Estrenos de cine: en El último duelo, Ridley Scott recobra las relaciones entre poder, moral y verdad
El film, escrito por Matt Damon y Ben Affleck junto a Nicole Holofcerner, se centra en una violación durante de la Edad Media contada desde el punto de vista de los tres protagonistas
P. V. P.
En El último duelo brilla Jodie Comer
El último duelo (The Last Duel, Reino Unido/Estados Unidos, 2021). Dirección: Ridley Scott. Guion: Matt Damon, Ben Affleck, Nicole Holofcener. Fotografía: Dariusz Wolski. Edición: Claire Simpson. Elenco: Matt Damon, Jodie Comer, Adam Driver, Ben Affleck, Harriet Walter, Tallulah Haddon, Nathaniel Parker. Distribuidora: Disney-Fox. Duración: 152 minutos. Calificación: apta para mayores de 16 años con reservas.
No demasiadas veces la Edad Media adquirió en el cine su verdadera dimensión económica. No solo en lo que se refiere a las batallas territoriales, la administración de justicia y la adquisición de títulos y honores, sino fundamentalmente en la concepción de sus alianzas matrimoniales como claves de expansión. Esa centralidad de Dios y de la divinidad del rey expone en este duelo final no solo la disputa entre dos egos que buscan su gracia, sino la demostración de cómo el poder de la fuerza alcanza el valor de verdad.
La verdad es lo que está en juego en El último duelo. Por ello Ridley Scott y su tríada de guionistas –Matt Damon, Ben Affleck y Nicole Holofcener- deciden dividir la historia en sus tres versiones, tres miradas que aspiran a afirmar la última verdad de lo acontecido. La primera responde al punto de vista de Jean de Carrouges (Damon), escudero orgulloso y algo temerario, cuyas campañas militares en nombre del rey Carlos VI de Francia le granjean la fama de buen soldado y el desprecio del platinado señor feudal Pierre d’Alencon (Affleck); la segunda es la de Jacques Le Gris (Adam Driver), otro escudero pero arribista, que supo ser buen amigo en la guerra y contrincante feroz en las disputas por los bienes del condado; y por último Marguerite de Thibouville (Jodie Comer), hija de un traidor al reino convertida en la segunda esposa de Carrouges y en la voz que se niega a perpetuar el secreto de su ofensa.
El último duelo
Más allá de su ímpetu clásico en el relato, y la constante exploración de las relaciones de poder en la época, lo que define a la película de Scott, espejo inverso de aquella épica de su ópera prima Los duelistas (1977), afirmada en el crepúsculo de la gran Armada Napoleónica, es la deconstrucción de los verdaderos intereses detrás de la retórica del honor mancillado. “La violación nunca es una ataque a la mujer sino un delito contra la propiedad”, afirma el clérigo defensor de Le Gris como síntesis del sustrato moral del mundo medieval. Aún a partir de los términos anacrónicos que los guionistas colocan en las voces de sus personajes –que de hecho opera como ejercicio de modernización del relato histórico, no desde la parodia como lo hiciera La favorita, sino desde su conciencia trágica-, El último duelo observa su época de cerca con la lupa de su ventaja histórica.
Como era de esperar en la decisión de su abordaje, Scott empieza y termina su película con la imagen de Jodie Comer, cuya mezcla exquisita de fortaleza y fragilidad queda expuesta con grandeza en la escena del juicio. Una partida de caballeros que conserva a su dama para la última jugada.
En El último duelo brilla Jodie Comer
El último duelo (The Last Duel, Reino Unido/Estados Unidos, 2021). Dirección: Ridley Scott. Guion: Matt Damon, Ben Affleck, Nicole Holofcener. Fotografía: Dariusz Wolski. Edición: Claire Simpson. Elenco: Matt Damon, Jodie Comer, Adam Driver, Ben Affleck, Harriet Walter, Tallulah Haddon, Nathaniel Parker. Distribuidora: Disney-Fox. Duración: 152 minutos. Calificación: apta para mayores de 16 años con reservas.
No demasiadas veces la Edad Media adquirió en el cine su verdadera dimensión económica. No solo en lo que se refiere a las batallas territoriales, la administración de justicia y la adquisición de títulos y honores, sino fundamentalmente en la concepción de sus alianzas matrimoniales como claves de expansión. Esa centralidad de Dios y de la divinidad del rey expone en este duelo final no solo la disputa entre dos egos que buscan su gracia, sino la demostración de cómo el poder de la fuerza alcanza el valor de verdad.
