La política económica, ¿tiene el tiempo a favor o en contra?
Juan Carlos de Pablo
Congelar las tarifas de electricidad genera un dilema creciente
Un borracho tiene el tiempo a favor; quien tiene una hernia estrangulada o una úlcera perforada, lo tiene en contra. Porque al primero, sin hacer nada, con el correr de las horas el problema le desaparece; mientras que mejor que el segundo consiga rápido un cirujano porque, de lo contrario, se muere. En política económica ocurre algo parecido, por lo cual todo integrante de un equipo económico tiene que preguntarse, frente a cada medida, si el tiempo juega a favor, si es neutral o si juega en contra.
Para entender las implicancias de esto me comuniqué con el norteamericano Richard Newell Cooper (1934-2020), profesor en Yale y en Harvard, quien también tuvo una destacada y prolongada actuación en el gobierno de su país. Trabajó en el Consejo de Asesores Económicos (CEA) del presidente John Fitzgerald Kennedy, fue subsecretario de Asuntos Económicos en el Departamento de Estado, entre 1990 y 1992 presidió la FED de Boston, y entre 1995 y 1997 estuvo a cargo del Consejo Nacional de Inteligencia. Llegaba en bicicleta al CEA.
Viéndolo, el presidente Kennedy dijo que aparentemente en la institución trabajaban estudiantes secundarios.
Partidario de la coordinación fiscal entre las principales economías del mundo, en la década de 1970 el profesor planteó la "teoría de la locomotora", para que Estados Unidos, Alemania y Japón pudieran sacar de la recesión a la economía mundial. Se sumó a los aportes realizados por Carlos Federico Díaz Alejandro, Miguel Sidrauski y Norberto Aarón Belozercovsky, para explicar por qué una devaluación exitosa en el plano comercial puede ser recesiva.
-Te conocí porque participé en un estudio encargado por el Banco Mundial, para evaluar la evolución macroeconómica de algunos países en vías de desarrollo, entre mediados de las décadas de 1960 y de 1980.
-Inolvidable experiencia. A raíz del prematuro fallecimiento de Carlos Díaz, el proyecto lo coordinamos Warner Max Corden, Ian Malcom David Little, Sarath Rajapatirana y yo. Analizamos la evolución política y económica de 18 países, lo cual no solo generó un jugoso libro que resumió los hallazgos, sino que también enriqueció a los participantes, porque unos tuvieron que analizar las versiones preliminares de los trabajos realizados por otros.
-Efectivamente. En mi caso no voy a decir que me convertí en un experto, pero aprendí algo de lo que había ocurrido en países como Camerún, India, Turquía, etcétera. Escribí el volumen de la Argentina en colaboración con Alfonso José Martínez. Pretendimos explicar que nosotros generábamos tantas crisis internas, que no necesitábamos las crisis mundiales para explicar nuestras dificultades; a raíz de lo cual Corden propuso titular nuestro trabajo "Argentina: la economía endógena".
-Recuerdo algunas conclusiones: 1) no solo en la Argentina se reacciona cuando no hay más remedio; Indonesia y Turquía no se endeudaron en 1979, pero no porque anticiparan la crisis de la deuda que comenzó en 1982, sino porque nadie les quería prestar dada su lamentable situación económica; 2) es prácticamente imposible resistir la tentación de gastar súbitamente un fuerte aumento en los ingresos externos de un país, o la de aplicar una política económica que se pone "de moda" (Camerún es la excepción y no la regla, como en América Latina lo es Colombia); y sacar a un país de una crisis a veces "paga" en términos políticos a quien lo logra: el plan económico aplicado en Turquía a partir de 1980 fue llevado adelante por Turgut Ozal, entonces viceministro de Economía, luego ministro, más tarde primer ministro y, finalmente, presidente del país.
-Entremos en materia. ¿Por qué es importante saber si una política económica tiene el tiempo a favor o en contra?
