domingo, 3 de noviembre de 2019

HAMBRE EN LOS NIÑOS...NUNCA MÁS


El mapa del hambre infantil, una urgencia para el próximo gobierno
El déficit alimentario severo alcanza al 13% de los niños, pero los menores de 4 años son los que están en mayor riesgo; cuáles serán las primeras medidas del gobierno electo para enfrentarlo
Los chicos corren a la mesa, se sientan y, en pocos minutos, casi sin respirar y aunque el guiso esté caliente, terminan el plato y piden más. "Para la mayoría, esta es su única comida fuerte del día, no tienen la posibilidad de alimentarse en sus casas", aseguró Luis Gómez, del Comedor Por los Chicos, del barrio Loyola, en San Martín. La escena refleja una realidad dolorosa: miles de niños, niñas y adolescentes pasan hambre en la Argentina, donde la inseguridad alimentaria severa es la más alta de la última década.
Aunque no fue una sorpresa, los datos más recientes del Indec le pusieron números al drama: casi el 53% de los menores de 14 años residen en hogares pobres en términos económicos. Pero si se pone la lupa en los que padecen riesgo alimentario extremo, es decir, quienes viven a diario la experiencia del hambre, pasaron de 9,6% a 13% en el último año, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), de la UCA. En el conurbano bonaerense, donde se concentra la mayor cantidad de niños en riesgo, la cifra trepó hasta el 17,4%. "Cuando la situación económica es grave como la actual, cuando los indicadores de pobreza se disparan, golpean especialmente a los hogares con niños", describió Ianina Tuñón, investigadora responsable del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia.
Para muchos, este panorama crítico y las heladeras vacías son algunas de las razones por las cuales Alberto Fernández acaba de ser elegido presidente y, a la vez, uno de sus desafíos más inmediatos: frenar o revertir una situación íntimamente ligada a la inflación; la suba de alimentos y servicios, y el desempleo en los sectores más vulnerables.
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"El problema del hambre y la situación de los niños es lo más inquietante, porque estamos generando una cuarta generación de exclusión. Además de requerir un plan alimentario urgente para la primera infancia, el país tiene un 25% de pobreza estructural", afirmó el diputado Daniel Arroyo, principal responsable del plan Argentina contra el Hambre, la propuesta que el gobierno electo piensa poner en marcha desde el 10 de diciembre.
Para Marisa Graham, designada defensora de Niños, Niñas y Adolescentes por la comisión bicameral del Congreso, "estamos en una situación grave" y ante lo apremiante del momento "el gobierno actual y el que viene tienen que tomar la decisión de una protección a las familias con niños y, sobre todo, a las familias con niños pequeños".
Las postales de la realidad con chicos revolviendo la basura, no pudiendo acceder a comidas nutritivas o haciendo colas en comedores, confirman una vez más la especial vulnerabilidad de la infancia a la pobreza. "Las cifras actuales hablan de un millón y medio de niños y adolescentes que no cubren la canasta básica de alimentos", afirmó Luisa Brumana, representante de Unicef en la Argentina. Por eso, consideró que "es hora de saldar la deuda con la niñez" y que "el próximo presidente deberá tomar medidas rápidas".
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Los más vulnerables
Los chicos de 0 a 4 años están entre los más afectados por la inseguridad alimentaria severa, que en ese grupo pasó de 7,8% en 2015 a 12,9% en 2018. "Son los más invisibles y, a la vez, la población más crítica, que requiere una respuesta urgente, porque es la etapa en la que el riesgo alimentario tiene mayor efecto en el desarrollo", enfatizó Tuñón.
Todos los especialistas coinciden: el cuadro no admite demoras, son casi 320.000 niños y niñas en pleno crecimiento y desarrollo neuronal que no comen o lo hacen salteado. "Si no se ataca la desnutrición en los primeros años de vida, puede ser irreversible", explicó María Soledad Scheurer, directora general de Fundación Dignamente, una organización que trabaja con centros para la prevención y el tratamiento de la desnutrición infantil en Santiago del Estero (ver aparte). "Lo fundamental son los primeros 1000 días, hasta los 2 años, porque en ese período se desarrolla el 100% del cerebro humano", detalló Scheurer.
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Brumana agregó que estas carencias, "a largo plazo, traen consecuencias que van más allá de lo nutricional y la salud, también tienen impacto social y psicológico, así como en un menor rendimiento escolar". Por eso, para Tuñón es fundamental el georreferenciamiento de la población de hasta 4 años con inseguridad alimentaria severa, porque "permite ver dónde están los grupos más críticos, dónde se concentran la mayor cantidad de niños con esas características y trabajar en políticas públicas puntuales". Esos puntos son Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.

