado" de Pedro. Es importante ver quién ocupará el lugar desde donde se llevará adelante la comunicación entre la Casa Rosada y los gobernadores, si lo que piensa Fernández es querer acotar el poder de su vicepresidenta en una alianza federal. Allí va a haber otra persona importante que es Julián Leunda, un hombre de Cristobal López y de Fabián de Sousa -líderes del Grupo Indalo-, muy ligado a Alberto Fernández, quien ha sido un hombre clave para Fernández con los intendentes, sobretodo en el conurbano boanerense.
En Justicia, probablemente esté una de las personas más cercanas al nuevo presidente que es Marcela Losardo. Ella acompaña a Fernández desde tiempos inmemoriales.
¿Quién va a ir al Consejo de la Magistratura, que es el gran mirador de las relaciones entre el Poder Ejecutivo y la Justicia Federal? Dicen que allí Fernández tiene uno de sus gran cometidos porque en varias oportunidades dijo que quiere resolverle los conflictos judiciales a Cristina Kirchner, quien según él es inocente. Entonces, ¿Quién llevará adelante la representación del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura? Aparentemente un medio hermano de Wado de Pedro, otro dirigente de La Cámpora, Gerónimo Ustarroz, hermano del intendente de Mercedes, que protagonizó una anécdota cómica cuando dijo desde la OEA que Fernández había infiltrado un espía en Bolivia para revisar el comportamiento de Evo Morales en las elecciones.
En el Ministerio de Trabajo habrá otra pieza clave, si es que el gobierno va a apostar gran parte de la inflación, de los precios, de las tarifas y del tipo de cambio en un gran acuerdo económico y social. Es alguien también muy ligado a Fernández: Claudio Moroni, quien lo sucedió en la Superintendencia de Seguros en la época de Menem. Llevaría a un abogado muy ligado a Moroni que es Miguel de Virgiliis.
A los sindicalistas les interesa este tema, pero no tanto. Les interesa mucho más la Superintendecia de Salud. José Luis Lingeri de Aguas Argentinas, quien ha ocupado formal o informalmente las cajas de las obras sociales desde hace tres décadas, quiere poner al superintendente y manejar esa caja de las obras sociales. Al parecer Lingeri querría poner ahí al abogado José Pedro Bustos, que ya ocupó un lugar en la época de Capaccioli, que terminó rodando por las relaciones con las empresas proveedoras de efedrina, que alimentaron la campaña de Cristina en 2007. Lingeri quiere poner a un amigo de Capaccioli en la Superintendencia de Salud, pero tiene dos dificultades: hay dos sindicalistas, entre ellos Moyano, que temen por las relaciones que tuvo Lingenri con Silvia Majdalani, la segunda de la AFI, y porque mantienen una relación estrechísima. Algunos dicen que toda esa persecución durante el gobierno de Macri vino desde la AFI, entonces se preguntan por la relación entre Lingeri y Majdalani. Lo que vuelve loco a Lingeri, quien dice que jamas espiaría a un compañero. El otro problema es que dado que fue tan gravitante en el manejo de las obras sociales, desde la CGT quieren cambiar de representante y poner a alguien que pueda establecer más tensión con el poder.
La gran disputa respecto al área de Transporte está entre Moyano y Florencio Randazzo.
Pero, para entender cómo sigue la disputa de poder, hay que mirar hacia el Congreso. Ahí, un eje central entre Alberto Fernández y Massa que va a ser el presidente de la Cámara de Diputados. Después, y lo más importante, el kirchnerismo le puede ceder a Massa la presidencia de la Cámara, pero ¿le va a dar la jefatura sobre el oficialismo que viene?
Agustín Rossi aparentemente iría de nuevo al Ministerio de Defensa para despejar la jefatura del bloque oficialista que iría para Máximo Kirchner. El bloque oficialista del nuevo peronismo en la Cámara de Diputados ¿va a ser unificado o va a ser cómo hasta ahora, un bloque del kirchnerismo y otro de los gobernadores? ¿Qué le conviene más a Fernández? Tal vez no lo puede decir, pero si lo hipnotizaran probablemente diría que dos bloques separados, para no quedar preso de Cristina Kirchner o de La Cámpora y tener una vía de escape en la sanción de las leyes para poder hacer otras alianzas complementarias en acuerdo con las provincias.
