viernes, 17 de enero de 2020

ARTE SIN COLOR


¿Sin color?: fotos, pinturas y objetos solamente en blanco y negro
Como un yin y yang, 40 obras de artistas de todo el país que integran la colección de Fundación OSDE interpelan sobre el lugar y el sentido de estos colores

Humos en una fotografía de Carolina Furque
La colección de la Fundación OSDE posee 135 obras de artistas contemporáneos, en su mayoría argentinos. De ese conjunto conformado por premios adquisiciones y donaciones, una de las integrantes del equipo de la institución, Micaela Bianco, hizo honor a su apellido y eligió 40 obras en blanco y negro de 25 creadores, entre ellos, Sara Facio, Fabiana Ímola, Mariano Vilela, Armando Sapia y Hugo Aveta. En el circuito de galerías del barrio de Retiro,
“¿Sin color? Obras de la Colección Fundación OSDE” se interroga sobre el lugar que ocupan y ocuparon el negro y el blanco, no solo en las artes visuales sino en la amplia tela de la cultura.

Según el historiador francés Michel Pastoureau (citado por Bianco en uno de los textos de sala), “los colores transmiten códigos, tabúes y prejuicios a los que obedecemos sin ser conscientes de ello, poseen sentidos diversos que ejercen profunda incidencia en nuestro entorno, nuestras actitudes y comportamiento, nuestro lenguaje y nuestro imaginario”. De Leonardo da Vinci a Ad Reinhardt, pasando por Hokusai y Walker Evans, los sentidos del blanco y el negro han ido cambiando. Además de las obras seleccionadas, de gran calidad, se presenta una antología de textos de diversas procedencias que acompañan (interpelan y cuestionan) la serie de imágenes.

“Amo la autoridad del negro. Es un color sin concesiones. Un color violento, pero que incita sin embargo a la interiorización”, declaró el pintor y escultor francés Pierre Soulages. Y sobre el blanco se consignan las palabras del pintor, poeta y arquitecto neerlandés Theo van Doesburg: “El blanco es el color de los tiempos modernos, el color que disipa toda una era; nuestra era es la era de la perfección, la pureza y la certeza. El blanco incluye todas las cosas”. A la sombra del blanco y negro, crece una sensibilidad tan austera como exigente, clave de la fórmula de “¿Sin color?”.
Se proyecta además un video con textos de algunos de los participantes, como Claudio Larrea (“El blanco y el negro rigen mi corazón desde niño: son los colores del recuerdo, la memoria y la nostalgia”) y Eduardo Stupía, que equipara el blanco y negro con “una dualidad paria, fuera de la imbricación cromática con el colorido mundo”. Estos escritos permiten que se vean en profundidad obras ajenas y propias: en el caso de Larrea, dos fotos formidables tomadas en el edifico donde funcionaba el diario Crítica, fundado por Natalio Botana; y en el de Stupía, una de sus sistemáticas frondas alfabéticas hechas en tinta sobre papel
Como en un yin y yang complementario y federal, la muestra reúne trabajos de artistas de las provincias. En el recorrido propuesto por Bianco, hay fotografías de humos de Carolina Furque y Eduardo Grossman, grabados de Beatriz Moreiro, pinturas de Florencia Levy, Mariano Molina y Mariano Vilela, dibujos de humor negro de Lisandro Pierotti y Eduardo Gualdoni, tintas de Martín Villalonga y objetos e instalaciones.

Uno de los objetos expuestos es

Valijita de exdirector de museo, del artista Cristian Segura, que fue director del Museo Municipal de Bellas Artes de Tandil (Mumbat) a los veintitrés años. En esa obra de 2003, hecha al final de su gestión al frente del museo, se reproduce a escala la institución con la forma de un maletín de funcionario. La obra ironiza sobre el personalismo que suele acechar en esos cargos públicos y, a la luz de las polémicas que hubo en torno al acervo del Mumbat meses atrás, se actualiza. De Pablo Curuchet, se presentan dos pequeñas aves de cerámica realizadas por el artista en un horno rústico, en su taller de la localidad cordobesa de Villa Allende. Una de las esculturas metálicas inspiradas en la serie de bañistas de Edgar Degas, del chubutense José Luis Tuñón, da carta blanca a la imaginación.

Participa de la muestra el puertorriqueño Antonio Martorell, que donó a Fundación OSDE un conjunto de retratos serigrafiados sobre papel autoadhesivo que integra su proyecto Dédalo. Ideada como una intervención en espacios de exhibición, la propuesta de Martorell consistió en dibujar retratos a partir de las huellas dactilares de los propios retratados, en general trabajadores de instituciones artísticas. En una pizarra de fondo negro, el tucumano Pablo Guiot destaca una silueta con tiza blanca y, en 222 fósforos de madera, el cordobés Gerardo Repetto crea una secuencia fotográfica donde la luz proviene de las llamas de los fósforos.

La muestra se puede visitar hasta el 1° de febrero en Arroyo 807, con entrada libre y gratuita, de lunes a sábado, de 12 a 20.
D. G.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.