domingo, 17 de noviembre de 2019

TEATRO COLÓN....TEMPORADA 2020


Teatro Colón 2020: una temporada musical más austera, a la que no le faltan estrellas
Martha Argerich, aunque venga siempre, es la estrella
Así como la temporada del Teatro Colón de este año tuvo su principal singularidad, su punto fuerte, en los "grandes intérpretes internacionales", la de 2020 -que se presentó este mediodía- resulta, por simple comparación, más austera. La austeridad se refiere aquí en principio a los costos, pero hay también una austeridad artística que no puede imputarse únicamente a la voluntad de reducir los costos. Las estrellas no faltan (ahí están para probarlo Martha Argerich, el contratenor Phillippe Jaroussky y Gustavo Dudamel), pero los relieves de esta temporada son menos marcados. Esto se nota ya en la propia temporada lírica, que es un poco la vara general.
Son en total ocho títulos (doce, si se suma una obra en versión de concierto y la programación de la ópera de cámara) que, en ciertos casos, refuerzan la cantidad de funciones (llegan a ocho) cuando son óperas más celebradas. El año empezará el 17 de marzo con Nabucco, en una nueva producción del régisseur italiano Stefano Poda y dirección musical de Renato Palumbo. En mayo, llegará El cónsul, de Gian Carlo Menotti, con dirección escénica de Rubén Szuchmacher, con el brasileño Leonardo Neiva como John Sorel y un elenco bien local que completan Carla Filipcic Holm, Adriana Mastrángelo y Alejandra Malvino. Vendrán después (en mayo) Los pescadores de perlas, de Georges Bizet y, en junio , Tosca, de Giacomo Puccini, claro que en la producción ya vista de Roberto Oswald. La sorpresa wagneriana es, en agosto, El oro del Rin, que tendrá como director musical a Enrique Arturo Diemecke, y como director de escena a Arnaud Bernard. No se informó si hay planes de completar la Tetralogía. El final tendrá, en septiembre, Lucia di Lammermoor, de Gaetano Donizetti, y Xerxes, de Georg Friedrich Handel, con puesta de Alejandro Tantanian y Verónica Cangemi en el papel de Romilda. De Manuel de Falla, se escuchará La vida breve.
Da la impresión de que se volvió a optar por la prudencia de los títulos conocidos y más o menos probados, pero aun en la prudencia hace falta una dosis de audacia, y eso se extraña. Una obra de Menotti como único título del siglo XX suena a decepción. E incluso en el caso de Puccini habría sido deseable algún aire más nuevo.
En el plano de las visitas internacionales, la noticia más relevante es el regreso de Charles Dutoit. El maestro jugará como una especie de battidore libero de la temporada, por lo general con la compañía de Martha Argerich. En principio, va a ser la piedra angular de las cuatro fechas del Festival Beethoven, dedicado a conmemorar los 250 años del nacimiento del compositor. Los primeros días de noviembre, alternativamente al frente de la Estable y de la Filarmónica, Dutoit dirigirá los cinco conciertos para piano de Beethoven: el primero, con Argerich como solista y Annie Dutoit, la hija de los dos, como recitante; en el segundo y el tercero, las solistas serán Arta Arnicane y Dong Hyek Lim; en el cuarto, llegará Lars Vogt, y el quinto correrá por cuenta de Homero Francesch.
El regreso del director Charles Dutoit, exmarido de Argerich, es el destacado de la temporada: hará Beethoven y Stravinsky
Más espectacularmente, Dutoit dirigirá para el Abono sinfónico-coral Le Noces, de Stravinsky, con los cuatro pianos en las manos de Argerich, Dong Hyek Lim, Iván Rutkauskas y Marcelo Ayub. No será el único Stravinsky de Dutoit: en la temporada de OFBA dirigirá El pájaro de fuego, en un programa que incluye el Concierto para piano n°3 de Prokófiev, una vez más con Argerich.
A propósito de la Filarmónica de Buenos Aires, se escucharán a lo largo del año las nueve sinfonías de Beethoven (el cierre será desde ya la Sinfonía n° 9) a cargo de diferentes directores. Entre los solistas invitados para la temporada de la OFBA hay que señalar, en septiembre, a la violinista Midori (en los conciertos para violín de Bach) y a la pianista Ingrid Fliter, en octubre, que tocará el Primer concierto, de Chopin.
Con programas que todavía no fueron anunciados, el abono de Grandes Intérpretes Internacionales traerá a la violinista Viktoria Mullova, a las sopranos Mariella Devia y Pretty Yende, a Philippe Jaroussky, el maravilloso contratenor francés que había actuado ya en el Colón en 2014, invitado entonces por el Mozarteum Argentino. Completan el año Dudamel (en julio) con la Mahler Chamber Orchestra, la agrupación que fundó Claudio Abbado, y la Tokio Geidai Philarmonia Orchestra.
Philippe Jaroussky, un contratenor convertido en estrella
Ausentes masivamente, las piezas contemporáneas vuelven a ser la cenicienta de la temporada. Con todo, resultan insoslayables el Concierto para violín de György Ligeti por Francesco D'Orazio (en mayo) y la monumental Sonata Concord de Charles Ives por Joonas Ahonen (en diciembre), ambos en Colón Contemporáneo. El Centro de Experimentación prevé por su lado, en marzo, un homenaje a Gerardo Gandini, que incluye el estreno de Los trabajos y los días, la película de Juan Villegas: una manera de recordar los tiempos en que el querido maestro creó, a instancias de Sergio Renán, el CETC en una época muy distinta de la nuestra.
Tres imperdibles
Argerich & Dutoit
Juntos, por separado y con su hija Annie, ocuparán casi por completo el mes de noviembre de 2020.
Philippe Jaroussky
Son pocos los contratenores y, entre ellos, no hay ninguno como él. Vendrá con el director Julián Chauvin y Le Consert de la Loge. El sábado 10 de octubre de 2020, a las 20
Sonata Concord
La obra clave de Ives se toca rara vez, por su complejidad y las demandas que tiene el ejecutante. No sabemos cuándo se repetirá. El miércoles 2 de diciembre de 2020, a las 20

