Relato intrigante, con capa inocente
(Estados Unidos/2020). creadora: Jac Schaeffer. director: Matt Shakman. elenco: Elizabeth Olsen, Paul Bettany, Kathryn Hahn,Kat Dennings. 27 minutos. disponible en: Disney+.
M. F. C.
Los primeros avances de Wandavision eran un verdadero interrogante. Las imágenes mostraban a Wanda (Elizabeth Olsen) y a Vision (Paul Bettany) disfrutando una feliz vida matrimonial, plasmada según la estética televisiva de los años 50 y 60. Claro que teniendo en cuenta que el héroemurió a manos deth anos( josh Brolin) en Avengers: Infinity War, el acertijo era aún mayor. Por todo esto es que el comienzo de Wandavision resulta tan fascinante como rodeado de intriga. En la historia, efectivamente la pareja se establece en un típico hogar de los suburbios, concretando esa idea de la familia feliz. La acción transcurre en blanco y negro, con grandes decorados, chistes acartonados y un sinfín de risas grabadas. La trama tampoco dista mucho del que podría ser un episodio de Yo amo a Lucy, con Vision procurando impresionar a su jefe invitándolo a comer, mientras que una confusión lleva a Wanda a pensar que la cena será en realidad un íntimo aniversario de pareja.
La mala comunicación entre Wanda y Vision provoca todo tipo de risas, y solo la magia de la heroína podrá salvar a la velada del desastre. Claro que como era habitual en la televisión de esa época, los finales felices son un destino obligatorio. Pero esa vida perfecta comienza a presentar sutiles fisuras, grietas que delatan que de alguna manera, el matrimonio de Vengadores vive una fantasía que les permite evadirse de la realidad. Un punto rojo en una imagen blanco y negro, o un terrible accidente casero son pistas que revelan la presencia de otra cotidianidad amarga, que Wanda o alguien más, intenta disfrazar a como dé lugar. Queda entonces el interrogante sobre qué se esconde detrás de esta inocente sitcom, y por qué Wanda y Vision parecen gustosamente anclados a una vida feliz que siempre les fue negada. Este título es el primer proyecto televisivo cien por cien nacido de la cantera Marvel, que vuelve sobre sus pasos. Y no es casual que la trama elegida sea una que a priori, resulte tan chica. Más aún, menos casual es que este título sea una suerte de repaso por la historia de la pantalla chica. Y así como Wanda juega a manipular su realidad otorgándole sesgos de ficción, Wandavision hace lo mismo y cuenta una saga que se traslada no solo a una época puntual, sino también al registro de un período clave y fácilmente reconocible de la narrativa televisiva. Una figura clave es su creadora, la guionista Jac Schaeffer. Marvel no solo logra una historia sólida que se anima a reversionar a dos de los personajes más simbólicos de su universo, sino que también le huye a la solemnidad que tan de moda está en muchas de las producciones televisivas, que entienden seriedad como sinónimo de calidad.
En la era digital también nos divierten
(Muppets Now,Ee.Uu./2020).Dirección:Bill Barretta,Kirk K.Thatcher, Christopher Alender. disponible en: Disney+
Los primeros avances de Wandavision eran un verdadero interrogante. Las imágenes mostraban a Wanda (Elizabeth Olsen) y a Vision (Paul Bettany) disfrutando una feliz vida matrimonial, plasmada según la estética televisiva de los años 50 y 60. Claro que teniendo en cuenta que el héroemurió a manos deth anos( josh Brolin) en Avengers: Infinity War, el acertijo era aún mayor. Por todo esto es que el comienzo de Wandavision resulta tan fascinante como rodeado de intriga. En la historia, efectivamente la pareja se establece en un típico hogar de los suburbios, concretando esa idea de la familia feliz. La acción transcurre en blanco y negro, con grandes decorados, chistes acartonados y un sinfín de risas grabadas. La trama tampoco dista mucho del que podría ser un episodio de Yo amo a Lucy, con Vision procurando impresionar a su jefe invitándolo a comer, mientras que una confusión lleva a Wanda a pensar que la cena será en realidad un íntimo aniversario de pareja.
