Amenaza bajo el agua es un thriller claustrofóbico de poca innovación
La nueva producción de Andrew Traucki reitera viejas fórmulas de su filmografía, pero en este caso el manejo del suspenso no funciona
M. A.
Amenaza bajo el agua, de Andrew Traucki, estreno del jueves 30
Amenaza bajo el agua, de Andrew Traucki, estreno del jueves 30
Amenaza bajo el agua (Black Water: Abyss, Australia/ 2020). Dirección: Andrew Traucki. Guion: John Ridley y Sarah Smith. Elenco: Jessica McNamee, Luke Mitchell, Amali Golden, Anthony Sharpe, Benjamin Hoetjes. Fotografía: Damien Beebe. Música: Michael Lira. Calificación: apta para mayores de 13 años. Duración: 98 minutos.
El realizador Andrew Traucki continúa trabajando en terreno conocido con Amenaza bajo el agua, secuela en espíritu del film de 2007, Agua sangrienta, y prima hermana de El arrecife (2010). En este caso, el cineasta cambia de escenario y de actores, pero es notoria la falta de innovación de una historia en la que hay dos principales enemigos: una cueva sin salida de un bosque de Australia y los cocodrilos que yacen allí.
La pareja de Eric (Luke Mitchell) y Jennifer (Jessica McNamee) le propone a la de sus mejores amigos, Yolanda (Amali Golden) y Viktor (Benjamin Hoetjes), explorar esas cuevas sin contemplar la posibilidad de que exista un peligro dentro de las mismas. Cuando ese peligro se hace presente (Traucki no prolonga la llegada del horror, aunque la construcción de personajes sufre en consecuencia) la película se resiente al repetir siempre un mismo mecanismo: el infructuoso intento por salir de ese lugar estrecho que colabora a crear un clima de claustrofobia, el único aspecto logrado del film.
Por otro lado, Amenaza bajo el agua comete el peor error de una narrativa centrada en la supervivencia del hombre al decidir que sus personajes se pasen la mayor parte del tiempo entablando conversaciones triviales (hay un giro digno de una telenovela disonante con la propuesta) o bien metiéndose en el agua para luego salir a los minutos, sin que se genere una sensación de urgencia, la falla más evidente de una película con la que su director se repite a sí mismo y en la que hay demasiados tiempos muertos.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Los santos de la mafia es un complicado viaje a los orígenes de la familia Soprano
David Chase vuelve al mundo de su obra maestra mostrando la infancia y adolescencia de Tony, interpretado por el hijo de James Gandolfini, Michael, y su compleja relación con su madre y su tío político, Dick Moltisanti, verdadero protagonista de un film que parece augurar más historias
M. S.
Alessandro Nivola en Los santos de la mafia como Dick Moltisanti, padre de Christopher y tío político de Tony Soprano
Los santos de la mafia (The Many Saints of Newark, EE. UU./2021). Dirección: Alan Taylor. Guion: David Chase y Lawrence Konner. Fotografía: Kramer Morgenthau. Edición: Christopher Tellefsen. Elenco: Alessandro Nivola, Leslie Odom Jr., Vera Farmiga, Michael Gandolfini, Jon Bernthal, Ray Liotta, Michela De Rossi, Corey Stoll, Billy Magnussen. Duración: 121 minutos. Distribuidora: Warner. Calificación: apta para mayores de 16 años.
Puede que Los santos de la mafia entusiasme y desconcierte por igual a la legión de fans de Los Soprano, a la espera desde hace 14 años de alguna señal que los devuelva al mundo de una de las series más veneradas de todos los tiempos.
Para responder por fin a ese anhelo, David Chase retrocede y avanza al mismo tiempo. Tenemos aquí por un lado el viaje hacia los orígenes del gran personaje de la historia, la vida infantil y juvenil de Tony Soprano, encarnado en esta segunda etapa por Michael Gandolfini, el hijo del fallecido James, con unos cuantos tics e indicios que irán definiendo la personalidad mostrada en la serie. Esta precuela con todas las letras, a la vez, construye un legado. Planta en el pasado la memoria de todo lo vivido entre 2007 y 2014. Los santos de la mafia es El irlandés de Chase.
Para que no haya ninguna duda acerca del tono elegido, Chase decide contarnos la historia en retrospectiva desde los recuerdos que salen de una tumba. Y esa evocación, como corresponde a una historia como la de los Soprano, tiene un inequívoco aire familiar. El personaje central no es el joven Tony, al fin y al cabo un observador todavía lejano del mundo que girará alrededor de él en el futuro, sino su tío político, Dick Moltisanti (un magnífico Alessandro Nivola), a cuyo apellido italiano se debe el título original. Alrededor de Dick se van desplegando los hilos de la gran disfuncionalidad familiar que se convertirá en una de las claves de la serie. Sobre todo la tensión entre el temperamental Dick y Livia (la formidable Vera Farmiga), la madre de Tony, por la educación de un hijo que, como Michael Corleone, empieza lejos de los negocios familiares.
Los destinos de los integrantes del clan se van tejiendo de manera casi ineluctable a través de la habilidad de Chase, que le agrega a la historia un toque digno de estos tiempos: el gran conflicto racial que vive Estados Unidos a fines de los años 70, cuando transcurre la acción y explotan la lucha por los derechos civiles. Allí entra a tallar el arrogante Harold (Leslie Odom Jr.), un afroamericano que trabaja para Dick mientras sueña otras cosas. Esta muestra deja la sensación de que no todas las extensas y atractivas líneas de esta precuela alcanzan la misma precisión. Algunas (sobre todo el fascinante vínculo entre Livia y Tony) reclaman un tratamiento menos esquemático. Hay unos cuantos capítulos de la saga que todavía faltan escribir.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.