EL MAPA DEL HAMBRE

Una de las causas de la mayor vulnerabilidad de los más pequeños es que, en sus primeros años de vida, están sujetos al mundo privado de su familia. "En el contexto de pobreza, son muchos menos los niños integrados a la escuela o a centros de cuidado", subrayó Tuñón. En el mismo sentido, Brumana señaló que "es necesario implementar una estrategia nacional de primera infancia que amplíe la cobertura y fortalezca la oferta de servicios de calidad".
Paradójicamente, según el ODSA, la ayuda alimentaria directa se incrementó un 22,4% entre 2015 y 2018, hasta alcanzar el 33,6%. También creció el número de chicos que reciben alimentación gratuita en comedores: llegó a 34,6%, casi se duplicó entre los menores de 4 años y en el caso puntual del conurbano, el alza fue del 40%. Pero todo esto no evitó un fuerte incremento en la vulnerabilidad del acceso a los alimentos. "Vienen las mamás con los chicos más pequeños y comen de golpe porque tienen hambre. En seis años nunca me pasó. La situación me sobrepasó. No nos alcanza para darles dos o tres platos, que es lo que a veces piden", contó Luis, que en el comedor Por los Chicos tiene espacio para 40 niños, pero está recibiendo más de 70, a los que se suman las familias que se acercan.
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Graham agregó otro punto: "No se trata solo de qué come un niño, sino con quién y dónde. Cuando empezamos a salir de la crisis brutal de 2001, buscamos volver a la comensalidad familiar, porque para la formación y subjetivación de un niño no es lo mismo comer junto a su familia, con el olor de la cocina, reunido alrededor de una mesa, que hacerlo en el comedor de la escuela o con su hermano en el merendero del barrio". Para la defensora, "por supuesto que lo primero es responder a la urgencia, pero debemos tener en cuenta que la comida es más que un alimento". Por eso, desde Unicef, Brumana advirtió que, "mirando en el mediano y largo plazo, deberíamos ver cómo hacer que la alimentación pueda ser garantizada por el propio hogar".
Garantizar derechos
El reclamo más urgente de las organizaciones sociales está en el acceso a los alimentos. Desde el colectivo Infancia en Deuda, plantean que es imperioso incrementar los montos de la Asignación Universal por Hijo (AHU) hasta cubrir la canasta básica de alimentos y así "garantizar este derecho básico".
Unicef también pone el foco en otro tema importante relacionado con la AUH: que realmente llegue a todas las familias que la necesitan. 
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"Hay 1.000.000 de niños que no entran en la prestación y otros 300.000 que la perdieron por no cumplir con alguno de los requisitos", alertó Brumana. Al respecto, Graham sostuvo que "hay muchas familias desoladas que no se acercan y ni siquiera saben cuáles son sus derechos", y remarcó que "hay que salir a buscarlas", porque "no van a llegar a ninguna ventanilla del Estado, la ventanilla se tiene que acercar a ellas".
Para lograrlo, el trabajo con las familias es fundamental. "La formación de los padres es muy importante, porque las estrategias de cuidado y crianza en los hogares pobres también son muy pobres, no solo en términos materiales, sino en lo emocional y psicológico", describió Tuñón. Además, advirtió que si bien hubo algunas políticas con ese fin, como el programa Primeros Años, "no tuvieron la escala ni la proyección que se necesitaban".