La mala comunicación entre Wanda y Vision provoca todo tipo de risas, y solo la magia de la heroína podrá salvar a la velada del desastre. Claro que como era habitual en la televisión de esa época, los finales felices son un destino obligatorio. Pero esa vida perfecta comienza a presentar sutiles fisuras, grietas que delatan que de alguna manera, el matrimonio de Vengadores vive una fantasía que les permite evadirse de la realidad. Un punto rojo en una imagen blanco y negro, o un terrible accidente casero son pistas que revelan la presencia de otra cotidianidad amarga, que Wanda o alguien más, intenta disfrazar a como dé lugar. Queda entonces el interrogante sobre qué se esconde detrás de esta inocente sitcom, y por qué Wanda y Vision parecen gustosamente anclados a una vida feliz que siempre les fue negada. Este título es el primer proyecto televisivo cien por cien nacido de la cantera Marvel, que vuelve sobre sus pasos. Y no es casual que la trama elegida sea una que a priori, resulte tan chica. Más aún, menos casual es que este título sea una suerte de repaso por la historia de la pantalla chica. Y así como Wanda juega a manipular su realidad otorgándole sesgos de ficción, Wandavision hace lo mismo y cuenta una saga que se traslada no solo a una época puntual, sino también al registro de un período clave y fácilmente reconocible de la narrativa televisiva. Una figura clave es su creadora, la guionista Jac Schaeffer. Marvel no solo logra una historia sólida que se anima a reversionar a dos de los personajes más simbólicos de su universo, sino que también le huye a la solemnidad que tan de moda está en muchas de las producciones televisivas, que entienden seriedad como sinónimo de calidad.
En la era digital también nos divierten
(Muppets Now,Ee.Uu./2020).Dirección:Bill Barretta,Kirk K.Thatcher, Christopher Alender. disponible en: Disney+
M. S.
Contra viento y marea, los Muppets siguen su camino y demuestran que siempre tienen algo nuevo para decir sin perder la esencia. La identidad de los maravillosos muñecos de felpa creados por Jim Henson es lo suficientemente flexible como para trascender las modas y adaptarse a cada nueva circunstancia. Y a la vez, este mundo tiene atributos tan genuinos y tan originales que le permiten a sus personajes afirmarse en cualquier nuevo tiempo. Será porque no hay nada parecido a ellos en la cultura popular de las últimas décadas.
Lo que sí queda claro con este regreso breve y sustancioso (seis episodios de media hora cada uno) es que los Muppets le hablan al mismo público que creció con ellos y que ahora, como adultos, siguen contándolos como sus preferidos. Y si ganan convocatoria gracias a una nueva aventura lo más probable es que buena parte de los eventuales nuevos seguidores también sean adultos. ¿Esto quiere decir que las andanzas de los Muppets dejaron de ser patrimonio de los chicos? Es muy probable. Desde los orígenes, Henson y sus talentosos compañeros se apoyaron en un humor físico, digno de la mejor tradición de la comedia slapstick, que resulta inmediatamente festejada por la audiencia infantil. Hay bastante de eso en Muppets ahora, suficiente para justificar que la familia pueda disfrutar junta de esta reaparición.
Pero a la vez, los Muppets se (auto) conciben como representantes del amás lúcida observación sobre los avatar es del mundo del espectáculo. tienen una mirada que celebra los logros de ese universo mientras se ocupa de diseccionarlos desde la parodia más regocijante. Esa mirada exige un conocimiento mínimo de esa materia y de buena parte de su historia reciente.
Muppets ahora le presta atención al estado actual de ese mundo, determinado por las reglas del st re aming. su demiurgo es scooter, encargado en el planeta muppet de todas las tareas de supervisión y puesta en el aire, y asignado aquí a la tarea de subir a la Red diferentes propuestas, segmentos y shows preparados para el nuevo tiempo. Como siempre ocurre con los Muppets, en lejanos tiempos tiempos analógicos o en esta nueva realidad digital, lo que en cualquier otro lugar no hubiese pasado la instancia de la prueba o el ensayo aquí funciona de manera definitiva.
La mayoría de las ideas son notables. Miss Piggy es víctima de la propia dinámica de un programa dedicado al “arte de vivir mejor” que nunca satisface su ego, el desopilante cocinero sueco convierte sus fracasos en triunfos dentro de una competencia con figuras invitadas que sí saben preparar platos y el langostino Pepe descoloca todo el tiempo a los participantes del más caprichoso de los quiz shows.