-Porque orienta la toma de decisiones. Decidir siempre es costoso, en términos anímicos y prácticos, por lo cual no hay nada más paralizante que pensar que el mero paso del tiempo soluciona los problemas. Raúl Prebisch recordaba que en 1931 todo el mundo decía que "la reactivación está a la vuelta de la esquina", pero en 1932, en vez de la reactivación apareció la Conferencia de Ottawa, que creó las denominadas "preferencias imperiales" que le dieron prioridad al comercio entre los países que integraban el Commonwealth, y generó el tan mal interpretado pacto Roca-Runciman.
-Debe haber casos en los cuales el tiempo juega a favor.
-Claro. El precio de las flores aumenta el día de los enamorados y el día de la madre, de la misma manera que el precio de las empanadas de vigilia sube en Semana Santa. No sería una buena idea organizar una campaña contra "el agio y la especulación", concentrada en los referidos bienes y fechas.
-Vivimos en un mundo altamente incierto, de manera que no siempre es posible saber si la política económica tiene el tiempo a favor o en contra.
-Así es. La hipótesis de la Tercera Guerra Mundial, a mediados de la década de 1940, no era descabellada; pero desde el punto de vista decisorio la cuestión no es tanto sobre qué hipótesis decidís, sino la velocidad con la cual corregís cuando advertís que la hipótesis no coincide con la realidad. Además de lo cual, en esto de tener el tiempo a favor algunos funcionarios abusan de manera grosera.
-Deje un ejemplo de esto último.
-En la Argentina 2021 nadie espera que se produzca una deflación, es decir, una caída del nivel general de los precios. Por consiguiente, el congelamiento de cualquier precio implica su reducción artificial con respecto al resto de los precios. Esto es lo que los economistas denominamos una distorsión, porque genera derroche. En un país donde generar electricidad cuesta mucho pero las tarifas que pagan los consumidores no cubren los costos, las luces se dejan prendidas, no importa cuántas campañas de "concientización" se lleven a cabo.
-¿Cuál es el problema?
-El funcionario que dispuso un congelamiento, con el correr del tiempo enfrenta un dilema creciente. Es evidente que tiene el tiempo en contra, en el sentido de que el salto tarifario que tiene que implementar es cada vez mayor y, por esta razón, cuando se lo propone a las autoridades políticas, éstas le dan la razón, pero le sugieren que no es el momento, porque vienen las elecciones (¡siempre vienen las elecciones!) y, mientras tanto, hay más subsidios, cortes de suministros, etcétera.
-¿Y entonces?
-Que nadie se chupa el dedo, particularmente en su país, cuya población es bien despabilada en función de su pasado. Por definición los servicios no se pueden acumular, pero sí las mercaderías y, por consiguiente, se actúa en consecuencia. En términos bíblicos, cuando la gente espera un nuevo Diluvio Universal, compra entradas para el Arca de Noé. Los comportamientos entendibles en el plano microeconómico son desestabilizantes en el plano macroeconómico.
-Recordado Dick, muchas gracias.
Partidario de la coordinación fiscal entre las principales economías del mundo, en la década de 1970 el profesor planteó la "teoría de la locomotora", para que Estados Unidos, Alemania y Japón pudieran sacar de la recesión a la economía mundial. Se sumó a los aportes realizados por Carlos Federico Díaz Alejandro, Miguel Sidrauski y Norberto Aarón Belozercovsky, para explicar por qué una devaluación exitosa en el plano comercial puede ser recesiva.
-Te conocí porque participé en un estudio encargado por el Banco Mundial, para evaluar la evolución macroeconómica de algunos países en vías de desarrollo, entre mediados de las décadas de 1960 y de 1980.
-Inolvidable experiencia. A raíz del prematuro fallecimiento de Carlos Díaz, el proyecto lo coordinamos Warner Max Corden, Ian Malcom David Little, Sarath Rajapatirana y yo. Analizamos la evolución política y económica de 18 países, lo cual no solo generó un jugoso libro que resumió los hallazgos, sino que también enriqueció a los participantes, porque unos tuvieron que analizar las versiones preliminares de los trabajos realizados por otros.
-Efectivamente. En mi caso no voy a decir que me convertí en un experto, pero aprendí algo de lo que había ocurrido en países como Camerún, India, Turquía, etcétera. Escribí el volumen de la Argentina en colaboración con Alfonso José Martínez. Pretendimos explicar que nosotros generábamos tantas crisis internas, que no necesitábamos las crisis mundiales para explicar nuestras dificultades; a raíz de lo cual Corden propuso titular nuestro trabajo "Argentina: la economía endógena".
