martes, 3 de agosto de 2021

CIRCO ....CIRQUE XXI

En la gran carpa montada en San Justo Shopping, ubicado en la Rotonda de San Justo.
Las entradas cuestan desde 800 pesos, a la venta en el predio y a través de www.passline.com. Luego de las vacaciones de invierno, continuará los fines de semana, hasta el 15 de agosto.

El circo tradicional está de regreso con Antiquus y el humor del Bicho Gómez
Pertenece a la prestigiosa compañía argentina Cirque XXI
A. R.Postales de un circo hecho por artistas de varias generaciones circenses

Luego de permanecer un año varado en Merlo, San Luis, por motivo de la pandemia, el Cirque XXI volvió al ruedo en estas vacaciones de invierno para presentar Antiquus, su última creación, con el talentoso Marcos Bicho Gómez como artista invitado de lujo.
Acompañado por una troupe de artistas circenses, donde desfilan acróbatas, bailarines, equilibristas, malabaristas, trapecistas, payasos y mucho humor para disfrutar en familia, el Bicho Gómez hace las veces de anfitrión-animador para brindar este excelente show inspirado en los circos clásicos, con un toque vintage que transporta a la época dorada del género.
“Buscamos revivir las viejas épocas circenses, ese circo que quizá las generaciones más grandes han conocido cuando iban con sus padres, las mismas que hoy vienen con sus hijos, ingresan a la carpa y se sientan juntos a comer el pochoclo, el copo de nieve, a reírse con los payasos”, apunta el Bicho.
A través de las destrezas físicas, el vestuario de época, el sonido y la iluminación, Antiquus remite a aquel circo tradicional con un sesgo de modernidad plasmado a través de un cuento que hilvana las distintas reprises. Es la historia de un viejo payaso que todas las noches abre su baúl con una gran sonrisa y así comienza a revivir esos mágicos momentos de gloria.
“Si bien es un espectáculo para los chicos, cuando entro a la pista a hacer mis payasadas siempre hago el humor pensando en los grandes, porque cuando el adulto se ríe, el chico lo disfruta de otra manera. Es lindo ver reír al adulto que te acompaña; mirarlos a papá y a mamá que se están riendo, comiendo el pochoclo o el copo de nieve. Es algo mágico. Entonces, cada vez que entro a la pista trabajo mucho para ellos, para que revivan aquel tiempo en que iban con sus padres. Sucede que, a veces, está la abuela, el padre y el niño ahí, y se produce una situación maravillosa. Me parece que lo más lindo es ver que todos se están divirtiendo y disfrutando de lo mismo”, sigue Gómez.
Luego del desfile inaugural de presentación, desembarca en la pista un número de Hamaca rusa, con los primeros acróbatas que vuelan por el aire impulsados por su movimiento pendular, una reprise tradicional que dará lugar a un número de cuerda indiana y las sucesivas rutinas de pole dance, diábolo y trapecio hasta un conjunto de arlequines y sus destrezas con la soga, para luego de un breve intervalo, inaugurar la segunda parte del espectáculo.
Allí se da paso a los números más destacados de la función: una reprise de equilibrio en bicicleta a cargo de Franco Carvallo y otra de Tramp Wall (cama elástica con un muro trampolín), a cargo de Leandro Rodríguez, Luciano Rodríguez y Facundo López, ambas disciplinas premiadas en distintos festivales.
Y por supuesto, siempre los payasos con sus rutinas clownescas intercaladas entre los números, donde el Bicho Gómez se quita su traje de anfitrión para hacer lo que más le gusta: hacer reír a un público fiel que lo sigue a todas partes.
“A mí me gusta hacer reír a la gente grande –insiste este magnífico actor, acróbata y cómico–. De hecho, hay una rutina en la que hago subir a una persona a participar, y cuando se va le doy premios como si fuera un chico. Le doy una chupaleta, pochoclo, el copo de nieve, unas barritas luminosas, lo cargo de juguetes, y vos lo ves que se va como un nene con todo eso, y es maravilloso observar a ese tipo que sube, lo disfruta y se divierte mucho”.
Sin dudas, la vuelta del Bicho Gómez al circo marca el regreso a sus raíces, una familia tradicional circense con mucha historia con la que siempre se mantuvo en contacto, y desde hace algunos años lo invitan a sumarse a su espectáculo en vacaciones de invierno. Hasta hace algunos meses, incluso, estuvo presentando un unipersonal titulado Sin carpa, en el teatro Astros, en el que narraba su vida nómade, en aquellos tiempos en que los circos también contaban con animales amaestrados.
“Nos juntamos a despuntar el vicio. Me encanta subirme al escenario a pasarlo bien y reencontrarme con ese mundo donde me crié y me hizo ser quien soy. Aparte estoy en un ambiente muy familiar, y lo que más me gusta de todo eso es que puedo compartir ese momento de mi historia con mis hijos. Rocío, de 24, que me acompaña desde chiquita; Homero, de 14, que este año se puso a vender globos, algo que se usa mucho en el circo, para que vayan conociendo y sepan lo que es el oficio; y Renata, que ya cumplió 2 años y está fascinada. Ellos me ven ahí, conocen a mi familia y entonces ven de dónde viene su papá”, reflexiona.
Para el Bicho Gómez, este 2021 fue un golpe ya que, víctima del covid-19, perdió a uno de sus mejores amigos: el empresario y productor teatral Daniel Comba. participó unos meses en el programa Corte y confección y, luego, como tantos otros artistas, quedó en modo “pausa” por las nuevas restricciones obligadas por la última ola de contagios. “Ahora estoy feliz, porque más allá de mi regreso al circo, ésta es también mi vuelta a los escenarios, ya que con la pandemia estábamos todos los artistas parados. Volver a pisar un escenario, escuchar los aplausos y las risas, para los que vivimos y trabajamos de esto es un alimento para el corazón”, concluye.
Los pioneros del autocirco
Recordemos que la compañía Cirque XXI fue protagonista de las noticias durante el año pasado, a poco de haber ingresado el coronavirus en el país. En una gira, se quedaron varados por las restricciones y el aislamiento obligatorio en San Luis. pero no se quedaron quietos y el 19 de mayo, en Merlo, ofrecieron la primer función de auto-circo. Había sido la primera experiencia escénica del país desde que se decretó la clausura total de la actividad teatral. La función fue desarrollada con protocolos de bioseguridad y significó para sus protagonistas un quiebre de la “crisis psicológica” provocada por el encierro. “Tenemos el alma llena”, dijo en aquella oportunidad a la agencia Télam, Fabián López, encargado de la compañía, quien agregó que la experiencia fue más allá de la “anhelada puesta en escena” porque constituyó una “forma de devolución y agradecimiento” al pueblo de Merlo, que los contuvo y asistió durante la cuarentena, luego de “quedar varados” por las medidas sanitarias en su recorrido por el país. para el final de la presentación los 30 integrantes no recibieron aplausos sino bocinazos.
Antiquus
Con Marcos Bicho Gómez, Uli Gómez, Leandro, Luciano y Florencia Rodríguez, Facundo y Guillermo López, Néstor Ávila, Araxi Wo, Franco Carballo, Manuel Arias, Belén Spivak, Ricardo Illanes y Tomás Sierra.
En la gran carpa montada en San Justo Shopping, ubicado en la Rotonda de San Justo.
Las entradas cuestan desde 800 pesos, a la venta en el predio y a través de www.passline.com. Luego de las vacaciones de invierno, continuará los fines de semana, hasta el 15 de agosto.

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