En 1951, Milan Stojadinovic funda El Economista. Había llegado poco tiempo antes a Argentina, luego de una intensa actividad política en su Yugoslavia natal. Allí, ocupó el cargo de canciller, ministro de Finanzas y presidente del Consejo de Ministros, en un período histórico clave para el mundo. Además de la práctica, tenía una formación académica sólida. Estudió en París, Londres y Berlín. Nunca descuidó su vocación periodística. Concluida la Segunda Guerra, eligió vivir en Argentina y sus cualidades personales le permitieron integrarse rápidamente al país. Fundó El Economista, convencido sobre la necesidad de informar con rigor sobre los asuntos económicos. Como un argentino más, actuó en pos del progreso del país. No tuvo la actitud de un exiliado. Por el contrario, apostó por Argentina y vino aquí a volcar su inteligencia creadora. El Economista es el mejor testimonio de esa vocación.
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