P. G. 


Ballet 2020 en el Colón: un póquer de clásicos, regresos conocidos y la visita del rutilante Roberto Bolle
Roberto Bolle, un invitado estelar para la temporada de ballet 2020 en el Teatro Coló
Cinco espectáculos con 64 funciones en la sala -es decir, sin contar presentaciones fuera del teatro ni posibles giras- se cargan en la cuenta de la temporada 2020 del Ballet Estable del Teatro Colón , que se presentó este mediodía . La expresión matemática no es caprichosa ni colorida a la hora de ver cómo se planta la compañía frente al año entrante. La suma marca otro pequeño crecimiento en la cantidad de presentaciones que se le destina a la compañía de danza más importante del país; un piso que fue subiendo paso a paso después de 2016 (aquel año fueron solo 22) a la par de un éxito de taquilla que pareciera ser el mejor aval a la hora de negociar internamente el lugar del ballet en la casa. Lejos todavía del techo internacional de una opera house, el logro es, no obstante, señal de terreno ganado y capital para una mayor ambición artística.
La temporada juega sobre seguro, sin grandes riesgos. El foco de la programación que presentó Paloma Herrera, quien irá por su cuarto año como directora del cuerpo estable, se centra en un clásico póquer de ases con versiones del siglo XX - Giselle, La fille mal gardée, Manon y La bayadera (las dos primeras y la última, con nuevas producciones que se realizarán en los talleres del teatro) - y un programa contemporáneo que es lo más cercano a ese as en la manga al que vale apostar.
Aunque el capítulo de los invitados ocupa un lugar importante, los roles principales en las noches de estreno de cada título continuarán a cargo de los bailarines de la casa, decisión que Herrera mantendrá el año que viene.
Roberto Bolle, gran figura italiana de la danza, hará "Manon" en septiembre de 2020 en el Colón
Si bien el año en la sala comenzará en abril, lo primero que hay que destacar es la visita de Roberto Bolle, cotizadada estrella del ballet y una de esas figuritas difíciles para completar el álbum (más aún el suyo, que está en las preciadas últimas páginas: en 2019 se despidió de una de sus compañías de cabecera, el ABT de Nueva York). El italiano tiene la agenda más complicada que un rockstar: solamente este año cuatro productores diferentes confiaron  las dificultades de poder traerlo a América latina. Con la rusa Polina Semiónova bailará la obra maestra de MacMillan, que repondrán Karl Burnett y Patricia Ruanne, del 4 al 13 de septiembre.
A propósito, hace apenas semanas, Bolle hizo este título con la argentina Marianela Núñez, en Londres, para delirio de los balletómanos que pudieron disfrutar de dos de los artistas más relevantes que tiene la escena hoy. No vendrán juntos, pero sí estarán ambos, porque Núñez volverá al Colón con su partenaire del Royal Ballet, Vadim Muntagirov (para presentarlo rápidamente en sociedad, basta con decir que él ganó el último Benois de la Danse, lo que lo convierte en el mejor bailarín del mundo hoy a los ojos de Moscú). Vendrán en diciembre a hacer La bayadera, de Makarova, un clásico que se vio hace no tanto (2016) y que, meses atrás, en Covent Garden, puso a Núñez alternativamente en los dos roles principales.