Un gran trabajo de Rachel Brosnahan
(i’m Your Woman, Ee.Uu./2020). Dirección: Julia Hart. Guion: Julia Hart, Jordan Horowitz. Elenco: Rachel Brosnahan, Bill Heck, Marsha Stephanie Blake. Duración: 120 minutos. disponible en: Amazon Prime Video.
Contra viento y marea, los Muppets siguen su camino y demuestran que siempre tienen algo nuevo para decir sin perder la esencia. La identidad de los maravillosos muñecos de felpa creados por Jim Henson es lo suficientemente flexible como para trascender las modas y adaptarse a cada nueva circunstancia. Y a la vez, este mundo tiene atributos tan genuinos y tan originales que le permiten a sus personajes afirmarse en cualquier nuevo tiempo. Será porque no hay nada parecido a ellos en la cultura popular de las últimas décadas.
Lo que sí queda claro con este regreso breve y sustancioso (seis episodios de media hora cada uno) es que los Muppets le hablan al mismo público que creció con ellos y que ahora, como adultos, siguen contándolos como sus preferidos. Y si ganan convocatoria gracias a una nueva aventura lo más probable es que buena parte de los eventuales nuevos seguidores también sean adultos. ¿Esto quiere decir que las andanzas de los Muppets dejaron de ser patrimonio de los chicos? Es muy probable. Desde los orígenes, Henson y sus talentosos compañeros se apoyaron en un humor físico, digno de la mejor tradición de la comedia slapstick, que resulta inmediatamente festejada por la audiencia infantil. Hay bastante de eso en Muppets ahora, suficiente para justificar que la familia pueda disfrutar junta de esta reaparición.
Pero a la vez, los Muppets se (auto) conciben como representantes del amás lúcida observación sobre los avatar es del mundo del espectáculo. tienen una mirada que celebra los logros de ese universo mientras se ocupa de diseccionarlos desde la parodia más regocijante. Esa mirada exige un conocimiento mínimo de esa materia y de buena parte de su historia reciente.
Muppets ahora le presta atención al estado actual de ese mundo, determinado por las reglas del st re aming. su demiurgo es scooter, encargado en el planeta muppet de todas las tareas de supervisión y puesta en el aire, y asignado aquí a la tarea de subir a la Red diferentes propuestas, segmentos y shows preparados para el nuevo tiempo. Como siempre ocurre con los Muppets, en lejanos tiempos tiempos analógicos o en esta nueva realidad digital, lo que en cualquier otro lugar no hubiese pasado la instancia de la prueba o el ensayo aquí funciona de manera definitiva.
La mayoría de las ideas son notables. Miss Piggy es víctima de la propia dinámica de un programa dedicado al “arte de vivir mejor” que nunca satisface su ego, el desopilante cocinero sueco convierte sus fracasos en triunfos dentro de una competencia con figuras invitadas que sí saben preparar platos y el langostino Pepe descoloca todo el tiempo a los participantes del más caprichoso de los quiz shows.
Un gran trabajo de Rachel Brosnahan
(i’m Your Woman, Ee.Uu./2020). Dirección: Julia Hart. Guion: Julia Hart, Jordan Horowitz. Elenco: Rachel Brosnahan, Bill Heck, Marsha Stephanie Blake. Duración: 120 minutos. disponible en: Amazon Prime Video.
A. L.
Conocida por su protagónico en La maravillosa Sra. Maisel, por la que fue premiada con un Emmy y dos Globo de Oro, y también por su importante participación en House of Cards (fue nominada a un Emmy por ese papel), Rachel Brosnahan se luce en la cuarta película de Julia Hart. Ella es el centro de gravedad y el principal atractivo de un film que, a pesar de su notorio potencial, trastabilla en más de una ocasión.