-Recuerdo algunas conclusiones: 1) no solo en la Argentina se reacciona cuando no hay más remedio; Indonesia y Turquía no se endeudaron en 1979, pero no porque anticiparan la crisis de la deuda que comenzó en 1982, sino porque nadie les quería prestar dada su lamentable situación económica; 2) es prácticamente imposible resistir la tentación de gastar súbitamente un fuerte aumento en los ingresos externos de un país, o la de aplicar una política económica que se pone "de moda" (Camerún es la excepción y no la regla, como en América Latina lo es Colombia); y sacar a un país de una crisis a veces "paga" en términos políticos a quien lo logra: el plan económico aplicado en Turquía a partir de 1980 fue llevado adelante por Turgut Ozal, entonces viceministro de Economía, luego ministro, más tarde primer ministro y, finalmente, presidente del país.
-Entremos en materia. ¿Por qué es importante saber si una política económica tiene el tiempo a favor o en contra?
-Porque orienta la toma de decisiones. Decidir siempre es costoso, en términos anímicos y prácticos, por lo cual no hay nada más paralizante que pensar que el mero paso del tiempo soluciona los problemas. Raúl Prebisch recordaba que en 1931 todo el mundo decía que "la reactivación está a la vuelta de la esquina", pero en 1932, en vez de la reactivación apareció la Conferencia de Ottawa, que creó las denominadas "preferencias imperiales" que le dieron prioridad al comercio entre los países que integraban el Commonwealth, y generó el tan mal interpretado pacto Roca-Runciman.
-Debe haber casos en los cuales el tiempo juega a favor.
-Claro. El precio de las flores aumenta el día de los enamorados y el día de la madre, de la misma manera que el precio de las empanadas de vigilia sube en Semana Santa. No sería una buena idea organizar una campaña contra "el agio y la especulación", concentrada en los referidos bienes y fechas.
-Vivimos en un mundo altamente incierto, de manera que no siempre es posible saber si la política económica tiene el tiempo a favor o en contra.
-Así es. La hipótesis de la Tercera Guerra Mundial, a mediados de la década de 1940, no era descabellada; pero desde el punto de vista decisorio la cuestión no es tanto sobre qué hipótesis decidís, sino la velocidad con la cual corregís cuando advertís que la hipótesis no coincide con la realidad. Además de lo cual, en esto de tener el tiempo a favor algunos funcionarios abusan de manera grosera.
-Deje un ejemplo de esto último.
-En la Argentina 2021 nadie espera que se produzca una deflación, es decir, una caída del nivel general de los precios. Por consiguiente, el congelamiento de cualquier precio implica su reducción artificial con respecto al resto de los precios. Esto es lo que los economistas denominamos una distorsión, porque genera derroche. En un país donde generar electricidad cuesta mucho pero las tarifas que pagan los consumidores no cubren los costos, las luces se dejan prendidas, no importa cuántas campañas de "concientización" se lleven a cabo.
-¿Cuál es el problema?
-El funcionario que dispuso un congelamiento, con el correr del tiempo enfrenta un dilema creciente. Es evidente que tiene el tiempo en contra, en el sentido de que el salto tarifario que tiene que implementar es cada vez mayor y, por esta razón, cuando se lo propone a las autoridades políticas, éstas le dan la razón, pero le sugieren que no es el momento, porque vienen las elecciones (¡siempre vienen las elecciones!) y, mientras tanto, hay más subsidios, cortes de suministros, etcétera.
-¿Y entonces?
-Que nadie se chupa el dedo, particularmente en su país, cuya población es bien despabilada en función de su pasado. Por definición los servicios no se pueden acumular, pero sí las mercaderías y, por consiguiente, se actúa en consecuencia. En términos bíblicos, cuando la gente espera un nuevo Diluvio Universal, compra entradas para el Arca de Noé. Los comportamientos entendibles en el plano microeconómico son desestabilizantes en el plano macroeconómico.
-Recordado Dick, muchas gracias.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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