Durante la próxima temporada Herman Cornejo, el argentino del ABT neoyorquino, se convertirá en "bailarín invitado residente" del Ballet Estable del Teatro Colón
Repatriar a Marianela -tal vez la más exquisita ballerina que haya actualmente- no es, sin embargo, una sorpresa. Tampoco lo sería el regreso por tercera temporada consecutiva de Herman Cornejo, el argentino del American Ballet de Nueva York, excepto porque estrenará una categoría estelar: la de "bailarín invitado residente". Esto le da no solo al Ballet Estable una "nueva" figura de un nivel extraordinario para sus filas sino que, de esta manera, Cornejo habrá cumplido un objetivo personal: pasar más tiempo en el teatro donde se formó, integrándose al elenco, mientras continúa celebrando sus 20 años en el ABT.
Marianela Nuñez regresará en diciembre del año próximo con su compañero del Royal Ballet de Londres Vadim Muntagirov para hacer "La Bayadera"
Se verá a Cornejo, entonces, en dos títulos además de Bayadera: primero, en abril, como Albrecht, en la Giselle de Gustavo Mollajoli, cuya programación puede entenderse como un homenaje al coreógrafo argentino a un año de su fallecimiento. Luego, hará La fille mal gardée, en julio (la comedia de Ashton se dará en doce funciones para público general, además otras siete para el ciclo Colón en familia). Este título sorprende con un pronto regreso que no llegó a imprimirse en el cuadernillo anual de la temporada: el de Misty Copeland. Será una instancia de revancha para el público, que se quedó sin verla, y también para la figura americana, que este año vino a Buenos Aires para debutar en el Colón con La Sylphide, pero canceló su participación a último momento.
Misty Copeland estuvo en el país este año, pero no bailó; el año próximo el Colón le da revancha
Cuando en marzo de este año le preguntábamos a Paloma Herrera para cuándo la creación de una obra nueva para el Ballet del Colón, la directora enumeraba algunas condiciones que ahora se vuelven determinantes para entender en qué momento considera que está la compañía. "Hay que conocer bien la compañía, tener al coreógrafo apropiado, una idea, la música". Ese momento llegará en octubre próximo cuando se estrene una nueva versión de Carmen, de manos de Alejandro Cervera, que más allá de su trayectoria en la danza y como regisseur de ópera, viene colaborando estrechamente con el teatro. Compartirá programa con "el trabajo más espontáneo" del genial coreógrafo checo Jiri Kylián, Sinfonietta, la cuota contemporánea reservada para 2020.
Mientras tanto, en 2019
El Ballet Estable prepara en estos días la versión de Mario Galizzi de El lago de los cisnes, título programado para presentarse a partir del 17 de este mes y por diez funciones en el Teatro Colón, como cierre de la temporada anual. Por un reclamo salarial, que busca equiparar los sueldos de los bailarines con los de la orquesta y el coro, los artistas de la compañía de danza llevan una semana trabajando parcialmente en el montaje del clásico, y debatiendo en las salas su petición a la espera de una respuesta institucional.
C. B.

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