El punto de partida de Buscada es atrapante: Jean, una ama de casa joven, apocada y ciertamente enigmática (un perfil que Brosnahan, también productora del film, construye con muchísima solvencia), está en pareja con Eddie (Bill Heck), un personaje antipático, modelo indiscutible de lo que hoy conocemos como masculinidad tóxica, enredado en algunos asuntos oscuros de los que no se habla demasiado pero se intuyen bastante y que, para colmo, un día llega a casa con una novedad inesperada. De buenas a primeras, se presenta con un bebé, sin aclarar cómo llegó a sus manos, y le pide a su pareja que lo cuide sin darle ninguna explicación sensata. Es obvio que no se trata de una adopción en regla, pero el temperamento indolente de Jean no le permite reaccionar a tiempo y ahí nomás empieza su calvario: de pronto llega un compañero de correrías de Eddie (Arinzé Kene) que la exhorta a abandonar de inmediato su casa con el niño a cuestas porque la vida de ambos corre peligro.
Una de las singularidades de la película es su despreocupación absoluta por explicitar las motivaciones de los extravagantes sucesos que se van desencadenando en una trama ripiosa que, gracias a ese recurso de sustracción informativa, logra mantenerla tensión pero que también abusa de esa estrategia y estira hasta las dos horas un relato que resuelto en menos tiempo hubiese rendido mucho más. La gran paradoja, de todos modos, es que cuando Hart decide empezar a revelar los datos necesarios para armar su rompecabezas dramático, todo se empieza a volver más convencional y trillado. Buscadaabandona gradualmente su aspereza inicial para entregarse a una serie de cursilerías relacionadas con las bondades de la vida familiar.
Al margen del gran desempeño de Brosnahan como una mujer que pasa esforzadamente del estupor al empoderamiento, la excelente banda sonora y el cuidado trabajo de ambientación de la película, que se desarrolla en los años 70, son dos de sus fortalezas más visibles. El paisaje es ominoso: una zona de los Estados Unidos que nunca es identificada con claridad pero en la que escasea el glamour: autos desvencijados, fábricas abandonadas, casas modestas cuando no al borde del abandono.
Conocida por su protagónico en La maravillosa Sra. Maisel, por la que fue premiada con un Emmy y dos Globo de Oro, y también por su importante participación en House of Cards (fue nominada a un Emmy por ese papel), Rachel Brosnahan se luce en la cuarta película de Julia Hart. Ella es el centro de gravedad y el principal atractivo de un film que, a pesar de su notorio potencial, trastabilla en más de una ocasión.
El punto de partida de Buscada es atrapante: Jean, una ama de casa joven, apocada y ciertamente enigmática (un perfil que Brosnahan, también productora del film, construye con muchísima solvencia), está en pareja con Eddie (Bill Heck), un personaje antipático, modelo indiscutible de lo que hoy conocemos como masculinidad tóxica, enredado en algunos asuntos oscuros de los que no se habla demasiado pero se intuyen bastante y que, para colmo, un día llega a casa con una novedad inesperada. De buenas a primeras, se presenta con un bebé, sin aclarar cómo llegó a sus manos, y le pide a su pareja que lo cuide sin darle ninguna explicación sensata. Es obvio que no se trata de una adopción en regla, pero el temperamento indolente de Jean no le permite reaccionar a tiempo y ahí nomás empieza su calvario: de pronto llega un compañero de correrías de Eddie (Arinzé Kene) que la exhorta a abandonar de inmediato su casa con el niño a cuestas porque la vida de ambos corre peligro.
Una de las singularidades de la película es su despreocupación absoluta por explicitar las motivaciones de los extravagantes sucesos que se van desencadenando en una trama ripiosa que, gracias a ese recurso de sustracción informativa, logra mantenerla tensión pero que también abusa de esa estrategia y estira hasta las dos horas un relato que resuelto en menos tiempo hubiese rendido mucho más. La gran paradoja, de todos modos, es que cuando Hart decide empezar a revelar los datos necesarios para armar su rompecabezas dramático, todo se empieza a volver más convencional y trillado. Buscadaabandona gradualmente su aspereza inicial para entregarse a una serie de cursilerías relacionadas con las bondades de la vida familiar.
Al margen del gran desempeño de Brosnahan como una mujer que pasa esforzadamente del estupor al empoderamiento, la excelente banda sonora y el cuidado trabajo de ambientación de la película, que se desarrolla en los años 70, son dos de sus fortalezas más visibles. El paisaje es ominoso: una zona de los Estados Unidos que nunca es identificada con claridad pero en la que escasea el glamour: autos desvencijados, fábricas abandonadas, casas modestas cuando no al borde del abandono.
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