Por la creciente inflación, es cada vez más alta la presión impositiva sobre los ingresos
Si se hiciera ahora una actualización considerando el índice de referencia dispuesto por ley, el piso salarial para tributar sería $102.187 más alto que el actual; aun así, la cifra seguiría retrasada, porque en enero se reajustó por debajo de la suba de precios
por Silvia Stang
Si el piso salarial para que un empleado quede alcanzado por Ganancias se actualizara al día de hoy según el índice que la ley ordena usar para calcular los reajustes periódicos del esquema del impuesto, su valor sería de $506.249. La cifra es un 25,29% superior a la remuneración a partir de la cual se tributa efectivamente en estos meses, que es de $404.062 en bruto (equivale a un sueldo de $335.371 neto de aportes a la seguridad social).
Dicho de otra manera, frente al avance que tuvo el índice salarial que se toma de referencia para incrementar nominalmente las variables del tributo, el umbral que determina quiénes pagan y quiénes quedan al margen de la carga está retrasado nada menos que en $102.187. La cifra hoy vigente es el resultado de un reajuste ya había sido muy insuficiente frente al altísimo deterioro que sufrió el valor de los pesos el año pasado y que sufre también en el actual 2023.
Además del salario más bajo para tributar, están desactualizadas todas las variables que determinan cuánto se les descuenta a un grupo de empleados y jubilados y cuánto pagan los autónomos en concepto de Ganancias. De esta forma, se produce mes a mes un aumento de la presión impositiva. El retraso en la actualización del esquema frente a los altos índices de inflación provoca que, a igual o incluso a menor poder adquisitivo, el porcentaje efectivo del impuesto sobre los ingresos se incremente.
El piso para tributar de $404.062 rige desde enero de este año. Esa cifra es el resultado de un aumento nominal de 78,84% respecto de los valores que regían en enero de 2022. Como ocurre cada año y según lo dispuesto por la normativa, en enero se reajustaron los montos que rigen para el cálculo del tributo, pero la variación quedó muy por debajo de la inflación, algo que origina una mayor presión fiscal. El índice de precios avanzó en 2022, según el Indec, un 94,8%, en tanto que solo en el primer trimestre de este año acumuló ya un 21,7%.
Es decir, la actualización explicada en el primer párrafo no sería suficiente, porque se seguiría arrastrando un retraso del esquema impositivo frente a la suba de los precios, con el consecuente daño para los bolsillos.
El mecanismo de reajuste del esquema de Ganancias implica considerar la variación de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte). Una ley aprobada durante el gobierno anterior y que rige desde 2018 estableció el uso de ese indicador y dispuso que, para definir concretamente el porcentaje de actualización de cada año, se deben comparar los valores de los dos meses de octubre previos al enero a partir del cual regirán los nuevos valores. Para el reajuste de 2023, ese índice dio 78,84% (ese fue el crecimiento nominal del Ripte entre octubre de 2021 e igual mes de 2022).
Durante el año pasado hubo reajustes del piso salarial para pagar Ganancias, pero los porcentajes entonces aplicados fueron tomados a cuenta de la actualización que se efectivizó en el inicio de este año. Esas subas que se hicieron durante el año, por otra parte, solo tuvieron alcance en cuanto a la definición del menor sueldo gravado, en tanto que se excluyeron otras variables, lo cual provocó distorsiones en el esquema e inequidades entre los trabajadores. También resultan discriminatorias las medidas tendientes a que los adicionales cobrados solo por algunos grupos de trabajadores queden liberados de la carga.
El índice de 25,29% surge de observar qué pasó con el indicador de las remuneraciones formales, el Ripte, entre octubre del año pasado (es decir, a partir del último dato que fue considerado para una actualización de Ganancias) y febrero último (el índice del período más reciente que fue publicado de manera oficial).
Al igual que en los años anteriores, el Poder Ejecutivo tiene facultades delegadas para elevar, en el actual 2023, la base de imposición. Por ahora, y pese a la aceleración del incremento de los precios, no fue anunciado nada.
En los últimos tiempos crecieron los reclamos respecto de que Ganancias debería actualizarse con mayor frecuencia. Según el contador César Litvin, por caso, el reajuste debería ser mensual, de manera de evitar el incremento real de la carga. En el período mencionado dos párrafos más arriba (octubre a febrero) el aumento del Ripte fue entre 2022 y 2023, por lejos y a tono con la inflación, el más elevado desde que existe el mecanismo de actualización.
Entre esos mismos meses, pero de 2021 y 2022, el avance del índice había sido de 15,25%, mientras que entre el décimo mes de 2020 y el segundo de 2021 fue de 11,64%. Entre 2017 y 2018 la variación dio, si se considera igual período, 6,18%. Las comparaciones son una muestra de cuánto se agravó la dinámica de la suba de precios y son un claro indicativo de la necesidad de que la actualización de las bases se haga con mayor frecuencia.
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