Cristina Kirchner piensa al revés, cree que hay que reunificar a las partes y poner a alguien muy cercano a ella al frente de ese bloque. Lo mismo vale para la Cámara de Senadores.
¿Quiénes van a manejar la Cámara, además de la vicepresidenta? Carlos Zannini será el secretario administrativo, quien maneja los pedidos de contratos, los manejos, los pasajes, manejando el poder de la Cámara. Estaría también Oscar Parrilli, muy leal a la expresidenta, como Presidente Provisional del Senado.
Pregunta crucial: ¿Quién va a manejar la Comisión de Acuerdos del Senado? Esta persona estará encargada de algo central, va a devolverle a la Casa Rosada todos los pliegos de jueces que todavía no se designados y va a pedir los nuevos pliegos. Seguramente sea alguien de Cristina Kirchner.
¿Quién va a manejar la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados y del Senado? Me alcanza con saber quién la va a gobernar en el Senado, porque, si esa Comisión la maneja Cristina Kirchner o alguien de su entorno, cualquier acuerdo que quiera hacer Alberto Fernández para tomar distancia, aire del poder de Cristina, se vería relativizado. Por esta Comisión pasan los recursos que deriva a través de mil canales, la Nación a las provincias. Allí Cristina va a tener un interés particular, ver cuánta plata le gira la Nación a Axel Kicillof, su niño mimado. El oficialismo de Cristina Kirchner está en la provincia de Buenos Aires y lo expresa Kicllof y su grupo, que curiosamente tampoco milita en La Cámpora. Aquí tenemos un triángulo de permanente tensión que va a ser Alberto Fernández, Kicillof, Cristina y eso se va a expresar en la discusión presupuestaria centralmente.
Queda la Cancillería, donde todo indica que el nuevo titular será Felipe Solá. Sin embargo, no se sabe aún cuánto va a tener que tolerar algún monitoreo o algún doble comando o la sugerencia de la figura de Marco Enríquez-Ominami, un exdirigente del socialismo chileno, muy influyente en lo que ha sido la política exterior de Fernández como candidato. Habrá que ver quién de los dos pesa más en la oreja del nuevo presidente.
Fernández ha demostrado tener una gran vocación por la política internacional y hay quienes lo atribuyen a que en esa arena se está jugando la política interna. El conflicto ideológico que domina la política doméstica se proyecta hacia afuera y se repliega desde afuera hacia adentro. La política internacional es como un espejo de la política doméstica y está generando problemas severos en muchos países que impide una negociación regional de este tipo de crisis. Algunos dicen que Fernández acumula capital simbólico en la política internacional, que "no cuesta nada", y se envuelve de progresismo para después hacer un ajuste en la política doméstica, muy probable si es que el secretario de Hacienda viene del estudio Broda, es decir, un estudio ortodoxo.
El propio Fernández da a entender esta especie de revival de Néstor Kirchner, así se lo dijo a Página 12. El presidente electo dijo que a veces piensa que Macri lo metió en el túnel de tiempo y que lo devolvió a la época de Néstor Kirchner, que lo regresó al 2003. Si esta sensación se convierte en una hipótesis para el gobierno de Fernández, puede que él esté en problemas, porque el 2003 es muy distinto del 2020. China ya no produce el auge en el precio de los commodities que producía al comienzo de la década pasada. El superhábit fiscal y el superhábit de comercio que le dejó Eduardo Duhalde hoy están ausentes. Con Néstor no había inflación, más bien empezó a generarse. Y la soja, que con Néstor valía US$600 la toneladas, hoy vale la mitad.
La semana pasada hablábamos de esto con el periodista de Clarín Carlos De Elia, un cerebro muy importante en el mundo de la televisión sobre todo en Canal 13 y TN, y le comentaba esta especie de deja vù. De Elia con gran poder de síntesis, propio de un hombre de la televisión, dijo: "Fernández es un Néstor sin soja".

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