La verdad es lo que está en juego en El último duelo. Por ello Ridley Scott y su tríada de guionistas –Matt Damon, Ben Affleck y Nicole Holofcener- deciden dividir la historia en sus tres versiones, tres miradas que aspiran a afirmar la última verdad de lo acontecido. La primera responde al punto de vista de Jean de Carrouges (Damon), escudero orgulloso y algo temerario, cuyas campañas militares en nombre del rey Carlos VI de Francia le granjean la fama de buen soldado y el desprecio del platinado señor feudal Pierre d’Alencon (Affleck); la segunda es la de Jacques Le Gris (Adam Driver), otro escudero pero arribista, que supo ser buen amigo en la guerra y contrincante feroz en las disputas por los bienes del condado; y por último Marguerite de Thibouville (Jodie Comer), hija de un traidor al reino convertida en la segunda esposa de Carrouges y en la voz que se niega a perpetuar el secreto de su ofensa.
El último duelo
Más allá de su ímpetu clásico en el relato, y la constante exploración de las relaciones de poder en la época, lo que define a la película de Scott, espejo inverso de aquella épica de su ópera prima Los duelistas (1977), afirmada en el crepúsculo de la gran Armada Napoleónica, es la deconstrucción de los verdaderos intereses detrás de la retórica del honor mancillado. “La violación nunca es una ataque a la mujer sino un delito contra la propiedad”, afirma el clérigo defensor de Le Gris como síntesis del sustrato moral del mundo medieval. Aún a partir de los términos anacrónicos que los guionistas colocan en las voces de sus personajes –que de hecho opera como ejercicio de modernización del relato histórico, no desde la parodia como lo hiciera La favorita, sino desde su conciencia trágica-, El último duelo observa su época de cerca con la lupa de su ventaja histórica.
Como era de esperar en la decisión de su abordaje, Scott empieza y termina su película con la imagen de Jodie Comer, cuya mezcla exquisita de fortaleza y fragilidad queda expuesta con grandeza en la escena del juicio. Una partida de caballeros que conserva a su dama para la última jugada.
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La ópera prima de Peta Rivero y Hornos está protagonizada por el conocido freestyler, en su debut actoral
M. A.
Cato, de Peta Rivero y Hornos, estreno del jueves 14....Instagram @cato_pelicula
Cato (Argentina/2021). Dirección: Peta Rivero y Hornos. Guion: Peta Rivero y Hornos y Javier De Nevares. Elenco: Tiago PZK, Alberto Ajaka, Magela Zanotta, Daniel Aráoz, Rocío Hernández. Fotografía: Fernando Lockett. Edición: Martín Suárez. Música: Mariano Borysiuk. Duración: 105 minutos.
Cato, de Peta Rivero y Hornos, estreno del jueves 14....Instagram @cato_pelicula
Cato (Argentina/2021). Dirección: Peta Rivero y Hornos. Guion: Peta Rivero y Hornos y Javier De Nevares. Elenco: Tiago PZK, Alberto Ajaka, Magela Zanotta, Daniel Aráoz, Rocío Hernández. Fotografía: Fernando Lockett. Edición: Martín Suárez. Música: Mariano Borysiuk. Duración: 105 minutos.
Cato es dos películas en una. La ópera prima de Peta Rivero y Hornos abre con una atmósfera similar a la de 8 Mile: calle de las ilusiones de Curtis Hanson. Un joven (el Cato del título, interpretado por el trapero Tiago Uriel Pacheco, más conocido como Tiago PZK) se refugia en la música para salir de un contexto opresivo. En su debut actoral, el freestyler sabe comandar esos momentos de intimidad en los que su personaje se encierra en su habitación a rimar como si el tiempo no corriera. Sin embargo, dichos instantes son efímeros, y la verdadera acción del film comienza cuando una tragedia azota a Cato, lo que deriva en una trama policial que se resiente por los estereotipos (ahí está el policía corrupto interpretado por Alberto Ajaka, escrito con trazo grueso) y por la imposibilidad de unir ese relato con el del ascenso del protagonista en la industria musical.
La incompatibilidad de ambas historias perjudica a lo que es, en varios pasajes, una producción poderosa que lleva la impronta de un realizador que conoce el mundo que está abordando, un hombre que ha dirigido videoclips de referentes del género como Wos y Neo Pistea. El evidente objetivo de Cato es el de mostrar el conurbano con una estética prolija (e incluso romántica, con un gran trabajo de fotografía de Fernando Lockett) que se amalgama muy bien con la sensible interpretación de Tiago, especialmente en esas viñetas de creación artística que merecían un mayor desarrollo.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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