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Teniendo en cuenta que los chicos más afectados son los más pequeños, en hogares monoparentales, extensos y en la parte postergada del estrato socioocupacional, los expertos consultados también creen que sería prioritario pensar a la monoparentalidad -generalmente, una mujer que debe ocuparse de tareas domésticas y ser la proveedora de hogar- como una desventaja y plantear políticas públicas específicas para este tipo de hogares.
Tuñón consideró que "en una economía que no va a mejorar en el corto plazo" el desafío pasa por "dónde poner esos recursos que escasean, cómo priorizar y focalizar las políticas públicas en los que más lo necesitan". Y en ese sentido parece no haber dudas: el foco en la primera infancia es clave si en verdad no se quiere hipotecar el futuro de los niños.
Las medidas claves que implementará el Frente de Todos
Crear un consejo multisectorial que dependerá del presidente
Garantizar una canasta básica de alimentos que sea accesible a todos y saludable
Realizar acuerdos de precios
Poner en funcionamiento una tarjeta para comprar alimentos
Fortalecer la economía popular y armar nuevos centros de comercialización
Acompañar el trabajo de los comedores
Cómo ayudar a organizaciones que luchan contra el hambre
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Comedor Por los Chicos: ubicado en el barrio Loyola, en San Martín, reciben a más de 70 niños. Brindan cena tres veces por semana y merienda los otros dos días. Necesitan carne, embutidos y alimentos no perecederos, además de ayuda económica. CBU: 01400267 03509754115309/Cuenta N° 541153/0, Banco Provincia, sucursal: 5097, San Martín. Contacto: 11-5577-5264 (Luis)
Fundación Los Niños del Mañana: asisten a niños de hasta 13 años en Catamarca, Jujuy y Salta. Necesitan yerba mate, fideos, polenta, harina y leche en polvo para entregar a familias nómadas que recorren la precordillera con sus rebaños. Contacto: 11-5951-5851 (Carolina). www.losniñosdelmañana.org.ar
Asociación Civil Nutriéndonos: con sede en Bancalari, Buenos Aires, combaten la desnutrición infantil a través de la gestión de un centro Conin. Necesitan leches fórmulas de inicio 1, 2 y 3 de cualquier marca, atún, polenta, lentejas y demás alimentos no perecederos. Contacto: (011) 4101 4839 / 11-4074-4041 (Belén). www.nutriendonos.org
Asociación Civil A Todo Corazón: ayudan a personas indigentes, especialmente a los niños desnutridos y sus familias. En los últimos días, atendieron a los afectados por las inundaciones. Necesitan leche, arroz, polenta, mate cocido, chocolatada, harina, lavandina, jabón, pasta dental y demás alimentos no perecederos. Contacto: (011) 4627-4990 (Amanda). www.atodocorazon.org.ar
Comedor San Jorge en Hurlingham: brinda alimentos a más de 144 personas en situación de calle y cuenta con diferentes talleres de formación laboral. Piden la donación de fideos, arroz, puré de tomate, sal fina y gruesa, bandejas descartables, tuppers grandes y camperas livianas. Contacto: (011) 7398-5172 y 11-6625-5588 (Raimunda); comedor_sanjorge@hotmail.com
El Mundo Ideal de los Niños: Pro­mueven el desarrollo integral de chicos en situación de vulnerabilidad de la ciudad de Buenos Aires. Piden la donación de leche y cacao en polvo, fideos, harina, conservas, galletitas y demás alimentos para la merienda. Contacto: 15-3314-1844 / (011) 3965-3360 (Herminia) elmundoidealdelosninos@yahoo.com.ar
E. B.

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